Capítulo 9
No tan en silencio como hubiese querido, Kim Taehyung maldecía mientras trataba de acomodarse en la cama para dormir. Cada parte de su cuerpo, hasta el menor de sus músculos dolía sobremanera con cada uno de los movimientos que hacía e incluso cuando deseaba permanecer quieto.
Una hora atrás cuando terminó de ducharse y se observó en el espejo de aquel baño, odió demasiado la imagen frente a él. A su vez, una parte de su interior la amó. Cuando él solía ser una reconocida estrella, el amor de la nación, su rostro era su pasaporte al mundo, lo que más cuidaba evitando mostrar hasta los pequeños granos que le salían. Ahora, una de sus comisuras ardía, sus labios estaban tan hinchados que por momentos los sentía adormecidos, un débil arañazo en su pómulo izquierdo, todo dolía debido al encuentro de horas atrás con los puños de Jungkook.
El pelinegro no le había mentido cuando le dijo que los entrenamientos con él serían fuertes y sin contemplaciones, no obstante, en alguna parte de su mente creyó que este al menos le avisaría o mostraría cómo hacer las cosas. Fue un ingenuo, debió saber que no sería así porque desde la primera vez que lo llevó hasta el baño de una manera poco cuidadosa, tuvo que saber que Jungkook sería cualquier cosa menos sutil o gentil.
Se había untado las pomadas que el contrario le entregó, también tomó los analgésicos, pero nada surtió efecto o al menos no el esperado porque todo dolía demasiado. Ni un solo día lo había dejado sin entrenar, no existía fin de semana o día libre, cada día lo despertaba después del amanecer a cualquier hora y, solo cuando comenzaba a anochecer, era que Jungkook se apiadaba de él, culminando sus entrenamientos. Por eso las noches se habían vuelto mucho más importantes y adoradas para él, con una valía incalculable. Era el único momento del día en que le daban tregua alguna. Lo único malo era que a veces, justo como esa noche, hasta el dormir se le dificultaba.
No obstante, hacía muchísimo tiempo que no se sentía tan tranquilo y cómodo. Los años que se pasó internado, a pesar de no haber mucho que él pudiera hacer para remediarlo, vivía al pendiente de lo que le fueran hacer. Cuidaba que su actuación continuara impecable, mismo su por momentos esta se tornaba demasiado real, olvidándose de su antigua vida. Si quería sobrevivir, lo mejor era no vivir en el pasado, pero esto dejó ciertos efectos colaterales.
Ahora, a pesar de las palizas que Jungkook le daba cada vez que se veían, continuaba esperando a su doctor. Por un lado lo entrenaba y por otro, continuaba dándole seguimientos. Todo era un poco raro y extraño, pero era agradable. Lo único malo eran los momentos donde volvía a estar solo sin ver a nadie pasar o escuchar hablando. Se dio una vuelta en su cama, pensando en Hoseok, ese otro paciente que jamás se callaba, de los pocos que intentaban hacer conversación y era relativamente agradable escucharlo pese a nunca responderle. Resopló, el dolor sentido en sus labios le hizo elevar las comisuras, recordándose de Jungkook, en la mañana lo volvería a ver.
— Comprendo que la situación en el hospital esté complicada, pero últimamente tus turnos son algo más que exhaustivos, no creo correcto que hoy incluso tengas otra vez guardia. — Comentaba Seokjin viendo a Jungkook vestirse con tranquilidad, aceptando el beso en sus labios cuando el menor se acercó para despedirse. — Al menos intenta comer bien, desayuna cuando llegue la mañana por favor. Ni siquiera te comiste lo que cociné.
— Lo comeré cuando llegue al hospital, solo vine por una ducha que necesitaba, salir de aquellas paredes por un rato y venir a verte. — Respondió sobre sus labios, haciéndolos rozar levemente. — Te llamaré en la mañana antes de que te vayas para el trabajo.
— De acuerdo, conduce con cuidado...
Como de costumbre, Jungkook salió de su apartamento, condujo en dirección al hospital y una vez estacionado allí, suspiró algo cansado. Había pasado una semana desde que comenzó a entrenar a Taehyung y los avances eran muy pocos, casi nulos. Min lo seguía presionando, Taehyung debería regresar al foco público en tres semanas y sentía que era imposible darle un entrenamiento medianamente normal más allá de la cutre defensa personal que de nada serviría frente a personas debidamente entrenadas como él, miembros de la seguridad nacional o cualquier individuo similar. Lo estuvo llevando suave, pero eso debía cambiar.
Se adentró al edificio saludando a los guardias que cubrían turno, a dos enfermeras que le hicieron una gran venia al salir de las habitaciones de los pacientes a quienes le entregaban sus medicamentos y por último, intercambió mirada con uno de sus pacientes que, acompañada de una enfermera, se dirigía al baño en el exterior de su habitación. Según lo explicado, el baño de Jung HoSeok había estado presentando problemas y por esto lo acompañaban a otro.
Se sentó en su consultorio mirando la hora, puesto que tenía que aguardar sesenta minutos antes de volver a salir. Monitoreaba el apartamento en donde Taehyung se encontraba y también sus alrededores cuando la puerta se abrió, mostrando a uno de sus pacientes, Jung HoSeok. Con tranquilidad, dejó su teléfono de lado tras desactivar las cámaras y bloquearlas, dándole una sutil mirada al paciente que entraba a su consultorio.
— ¿Qué sucede, Hoseok? Creí que a esta hora deberías estar durmiendo, vamos, te llevaré a tu habitación.
— Candado con doble cerrojo en busca de la paloma. — Los ojos de Jungkook se ensancharon al escuchar ese código, dándose cuenta de que Hoseok, ese hombre que siempre sonreía y andaba por los pasillos jugando con todos, también era un agente que en ese momento había dejado todo rastro de sonrisa atrás, pasando a tomar asiento. —Vamos, estoy seguro de que no creíste que serías el único infiltrado en el hospital de la paloma.
— Min...
— El jefe prefiere precaver que lamentar, todos lo sabemos. Me estoy presentando ante ti porque ya es hora de que yo salga de aquí adentro, tiene que ser antes de que la paloma haga su reaparición. Debe haber un margen de por medio, por lo tanto, debe ser esta semana.
— Eso no es lo que se me ha dicho. — Espetó con seriedad observando a un Hoseok divertido que se encogió de hombros.
— Puedes comprobarlo por ti mismo si así lo deseas, solo prepárate para sacarme de aquí y hacer volar a la paloma. — Poniéndose de pie, caminó lentamente hacia la puerta.— Vamos, deberías llevar a tu paciente hasta su habitación. — Mencionó aguardando por el menor en la puerta. — La cuenta regresiva ya está en marcha.
— Lo sé.
— Apresúrate.
Apresurarse, eso debía de hacer, tenía una tarea que completar y no podía fallarla. Conducía acompañado de la luna, maldiciendo una y otra vez, odiando no haber notado que Hoseok también era un agente. No comprendía por qué esa misión seguía poniéndolo nervioso, dejar a la paloma volar tras por breve tiempo creerla muerta, era algo difícil para él.
Como veces anteriores, estacionó en un lugar estratégico y diferente como cada vez. Lo suficientemente conectados para en caso de ser descubierto no levantara sospecha y a su vez, lo suficientemente desconectados como para que su destino final no fuese fácilmente reconocible. Descendió y se dirigió al apartamento al que entró lo más silenciosamente posible.
Revisó todo el lugar como cada día en busca de micrófonos o cámaras porque nunca se era demasiado cuidadoso. El refrigerador y despensas también para controlar las compras que pronto tendría que hacer. Por último, fue a la habitación donde el mayor dormía plácidamente. Tal vez el esfuerzo físico durante el día lo dejaba exhausto al punto de caer en la cama como una roca, algo muy diferente a lo que ocurría en el hospital, por mucho que fingiera lo contrario.
Taehyung todavía necesitaba continuar con un tratamiento, si bien no padecía de absolutamente nada de lo que le diagnosticaron antes de su llegada, no había una persona que se mantuviera por completo sana y cuerda tras pasar por todo lo que ese hombre vivió. Al menos no una persona normal. La forma en la que estuvo cerca de la muerte, ambos sabían que no fue un simple accidente, la persona que fue su pareja lo mandó a matar y fue casi un milagro que de ahí saliera ileso. Después, estar tantos años internado fingiendo amnesia y otros padecimientos nerviosos, neuronales o psicológicos, rodeado de tantas personas en similares condiciones... Insano, el más cuerdo podría terminar loco.
Él lo estuvo atendiendo, pero ahora, estaba quizás un poco demasiado involucrado con su antiguo paciente como para seguir llevando su caso con parcialidad. Además, cuando Taehyung retomara su vida, él también tendría que dejar de lado su puesto de trabajo más temprano que tarde y apenas tendría tiempo para velar por su seguridad y mantenerlo con vida mientras esto fuera beneficioso para la agencia. Ellos estaban dispuestos a sacrificar una paloma para atrapar a un tigre y él, no debía tener ningún tipo de relación con Taehyung, ni siquiera doctor y paciente.
Sonrió viéndolo abrazado a una almohada mientras dormía, como si tuviera la impetuosa necesidad de agarrar algo para dormir bien.
Desapareciendo su sonrisa, Jungkook sacó dos cuchillos luego avanzó hasta él haciéndole un golpe superficial en su brazo para luego empujarlo de la cama. Desde el corte, Taehyung abrió los ojos, ahora, reaccionar, eso no fue algo que pudo hacer prontamente.
— ¡Desármame! — Demandó mirando fijamente al hombre que sostenía con su mano derecha la herida que tenía en la zona superior de su brazo, casi pegado al hombro.
— No me has enseñado a hacer eso.
— Te estoy enseñando ahora y siempre habrá situaciones que tendrás que enfrentar como un novato porque no te la han enseñado. Logra quitarme ambos cuchillos o inmovilizarme y terminaremos en entrenamiento de hoy. — ¿Dónde estaba la trampa? Jungkook nunca terminaba los entrenamientos luego de una única tarea. — Por cada cinco minutos que no me hayas quitado algún cuchillo o derribado, es una flexión y una barra.
— ¿Reglas?
— Solo logra lo pedido y trata de mantenerte lo más sano posible, hoy podrás salir muy lastimado. — El cúmulo de saliva creado en la boca de Taehyung, descendió con torpeza por su garganta al escuchar esto. Sabía que era cierto, algo le decía que la herida en su hombro era un simple arañazo.
El cuarto era relativamente pequeño, no por la superficie, sino por los muebles que había y podían frenar sus movimientos. Este fue el motivo tras el intento fallido de huida de Taehyung hacia la sala. Como resultado otra cortada superficial fue dejada en su brazo, unos centímetros más abajo haciéndolo maldecir.
— ¡Mierda, Jeon! — El rostro del mencionado se mantuvo impasible, pero una parte en su interior quiso reírse.
Tomando las sábanas, Taehyung intentó tumbar al menos un cuchillo, enrolló la tela y la lanzó como un látigo que no quebró el agarre del menor. Intentó hacer eso que veía en las películas y él mismo hizo en una película de acción cuando envolvió sus muñecas en la tela para amortiguar los golpes y evitar las cortadas. Ahí descubrió que eso de poco valía cuando sus movimientos todavía eran lentos.
Brincó sobre la cama y luego se lanzó contra el pelinegro que tranquilamente se corrió dejándolo caer al suelo, dándole una nueva cortada. Oh, Taehyung se acordó tanto de cuando su mamá le decía "si te caes, te daré encima del golpe". Eso fue justamente lo que sucedió. Quizás debió imaginarlo, pero no pudo desarmar o inmovilizar a Jungkook.
Eso conllevó a que el amanecer le saludó mientras hacía flexiones en el suelo baja la atenta mirada de Jungkook que se aseguraba de que desde la pose hasta el tiempo fuesen constantes y perfectos. Los segundos nunca se sentían tan largos como cuando debía mantener la posición mientras flexionaba en el suelo. Cuando se agarraba de la barra e intentaba levantar todo su cuerpo, debía soltarse cada dos intentos. Si dependía de él mismo salvarse, estaba tan jodido en una situación como esa.
Casi se durmió en la ducha entrando la tarde cuando pudo bañarse, solo quería dormir al menos seis horas completas algo que parecía ser todo un reto desde el comienzo de sus entrenamientos. Muchas veces quería pedirle que lo olvidaran, luego pensaba en el precio de su cabeza y se le pasaba.
— Ya te duchaste y lavaste bien las heridas, ahora ven. — Mencionó Jungkook sin voltearse preparando los medicamentos, a pesar de herirlo, lo hizo de manera bastante superficial para que no quedaran marcas con el medicamento adecuado. — Siéntate aquí para curarte.
— ¿Qué tienes ahí? — Preguntaba Taehyung acercándose al comedor donde tomó asiento observando todo que había en la mesa. — ¿Dónde guardaste todo esto que no lo vi?
— Deberías saber reconocer con los ojos cerrados el lugar donde vives, cada pared, la distancia entre cada cosa y ver hasta el mínimo rincón. — Mencionó volteándose para mirarlo. Sus palabras quedaron vagando por el aire observando con detenimiento ese rostro recién lavado en el que hebras de cabello caían. A diferencia de otros días, no hubo marcas que lo enmasillaran y, si bien eso no era suficiente para ocultar su atractivo, lucía diferente ante sus ojos. — No guardé nada de esto, lo compré y traje hoy. — Mencionó tomando su brazo para desviar una mirada que se encontró con la del contrario por breves segundos.
Eran muchos los momentos en donde el silencio se apoderaba de ambos cuando estaban juntos. Si no estaban conversando sobre cosas técnicas o importante, a veces algo trivial con respecto al apartamento o algo más. En los entrenamientos cuando Jungkook le daba órdenes o guiaba también, pero en momentos como ese, los dos se convertían en hombres de pocas palabras.
— Jungkook... — Llamó cuando este terminó de ponerle unos parches para el dolor corporal general. — Oh, ¿me he ganado parches para el dolor? Creí que debía acostumbrarme a él. — El pelinegro asintió en respuesta.
— Así es, pero incrementaré la intensidad de tus entrenamientos después de hoy y ni todos los parches existentes te podrán ayudar. Hoy te regalaré toda una noche de sueño también, intenta aprovecharla al máximo porque será la única que te daré.
— Jungkook... — Taehyung volvió a llamar levantándose ahora de su asiento para avanzar hasta él. — ¿Podrías quedarte hoy?
— No creo que eso sea lo más prudente. — Mencionó poniendo un poco de espacio entre sus cuerpos, buscando salir de la cocina para ir a la sala.
— Me gustaría que te quedases hoy. — Esta vez fue más claro con sus deseos, tomando asiento en el sofá junto al pelinegro que lo miraba seriamente. — Bueno, eso es solo mi deseo, pero comprendo que tienes tu vida fuera de estas paredes de las que no salgo. En el hospital al menos me llevaban al patio a tomar un poco de aire fresco, veía a varias personas pasar, los escuchaba hablar. Aquí todo lo que veo y escucho es el televisor. Eres mi único contacto con la realidad en este momento, supongo que por eso me gusta tenerte cerca. ¿Puedo hacerte una pregunta? — Jungkook asintió débilmente. — ¿Te espera alguien en casa? Es decir, sé que vas al hospital casi siempre, pero cuando vas a tu casa, esa que todos conocen, ¿hay alguien ahí?
— Sí.
— ¿Parientes, amigos, una pareja?
— No hablaré de mi vida personal contigo, Taehyung.
— A veces llegas oliendo a alguien más, siempre el mismo aroma. Cuando trabajas o en tu día a día no hueles dense modo, siempre lo haces cuando supongo vienes de tu casa. La manera en la que esa fragancia se adhiere a tu piel, es como si abrazaras a esa persona, como si compartieran demasiado contacto físico.
— ¿Por qué quieres saber algo como eso? — El castaño se limitó a encogerse de hombros.
— ¿Curiosidad? Igual puedes matarme con el chasquido de tus dedos, ya sé que conocer demasiada información es peligroso, mejor olvida lo que dije.
— Sí tengo a alguien que espera por mí en casa. — Los ojos brillantes que lo estaban mirando se desviaron hacia el televisor dejando perfectamente marcada la línea de su mandíbula al tensarla.
— Eres un agente, no solo un psiquiatra, un doctor, ¿esa persona sabe quién eres realmente? ¿Es tu novio o una coartada, una fachada para mantener?
— Es mi compañero. — Fue la única respuesta que Jungkook dio por la seguridad del propio Seokjin aunque siendo coherentes, era cierto que él no era más que una fachada para todos que ya estaba en peligro desde la primera vez que sus miradas se cruzaron. No le era del todo indiferente, pero no lo amaba y eso Jungkook lo tenía claro, sin embargo, eso no era algo que necesitara decirle al castaño que parecía estar analizándolo.
— ¿Lo amas?
— No. — Taehyung esperó otro tipo de respuesta, pero del modo en que Jungkook lo miró y dijo aquella sílaba, lo hizo relamer sus propios labios antes de soltar una sonrisa nerviosa. — Taehyung... — El nombrado lo volvió a observar. — ¿Estás preguntando todo esto porque tienes o sientes algún tipo de atracción por mí?
— ¿Sucedería algo si te dijera que la respuesta a esa pregunta es positiva?
— No me gustan los rodeos, tampoco que me respondan con otra pregunta. — Espetó serio observando al mayor relamer continuamente sus labios.
— Mira, conozco tu posición, si digo que sí, meditas que elimine ese gusto de mi sistema porque simplemente no puede ser y entiendo las mil razones por las cuales tendrías toda la razón. Soy un trabajo para ti, una especie de paquete a cuidar hasta el día que deba hacer la entrega del mismo, tengo un precio sobre mi cabeza y tenemos relaciones que "éticamente" no dejarían en una buena impresión. Son los típicos clichés de drama, doctor y paciente, policía y el hombre bajo su custodia, protector y protegido. Si algo sale mal o ese gusto crece hasta salirse de las manos, nos convertiríamos en la debilidad del otro, en este caso, creo que más bien yo sería la tuya. A eso agregamos que tienes esta especie de relación con alguien más y puede que yo esté confundido, que la forma en que a veces me devuelve la mirada no es viéndome como un hombre, que no te sientas para nada atraído por mí. Todo eso lo tengo muy claro y por eso te pregunté si sucedería algo importante en caso de que te dijera, sí, me gustas Jungkook.
— Comprendo, has estado sin crear una vinculación relativamente afectiva con alguien. En estos momentos, soy todo lo que tienes y...
— No estoy hablando con el doctor Jeon y soy lo suficientemente inteligente como para notar que este gusto puede resultar superficial. Que el hecho de que me gustases desde el hospital se debía a que eres de los pocos hombres con los que interactuaba o veía. Ya fuera entre los pacientes, personal médico o los custodios, había muy poco que mirar y yo tampoco me podía dar el lujo de hacerlo si quería mantener mi lindo cuello pegado a mi cuerpo. Es claro que si eres la única cosa atractiva que he visto en lo que se siente siglos, al único que tengo cerca preocupándose incluso por mi bienestar, acompañándome, entrenándome, en algún punto mis hormonas iban a despertar. Estoy claro de todo eso, pero aun así, me atraes mucho, Jungkook. No obstante, puedes ignorar esto, no es que sea sumamente importante y tampoco es que me esté muriendo de amor, me gustas y punto, eso es todo.
💜💜💜
Hola por aquí, espero que se encuentren bien y hayan disfrutado de este capítulo...
LORED
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