¿Celos? Claro que sí...

Lo odiaba.

Joder, detestaba todo su ser.

Veía como ambos se hicieron más unidos y como ese asqueroso ser defendía a su pareja.

Tomo un sorbo de café sin dejar de mirar al FBI junto a México habla do juntos, tenía ganas de partirle la cara a la organización por estar cerca del latino.

Decidió dejar de mandar odio visual y se fue del lugar, iba en dirección a su oficina para ponerse a trabajar, pues sus 10 minutos de descanso habían terminado.

Era el único que tenía.

Camino por el desolado lugar pues ya todos se habían ido, solo quedaba él.

Eh, compa, ¿No crees que deberías descansar?— escuchó detrás suyo, giro su silla observando al mexicano en la puerta.
Has trabajado mucho tiempo, eso puede causarte una enfermedad.— le sonrió cálidamente, no notando que había provocado un micro infarto a la organización.

¿NASA? ¿Me escuchas?—

—Si, lo hago, no gracias, prefiero trabajar...— le dio una so risa ladina, no era su culpa sonar tan cortante, hablar con su Crush no era cosa de todos los días, en especial si solo has hablado con una persona toda tu vida y solo es para darle informes de tu trabajo.

En conclusión, no puede entablar conversación con nadie más.

México no se rindió, sabía que la NASA  no hablaba con nadie más que con USA sobre temas formales, entendía su manera de hablar.

Se puso delante de él y su escritorio, provocando que este lo mirara algo desconcertado.
Vamos NASA, es solo un rato, te invito a cenar ¿Qué dices?— la organización se quedó callada, no sabía que decir.

Con lentitud, se levantó de su silla, haciendo que México se intimidara, pues era casi del tamaño de FBI, quizá un poco más grande.

Salió de sus pensamientos cuando si tío una presión en sus labios, lo estaba besando....

¡La NASA lo estaba besando!

No era demandante, solo era superficial, sin segundas intenciones.

La organización hizo que se sentara en el escritorio, tirando algunos papeles al momento que el beso se hacía más fogoso, el mexicano intentó separarlo, más que nada por la falta de aire, no duró mucho, ya que ambos fueron separados uno de otro.

¿¡Que mierda crees que haces!?— México comenzó a recuperar el aire en sus pulmones al tiempo que se recargaba en el hombro de FBI y este lo ayudaba a recomponerse.

¡Esto no se quedará así!— le gritó con cólera al amante del espacio.

NASA sonrió cínico, oh claro que no se quedaría así, entre el y México, obviamente.

¿Quien lo dice?— se levantó, encarando al FBI, cada uno matándose con la mirada.
Ustedes dos son solo "aliados", no son nada más que eso...— miró al mexicano, quien tenía una mano en su cabeza, pues casi muere asfixiado.

Aunque no lo creas... No soy el único por quien debes estar preocupado... México...— le dedicó una sonrisa dulce.
Lo lamento, me deje llevar, pueden irse.— les dio la espalda, FBI resopló al momento que se llevaba a México del lugar.

Caminaron un largo rato por las grandes oficinas y pasillos del edificio de NASA, ni idea de porqué estaban ahí.

Si la hipocresía tuviera forma humana, tú serías el individuo.— dijo la NASA al aire.
¿Tenías que delatarme de tal manera? Teníamos un trato.— ONU salió de su escondite.

Descuida...— giro de nuevo su silla hasta visualizar a la organización.
FBI tiene un sentimiento de posesión con el mexicano... Será difícil pero para los dos será pan comido...—

—¿A qué te refieres?—

—¿Nunca pensaste en otro más?— acomodo sus lentes con inocencia, FBI tenía algo que lo hacía... Prenderse... Verlo desnudo no sería tan malo...

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