III. Espejo roto
¿Por dónde debería comenzar?
No puedo entender cómo es que mi fachada se había roto en ese momento, quería desaparecer y no mirarte a los ojos ni una sola vez, había reprimido tanta ira, descontento, insatisfacción, fastidio, dolor y un anhelo vacío por decir algunas emociones no pude soportar más; cuando preguntabas si me encontraba bien, quería decir que sí, esperaba me dejaras sola, como siempre lo haces cuando las cosas salían mal, eso permitiría rearmar mi máscara, el espejo interior que contenía gran parte de mis sueños, anhelos e ilusiones seguía allí, lleno de grietas pero todavía funcional. Pero tus palabras seguían allí, insistentes y llenas de preocupación genuina, eres amable nada más; pero era algo raro de comprender ante mis ojos.
Por ello, mi corazón mantuvo una profunda melancolía pues alimentaba ilusiones a través de simples sueños, donde te designa cómo boceto de mi etérea creación soñada. La perfección no existe, tampoco los sueños pueden ser reales, únicamente vivía imaginando mil y una realidades porque la vida misma me resulta una porquería.
O tal vez porque mis expectativas se hacían pedazos a cada momento por lo irrealizables que son.
Es lógico, me caes bien, pero conozco que no soy alguien muy sana para convivir a causa de mi inseguridad interna, buscaba el camino fácil como lo había hecho cada minuto de mi vida, evadir la realidad, no asumir ninguna responsabilidad de una amistad perdida.
¿Somos amigos? Esa pregunta era un cuestionamiento frecuente dentro de la consciencia a veces sentía que si, otros días sentí todo lo contrario y me llenaba un sentimiento de amargura y culpa.
Debido a mi capacidad de establecer un "límite" en casi todos los aspectos a mi alrededor asumo muchas cosas, tal vez debido a mi ansiedad y las crisis nerviosas a causa de la misma. Había momentos donde mi euforia era máxima y sentía que todo estaba de maravilla, otros donde quería evitar mirar a los demás gracias a el declive emocional que experimento, el enojo y abatimiento es asfixiante y no quería desquitar mis frustraciones con otros por ello abandono a la primera de cambio sin importarme los sentimientos del otro, tal vez porque a muy pocas personas les ha hecho mella mi ausencia, la mayoría lo acepta sin mayor inconveniente. No oponen resistencia aún cuando en mi interior deseaba que alguien luchase por mi o al menos me demostrara interés, pero no puedo exigir o imponer lo que yo deseo a los que me rodean.
Trato de ignorar el atisbo de abatimiento que me atormentaba, me desplomo en el escritorio conteniendo el llanto, sin éxito alguno, el dique de mi razonamiento se rompió por completo dejando salir lágrimas de dolor, decepción y recuerdos malos.
Habías logrado herir mi corazón, con algo tan pequeño e infantil de cierta forma provocando una explosión de ira y palabras que no debí volver a repetir, un demonio que debí exterminar desde el primer instante y solo lo alimenté de esperanzas vacías junto a escenarios ilusorios, grandes deja-vú corrían dentro de la conciencia, sentí vergüenza la «fachada» se había quebrado como el cristal de un espejo.
Pero me enseñaste que la realidad es rara e incomprensible para un ser humano, donde las emociones pueden dominarte si no las manejas correctamente, yo mantengo una lucha constante contra ellas y el espejo roto como ilusión creada en la oscuridad de mi mente cayó de la pared de recuerdos.
No tenía máscara que me ocultase en ese momento donde levanté la vista con los ojos hinchados, aceptando que los sueños no se hacen realidad todo el tiempo.
Te miré con tristeza mientras saliste afuera, al quedar sola había tomado mi decisión final, si el espejo se había roto era momento de aceptar a mi verdadero ser.
Lloré hasta quedarme sin más lágrimas que sacar en ese instante, llegué a resignarme sin llegar a tener resentimiento alguno.
Sentí un poco de paz, la sombra de mi verdadero yo, entra y decide ocupar su lugar.
Lady- Xo
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