Vendas
Al despertar le dolía absolutamente todo. Y ni siquiera estaba segura de a que se debía.
Se giró en la cama, sabía que había alguien a su lado. Al igual que Sabía que era Ban. Se sentó pero un gemido de dolor salio de su boca. Su zona le dolía. Era un dolor muy agudo. Necesitaba un buen baño. Pero no en ese. Un baño en la casa de su madre.
Fue a su habitación, era más de medio día, su hermano estaba en un viaje de negocios y su madre en un viaje con algunas amigas. Así que nadie la molestaría.
Preparó a la gata.
Se apresuró a salir de ahí y tomó un taxi. Tan sólo llegar fue directo al baño. Lleno la tina con agua caliente y algunas sales de baño que su hermano tenía. Aun recordaba que había hecho eso cuando perdió la virginidad. El cuerpo le ardía en su totalidad. Al recorrer con su mirada todo el espacio que tenia se dio cuenta que tenía marcas. Sí marcas de mordidas y arañazos. Tenía algunos recuerdos de lo que había pasado, no volvería a beber tanto. De haberlo hecho no estaría en esos momentos, tomando un baño de agua tibia para relajar cada uno de sus músculos y sobretodo esa Zona, con la que Ban no había tenido compasión. Así como todo, había sido o una experiencia única. Todo era único junto a Ban, sin embargo. Aunque le había gustado no quería repetirlo, no quería que se volvieran a lastimar.
Estuvo un rato ahí, hasta que se enfrió el agua. No le quedó más que salir y cambiarse
Ordenó lo que había ocupado, salió de la habitación buscando a la gatita, quien dormía cómodamente en la cama de Gustaf.
-Extrañas a Gustar, ¿Cierto princesa Yue?-. La gatita maullo y jericho le acarició.
Se preparó el desayuno y después volvió al departamento.
Ban se encontraba sentado en el sofá. Muy molesto por que Jericho había vuelto a irse. Estaba cansado y durmió muy profundamente. Así que no la sintió cuando se fue. La puerta fue abierta y la causante de su malestar entraba.
-Ya has despertado-. Murmuró ella
-¿A dónde fuiste?-. Pregunto de manera hosca.
-Tenia que hacer cosas
-Y eran tan importantes que no me pudiste avisar.
-Estabas dormido y no quise molestarte. Y sí, eran importantes. Llevé a la pequeña a dar una vuelta.
Dijo mientras mostraba la transportadora de la gata.
Ban suspiró al igual que Jericho. -Deberíamos de...
-Lo sé -. Murmuró Jericho.
Probablemente, Ban pudo referirse a un millón de cosas, sin embargo, Jericho sabía que debían hablar. No eran los mejores haciéndolo, usualmente eran más de acciones. Pero, si las acciones no funcionaban, deberían intentar con palabras.
Jericho dejo salir a la gatita que salió corriendo a la ventana. Jericho se sentó en el sofá, bastante apartada de Ban. A lo que el gruñó. Ban se acercó más y la tomó de la mano.
-¿Empecemos con que pasó ayer?
-Estoy casi segura de que tuvimos sexo salvaje-. Respondió Jericho. Ban negó con la cabeza
-Antes de eso.
-¿Fui con Helbram a beber?-. Eso fue más una interrogante que una respuesta.
-Eso ya es un avance, sin embargo quiero saber desde que te fuiste de mi cama-. Jericho no dijo nada, esperando a que Ban interpretará su silencio, pero el no estaba dispuesto a dejar el tema
-Anoche reclamante muchas cosas. No eres alguien que se queda callada. Habla
-Supongo que te lo dije anoche.
-¿El qué?
-¡El que sentía que moría de celos y furia!-. Dijo algo exasperada -¿Ya estas contento?-. Jericho se cruzó de brazos.
-Tus celos son infundados.
-¡Infundados, dices!
¿Entonces te parece bien que diga el nombre de otro hombre mientras duermo a tu lado?
-¡Por supuesto que no! No tendrías porque pensar en alguien más, cuando yo estoy a tu lado.
-Pero tu si puedes soñar con ella
-Puede que haya sido una pesadilla
-¡Dudo mucho que haya sido una pesadilla!-. Le gritó
Ban se acercó más y tomó su mano. -No sé que sueño pude haber tenido con ella. O el porque la nombre, sin embargo, si puedes estar segura de que te amo, A ti y sólo a ti-. Jericho contuvo un suspiro mientras Ban continuaba -Tú eres la única que me importa despierto o dormido, tu eres la causante de mis sueños húmedos-. Jericho apartó su mano, pero Ban la tomo enseguida.
Jericho lo miró con fastidio a lo que a Ban le pareció divertido. Pero Jericho era otra cosa, porqué si le decía cosas tan bonitas tenía que salir con sus bobadas.
Ban acercó sus labios a los de Ella.
Dando inicio así a
Un beso muy lento dulce y cálidos
Lentamente fue recortandola en el sofá, pero Jericho lo detuvo
-¿Qué pasa?
-No quiero hacerlo hoy, por favor-. Iba a renegar pero inmediatamente recordó lo que había pasado anoche
-¿Te lastime no es así?
Jericho no respondió, -Vamos a comer algo
Mientras comían el delicioso almuerzo que preparó Ban, y Jericho miraba a la gatita dormir en la ventana. Ban aprovechó para hablar.
-Sabes, hoy por la noche habrá una fiesta con Meliodas . Podríamos ir los dos, si así lo quieres.
-Claro-. Jericho siguió viendo a la gatita , quien comenzaba a removerse en el marco de la ventana.
Jericho aun tenía curiosidad de quien le había regalado el gato a su hermano, pues el nunca había querido una mascota y cuando le daban alguna jamás las aceptaba.
No era la primera vez que Jericho iba a la casa de Meliodas, alguna vez Guila la había llevado, más a fuerzas que de ganas. Y no había disfrutado ni un poco de la fiesta. Había más de un idiota mano larga.
Saludaron a todos los chicos. Y buscaron dónde sentarse. Jericho vio a Guila sentada en una mesa al fondo. Así que junto a Ban caminaron hasta ella , -Hola...- saludo Guila sin mucho ánimo
-¿Qué pasa?-. Preguntó Jericho al verla
-No es nada.
-Gowther no a venido el día de hoy, porque quedo de ayudar a una chica a estudiar y a Guila no le a hecho ni un poco de gracia-. Informó veronica mientras se acercaba a ellos.
-Ohhh-.
-Bueno Guila, no debes preocuparte. A Gowther no le interesan las mujeres. Es un asexual-. Le dijo Ban. Jericho le dio un codazo en las costillas y Ban miró la cara de Guila. Su rostro se mostraba ofendido pero sus ojos estaban vidriosos parecía una niña pequeña apunto de llorar
-OH eso pensábamos antes de que saliera contigo-. Se apresuró a corregir. Guila se recargo en la mesa
-Creó que Meliodas necesita ayuda-. Le dijo Veronica a Ban. Ban miró al chico quien llevaba varias cajas de cerveza
-Yo lo veo bien-. Jericho le proporciono otro golpe en las costillas y una mirada fulminante
-Creó que iré a ayudarlo-. Ban comenzó a caminar dejándolas solas.
Ambas chicas se sentaron junto a su amiga pelinegra. -Creen que Ban tenga razón y a Gowther no le interese nadie?-. Preguntó Guila algo afligida
-N... no-. Dijo Veronica no muy convencida. Ella no era demasiado cercana a el chico así que no podría decir mucho.
-Guila...- Le llamó Jericho -No le hagas caso a Ban
-¿Porqué no?
-Cuando lo has escuchado decir algo inteligente-. Respondió con una sonrisa. Guila empezó a reír estrepitosamente. Pues el alcohol en su sistema ya era demasiado. Demasiado para él poco tiempo que llevaba en la fiesta.
(⌛X)
❄
Me encontraba recostada en mi cama esperando a que Ban regresara de la universidad. Había estado vuelto loco con la elaboración de su tesis. La mía estaba casi terminada así que no estaba tan preocupada. El que tu padre fuera el director de la universidad tenía alguna que otra ventaja y también muchas desventajas.
Mi padre me había obligado a elaborar mi tesis desde hace tiempo al igual que a tomar mis prácticas. Gracias a ello ahora, tenía suficiente tiempo y aunque Ban también ya había terminado sus prácticas , ahora solamente se preocupaba por su tesis. Abrí mi cajón para ver algo con lo que entretenerme. En sí, buscando dulces, y lo primero que vi fue una venda, una venda que debería estar en el botiquín. Tomé un caramelo y me quede con la venda esperando que alguna idea se me viniera.
La puerta de entrada se abrió con ello una idea llegó. Esperé unos minutos en lo que Ban se instalaba, dejaba sus cosas y muy probablemente, se sentaría en el sofá a irritarse con su tarea.
Tome la venda y la desenrollé un poco. Justo como había dicho, Ban estaba en el sofá dando suspiros de frustración al ver su libreta.
Me coloque atrás del sillón y coloqué la venda sobre sus ojos -Jericho que haces-. Me preguntó mientras yo amarraba las vendas.
-Shhh-. Le dije al oído y di un pequeño mordisco sobre su lóbulo
Me pase frente a él lo obligue a recargarse en el Sofá.
Mientras recorría muy lentamente su cuello con mis manos. Lo besé mientras me sentaba sobre sus piernas.
Sabía perfectamente que Ban nunca se resistiría a mí. Tomó mi cintura y me pego más a él. Comenzó a deslizar sus manos hacia abajo hasta llegar a mi trasero. Nos separamos del besó -¿Estás desnuda?-. Me preguntó asombrado
-Deberíamos estar igual, ¿No lo crees?-. Le quite su playera y desabrocha su pantalón, cole mi mano y comencé a tocar su miembro. A lo que él comenzó a gemir. Me las arregle para quitar su bóxer y pantalón dejándonos totalmente desnudos. Volví a sentarme en sus piernas sintiendo aquel contacto entre nuestras zonas erogenas. Mientras nos besamos comencé a moverme restregando mis senos contra su pecho desnudo. Ban se quitó la venda a lo que yo no pude evitar una mueca. -Estoy jugando-. Le reclamé
-Lo sé-. Se levantó conmigo en brazos y camino a mi habitación. Me dejó sobre la cama
-Me gusta que juegues. Pero esto déjame lo a mí-. Me puso la venda sobre los ojos y escuche que abrió mis cajones
-¿Sabes? Hay muchas cosas entretenidas aquí-. Sentí alto suave en mis muñecas y luego la levanto intente moverla pero no tenía mucha libertad para hacerlo, me había amarrado a la cabecera
-¡Ban!-.
-Se que no eres experta en este ámbito, pero eres muy atrevida. Así que quiero enseñarte un par de cosas para que después puedas ponerlas en práctica. Claramente, sólo conmigo-.
💲
Comencé a repartir besos en su cuello. Debí haber hecho esto hace tiempo. Pues sabía que de esta manera ella lo disfrutaría tanto. Abrí el sobre mermelada que encontré en el cajón de Jericho. Y lo hecho sobre sus senos comencé a lamerlos. Sí me encantaba hacerlo y hoy sabían mucho más delicioso. Mientras lamía uno comencé a deslizar una pluma en uno de sus costados. Jericho empezó a retorcerse, ahora sabía lo que era tener demasiadas cosquillas.
Me detuve un momento le di a probar un poco de la mermelada e inmediatamente me dirigía a sus labios para ambos poder saborear aquel dulce, mientras la besaba comencé a tocar su vagina, dando lentas caricias sobre la vulva. A lo que ella respondió con gemidos. Que callaba con mis besos, Deje de jugar con los dedos y comencé a frotar mi miembro contra su entrada. Cambie la posición y la puse en cuantro, mi segunda posición favorita. Había encontrado un poco de Nutella en su habitación. Probablemente debería de revisar todo, Jericho tenia todo una dulceria en su habitación. Coloqué un poco de Nutella en su espalda y la limpié con mi lengua. Jericho volvió a retorcerse conforme pasaba mi lengua por su espalda. Ya no quedaba casi ningún rastros de la Nutella en su espalda. Así que comencé con las penetraciones. Cada vez más rápidas.
-Ahh-. Otro grito se escapaba de los labios de Jericho. Mientras la penetraba seguí jugando con sus pesones. Sus paredes se contrajeron contra mi miembro así que empecé a hacerlo más y más rápido hasta que ambos llegamos. Liberando mi semilla en su interior. Jericho se dejó caer en la cama y yo a su lado.
Se quitó la venda de los ojos y me miró directamente -Te amo-. Me dijo con una sonrisa dibujada en su rostro.
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