Capítulo 15

Maddox vio a su amigo a apretar los labios antes de que negara con amargura.

—Las mujeres siempre serán nuestra perdición —dijo levantando la vista—. Igual hay que disfrutarlas. No nos compliquemos.

—Nunca has hablado de ella —dijo Maddox—. Conocemos la historia de Hurs y su chica, la de Parker; conoces la mía pero nunca has contado quién es ella y qué fue lo que pasó.

—No pasó nada —dijo moviendo la mano restándole importancia—. Ni siquiera la recuerdo ya y espero nunca volverla a encontrar.

—Menos mal no tiene importancia —dijo Maddox burlándose—. Solo espero que algún día puedas enfrentarla.

—El mundo se le hará pequeño para esconderse si vuelvo a verla —dijo y Maddox enarcó una ceja—. No importa, no hablamos de mí sino de ti, así que lo diré con palabras bonitas: deja de perseguir a la abuela que estás rodeado de mujeres hermosas como para andar extrañando a la momia.

   Negar que la manera en que la había llamado le había molestado sería la cosa más estúpida pero igual no pensaba defenderla sabiendo que solo conseguiría enemistarse con Max.

   Guardó silencio y negó mirándolo.

—No voy a volver con ella —dijo resaltando la decisión—. No voy a permitir que me persuada de nuevo.

—Eso espero —dijo Max levantándose y volviendo al casino.

   Maddox hizo lo mismo y alejó de su cabeza cualquier pensamiento estúpido sobre el problema de Pepper enfocándose en lo que tenía por delante.

  Pensó que tal vez ella sabía que el heredero de la fortuna era él y pensaba sacar provecho.

   Sonrió con amargura al imaginar que así sería, que seguramente ella ya sabía que heredó todo.

   Volvió a sonreír al sentirse vencedor.

    Toda expectativa de Pepper moriría al verlo llegar con una esposa.

   Siguió trabajando, en lugar de pensar en ella. Se entretuvo en los asuntos de la seguridad pero afortunadamente solo tuvo un par de incidentes con hombres borrachos por lo que sin darse cuenta la noche llegó a su fin y con ello se fue a casa a descansar al igual que Max.

   Tenían que volver en unas horas así que se apresuró a ir a su casa y descansar aunque no podía dormir, le dolía la cabeza de tanto pensar en el asunto así que después de ver el reloj varias veces terminó por dormirse después de las ocho de la mañana.

Cuando por fin Maddox abrió los ojos pasaba más de la una de la tarde y tras encontrarse aún igual de maltrecho que la noche.

   Sentía incluso que no había dormido nada y todo se debía a ella.

   Se dió una ducha y después de cambiarse fue a la cocina donde se preparó un jugo.

   El sonido insistente del timbre lo hizo fruncir el ceño completamente irritado por lo que se acercó furioso a abrir dispuesto a romperle la cara a quien se atrevía a hacer eso.

   En cuanto abrió se paralizó al ver a la persona tras la puerta.

—Hola —dijo la mujer un tanto temerosa de su reacción.

—¿Qué quieres Pepper? —preguntó furioso sin moverse de la puerta—. No tengo tiempo para escuchar estupideces.

   La mujer no respondió de inmediato pero sabía que sería difícil persuadirlo aunque estaba dispuesta lograrlo.

   Su rostro un tanto compungido debilitó un poco la defensiva de Maddox que aflojó la postura y dejó que ella se sintiera segura para dar el siguiente paso sin riesgos.

   Pepper se coló bajo su brazo y entró al departamento provocando que de nuevo la postura combativa de Maddox volviera.

—Por favor vamos a hablar —dijo suplicante—. Yo te quiero, te he querido siempre.

   Se acercó a él tratando de ganar más terreno.

   Maddox retrocedió tratando de no mostrarse alterado al verla. Se repitió a sí mismo una y otra vez que no debería caer en sus tretas.

   Sin embargo, la mujer frente a sí notó la manera en que Maddox titubeaba y supo que no estaba todo perdido.

   Su expresión dolorida y necesitada de atención hizo que Maddox se sintiera vulnerable.

   Se acercó a él colocando sus manos sobre su pecho y disfrutando sentir los acelerados latidos de su corazón.

   Sabía que lo tenía donde siempre había estado. Maddox seguía siendo para ella el niño manipulable y tonto que creyó que ella lo quería y ahí estaba de nuevo sucumbiendo a sus encantos como hacía años.

   Era absurdo negar que Maddox le gustaba y mucho, siempre lo hizo e incluso contempló la posibilidad de quedarse con él cuando supo que heredaría pero después las cosas cambiaron y quién heredaría todo sería el mayor de sus hermanos, lo que la obligaba a dejarlo o quizás lo hubiera conservado de no haber sido descubierta, como haya sido se vio obligada a mentir para salirse con la suya y de nada había servido, el viejo vivió muchos años más en los que pospuso su boda por sus constantes achaques y ahora que todo se había destapado dejando Maddox como legítimo dueño de todo la obligaba a buscarlo y engatusarlo de nuevo.

   Se acercó los suficiente hasta él para dejar que sus labios se rozaran y sus alientos se mezclaran.

   Maddox no se movió, la observó de forma detenida mientras Pepper lanzaba sus mejores armas de conquista.

—Sé que en el fondo sigues queriéndome tanto como yo a ti —dijo sin moverse un ápice.

  Él no respondió en cambio como si sus manos tuvieran vida propia se colocaron en la cintura de Pepper que envalentonada se acercó un poco más hasta enrollar sus manos en el cuello.

   Esta vez dejó que sus labios rozaran los de Maddox en una invitación silenciosa que él no dudó en aprovechar.

   El beso comenzó sin romanticismo, al contrario, fue un beso apasionado, lujurioso y cargado de resentimiento.

   La besó como si estuviera castigándola. Con rudeza, sujetando su rostro con una de sus manos apretando su mandíbula con fuerza.

   Pepper respondió de la misma manera sonriendo victoriosa al verlo rendido.

   Deslizó sus manos por el pecho de Maddox corriendo la chaqueta y quitándosela de inmediato.

   Volvió su atención a la corbata pero sus muñecas se vieron aprisionadas por la manos del hombre que las bajó y no dejó que le quitara la ropa.

   Él por el contrario abrió su vestido de una solo tirón deslizando el cierre con facilidad dejando al descubierto su cuerpo solamente cubierto por la lencería de encaje.

   Pepper le sonrió y coqueteó sabiendo lo mucho que Maddox disfrutaba los juegos previos.

   Sin embargo, este solo la tomó de los hombros arrodillándola de un empujón.

   Se desabrochó el cinturón y bajó la ropa a medias dejando al descubierto su prominente erección.

   Pepper conocía cada uno de los gustos de su antiguo amante y como mujer experimentada que era sonrió antes de tomarla entre sus manos.

   Empezó a repartir besos húmedos por su erección, recorriéndola con pericia y humedeciéndola con sus carnosos labios sin dejar de verlo.

   Dejaba que sus labios envolvieran la punta y soplaba con su aliento caliente para invitarlo un poco más mientras lo observaba cerrar los ojos en claro gesto de placer.

   Saboreó el miembro antes de meterlo completamente en su boca por completo y jugueteó con su lengua antes de comenzar una frenética y ruda felación que no sacó a Maddox ni un solo gemido pero que lo veía hacer gestos de placer.

   Las manos de Maddox se cerraron sobre su cabello y la obligó a quedarse quieta mientras esta vez era él quien tomaba el mando y penetraba con rudeza su cavidad bucal una y otra vez.

   No dio tregua y embistió sin calentamientos previos. Vio lágrimas arremolinándose en sus ojos y sufrir arcadas cada vez que Maddox entraba con tanta rudeza y contundencia.

   Cuando se cansó la tomó del cabello para ponerla de pie mientras la escuchaba toser y tomar aire. La giró para dejarla de espaldas a él, obligándola a que tuviera que colocar las manos sobre el respaldo del sofá y dejará su sexo a merced de Maddox.

   Se agachó solo para sacar un preservativo que se puso de inmediato y sin más se acercó hasta ella penetrándola de una sola estocada.

   Escuchó el gemido de dolor al no estar completamente lista y aún así comenzó a moverse con brusquedad a embestir sin piedad buscando una liberación pronta.

   La sujetó de las caderas con tanta fuerza que estaba seguro de que le hacía daño y aún así no se detuvo.

   Siguió entrando y saliendo de su cuerpo con fiereza mientras la escuchaba gemir entre placer y dolor.

   Maddox no pretendía darle un orgasmos, solo quería desfogarse y liberarse por fin.

—Eres mi zorra —dijo tomándola del cabello y obligándola a echar la cabeza atrás con una ligera muestra de dolor.

   Su cuerpo estaba arqueado tras los embistes de Maddox y su cabello sujetado en un puño.

   Las embestidas se hicieron mucho más rudas si es que eso era posible dejando a Pepper sin aliento frente al dolor.

   Maddox comenzó a invadir su sexo mucho más duro golpeando una y otra vez mientras el sonido de sus pieles chocando invadían la sala.

   Las dos manos de Maddox se apoderaron esta vez de su cadera que parecía ya no resistir más el trato que recibía de su amante mientras los moretones comenzaron a aparecer por el trato.

   Finalmente con un quejido apenas audible Maddox se liberó clavando los dedos en el cuerpo de la mujer.

   Ella creyó que continuaría hasta que ella obtuviera uno de esos orgasmos que que solo él sabía darle; sin embargo, no pasó.

    Maddox se quitó el preservativo y lo lanzó a la papelera cercana. Se vistió y recogió el vestido y la ropa interior de Pepper antes de tomarla de los brazos con fuerza y arrastrarla a la salida.

—¿Qué haces? —dijo la mujer contrariada al verlo—. ¿A dónde me llevas?

   Abrió la puerta de su departamento y sin más la lanzó fuera dejándola botada en el piso desnuda.

   Le aventó el vestido y la ropa interior y posteriormente sacando su billetera le lanzó unos cuantos billetes.

—¡Lárgate zorra! —dijo mientras ella lo miraba con incredulidad—. Si creíste que iba a caer en tus garras, déjame decirte que eres mas estúpida de lo que pareces. A las putas se les trata como lo que son y se usan como lo que son, ya te usé y ya te pagué, ahora lárgate de mi casa maldita zorra y no te atrevas a volver por aquí porque voy a hacer que te arrepientas.

   Cerró la puerta solo para desvestirse de nuevo y volver al baño donde se terminó bañando pensando en que lo había hecho mal, había cedido una vez y eso solo significaba que debía alejarla o de nuevo terminaría envuelto en una relación con ella que esta vez sí lo destruiría.

   Cuando estuvo vestido de nuevo salió pero ella ya no estaba ahí, así que salió del edificio y condujo hasta el casino de nuevo.

    Verificó su celular donde tenía varias llamadas de Max pero solo envió un mensaje diciendo que estaría ahí en cualquier momento.

   En cuanto llegó al casino entró y se dirigió hacia Max que lo miró con gesto curioso.

   Hablado con él sobre algunos pendientes y le dijo que estuviera al pendiente por si Parker necesitaba algún tipo de ayuda.

   Bajo de nuevo y caminó hacia la cocina donde la vio.

   Estaba junto a la cocinera que decía algo pero apenas lo vio se quedó callada.

   Hizo un gesto con la cabeza para que abandonara la cocina y se acercó a Brooke.

   Lavana algo y no levantó la vista aun cuando supo que estaba a su lado.

—Hola —dijo.

—Hola —musitó la chica en un tono que le hizo fruncir el ceño.

   Tomó su barbilla pero ella rehuyó. De nuevo lo intentó consiguiendo ver su rostro y abriendo mucho los ojos al ver lo que tenía.

   Su rostro inflamado y amoratado dejaba claro que algo no estaba bien...

Gracias por la espera y bueno pues creo que las cosas están un poquito torcidas en la vida de Maddox. 😂😂😂💖💖💖

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