Juego de roles (2/ 2)
Gustaf fue quien abrió la puerta. Le dedicó una mirada fría a Ban, a Gustaf jamás le había agradado su ahora cuñado. Desde el primer momento en que lo vio, supo que no era bueno que viviera junto a su hermana. Pero la pequeña boba, nunca le hizo caso, y ahora lo tenia enfrente, invitándolos a pasar a su casa, de la mano de su boba hermana. Gustaf sabia que debió seguir insistiendo a que Jericho volviera a la casa, sin embargo, cuando ella se mostró firme y se negó a hacerlo y cuando vio el nulo interés que mostraban ambos, no vio tanto problema, ahora sabía que solamente era cuestión de tiempo para que el idiota se fijará en la boba.
Ambos chicos pasaron siendo guiados por la madre de Jericho al comedor. -Jericho deja de caminar encorvada.
Ban levanto una ceja incrédulo ante las palabras de la madre de Jericho. -No te parece suficiente con la ridícula ropa que traes. Yo no te eduque así
¡Ridícula!, !por dios! Tal vez Jericho no tenia el mejor sentido de la moda, pero ella jamás se veía ridícula.
-A mi me gusta-. Gustaf negó con la cabeza indicando a su hermana que dejase de hablar.
-Sientense por favor, en lo que traigo la comida-. Pidió la mujer
-Por favor Gustaf, dime que mamá no cocinó-. Le suplico a su hermano, cuando su madre entro a la cocina.
-No estoy seguro. Cuando llegué todó estaba listo.
Jericho dio un largo suspiro, su madre era una terrible cocinera. Y no era opcional el si querías comerlo. Te ibas hasta que lo terminarás. Y las idas al doctor eran constantes, cuando comías algo preparado por su madre.
Jericho se resignó a tener que comer lo que sea que su madre haya intentado hacer.
-Hoy e cocinado mi especialidad.
-¿Tienes una especialidad en cocina?-. Preguntó Jericho incrédula
-Si no te hubieras ido de la casa hace años, tal vez supieras que he mejorado mucho
-Si no me hubiera ido de la casa, madre. Jamás hubieras hecho el intento por mejorar en la cocina.
Jericho hizo una mueca de dolor, Después de sentir una patada en la pierna. Su hermano le daba un mirada de advertencia y ella solamente pudo fulminar lo con la mirada.
-Puedes probarlo y así juzgar tu misma lo que e hecho. Querida hija-. Ban sintió el ambiente tensarse,
-Puede hacerlo Ban, he oído que el es un excelente cocinero-. Comento Gustaf ganándose otra mirada reprobatoria por parte de su hermana.
-Sólo soy bueno, no es como si fuera un reconocido Chef.
-¿Entonces que eres?-. Preguntó la madre de Jericho
-Actualmente sigo siendo un estudiante.
La mujer le dio una mirada altiva lo que molestó a Jericho. -¿Y qué es lo que estudias entonces?
-Estudio Negocios internacionales señora.
-Ban Domina tres idiomas, madre-. Dijo Jericho antes de que su madre formulará otra pregunta.
-Y supongo que ya tienes un Lugar en el que trabajar en cuanto termines.
-Así es, entrare a trabajar para las empresas Demons.
-¿Es una corporación importante, como conseguiste entrar ahí?
-Al final lo que importa, señora, es que trabajaré ahí.
La madre de Jericho frunció el seño. Jericho solo rodó los ojos
-Por favor, continuemos con la cena.- pidió Gustaf
-Es buena-. Fue todo lo que añadieron sobre la comida
-Ya que ambos viven juntos-. Jericho miro a su madre ,quien llevaba unos minutos callada.
-Supongo que han pensado ya en una boda.
Jericho dejo caer el cubierto, no esperaba eso de su madre. Al menos en ese momento.
-¡Perdón!-. Aquella pregunta había tomado totalmente desprevenido a Ban.
-No esperaban que los siguiera dejando en unión libre.
-No hemos hablado aun acerca de una boda-. Mencionó Ban, mientras componía su semblante.
-Pues tienen que hacerlo si quieren seguir viviendo juntos.
-Mamá, es suficiente-. Pidió Jericho
-Si no esta dispuesto a casarse es porque no es el hombre para ti-. Aquellas palabras habían molestado a Ban. ¡Como ella se atrevía a decir que no era el hombre para Jericho!
-No veo problema en una boda. Aunque no creo que sea el mejor momento-. Hablo finalmente ocultando su indignación
-Siempre es bueno momento para una boda.
-Entonces deberías hacerlo tú-. Rebatio Jericho.
Ban apretó la mano de Jericjo por debajo de la mesa.
-Una boda es algo que Jericho y yo aún no hemos considerado, al final creo que es algo que ambos debemos decidir sin interferencia de terceros.
-Ban...- Le hablo la mujer, de manera tranquila. -Una boda es solamente por el bien de ambos, ya hablan suficiente de Jericho desde que saben que se mudo al mismo apartamento de un chico. Será peor si se enteran que ahora tienen una relación, más íntima.
-Eso únicamente te preocupa por ti. Por lo que hablan tus amistades, ni siquiera me importa si alguien hablar mal de mí, ¡por dios! ¡Lo único que se verá afectado, eres tú!
-Jericho basta-. Le pidió su hermano.
-Perdóname por querer mantener la imagen de esta familia.
-¿Cuál familia? ¡esto jamás a sido una maldita familia! ¡Jamás te preocupo el que podrían decir de los chicos que parecían huérfanos!
No vas a interferir está vez madre. No me harás lo mismo que le haces a Gustaf, cada que te presenta a alguien.
-Solo quiero lo mejor para ti.
-Entonces mantente al margen-. Ban volvió a tomar su mano, pero ella la quitó.
Se levantó de la mesa y se metió a la cocina.
-Ahora puedes ver el temperamento de mi hija, puedes salir corriendo si quieres. Nadie te juzgará
-Señora, no soy de los que salen corriendo a la primera, conozco bien cuan temperamental es Jericho, aun así estoy aquí para ella. Como su amigo, como su novio y confidente. Y si ambos así lo decidimos, su esposo. Espero y comprenda lo que le intento decir
Ban fue a buscar a Jericho. Así que por ello estaba tan nerviosa. Creyó que cuando le dijo 'no me conoces a mi cuando estoy con mi familia' solamente era una broma, una exageración de Jericho.
Jericho era totalmente vulnerable cuando estaba con ellos y cubría su vulnerabilidad con enojo, irá, frustración e incluso desprecio.
Entró a la cocina pero Jericho no estaba ahí, la puerta trasera estaba abierta, la cual daba hacia un jardín trasero.
¡Wow! era todo lo que Ban podía pensar, pues aparte de la cantidad de flores,había un estanque artificial en el cual había peses koi. Jericho estaba sentada junto al estanque tocando la cristalina agua con sus manos.
-¿Te encuentras bien preciosa?
-Eso creó.
-¿Quieres ir a casa?
-Creo-. Ban se sentó atrás de ella y la acomodo para que quedara recargada en su pecho.
-¿En verdad no te agrada hablar ni un poco sobre una boda?
-No es por la boda. Es la intención de mi madre. Eso es lo que no me agrada-
Ban empezó a acariciar su cabello
-Tal vez se preocupa por ti
-Vamos a casa-. Lo que menos quería Jericho era seguir hablando de su madre. Nunca entendió las intenciones de su madre mara hacer o dejar de hacer algo. Nunca entendió a su madre. Pues jamás se dieron el tiempo para conocerse. Para ella su madre era una auténtica desconocida, pues no fue hasta el divorcio de sus padres, que ambos se tomaron la molestia de conocer a sus hijos. Pero para aquel entonces, ambos estábamos tan acostumbrados a no tenerlos cerca, que comenzó a ser incomodo y trataron de evitarse. Todos. Por ello, el que ahora su madre hablara de una boda por su bien, solamente le producía molestar, pues no era exactamente lo que ella Pensaba
Solamente creía que su querida madre veía por su propio bienestar, no podía ver el de alguien más. Después de todo era una mujer bastante egoísta.
Caminaron hasta el comedor. Ahí seguía su hermano y madre.
-Veo que has dejado de hacer berrinche, siendo así, creo que podremos hablar más tranquilos
-De hecho, señora. Lo mejor es que nos retiremos, tal vez después podamos reunirnos y hablar de forma más tranquila.
Jericho no dijo nada, solamente tomo su abrigo y caminó fuera de la casa, llevando la mano de Ban entrelazada con la suya.
El trayecto a la casa fue en silencio. Hasta que Ban decidió parar en un parque cercano a su casa.
-Creí que tal vez podríamos pasear un rato. Jericho no lo dudo, aquel parque era hermoso, con vistas a un lago en el cual, en aquella temporada, estaba llena de patos.
Ban la abrazó por los hombros y comenzó a caminar por aquel pasillo iluminado por lámparas,
hasta llegar frente a aquel lago. Ambos se sentaron . Jericho mantuvo su vista al frente mientras veía una pequeña familia del patos.
Van no hizo más que atraerla hacia sí y quedarse abrazados por un largo rato. Hasta que la noche se volvió más fría. Fue cuando ambos decidieron que era momento de volver a casa.
En cuanto entraron Ban dijo que prepararía algo para beber. Mientras Jericho fue a su habitación por un cambio de ropa
Abrió su closet. Ahí colgado, estaba un traje que Guila le había dado solo para molestarla. Cuando necesitaba hacer sus prácticas.
Había pensado en tirarlo, claro que ese pensamiento nunca fue realizado y ahora sabía que podía darle un buen uso en el futuro.
Aunque pensándolo bien, podía ser esa noche, era una buena idea ambos necesitan distraerse, pero Ban era muy malo para contenerse.
Buscó en su cajonera, revolviendo todo lo que estaba ahí. Hasta encontrar lo que quería
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Me extrañó el que Jericho no haya salido en varios minutos. Cuando dijo que iría por un cambio de ropa, supuse que seria algo rápido. Iría a por su pijama, pero llevaba largo rato. Así que fui a revisar, pero no estaba en su habitación, tampoco en el baño. Muy seguramente estaría asaltando nuevamente mi closet, ya se les había hecho costumbre usar mi ropa para dormir.
Abrí la puerta, la luz estaba apagada, pero había una vela junto a mi escritorio, quedaba la luz suficiente para dejarme ver unas hermosas piernas cubiertas por unas medias de red.
-Me preguntaba cuanto tiempo tardarías en venir-. Me habló un tanto seductora.
Me acerqué más a ella, quien estaba sentada sobre el escritorio de mi habitación.
Usando una corta falda y un saco. Traía puesto unos lentes. -Vamos Jericho, baja de ahí
-Porqué no vienes y me bajas
-Creí que no deberíamos jugar hoy.
-Para todo existen segundas opciones.
Jericho me mostró un pequeño paquete. Sabía lo que era. -Parece que eres una secretaria muy eficiente-. Me acerqué a ella y tome su cintura. La bese.
-Que te hace pensar que soy tu secretaria. Porque no tu sexi jefa.
-Es tu turno de servirme-. Susurre en su oído. Y después la bese.
Jale la silla detrás de mí, y me senté en ella. Acomodando a Jericho sobre mí, mientras seguía besandola. -Creo que deberías tomar nota de los pendientes.
Jericho sacó un pequeño Blog de notas de entre sus pechos y un pequeño bolígrafo.
-Que debería de hacer primero. Jefe-. Me susurro al oído. Logrando que me estremeciera.
-OH dios, Jericho.
No debería enseñarte tanto, mírate. Usando los que te enseño en mi contra.
-Yo creí que estaba siendo muy eficiente-. Se relamio los labios. Así que, acerque mis labios a los suyos, dándole un apasionado beso.
Acaricie su pierna sintiendo sus medias, mientras iba metiendo mi mano a su falda. Hasta tocar su ropa interior.
Jericho soltó una gemido cuando cole mi mano en su ropa interior.
-Ban!-. Gritó cuando empecé a mover mi mano en su interior.
-Así que, deberíamos hablar de los pendientes-. Le susurre al oído.
-¿Y cuál sería el primero?
-El primer pendiente que tengo es quitarte toda esta ropa y acerté mía. Esperando que entiendas, que no juegues conmigo.
Tal vez podríamos continuar con algo salvaje en la cama.
Y ya que hay mucho que hacer hoy, vamos a salir muy tarde.
-Así que horas extras-.
-Claro-.
Moví mis manos en su zona logrando que arqueara su espalda y dejándome sus pechos justo frente a mi cara.
-Jericho voy a acerté mía en este instante. Sobre esta silla, sobre el escritorio.
Hice aun lado su ropa interior y empecé a masturbar su entrada. Sólo bastaron unos segundos para tenerla húmeda. Y tener mi primera erección de la noche.
Moría por adentrarme en ella, -OH Ban!-.
-se que te quedaste con las ganas en la mañana, así que voy hacer que disfrutes este momento. Me deshice de mis pantalones y comencé a penetrarla. Mientras besaba sus labios, sus mejillas, su cuello, sus senos. Y todo lo que tuviera a mi disposición.
-Ban, pontelo, por favor-. Me suplico entre gemidos.
Solté un gruñido ante su petición, odiaba utilizar condón. Pero si no lo hacía, Jericho en verdad se enfadaria.
Continúe dándole placer hasta que finalmente tuvo su primer orgasmo.
Y justo como lo había dicho, continuamos hasta que ninguno pudo más.
El capítulo no quedo como esperaba, fue difícil reducirlo. Pues yo me he vuelto a emocionar. Y Wattpad me sigue limitando la cantidad de palabras.
Sin más, espero que hayan disfrutando el capitulo.
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