La persona especial // Jimin 4
—Cielo —dijo tratando de que Yoongi dejara de tentarlo con besos suaves y húmedos en su cuello y labios —, de-debemos irnos —tartamudeo un poco mientras disfrutaba de aquellas atenciones y tal vez queriendo corresponder un poco, acariciando el bonito torso de su alfa.
—Quiero vacacionar más contigo —le dijo Yoongi con un extraño pero lindo puchero —. También quiero seguir comiendo Jimin en las 3 comidas del día —Jimin entonces fue testigo de como el lobo se relamia los labios y bajaba y se acercaba sensual a su parte baja —. ¿No quieres ser mi postre? Es nuestra última hora en este precioso lugar.
¡Demonios!
¿Cómo decir que no a semejante tentación?
—Esta bien —se dejó llevar, mientras sentía a Yoongi hacer alarde de su fuerza de alfa y recostarlo con un sólo brazo a la cómoda cama y con la otra mano acariciar su ahora erecto pene por encima del pantalón —. Vamos Yoonnie —exigió, pues Yoongi se estaba tomando su tiempo en bajar sus pantalones, ropa interior y dejarlo desnudo.
—Mmmm —lo escuchó gemir de puro placer —. Pasarán los años y nunca me cansaré de ver tu hermoso cuerpo adornado con mis marcas —decía mientras recorría con sus labios cada mordisco hecho en las tardes y noches anteriores —. Quisiera marcar y vivir en tu cuerpo toda la vida —besaba su cuello y labios con adoración y salvajismo al mismo tiempo —, eres mi alfa, mi leoncito —bajó estremeciendo su piel, utilizando su lengua para marcar cada rinconcito de su torso y vientre descubiertos —. Quiero amarte para siempre —dijo, tomando su virilidad e introduciendola en su suave y caliente cavidad bucal.
—¡Dios! —chillo con voz aguda al sentirse envuelto —. Su-succiona más fuerte —suplicó cuando el placer que le estaba brindando Yoongi le era cada vez más y más grande —. Yoonnie —gimio el nombre de su querido lobo, mientras este sacaba su erecto miembro de su boca y introducía en su lugar, sus testículos llenos de vida en abundancia. Los chupaba, lamía y sacaba de su boca haciendo que resonar en toda la cabaña un sucio "Pop" húmedo que a ambos llenaba de placer.
—¿Te gusta? —le escucho preguntar, pero él no tenía voz ni consciencia como para contestar algo coherente, así que hizo lo único que podía hacer mientras su alfa volví a a meter su pene en esa pequeña boca de labios rosa y tentadores: asentir con la cabeza y gemir descontroladamente por lo sucio que se veía el hecho de que su Yoongi separara su boca de su miembro y que un grueso hilo de saliva aún los uniera, para que su alfa volviera a chuparlo con su rosada lengua poderosa que le hacía ver el cosmos entero en el limitado espacio en el que ambos se encontraban. El placer tan inmenso que sentía era por mucho, mejor de lo que antes hubiese vivido desde que se presentó como alfa y tuvo sus primeros celos, todo con Yoongi se sentía tan correcto y el vacío en su corazón se completaba con una mirada de aquellos negros ojos que en ese momento destilaban lujuria, entonces gimio de pura frustración cuando el lobo se saco su dura extensión sólo para decir —. Voy a metertela con todo y testículos.
—¡Mmmm! Sí —gimio de gusto al imaginarse aquella placentera sensación —. Damelo completo, llename —suplicó.
¡Joder!
Nunca había sido tan descarado, atrevido y sucio en su vida, pero con Min Yoongi estaba probando los límites de la poca inocencia que aún quedaba desde hace una semana atrás en la que habían llegado a la cabaña para pasar una lindas y placenteras vacaciones.
—Abre esas lindas nalgas para mí —susurró Yoongi en su oído con provocativa voz ronca —. Voy a comer mi lindo postrecito.
Al escuchar eso, se dio la vuelta y se acostó boca abajo subiendo sus caderas de forma que su culo respingon quedará en alto ofreciéndose para el placer visual de su querido alfa. Alargó sus manos hasta hacerlas llegar a los redondos cachetes de sus nalgas y las aparto, mostrando el tesoro estrecho entre ellas.
—Date prisa, Yoon —le animó a continuar —. Quiero sentir lo que has prometido.
Necesitaba con urgencia sentir los nervios crispados por la sensación de un rico orgasmo, Yoongi era muy bueno haciendolo llegar y sus manos lo moldeaban con tanto amor que sentía era un tesoro.
Jimin se desconocía por completo.
Nunca en su vida había hablado de tal forma, por un momento creyó que estaba loco y finalmente lo comprobó... Estaba loco por ese alfa que ahora se estaba comiendo por completo su culo con esa misma lengua que le había profesado amor lamiendo su cuerpo entero. Si bien las primeras veces que se había entregado a su alfa, había tenido cierto miedo por hechos que ocurrieron en el pasado, recordó lo que su psicólogo un Omega de cordero le había dicho, palabras que nunca olvidaría y las llevaría marcadas en en su mente y corazón:
"No temas a entregar tu vida y corazón a una persona especial para ti, ni mucho menos a los miedos que te azotan, aceptalos y lidia con ellos y entrega todo de ti a quien entregue todo de sí a tu persona, porque ahí encontrarás confort, amor y todo lo que necesitas para ser feliz"
Jimin podía ver en Yoongi a esa persona especial que su psicólogo le describió hace unos años atrás y por eso cuando llegaron a ese mágico lugar en donde había disfrutado del mar y sus maravillas, no había dudado a pesar del miedo que unos segundos antes de que su alfa le preguntara si estába seguro de querer hacer algo más que sólo besos como tenían de estar haciendo en el año que llevaban de relación como novios le habían azotado y dijo que sí. Y ahora, por eso estaba seguro de que quería entregarse en cuerpo y alma de que ya no dudaría ante su lobo y que aceptaría todo lo que él destino pusiera en su camino y lidiaria con ello, porque ahora no estaba sólo, Yoongi estaba a su lado.
—Te amo, Mimi —escucho la voz de Yoongi en su oído, después de este haber terminado su labor dilatandole para todo fuera bien en lo siguiente que harían —. ¿Estas listo?
Y eso es algo que siempre amaría de su persona especial, lo atento que este podía ser.
—Soy un alfa —respondió, clavandose con rapidez y fuerza al sentir alineado a su entrada al pene de su compañero
—. Nací listo para ser tuyo y para que tu seas mío.
Sin duda eran el uno para el otro y nadie podía debatir lo que la diosa de su amado lobo había decidido para ambos, así que después de haber consumado el acto de apareamiento, sellaron su amor con un beso y estuvieron listos para regresar a la realidad, aquella que ambos habían olvidado y dejado atrás en una semana.
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