Vercheol 3

Sus ojos se abrieron de repente, despiertando con extrañesa. Estaba un poco somnoliento aunque ya un poco asustado por el hecho de despertar abruptamente en medio de la noche. Al lado de la cama solo había un vacío, que terminó por despertar a Hansol por completo. Vio la hora, quejándose un poco por el brillo de la pantalla. Se sorprendió cuando vio que marcaban las 4 de la mañana.

Se sentó en la cama, restegrando sus manos en sus ojos. Sus dedos rozaron entre sí, no quería adelantarse a los hechos. Se quito la colcha y se levantó, saliendo del cuarto hacia la sala, luego a la cocina y por último al baño, en ningún lugar encontró a SeungCheol. Sus cejas se unieron, su entrecejo apareció y una mueca de fastidio le bastó para completar su semblante preocupado.

SeungCheol salía del trabajo a las doce de la noche, así que ya debería estar en casa a estas horas. Suspiró, tomando la desición de llamarlo. El tono de llamada timbraba, en intervalos pequeños que lo desesperaba un poco. Confundido, volteo la cabeza al pasadizo que conecta el pasillo central con la puerta principal. Una vibración fuerte se percibia detrás de la puerta, una que sonó unos minutos antes de que le cortaran la llamada. Si el ambiente era tenso, ahora simplemente era totalmente aterrador. Su respiración subía y bajaba, deslizándose entre su pecho. Sus pies se quedaron allí, fijados con el pegamento del miedo a la entrada de la cocina. Tembló un poco y ni siquiera hizo algún ruido. Escucho la llave siendo volteada, abriendo el seguro de la puerta. La perilla se movió lentamente mas no se logró abrir, y así el sonido de la perilla le causaba escalofríos y estrés porque no se abría, como si no se le pudiera dar vuelta.

La abrieron, y quien entro cerró la puerta lo más cauto posible, caminando luego a la sala. Vio el umbral de la cocina, para luego entrar a la sala y cerrar la puerta. Hansol salió de su escondite de la cocina, analizando la puerta cerrada de la sala.

Escucho un llanto adentro, un lamento relativamente fuerte. Reconoció el llanto, era de SeungCheol. Unos gritos bajos que al parecer trataba de ahogar por cómo los largos ratos de silencio le informaban. Hansol preocupado se acercó a la puerta, abriéndola. SeungCheol cubrió su rostro no sin antes ver quien había entrado. Hansol se quedó parado en el umbral, viendo como SeungCheol se asustaba y se limpiaba las lágrimas con desesperación.

— Hyung... — Susurró apenado. SeungCheol estaba sentado en el sofá, dándole la espalda para ocultarse.

— ¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo. — Le dijo con la voz ronca, y nariz tapada por la mucosa. SeungCheol desvío su mirada a otro lado, evitando la mirada preocupada de Hansol.

— Usted también debería. — le respondió, acercándose un poco a SeungCheol. — Son las cuatro de la mañana. —

— Si ya sé, también tengo reloj. — le respondió sarcástico, tal vez tratando se sonar jocoso.

— Y lágrimas. — SeungCheol negó con la cabeza. — Hyung... — Hansol rápidamente se sentó al lado de SeungCheol, quien aún evitaba mirarlo y sentarse muy cerca de Hansol.  SeungCheol se quedó callado, pensativo mientras miraba sus manos. Hansol se sentó más cerca ignorando el hecho de que SeungCheol se apartaba moviéndose aún así sea unos centímetros.

— Ve a dormir. — Le ordenó, limpiandose los ojos. — No puedes levantarte tarde. —

— No tengo sueño, Hyung. — Le respondió. — ¿Por qué llora?

SeungCheol se quedó callado, temblando ligeramente por la agitación de haber llorado. Cruzó sus brazos, acariciando los mismos con nervios.

— Puede decírmelo, yo le ayudaré. O, bueno, si no quiere... — SeungCheol sabía que al voltear encontraría una sonrisa tierna y unos brazos abiertos a donde poder desahogarse. Hansol aprovecho que SeungCheol andaba pensativo para acercarse un poco más. — Estoy aquí para usted. —

a SeungCheol se le abrieron los ojos, y le brotaron unas cuantas lágrimas al ver la sonrisa pequeña y nada simétrica de Hansol. Y aunque SeungCheol no hizo nada más que mirarlo, los brazos de Hansol lo rodearon y encapsularon con fuerza para no dejarlo ir, aunque SeungCheol no quería soltarse de todas formas. Se quedaron un rato así, en silencio mientras Hansol abrazaba y acaricia la cabeza de SeungCheol.

Hansol dejó de abrazarlo cuando SeungCheol dejó de llorar, o al menos eso creyó oír.  Se miraron un segundo, siendo SeungCheol el primero en hablar.

— Yo... — Se limpió las mejillas, quejándose un poco por eso. Susurró algo que Hansol no entendió. Hansol le pidió repetir, y el rostro de SeungCheol se torno un poco rojo. El mayor abrió la boca, mas no salió ninguna palabra. SeungCheol se acercó más a Hansol, quedando muy cerca de su rostro. Susurró algo que a Hansol desconcertó.

SeungCheol estaba sumamente nervioso, tiritando levemente, sonrojado y tímido; algo que realmente nunca pensó ver. Se quedaron un momento sintiendo como sus respiraciones calientes chocaban, o algo así, realmente Hansol no lo recuerda muy bien.

— Mío. — Susurró otra vez, SeungCheol pero, esta vez mirando directamente a Hansol, seguro y con la voz más estable. — Sí? eres mío. — Hansol perdió la señal en ese momento. SeungCheol tomaba aire y volvía a hablar. — Mi lobito que me ama y siempre está aquí para mí. — Su voz volvió a temblar de nuevo, mientras SeungCheol contenía algunas lágrimas. — Mi hogar, mi persona especial... — Hansol lo miro sorprendido, y SeungCheol sin notarlo tomo su mano. — No me sueltes... — Empezó a llorar de nuevo, empapando sus pestañas y su acaloradas mejillas. — Sé que no quieres depender de mí por tú bien. — Trago saliva. — Y yo estuve haciendo horas extras en el trabajo por ello, porque sé que es lo correcto, alejándome. .. — Agitado tomó algo de aire. — Pero, sigo siendo el mismo niño que te quiere solo para él, el mismo niño celoso y egoísta. — Hansol apretó ligeramente la mano de SeungCheol, y el último siguió hablando mientras acaricia la mano de Hansol. — Ni siquiera somos novios, solo vives en mi casa porque te deja cerca a la universidad. — Seungcheol se limpio un las lágrimas por incomodidad, viendo a Hansol. — Y me gusta la relación versátil que tenemos, cuando me dices esas cosas bonitas... — Sonrió un poco, durando unos cuantos segundos antes de volver a esa expresión triste del principio. — Pero, tengo miedo que alguien aproveche y te lleve solo porque yo no puedo ponerte un nombre por mis temores. — Trato de respirar, pues entre todos los fluidos le impedían hacerlo. — Tengo temor a lastimarte, aunque ya lo he hecho antes. — Desvío la mirada antes de morder su labio. — Lo siento, soy tan egoísta que no quiero que quites tus ojos en mí. — El aliento pesado de SeungCheol le hizo tomar la otra mano del mayor. — Quiereme, ámame de esa forma. — Unió las dos manos de Hansol con las suyas, apretandolas con fuerza. — No te fijes en nadie, solo en mí. — las lágrimas cayeron sobre sus manos. — Y cuando ya no tenga miedo, vamos a estar juntos. — Trato de sonreír, pero la sonrisa ni si quiera sé formó y se desmoronó al instante, reemplazada por una expresión de dolor que atravesó el corazón de Hansol.

— Hyung... — SeungCheol no se atrevió  a mirar, con la cabeza gacha espero lo que fuera, tal vez un rechazo o algo bueno.

— ¿Seguirás esperándome?

— Siempre, igual no hay otra persona en este mundo que ame como lo amo a usted.

— ¿Me lo juras?

— No juro nada, no quiero lastimarlo.  —SeungCheol confundido e irritado le respondió.

— ¿Tú? yo soy el malo aquí.

— ¿Ah?

— soy la cosa horrible.

— No, claro que no. Es mi cosita preciosa. — Se acercó a su mejilla, dándole un beso a SeungCheol. Las mejillas calientes y húmedas de SeungCheol, se calentaron aún más y el mayor solo cerró los ojos disfrutando de los pequeños besos que limpiaban sus lágrimas. — No tengo opción a mirar a ningún lado, y yo esperaré todo el tiempo que necesite. — SeungCheol abrazo a Hansol, acomodando su cabeza en el cuello del menor. — Estaré aquí siempre, SeungCheol. —

__________

— ¡Hansol! — Un grito lo despertó. — Son las ocho de la mañana, vas tarde. — Le aviso antes de golpearlo con la almohada. — ¡Ya levántate!

— Ya voy... — Le respondió perezoso mientras abrazaba la almohada que SeungCheol le acaba de tirar. Hansol se acomodo de nuevo en la cama, mirando a SeungCheol quien salía del baño con el short y polo de siempre. El mayor se acomodaba las medias mientras se sostenía del marcó de la puerta del baño.

— ¿Vas a quedarte viéndome? — Suspiro fastidiado por la flojera de Hansol quien lo miraba con una sonrisa un poco tonta y adormilada desde la cama. SeungCheol se acercó a Hansol y el tomó su mano, sentandolo cama.

— Me gusta la vista. — SeungCheol sonrió y desvío la mirada. — Puedo llegar un poco tarde a la universidad, no hay problema.

— Eso dices, pero luego te da un colapso nervioso al rato. — Las risas de ambos resonó en el cuarto, siendo la de Hansol más fuerte.

— Diría que tiene razón... pero, eso ha cambiado. — SeungCheol miró hacia arriba, y luego a Hansol. — Todo ha cambiado.

— Eso parece ser... — SeungCheol se acercó a Hansol, quien rápidamente aceptó el beso de SeungCheol que de ser dulce se volvió un poco intenso. — Mi lobito.

— No diga que eso que yo-

— Mi lobito solo mio, ¿Quién es tu dueño?

— Yo, Hyung- — Hansol tambaleó en sus palabras, tomándolo de sorpresa.

— Dime quien es tu dueño. — Le dijo mientras se subía encima de Hansol y lo abrazaba.

— Hyung es mi dueño. — Susurró envolviendo a SeungCheol en sus brazos y dándole un beso en la cabeza.

— y Hansol es mi lindo lobito. —

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