Parte única.
Nota: Soy absolutamente fan de Lucas enamorado de Jeannette, y por supuesto que debo burlarme (no directamente siempre) de que antes le caía mal y ahora la adora.
Por cierto... ¿Qué es un gamma? Un "omega" defectuoso, ya que estos en su celo/rut se ponen débiles y sus embarazos son más riesgosos (llegando incluso a morir por estos); a los alfa no les gustan los gammas no sólo porque suelen ser menos sumisos que los omegas y más difíciles de marcar, sino también porque su olor es tan empalagoso que literalmente, los repelen.
Y sí, fue absolutamente a próposito hacer que Lucas fuese el alfa que se casara con Jeannette que es una gamma (al no ser exactamente humana, sino una quimera).
En fin, ojalá quien lo lea le guste.
Día 22: Nido.
...
Cuando su maestro le mencionó alguna vez, sobre estar ayudando a su pareja a construir su nido, no esperaba estar en la misma situación o siquiera imaginó: que él tendría una pareja y que esta le pidiese ayuda para construir su nido.
Porque, Lucas, el milenario mago de la Torre oscura, estaba ayudando a Jeannette a construir un nido.
Debió haberlo previsto, después de todo, su esposa era una omega. Y por lo que había leído y escuchado de su maestro (porque Lucas no tenía más opción que escucharlo parlotear de su familia en su estancia en la torre), eran los omegas quienes más tendían a construir un nido; aunque esto era algo que necesitaba todavía más Jeannette al ser una gamma.
Una omega defectuosa, como comúnmente se les conocía.
No obstante, a Lucas nunca le había importado haber hecho a Jeannette su compañera a sabiendas de que era una quimera y gamma. Lo había aceptado y no pensaba arrepentirse; claro que, ella requeriría más atenciones y cuidados que un omega común.
Por eso, cuando Jeannette necesitó un lugar específico para anidar la primera vez, Lucas le cedió una de las habitaciones de la torre con el suficiente espacio y comodidades. Y le dio cada cosa que ella le pedía para su nido.
Pero ahora, Jeannette le había pedido, cohibida, su ayuda para crear su nido. Y Lucas cayó en cuenta de que, era la primera vez que él haría un nido con ella, desde que contrajeron nupcias.
Y aquí estaba él, parado frente a la puerta de la habitación de anidación, con unas almohadas y sábanas que le había pedido con su olor. Jeannette le abrió en un instante, sonriéndole con timidez.
El olor a galletas de mantequilla rebosando la habitación apenas entró.
Le fue inevitable no mirar con curiosidad el nido que su quimera había creado. Jeannette tomó las almohadas y sábanas de las manos del alfa –. ¿Este es tu nido?
– Uh... – desvió su mirada a su nido, un semicírculo hecho por almohadas y cojines con sábanas, prendas de ropa, unos peluches y muñecas, y otras almohadas en el centro. Un rubor tiñó sus mejillas al terminar de escanear su propia creación –, sí.
– Es lindo.
Escucharlo elogiar su nido la hizo feliz, haciéndola ocultar momentáneamente su rostro en una de las almohadas en sus brazos, inundando su nariz con la esencia a libros viejos de Lucas. Sintiéndose tranquila al hacerlo.
Levantando ligeramente la vista, lo observó de perfil. Desde su coleta de caballo alta y atada finamente con un listón –peinado hecho por ella para él–, su lunar –ese que le gustaba besar–, hasta su capa.
Algo dentro de ella sintió la necesidad de tener su capa y listón. Apartó la mirada, tratando de apartar ese deseo de ella.
– Este... ¿podrías ayudarme a acomodar esto?
Lucas se sintió torpe en cuanto Jeannette le pasó una almohada con una sonrisa.
(Tal vez podría morir por el olor a galletas con mantequilla y no (le) importaría).
...
– Lucas...
Ambos yacían acostados en el centro del nido, uno frente al otro y mirándose los ojos. El deseo de Jeannette por estos objetos le era insostenible, los necesitaba.
– ¿Puedo tener tu capa y listón? – cerró los ojos con fuerza, con la cara y orejas ardiendo en rojo por la vergüenza –. S-sólo por esta vez...
Hubo un breve silencio antes de sentir cómo Lucas se levantaba del nido; Jeannette no se atrevió a abrir los ojos, temiendo el rechazo de su alfa. Al menos, hasta que sintió algo cubriéndola y sus largos dedos abriendo su mano izquierda y colocando lo que reconoció como el listón de Lucas.
Casi olvida respirar en cuanto él acarició su mejilla y besó sus labios.
– Te las daré las veces que quieras, mi capa y listón... y cualquier otra cosa.
– Y-yo...
– No puedes negarte, Nette.
–... no quiero ser tan desvergonzada, Lucas.
– No me importaría, eres mi compañera.
Jeannette apretó el listón en su mano y se acurrucó en el pecho de Lucas, dándose por vencida.
(Si ella se volvía desvergonzada, sería su responsabilidad).
-Traumada Taisho
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