Capítulo 11
No tenía idea cómo la chica sabía eso pero debía haber algo de cierto de lo contrario no lo aseguraría.
—Yo no conozco a Parker —dijo Brooke mirando a la joven—. Siempre veo a tres y tengo prohibido entrar a su oficina.
—Tiene una deformación en sus piernas por eso no le gusta que lo vean —aseguró la joven con determinación—. En realidad Parker y yo tuvimos algo hasta que esa zorra llegó.
—Entonces la relación es seria —dijo intrigada—. Ve a dejar la comida y vuelves para que platiquemos mientras comemos algo.
La incentivó a llevar la comida y esta asintió. Esperó a que volviera para seguir platicando, mientras sirvió la comida para ambas.
La chica volvió y se sentó frente a ella.
—Por cierto soy Megan —dijo riendo.
—Me llamo Brooke —respondió—. Me alegra que estés aquí, no tengo nadie con quién platicar y siento el día lento.
—No estoy a diario por acá y cuando estoy descanso dos días seguidos —respondió—. Igual cuando esté por aquí vamos a platicar de todo.
—Claro, pero cuéntame lo de Parker —dijo intrigada—. No sé nada de él y se me hace tan raro todo. No sé qué pensar.
—Pues tal como dije él y yo tuvimos algo —acotó con nostalgia—, pero entonces Melina llegó a arruinarlo todo y Parker se olvidó de mí por completo.
—¿Entonces ella es oficialmente la novia de Parker? —musitó pensando en la plática que habían tenido.
Tal vez ella no era mala pero se enamoró de él pero por qué ayudarla a ella con lo de Maddox.
—Es su amante —respondió furiosa—. Parker no la quiere.
—Pero dices que es la que está con él —acotó sin saber a dónde iba la conversación.
—Si la quisiera no la compartiera —dijo y un jadeo de sorpresa salió de la boca de Brooke—. Melina también se acuesta con Max, Hurs y Maddox, es preferida de Parker pero no la única.
Se llevó las manos a la boca anonadada y siguió mirando a la chica.
—Yo la he visto estar con los demás, la encontré en una ocasión con Max y después con Maddox así que es obvio lo que pasa —continuó despotricando—. Por eso ella se siente intocable, los cuatro la protegen.
Brooke recordó que la había visto abrazada a uno de ellos en el pasillo y aunque le pareció monstruoso que cuatro hombres compartieran a la misma mujer se dijo que ella nada tenía que decir al respecto pero entonces por qué le había pedido que enamorara a Maddox.
Tal vez quería librarse de él pensó o tal vez Megan se equivocaba y no eran amantes.
—Tal vez Parker no lo sepa —dijo ella imaginando lo que pasaría en un ambiente así.
—Claro que lo sabe —dijo ofendida—. Yo misma le llevé las pruebas pero él solo se encogió de hombros.
Los ojos de Brooke seguían muy abiertos al escuchar todo eso.
Pensó en que debía apresurarse a seguir el plan o ella tal vez se arrepentiría y terminaría por alertar a Maddox.
Siguió hablando con la joven mientras comía pero fueron interrumpidas por la llegada de Maddox.
Ambas se pusieron de pie y lo miraron y luego entre ellas creyendo que tal vez el hombre había escuchado algo.
—Largo —dijo a Megan que asintió y se fue sin más.
Maddox se acercó a ella y disfrutó verla nerviosa, para él era una muestra de lo mucho que la afectaba pero poco sabía que en realidad ella temía una reprimenda por estar envuelta en chismes.
—La comida estuvo deliciosa —dijo y la vio soltar el aire retenido—. Soy bastante exigente con lo que como pero me ha gustado mucho.
—Me alegra. —Fue su única respuesta.
Maddox tomó su cabello y comenzó a jugarlo entre sus dedos antes de colocarlo detrás de su oreja.
Acarició despacio su barbilla y luego recorrió su mandíbula hasta llegar a sus mejillas.
—¿Lo harás mañana de nuevo? —susurró acercando sus labios a los de ella en un acto descarado.
Brooke se sonrojó y sonrió en una muestra de lo que podía hacer atrayendo su atención.
Lo vio reír al ver su rostro y se felicitó a sí misma, aunque no sabía qué más hacer para mantenerlo interesado, si es que lo estaba.
Esperó a que fuera él quien tomara la iniciativa y no se resistió cuando las manos de Maddox aprisionaron su cintura y la atrajeron hacia su cuerpo.
No sé resistió, tenía miedo por supuesto, pero eso era parte del plan así que se dejó envolver en sus brazos y dejó que sus labios rozaran los suyos.
Contrario a lo que pensó no fue un beso demandante y profundo, era como si él estuviera conteniéndose y solo le dió un beso casto, limpio y sencillo.
Ella respondió de la misma manera, no pretendía dar una imagen contraria a la que estaba demostrando.
Enredó sus brazos en el cuello de él mientras la sujetaba con fuerza de la cintura y aunque el beso no duró mucho tampoco duró poco, más bien lo necesario y para ella estuvo un paso adelante de Maddox.
Cuando se separó de ella no supo qué decir, así que solo le sonrió y él por su parte tampoco supo qué hacer dado que nunca en su vida había tenido la necesidad de iniciar ningún tipo de cortejo.
Todas las mujeres llegaban a él, incluso Pepper había llegado así, sin ser planeado y lo que había empezado en la cama se volvió amor.
Le devolvió la sonrisa a Brooke que se separó con un carraspeo y se alejó solo un poco antes de que Max y Hurs entraran a la cocina.
—Gracias por la comida —dijo Hurs y ella sonrió en respuesta.
—Cocinas muy bien —secundó Max tomando una de sus manos y dándole un guiño.
Maddox observó a su amigo y después a ella que se sonrojó. Le dieron ganas de matar a Max.
Había sido claro al decirle que no se acercará pero más bien era como si le hubiera dicho lo contrario.
Se acercó a ella pero Max tenía toda su atención mientras Hurs veía la escena con diversión.
El brazo de Max se cerró sobre la cintura de Brooke desde atrás sobresaltándola y poniéndola nerviosa.
Si bien a ella le parecía que el hombre era asquerosamente guapo no podía perder el tiempo enfocándose en él.
La deuda era con Maddox y tenía que hacer lo suyo.
Se alejó de Max y se apresuró a recoger los platos que dejaron Megan y ella para lavarlos y fingir que tenía mucho que hacer.
Max sonrió divertido al ver la cara de su amigo. Si bien, la chica era muy bonita y tenía que admitir que si la oportunidad estuviera, él como siempre no desaprovecharía también debía reconocer que le encantaba incordiar a Maddox.
Era tan malo conquistando como era él bailando y disfrutaba ponerlo en aprietos.
Tenía ventajas sobre su amigo y lo sabía. No conocía el fracaso con las mujeres y Brooke no era la excepción, solo que él no tenía intenciones de conquistarla, solo quería incordiar a su amigo.
Maddox le lanzó una mirada que dejaba claro lo harto que estaba de verlo hacer eso, así que tomó a Brooke de la muñeca y la sacó de la cocina guiándola hacia el cuarto de servicio donde la observó con detenimiento.
Estaba sonrojada y nerviosa lo que significó un retroceso para él.
—¿Te gusta Max? —preguntó sin rodeos.
Brooke mentiría si dijera que no, pensó que a cualquier mujer con buen gusto y visión le gustaría un hombre como él pero evidentemente no podía decir eso o echaría por la borda todo.
—No —musitó retorciendo sus manos—, pero me pone nerviosa que se acerque y me da miedo que se tome libertades. La deuda es contigo no con él.
Aunque no era lo que esperaba escuchar porque la chica estaba dejando claro que dejaba que la besara y tocara porque no podía negarse, al menos le complacía escuchar que Max no le gustaba o complicaría su plan.
Tomó nota de la serie de amenazas que usaría contra su amigo para que dejara de hacer tonterías o tendrían problemas.
La tomó de la mano y dejó un beso en sus nudillos que la sorprendió pero la hizo sonreír.
Se acercó para tomar su rostro entre las manos y dejó un beso en su mejilla.
—Olvida la deuda por ahora —dijo dejando otro beso—. Ahora no estamos hablando de eso sino de algo más.
Bajó sus manos de nuevo recorriendo sus brazos hasta llegar a su cintura donde se detuvo y la sujetó.
La acercó a él y de nuevo comenzó un beso que pretendía ser suave e invitarla a que fuera ella quien marcará el ritmo; sin embargo, ella no adelantaba nada, solo se dejaba llevar y dejaba que Maddox la guiará a su propio ritmo.
Siguiendo su naturaleza de cazador recorrió la espalda baja de la chica y estableció sus manos sobre el trasero de esta que no opuso resistencia y se dejó llevar.
Sus manos apretaron los globos de su trasero acercándola a él para dejar claro sus intenciones.
Se había cansado de jugar al muchachito de las manos sudadas así que seguiría su propio instinto, al menos en eso, en lo demás pensó que podría hacer algunas concesiones.
La levantó por el trasero y caminó con ella hasta recargarla sobre la pared escuchando como algunas cosas caían.
Sintió como ella envolvía su cuerpo con sus piernas y la sujetó llevándola mientras la besaba con la única forma que sabía.
El beso por supuesto tenía la intención de provocarla, cosa que consiguió de inmediato y que solo sirvieron para engordar su ego.
Subió una de sus manos hasta los senos de la chica pero la entrada de alguien en el cubículo de limpieza hizo que se separaran.
—Lo siento —dijo una de las meseras completamente avergonzada.
—¿No sabes que tienes que tocar? —inquirió Maddox con la voz dura.
—Lo lamento no sabía que había alguien —respondió.
Brooke salió de ahí sin decir más mientras él miraba a la chica furioso.
Quiso reírse de lo idiota que se escuchaba diciendo que tocará cuando era el cuarto de los insumos para limpieza, así que solo salió de ahí sin más y se fue a su oficina fastidiado y con una erección que dolía.
Tomó sus llaves y salió de ahí enojado, frustrado dando un portazo como siempre que le boicoteaban un encuentro sexual.
Hurs lo encontró en las escaleras y le dió una mirada que dejaba claro que lo sabía y estaba listo para burlarse de él.
—¡Vete al diablo! —dijo saliendo del club y caminando hacia su auto en el estacionamiento que solo compartía con ellos donde se quedó sentado dentro calmando su mal humor.
Tomó su teléfono y marcó a su amante de turno para citarla e incluso amenazó con que tenía solo unos minutos para llegar o se metería en problemas con él.
Se quedó ahí varios minutos en los que espero hasta que la rubia voluptuosa se asomó y subió al utilizar sin más.
—Desvístete —dijo sin preámbulos.
—¿Aquí? —inquirió la mujer.
—Samantha, si te pedí que te desvistas es porque aquí será —dijo molesto—. Sabes que me pongo de mal humor cuando me interrumpen el sexo además en este lugar nadie viene a excepción de mis amigos. Solo hay cuatro autos, cuatro socios, ¿te suena a algo?
La mujer no dijo nada sabiendo que Maddox era así cuando estaba mal humorado y prefirió obedecer.
Este miró hacia afuera mientras desabrochaba su cinturón y la bragueta de su pantalón pero se detuvo al ver a Brooke salir por la puerta al estacionamiento.
Se suponía que ella no debía salir por ahí, sino como cualquier otro empleado debería hacerlo por la puerta del servicio que evidentemente no daba hacia el estacionamiento privado.
Detrás de ella Maximilian aparecía levantando la mano mientras su auto sonaba al ser desbloqueada la alarma.
—¡Hija de perra! —dijo al verse engañado...
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