Capítulo 19

Faltaban solo una hora para su salida pero estaba claro que salir con Maddox era lo mismo que un permiso así que tomó su pequeño bolso y volvió de inmediato al pasillo donde él esperaba con las manos en el bolsillo.

Por primera vez se permitió observarlo sin miedos y sin tapujos. Le pareció el hombre más guapo que había visto, tal vez fuera su estatura, o su figura imponente o quizás solo el color aceitunado de sus ojos y la piel morena clara, cual fuera el caso, a Brooke le pareció un hombre hermoso.

-¿Ya terminaste de escudriñarme? -preguntó mientras ella enrojeció al verse descubierta-. ¿Tienes algún pero?

-Lo lamento. -Se justificó-. Es solo que me distraje un poco.

Maddox sonrió y la tomó la mano guiándola a la parte de atrás para salir al estacionamiento.

Los tres socios restantes miraban la escena desde la planta alta a través del cristal.

-Patético -dijo Max.

-Decepcionante -añadió Hurs.

-Me deben 30 euros cada uno -agregó Parker-. Somos personas de honor y hay que pagar.

Los dos hombres sacaron dinero para darle a Parker lo acordado.

-El diablo es un debilucho -dijo Hurs-. Me siento decepcionado y timado.

-Hasta Dios se debe estar riendo de él en este momento -acotó un indignado Max-. Creí que como buen amo y señor del averno le daría batalla a una chiquilla y no terminaría entregándole sus cachos con dos sonrisitas y un guiño.

-Todos los hombres son iguales -dijo Hurs.

-Concuerdo con eso -dijo el otro-. Ya no se puede confiar en ninguno.

-Parecen señoritas despechadas -dijo Parker riendo-. Solo perdieron 30 libras señores, no la virginidad del lugar más sagrado de un hombre heterosexual, dejen de quejarse que cuando llegue su turno voy a reírme de ustedes.

-Vas a quedarte esperando -dijo Max con amargura-. No vuelvo a confiar en ninguna maldita nunca más.

-No todas son unas malditas -dijo Hurs ganando una sonrisa de Parker-, pero concuerdo en que hay que mantenerlas lejos, lo suficiente para que no se acerquen.

-¡Callen! -dijo Parker riendo mientras caminaba hacia su despacho-. Se van a tragar sus palabras.

-Se van a tragar sus palabras -repitió Max imitando su peculiar caminar.

Hurs comenzó a reír al verlo imitar.

-Te sale más natural que a Parker -dijo Hurs.

-¿Tú crees? -inquirió Max-. Me siento halagado.

-Vamos a beber algo, mejor -dijo Hurs-. Me pongo de malas cuando Parker me sermonea.

-Vas a invitarme porque me han hurtado 30 libras -dijo y Hurs rió.

Bajaron juntos para irse a divertir antes de tener que ir a la soledad de su respectiva casa y volver en unas horas.

****

Brooke miraba atenta las calles mientras mantenía su mano entrelazada a la de Maddox que conducía sin despegar la vista del frente, al menos iba concentrado todo lo que podía pero a veces le era imposible no girarse a verla.

Más cuando ella estaba completamente atraída por lo que estuviera viendo por la ventanilla.

-¿Quieres ir a comer algo por ahí o prefieres ir a otro lugar? -preguntó mientras la veía y esperaba el cambio en el semáforo.

-Ya he comido -respondió con una sonrisa-. Preferiría otro lugar. Algo más tranquilo.

Maddox la observó tratando de interpretar lo que quería decir con eso. Para él eso había significado siempre una clara invitación a sexo pero estaba claro que con ella no podría nunca descifrar nada, ella no pasaba de los 30 ni estaba casada, por lo tanto no era de las que tenía el tiempo contado y se dedicaba a pedir de forma expresa lo que quería.

El sonido de los autos pidiendo que avanzará lo sacó de sus pensamientos y tomó el volante para avanzar pensando hacia dónde dirigirse.

Condujo sin rumbo hasta que se ocurrió llevarla al cine, que aunque no era expresamente el lugar más tranquilo para hablar al menos esperaba que pudieran pasarla a gusto.

Bajó del auto y abrió la puerta para ayudarla.

Brooke tomó su mano y bajó mirando a alrededor.

Sonrió al recordar las veces que había llegado con sus amigas al cine. Tenía más cuatro años que no pisaba uno, todo desde que su padre había iniciado con el imparable desastre.

Antes había sido un buen hombre, uno trabajador, que procuraba de sus hijas y su esposa, que les brindaba la educación y proveía, pero entonces había comenzado a jugar y jugar cada vez más hasta que no pudo parar. Lo que siguió sin duda le dolía y más cuando se vio obligada a asistir a la escuela con el estómago vacío, los pies doloridos por ir sin una sola moneda y tener que caminar y caminar para que finalmente todo fuera en vano y terminara por abandonar la escuela.

Suspiró al verse envuelta en los recuerdos, en las veces que sonrió junto a sus amigas en aquel lugar que en cuatro años parecía tan cambiado, en la vida que tuvo que dejar para ser la cabeza de su familia y no es que se quejara, ella amaba a su hermana y su madre pero a veces sentía que no podía más.

Maddox la observó mirando el lugar con anhelo y no supo cómo sentirse al respecto. Él llevaba casi una década sin pisar un cine, ya había incluso olvidado que existían, pero lo hizo por gusto, porque las mujeres con las que salía no eran las que asistían a ese tipo de lugares; al final, solo visitaba moteles; sin embargo, Brooke tuvo que dejar su juventud por obligación, madurar a fuerzas y olvidar el cine por necesidad.

La vio suspirar ante la visión de lo que era un claro recordatorio de su vida anterior y se sintió mal de haberle traído.

-Si no te gusta podemos ir a otro lugar -dijo dejando un beso en su frente de forma involuntaria-. Tal vez quieras un parque o algo menos concurrido.

-Está bien -dijo sonriente-. Es solo que recordé momentos con mis amigas y bueno, hace mucho que no las veo.

-Entonces vamos dentro -dijo tomando su mano mientras ella asentía emocionada.

Caminaron dentro del cine al tiempo que ella miraba la publicidad ofertando las películas del lugar.

-¿Qué te gustaría ver? -preguntó Maddox.

-Me gusta el romance, la comedia, me gustan los superhéroes -dijo mirándolo esperanzada.

Maddox sonrió y caminó hacia la taquilla mientras escondía un gesto que dejaba claro que serían las dos horas más duras de su vida mientras miraba la película cursi que seguramente ella esperaba ver.

Brooke miraba la cartelera mientras pensaba en lo bien que se sentía estar ahí y disfrutar de la compañía de alguien.

-¡Brooke! -Escuchó a alguien mencionar.

Se giró para ver a Matthew su antiguo novio parado detrás de ella.

-¿Cómo has estado? -dijo sorprendido de verla incluso más bonita que antes pero más sorprendido de ver si rostro amoratado.

-Matthew -dijo ella con una sonrisa antes de abrazarlo después de años de no verlo-. He estado bien, lo mejor que se puede.

El joven no mayor que ella más que por unos cuantos años sonrió emocionado de verla de nuevo pero contrariado.

-Me alegra mucho verte -dijo abrazándola de nuevo sorprendiendo a Brooke-. Ha sido un largo tiempo, pero qué te ha pasado.

Señaló su rostro y ella negó antes de volver a abrazarlo.

Permanecieron abrazados un buen rato, sin decir nada.

Brooke tuvo sentimientos encontrados, por una parte le alegraba verlo después de mucho tiempo y sobre todo verlo tan bien pero otra parte de sí misma se sentía contrariada.

Matthew había sido su primer amor, el hombre con el que había compartido casi dos años de su vida y a quien las circunstancias le habían obligado a dejar para enfocarse de plano en su familia. Matthew había sido incluso el hombre al que le había dado todo su amor y su cuerpo antaño.

Por un momento sintió que el tiempo no había pasado y que seguía siendo aquella chica que reía a su lado y disfrutaba su compañía.

Recordó la vez que hablaron por última vez y que no pudieron seguir juntos tras todos los problemas y presiones que tenía Brooke.

Se separaron y se miraron unos segundos antes de que ella agachara la vista y sonriera.

-Solo me asaltaron hace muy poco, pero dime, ¿qué haces aquí? -dijo ella mirando su atuendo-. ¿Has venido al cine tan bien vestido?

-He terminado la carrera y bueno trabajo aquí, soy el CEO -dijo orgulloso.

-¡Eso es estupendo! -dijo al recordar que ella debería incluso estar en la universidad aún-. Me da mucho gusto.

-¿Y tú? -dijo tomando su mano-. ¿Qué ha sido de ti? No supe más desde la última vez.

Brooke agachó la vista y miró su mano dentro de la suya. Ya no generaba ese hormigueo que antes cuando se tomaban de la mano pero aún así guardaba un gran cariño por él.

La mano de Maddox se cerró sobre su cintura sacándola de sus divagaciones y tensando su cuerpo de inmediato.

Maddox miró la mano de ambos entrelazadas y por un momento quiso largarse dado que odiaba tener que verse como estúpido en medio de dos críos medio enamorados.

Sin embargo, se dijo que debía guardar la calma y hacer su número solo porque tenía un plan.

-¿Está todo bien? -preguntó al tomar la cintura de la joven.

El hombre frente a sí siguió la mano de Maddox y soltó a Brooke que sonrió nerviosa.

-Él es Maddox -dijo a su ex novio-. Un amigo.

La mandíbula de Maddox se apretó ante la forma tan estúpida en que acababa de presentarlo pero se tragó su coraje tomando su mano.

-Maddox, él es...

-Me importa una mierda quien sea -dijo dándose la vuelta y llevándosela de ahí.

Brooke se vio prácticamente arrastrada por el pasillo pero fue alcanzada por Matthew que la tomó del brazo.

-No tienes por qué ir si no quieres -dijo mientras tomaba su mano y miraba a Maddox detenerse y girarse de inmediato.

-No tienes por qué llevarla así -dijo enfrentándolo.

Maddox la soltó y se acercó al chico a pesar de que Brooke lo tomó de la camisa para evitar un problema

-Yo me la llevo cuando me da la gana porque vino conmigo -dijo ofendido-. Ningún mocoso que apenas se sabe sorber la nariz va a decirme lo que debo hacer o no. Así que evita tener un problema y deja de meterte en asuntos que no te conciernen.

-¡Pues Brooke me concierne porque es mi amiga! -dijo furioso y alzando la voz.

-A las amigas no se les agarra la mano y coquetea descaradamente. -El tono bajo y amenazante dejaba clara su postura.

-Era mi novia y guardó un enorme cariño por ella -dijo dejando a Maddox callado por unos instantes.

Este se giró a Brooke que lo miraba aterrada y entonces comprendió que ella estaba más preocupada por el hombre frente a sí que por lo que pudiera decirle a ella.

Se enfureció de verla alarmada y buscando la manera de proteger al mocoso en lugar de preocupada porque él se enfadara.

-Ella ha dicho que eres solo su amigo y no entiendo porque te deba molestar -continuó Matthew-. No te tomes atribuciones que no tienes.

-¿Y tú sí? -inquirió a punto de saltarle encima-. ¿Tú sí puedes?

-Yo sé más que tú de ella y lo que ha pasado -respondió-. Así que si no sabes nada de su vida mejor no digas nada.

-Sabes más pero no la has ayudado -dijo y se dió la vuelta tomando a Brooke de la mano y caminando a la salida.

-¡No podía, pero ahora puedo hacerlo! -gritó y la sintió frenar tras la declaración de Matthew y girarse.

Maddox apretó los labios ante lo que eso significaba no solo para sus planes sino también para ella.

La jaló de nuevo para que caminara y la sacó del lugar hasta llevarla a su auto...

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