Un poco de sinceridad//Jimin

—Lo siento, Tae —se disculpó Jimin, sorbiendo su nariz y sonriendo un poco ante la atenta mirada curiosa de su mejor amigo —. Te he dejado ver mi lado menos cool.

El gran leoncito dentro del alma de Jimin rugió, no debían dejarse ver débiles ante los demás y menos frente a quien consideraban como a un miembro más de la familia.

—En primer lugar, ¿Eres cool? —Ash, Taehyung merecía un zape por eso y no se lo guardo, extendiendo su mano en direccion a la cabeza del omega, golpeó suavemente revolviendo el suave cabello negro.

—Soy el alfa más cool que pueda existir en este mundo —se defendió, riendo cuando Taehyung  comenzó a reírse.

Después de haber reído, ambos recordaron que debían hacer el desayuno y acordaron que lo ideal para esa mañana, sería comer unos buenos pancakes, así que se pusieron manos a la obra.

—¿Sabes? —Taehyung dijo, llamando la atención de Jimin, quien estaba revolviendo en un bol, harina y leche para sus tan ansiados pancakes, obteniendo lo que deseaba, cuando este dio un asentimiento para que siguiera —. No mencionaste la razón por la que estabas triste.

No podía decirlo.

Lo pensó algunas veces más y se preguntó en su interior:

¿Sería correcto decirle a su amigo que la razón por la que estaba triste, tenía nombre, apellido y que era Min Yoongi?

No estaba seguro de que debería hacer.

Su animal interno le decía que podía contar con Tae y con su cerdito interior, porque tenía confianza de que estos guardarian el secreto, pero, él sólo pronunciar tan siquiera en su mente el tan aterrador: "Creo que me gusta Min Yoongi"  ya le daba repelús y el sólo pensar lo que dirían sus padres, escasos amigos y demás personas en el mundo, causaba un temblor y una sensación de asco con ganas de vomitar.

Era tan despreciable como persona, Yoongi habia demostrado ser un gran amigo y él pensando en cosas que no debían ser, estaba tan jodido, no sabía que hacer y recordar la hermosa sonrisa del alfa de lobo, solo le hacía sentir ansioso y que estaba mal de la cabeza.

—Y-Yo —tartamudeo un poco, pues, ¿Cómo podía suavizar lo que iba a decir?  —. Simplemente es uno de esos días malos en los que me siento una basura —dijo en su lugar, pero no es como si estuviera mintiendo del todo, después de todo, tenía un suave dolor en el vientre y cabeza que eran una clave alerta a lo que se estaría enfrentando más tarde o incluso en unos días —, no me hagas caso —concluyó.

Pero Taehyung portaba una extraña mueca disconforme con su respuesta, en el tiempo que llevaban de conocerse, era correcto decir que sabían cada una de las muecas que declaraban sus verdaderos estados de ánimo.

Taehyung lo conocía demasiado bien.

—No me convences —y ahí estaba lo que ya afirmaba y daba por hecho, a Taehyung jamás podría mentirle del todo —. ¿Qué es lo que le pasa a esa rubia melena tuya?

¿Rubia? Sí, su cabello natural era de un hermoso rubio como el de su León interno, pero siempre se aseguraba de  pintarlo de negro, porque según los grandes libros, los leones alfa de cabello rubio eran débiles a comparación con los de oscuras melenas que podían amedrentar a cualquiera.

—¡Me gusta una persona! —dijo exasperado, una pequeña parte de toda la verdad.

—No le veo nada de malo a eso —respondió el Omega con mucha tranquilidad —. Que te guste una persona es algo muy normal, estas en la edad en la que buscas y tu León también, algo estable por lo que luchar y amar.

"Algo estable por lo que luchar y amar"

Sí, lo deseaba, pero como León alfa que era sabía y le habian inculcado desde pequeño que eso lo iba a encontrar en una Omega o varias, no en un alfa de otra especie.

—No lo entenderias —ofuscado llevó sus manos a la cabeza y jalo un poco de sus cabellos, sin recordar toda la harina que tenía esparcida en ellas.

Taehyung le vio desesperado y Jimin estaba consciente de la mirada que este había puesto en él, luego sintió un reconfortante apretón en su hombro derecho.

—Eres todo un mochi —escucho decir a Taehyung.

Y entonces se observó en la transparente puerta del microondas y vio que estaba cubierto de harina y huevo y se soltó a reír, porque había escuchado en algún lugar que era mejor reír que llorar y así lo estaba haciendo, aunque por dentro esa risa fuera un contundente llanto.



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