~ Capítulo único ~

¡Hola! Esta vez regreso con un capítulo algo emotivo, triste y de cierta forma feliz.

⚠️ Habrá mención de spoilers referentes al manga de SNK.

El final del manga dejó en mi un gran vacío, estoy de cierta forma satisfecha con el final dado por Isayama, agradecida por ciertos aspectos y personajes, y sin quejas, es para mi aceptable al comprender a cada uno de los personajes y la trama que se trazó hasta el final.

Si bien, pudo haber dejado huecos en algunas casos y no confirmar otras, tome la decisión de plasmar a mi gusto esos huecos, este escrito es uno de ellos.

Gracias por tomarse el tiempo de leer, respetando toda opinión suya o mía.

🌸 Historia RivaMika
🌸 Basado en el último capítulo del manga de SNK 139.
🌸 Historia narrada en 3ra persona.

"El final siempre sorprende, aunque esté escrito desde el principio".
Anónimo
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Nunca esperó que la niebla y polvo lo abrazaran con tanta calidez, que el extenso vapor le causara alguna conmoción.

Definir el sentimiento que se asentaba en su pecho era indescriptible.

Levi desconocía emociones reprimidas por mucho, y fuera del exhaustivo cansancio físico, la mente ya no podía darle más.

—¿Han visto como terminó esto?

Tal vez jugaba con él por verlos ahí, mirándolo con lo que parecía un agradecimiento silencioso, tal vez, el significado de sus muertes valiendo la pena, buscando el deseado descanso eterno.

—La razón por la cual entregaron su corazón.

Los ojos le pesaron al instante, una sensación que no evidenciaba desde hace mucho, le pesaba como una carga que, tal vez, ellos merecían ver un última vez.

Si ellos lo hacían, porque él no podría, sí seguía vivo.

Y remedando su gesto, sus cejas se curvearon en una profunda tristeza, arrastrando la mano herida y vendada a su pecho, ahí, donde el palpitar de su corazón solitario bombeó nuevamente de verlos y, finalmente, despedirse como debía.

La lágrima resbaló por su rostro, y con ello, el «adiós» que los hizo desaparecer dejándolo nuevamente solo con su agonía de existencia en un mundo aparentemente nuevo y desconocido.

Por primera vez no cubrió su rostro, no puso barreras para detener el correr de las lágrimas cayendo, no se quejó del dolor permanente de cicatrices, simplemente dejó de fingir.

Por ese momento quería ser solo Levi, no el capitán reconocido ni el hombre bestial y más fuerte que alguna vez todos temieron.

Era un simple hombre herido, exento de la muerte del destino, que le lloraba a su familia y compañeros caídos en soledad.

Olvidando que alguien más compartía esa sensación de reprimir el dolor.

Los pasos ajenos, entre la espesa humorada, no lo hicieron dejar de ser, solo fijó la mirada a la sombra viniendo, con las lágrimas escaseando pero estando aún presentes, supo identificarla a la perfección.

Apareció ante su vista de la forma más sorprendente posible, sin imaginar la calma que su alma expresaba en su lento andar, la delicadeza del abrazo protegiendo lo preciado, la paz en su rostro ante la pérdida, jamás lo creyó de ella.

—Así que... —

Él supo que ella no seguiría su camino, no sin antes esclarecer su motivo, expresar el agradecimiento de siempre, para después, de forma cruel despedirse, era incierto el destino a partir de ahora.

Mikasa finalmente lo miró, sus ojos no expresaban un arrepentimiento, solo una profunda soledad y pesar mientras se aferraba al abrazo contra su pecho, y con ese matiz que antes expresaba amor y ternura, volvió a sonreírle.

Una sonrisa de profunda tristeza y paz por igual.

La tormenta que asechaba su corazón había detenido el caer de los truenos en las salvajes olas de un mar de emociones confusas e hirientes, una sonrisa que expresaba, en definitiva, el caer de unas cadenas.

Levi quiso acercarse como siempre, y odió lastimarse la pierna y quedar prensado en la roca por ahora, y si no fuera porque la comunicación en sus gestos era evidente para ella, tal vez su intento hubiera sido una tonta gracia humillante.

Mikasa se acercó, se hincó a su altura, y sin pensar en nada, escondió su cabeza en el espacio entre el cuello y hombro de Levi, ese escondite cuando sentía ganas de llorar y reprimirse, su refugio a la vista de las lágrimas comenzando a caer, ese espacio que solo se permitía compartir con él.

—Perdóneme...

Levi lo intuyó, una mujer tan emocional como Mikasa sería difícil que lograse engañarlo, en realidad, pensar que en cualquier momento sucedería lo tenía sin prisas, y aunque el corazón se estrujó en segundos, el llanto reprimido en su oído lo hizo reflexionar.

—Pasó lo que tenía que pasar —expresó, el soplido de su boca fue como liberar el estrés emocional que se acumulaba en él.

—Si, pero yo no... —las lágrimas fueron evidentes.

Dejarla continuar lastimaría su orgullo de aquella promesa de comprenderla mejor que nadie, y lo hacía, porque el pesar de una batalla de triunfo era vacía, especialmente, cuando contabas el número de sacrificios para conseguirla.

La alejó de sí un momento para presenciar el mayor acto de amor y libertad posible que alguna vez ella pudo mostrarle, y con el rostro aún afligido y el ceño volviendo a relajarse a un posible llanto, acercó la mano al rostro de su antiguo subordinado, aquel castaño de irises de libertad reprimida que miraban con fervor el verde de las plantas de un futuro lleno de esperanza.

Conseguida con su sacrificio.

—Al final lo lograste, Eren —su expresión directa al muchacho fue indescifrable para Mikasa, por primera vez, no entendió el excesivo dolor acumulado en el hombre.

Mikasa aferró el abrazo, perder su humanidad para alcanzar su anhelado sueño la podía hacer ver como una egoísta ante el hombre llorándole a su gran amor, era cierto que su pesar seguía acumulándose, y pronto, no tendría barreras para solo negarse a reprimirse, era libre, y se sentía peor con ello.

El sentimiento indescifrable de su destino y futuro nublaba su vista y la coherencia de sus acciones, de su correr y huir mientras se oponía al mismo tiempo, sin saber exactamente como verse a sí misma en ese momento.

—No manchaste tus manos —Levi leyó, como siempre, sus pensamientos, logrando sorprenderla —existía una razón para que todo sucediera y se liberaran los dos...

Mikasa comenzó a gimotear aferrándose al abrazo de su persona castaña amada.

—Pedirme perdón y odiarte a ti misma no sirve de nada, ¿entiendes? —acercó la mano en una sutil caricia sobre su mejilla, cerciorándose de tocar esa cicatriz por última vez.

Mikasa conocía el significado de esas palabras, y aunque el corazón estrujado hablaba más que sus pensamientos mismos, supo que no tenía manera de arreglar lo hecho, ni la pequeña ruptura creada entre ellos cuando prometieron quedarse juntos.

Mikasa había fallado, rompió esa promesa, y Levi no le renegó como siempre.

El amor entre ambos era una constante caída a la que se habían acostumbrado.

—Hazlo, Mikasa.

La voluntad de Levi era increíble pese al dolor, era un guerrero por dejarse derrotar con facilidad sin exigir nada, solo le bastó acercarla una vez más, logrando que sus labios encajaran por última vez en un beso que marcaba un adiós sin distancia ni tiempo definido, solo porque así debía suceder.

Ambos se miraron con el intenso brillo de lagunas de tristeza y dolor por igual, sin felicidad realmente, solo las inmensas ganas de desbordarse en llanto, ese que fue reprimido por años.

La cercanía entre ellos ardía como el fuego, creándose una barrera que Mikasa no pudo soportar, y alejándose a movimientos lentos pero seguros, se puso de pie mirándolo una última vez.

—Adiós, Levi.

Sus botas pisaban la tierra alzando el polvo con su andar, con las reuniones y felicidad de los demás a lo lejos, se propuso a no mirar atrás, dejando que las lágrimas resbalaran sin reproche, dejando que sus desalmadas penas cayeran en el rostro durmiente del salvador castaño.

"Adiós amor"

Probablemente eso se dijeron mutuamente cuando se lloraron por el otro, por esa ruptura del «por siempre», incluso ante el peor escenario de guerra.

Mikasa no ganó nada al alejarse de todos por su anhelado sueño, perdiendo la vida al romper aquella promesa.

Levi no se quedó atrás, ganó una solitaria y vacía existencia tras la guerra, perdiendo su intenso amor por una promesa rota.

Pero nunca existió algo como el odio, solo el dolor.

El amor cruzó límites y se perdió por los sueños.

Y ellos, tal vez, volverían a verse si el destino quería.

Tal vez no, tal vez, dependía de ella que eso sucediera.

~~~~~~~~

La visita de todos, años después, se lo hizo ver, con vidas reconstruidas aún en la adversidad de un nuevo comienzo.

—¿Entonces?

El viento se hizo cargo de alzar en vuelo el largo de su coleta, alzando con ella la bufanda siguiendo el vuelo del ave en el cielo con clara libertad palpable.

—Él no vino.

Armin había cambiado más de lo que recordaba, con más peso sobre sus hombros, y sin embargo, mostraba esa libertad de ser feliz con los que seguían a su lado, formando nuevas relaciones que ayudarían al mundo y así mismo.

—Entiendo.

Era algo que esperaba, no tenía libertad en pensar que él aceptaría algo tan fácil después de tanto perder, incluyendo lo suyo, y egoístamente siguió creyendo que todo podía arreglarse con el tiempo, cuando todo estuvo tan fragmentando desde el principio.

Armin no esperó otra respuesta y se alejó, siendo seguido por los ojos de la azabache que miró con expectante detalle a su mejor amigo acercándose a sus amigos con confianza, compartiendo diálogo con sus antiguos enemigos, teniendo ese contacto de manos con la rubia que lo miraba con amor, si, ese claro sentimiento que ella perdió.

Había perdido a su gran amor, y también a su contraparte.

Sabía que algo tan complicado como el amor era difícil de manejar, y por mucho que él trató de ayudarla a moldearlo, ella se negó hasta que lo perdió todo.

Y ahora estaba ahí, mirando el vuelo de una ave que se alejó a un lugar incierto, tal vez iba con él en su lugar, tal vez.

—Creo que... —por culpa del viento, aquella bufanda se había aflojado de su cuello —debo ser yo la que te busque —terminó por jalar la prenda hasta desprenderla en un suspiro —eso pensaste, ¿cierto Levi?

No estaban cerca, pero tampoco su corazón les permitiría estar tan lejos, a fin de cuentas, eran contrapartes que debían unirse nuevamente.

Levi lo supo cuando leyó la noticia de la llegada del barco siendo recibido por la reina Historia, sonrió para sí mismo en un suspiro que entibió un poco el té de su nueva taza de porcelana.

—¿¡De verdad llegaron!? —la joven castaña se asombró tanto que casi derrama el té restante de la tetera.

—¡Te dije que si Gaby, ten cuidado! —el joven exageró los movimientos protectores tratándose de la otra.

Levi pensó en ella y en su posible cambio, en ver si comprendía su razón de quedarse ahí y esperar, una acción o respuesta, cualquier cosa viniendo de una pensativa Mikasa.

No significaría un perdón, no había nada que perdonar ni lamentar por igual, solo que se habían dado el tiempo suficiente de pensar en ellos mismos y juntarse después.

No podían seguir adelante sin el otro, sin importar las pérdidas o cicatrices.

Eran amores separados por deseos, sueños y el destino, que debían volver a verse.

Después de todo, eran complementos.

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La opinión que tengo sobre esta pareja la plasmo con este escrito, prácticamente resumo mi posible final alternativo que, como dije, no me molestó el final.

Espero que les haya gustado y dejen su opinión y comentarios del manga o la historia, me encantaría leerlos.

Agradezco nuevamente la oportunidad de obligarme a escribir este escrito para finalmente desahogar ese vacío, gracias al "grupo del rincón de las diosas"

Y cómo es en cada historia, se la dedicó a estas personitas que siempre me brindan todo su cariño, amor y apoyo a las obras y a mi persona, las quiero mucho 💕
temari05nara_
aymiki-chan
KatieSakura_7

Nos vemos pronto.

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