JeongIn le dio un pequeño besito en la comisura de los labios, ocasionando que HyunJin esbozara una sonrisa que derritió por completo al menor. 

Recordó fugazmente como aquel día en la biblioteca sus bocas se tocaron y friccionaron por primera vez. Le había encantado. Tanto que aquella sesión de besos siguió en la casa del menor, sin demás toqueteos fuera de tono. Lo único morboso era el chasquido de sus lenguas y el chupar de los belfos contrarios. 

Mierda, ambos habían disfrutado eso, sobre todo la imagen que JeongIn le regaló de él mismo con los labios hinchados y su cabello despeinado, aún se veía angelical, aunque un poco atrevido. Quizá el menor no sabía besar muy bien, pero para eso estaba él, ¿no? Hwang HyunJin le enseñaría todas las veces que quisiese. 

Claro que también le enseñó lo que era el amor y en su defecto, el dolor. 

Aún no podia creer que Hwang HyunJin, ese crush que hace años tenía con él, pero que por alguna razón no se animaba a hablarle, ahora sea su novio. 

También ese Hwang HyunJin que hace unas semanas había terminado con su novia, sí, ese Hwang HyunJin. 

Aún así, nadie le quitaría la felicidad que el corazoncito de JeongIn sentía cada vez que esos orbes negros lo miraban con amor. Nadie le quitaría las caricias que le eran propiciadas o los besos incluso, nadie le quitaría el cariño que estaba naciendo poco a poco. 

-¿En verdad quieres mostrarme, Jinnie? Quiero decir, que las personas se enteren de lo nuestro...-agachó la cabeza y sus mejillas se prendieron fuego.

Hwang sonrió con ternura al verlo así, entonces llevó dos de sus dedos hasta dejarlos en su mentón y levantarle la cabecita hasta que sus ojos se encontraran. 

-Sí, JeongInnie, ¿Qué gano yo sí escondo nuestra relación? Además, no tiene sentido. Quiero que todo el mundo sepa que soy tu novio. 

-¿Todo el mundo?-los ojos de JeongIn brillaron como dos perlas, dejando mostrar una bella sonrisa con sus pequeñitos dientes. 

Hwang alzó su vista y la posó sobre una persona que los miraba con recelo. Yujin estaba a punto de entrar a la escuela, de no ser por la nueva pareja que sería la noticia del mes, por no decir año. 

Se había quedado estupefacta. 

-Así es, JeongInnie. 

Sus labios impactaron sobre los suaves belfos rosas y sabor a durazno. Hwang se dejó llevar por ese sabor y saboreó toda la boca del menor con delicadeza y cariño, no seria brusco con algo tan delicioso como aquellos besos. 

El primero de muchos. 

El primero que lo llevaría a la perdición.

Adaptación autorizada

Maratón 5/11