VI. Corazón de galleta
Un recuerdo amargo acompañado de aprendizaje y amor.
Quizá, uno es capaz de ahogarse en vasos de agua, si uno empieza y no es consciente de su entorno ni de la realidad que le aqueja. En su momento así le pasó a Pamela Juárez, una chica que en definitiva su mundo estaba lleno de tranquilidad y la vida le había regalado una familia amorosa y amigos leales. Ella no estaba impulsada a buscar un príncipe, sin embargo llegó aquel día en el que un joven cautivó su corazón, aquel que sería su más grande ilusión, también sería el verdugo que condenaría el amor que alguna vez existió.
Ahora ella intenta sonreír, mientras sobrelleva aquel luto impuesto en sí misma, tal vez no de forma literal, pero sí es visible hasta en la expresión que se encarga de portar como intento de calmar cualquier muestra de preocupación de alguien que la pueda conocer. Contiene un suspiro, mientras camina rumbo al trabajo, no quiere ceder a la tentación de revisar los mensajes o su buzón de voz.
La nieve cae de forma leve y el frío es bastante tolerable si se está bien abrigado. Pero aquello lejos de calmarle, fue capaz de crear una detonación en sí, pues ella lucha por no llorar, al dar rienda suelta y rememorar aquel diciembre donde se abrazaron acompañados de la nieve.
Ahora ella lucha por mantener su convicción y no dejarse derrumbar.
No lo sabe, pero ella no es alguien frágil, es fuerte como el metal, pero delicada como una flor.
Ella se dedica a archivar documentos y recibir llamadas, el trabajo de recepcionista es bastante bueno, el guardar la documentación del archivo muerto, fue un plus, le ofrecieron pagarle un poco más si se dedicaba a eso, antes de que el local cerrara sus puertas por ese día. Aunque es alguien de naturaleza perezosa, el dinero era algo que la alivianaría de unas deudas, así que no lo pensó dos veces y allí estaba.
Ella había elegido la carrera de diseño gráfico, sin embargo no ha encontrado un buen trabajo referente a dicho campo; así que se conforma por el momento. Pues también cuida a su mamá porque la mujer no puede trabajar, debido a una lesión en la cadera así que como buena hija le cuida sin reprochar nada, además su mamá es muy paciente llena de cariño para con ella además adoptó a un gato hace unas semanas.
— Agh en definitiva me caería muy bien tomar un trago de algo caliente en este momento —
Se encontraba sola, en el cuarto de archivo, nadie le molestaba mientras se hallara allí por orden de los superiores. Aunque su ambiente laboral no era el mejor en algunas ocasiones, siempre prefiere buscar soluciones que generar problemas a otros. Pero a veces la paciencia se va de vacaciones y tiene que aguantar las ganas de maldecir a medio mundo.
— El cansancio me está matando y todavía me falta ordenar, esto es agotador, pero necesito generar ingreso o moriré de hambre —
— ¡Maldito frío de mierda! —
Allí ella reprime las vueltas de su mente, mientras dure su larga jornada laboral.
[...]
Después de su jornada, la chica de cabello castaño y ojos oscuros estaba molida y se retira a su casa apenas despidiéndose de sus dos compañeros que aún se quedaban a raíz de que eligieron realizar horas extra, ella logró terminar poco después de las nueve de la noche, así que no lo piensa demasiado, camina a paso rápido y toma el autobús de la ruta.
Exhala con pesadez, debido al esfuerzo, pero una vez logró sentarse para su fortuna cerca de la ventana, pone a volar su imaginación por lo menos por los 20 minutos que duraba el recorrido, aunque no dejaba de verificar pues en momentos le entraba el modo paranoico, temía perderse a pesar de que esa es su ruta cotidiana. Cuando ingresa a su recinto su madre le recibe con la cena en la mesa y una sonrisa, el gatito le mira con curiosidad, por causa de su cabeza llena de algunos copos de nieve.
— ¿Cómo te fue hoy, hija? —
— Bien mamá, aunque ya te he dicho que no hagas esfuerzos, no me gustaría que te lastimaras otra vez —
— Sé que estoy lastimada, pero me agrada poder ayudarte en algo, no me gusta ser inútil —
— Mamá, tú no eres ni una pizca de inútil, solo haz cosas que no requieran mucho esfuerzo o cargar cosas pesadas ¿De acuerdo? —
La madre, debajo de los lentes, le mira con cariño y sonríe a la joven mientras termina de servir el café. Cuando la cena terminó, decidieron ver televisión mientras descansaban en una mecedora cada una, para evitar que la comida les cayera pesado.
— Creo que comeré unas galletas con leche —
— ¿No te llenaste, Pam? Si quieres te preparo un sándwich o unas sincronizadas —
— No te preocupes, es solo antojo necesito un poco de leche caliente, aún hay galletas ¿Verdad? —
— Si, eso creo están en la alacena —
Pamela, se estiró para alcanzar las galletas y se relame los labios, siempre regresa a ser una niña si le hablan de galletas con chispas de chocolate.
Se colocó en su lugar mientras seguía viendo por ratos la televisión, había una buena película pero amaba comer galletas, y se concentra en ello.
— ¡Ay! A veces siento que mi corazón es tan frágil como una galleta — dijo en un susurro inaudible la joven mientras observa a su galleta hundirse en la leche, así que corre a buscar una cuchara para comerla.
[...]
Más tarde, en su habitación, mientras sintoniza una estación de radio en volumen bajo, con una libreta llena de brillos en la portada y una rosa al centro, toma una pluma y se pone a reflexionar dentro de sí, mientras da rienda suelta al corazón dolido.
La joven tiene encanto, aunque no es tan delgada, es ligeramente regordeta, alta y de piel pálida, su madre tiene la piel más doradita por causa del sol, pero en su juventud era igual a la chica. Pamela nunca se sintió acomplejada por el físico, pero no puede entender la lógica de su ex-pareja
Una lágrima traviesa, cae mientras continúa su redacción.
Corazón de cristal
Una tarde muy aburrida, me encontraba sentada en mi lugar de trabajo. Sumamente inspirada me dispuse a dibujar en tinta negra un corazón con prolijidad lo remarcaba y me enfocaba muchísimo en los detalles del mismo.
Muy contenta con mi resultado me encargué en remarcarle líneas para que se pudiera aparentar que era "de cristal" deseaba hacerlo en tinta color rosa me puse a buscar y después de crear un revoltijo en toda mi mochila fracasé en mi búsqueda del bolígrafo.
Así que me dispuse a colorear el dibujo en tinta negra y al ser las líneas del mismo tono
Se disiparon y difuminaron con la tinta oscura.
Así que era imposible distinguirlas. Después de mucho meditar, concluí que así deberían ser mis emociones. No mostrar a los demás el corazón de cristal o se encargarán de hacerlo pedazos.
Ser fuerte y tener un corazón que disipe el dolor de manera que no sea evidente y se vuelva parte de ti.
Terminó de escribir y cerró la libreta mientras coloca el candado, intenta contener el llanto pero fracasa y rompe a llorar, mientras el gato es su único testigo, además de la luna que se ve afuera de la ventana.
Llorar no es sinónimo de debilidad.
Aunque ella no fue capaz de verlo aquella noche.
[...]
Años más tarde ella creció y encontraría a esa persona nuevamente, ya no atesoraba sentimientos en su corazón hacia él, mientras este último le lloraba pidiendo perdón por los errores del pasado.
Ella no le guardaba rencor por ello a pesar de que en su momento ella incluso decía odiarle, porque esa persona se había burlado de ella al engañarle de ese modo y jugar con sus sentimientos.
Pamela pudo respirar y dejar ir. Es irónico como las cosas suceden, pero pudo entender que la vida da muchas vueltas, era feliz no dejaría que nadie le quitase esa satisfacción de haber logrado su trabajo soñado y vivir bien con su familia.
No deseaba venganza pues el destino se encargó por si mismo de proporcionar lo que se merece cada uno.
Gracias por leer este pequeño escrito porque al final lo dejé así por comodidad.
Me gustó mucho ☺️✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top