6. El más pequeño del equipo

Con resignación terminé de comer, me bañé, alisté mis cosas y salí rumbo al polideportivo. No le contesté a Nam, ya lo vería y podría decirle todo mirándolo de frente, abrazándome a su cuerpo, robándole algunos besos y quizá, solo quizá, lo arrastre hasta las regaderas para que me haga compañía y... tal vez algo más.

Poco antes de las tres llegué, ya estaba cambiado con la equipación de entrenamiento, un pantalón corto, negro y una camiseta roja que no me quedaban nada mal, así que ya solo me quité el chándal, pero antes de salir a la cancha, peiné mi media melena de color castaño, que hacía juego con mis ojos marrones, y como dice Nam, a seguir entrenando mi cuerpecito que, aunque ya está muy bien proporcionado, todavía es el cuerpo de un niño pequeño. Él insiste en que soy su pequeño, porque soy el de menor edad en el equipo, pero debido a la rutina de entrenamientos, está formado y fibroso, sobre todo mis piernas, que me encantan, y a él también. Claro también le encanta mi trasero, como a mí, me matan sus abdominales.

» Quedaban poco menos de 10 minutos para que el entrenamiento comenzara, pero no había nadie, ni Jackson, ni Nam, así que guardé mis cosas en mi casillero y al cerrarlo, me fijé que la puerta de otro casillero estaba entreabierta. Era el de Nam, pero parecía que no había nadie en el vestuario, cuando llegué. Me acerqué a cerrarla y mi corazón dio un brinco, cuando vi que su bolsa deportiva estaba dentro. "El siempre olvida cerrar su casillero", pensé, estaba a punto de girarme cuando sentí una mano tocar mi hombro, haciendo que diera un respingo...

—Ey pequeño ¿qué haces husmeando en el casillero de tu capitán?

—Mierda Nam, casi me da un infarto. —Dije alejándome un poco y siendo testigo de la total desnudez de mi novio. Bueno, aun llevaba los calzoncillos, así que seguro estaba cambiándose.

Me tomó solo dos segundos darle un total repaso de arriba a abajo. Nam era un hermoso chico de veintiún años recién cumplidos, para que negar lo innegable, estaba muy bueno y me tenía loquito por él. Es alto y tiene un cuerpazo que quitaría el hipo a cualquiera. Su pelo luce un tono distinto cada mes, pero me gusta cuando lo lleva patinado y corto. Me encanta cuando se lo deja ligeramente en punta y algo alborotado al viento. Su cara es de facciones suaves, como las de un niño crecido, aunque la barba de dos días, que lleva, le da un aspecto masculino que hace despertar mis instintos animales, haciendo que mis ojos se claven en sus calzoncillos, esos tan cortos y demás pegados a su anatomía como una segunda piel y que no dejan gran cosa a mi imaginación y me dan un morbo increíble porque sin poder verla prácticamente puedo intuir su polla.

"Joder SeokJin, contrólate, si alguien los pilla le podrían quitar el título de capitán", me digo a mi mismo porque Jackson está por llegar y seguro nos encontraba, o peor aún, tendría que ir a entrenar con la polla levantada... Además, ni que fuera la primera vez que veo a Nam ligero de ropa. NO. Lo tengo desnudo en mi cama cada noche, nos duchamos juntos después de hacer el amor, y volvemos a hacerlo bajo el agua. Follamos en la encimera, en la alfombra de la sala, en los pasillos vacíos... Me la clava en donde quiere, cuando quiere y como puede.

¡Mierda! Ahora necesito una de esas clavadas o una mamada.

—¿Qué tanto me ves? déjate de tonterías y ven aquí, que ni te felicité en año nuevo. —Me dice abriendo sus brazos para mí y acercándose un poco para darme el primer abrazo del año— Feliz año cariño, —me abraza fuerte, tanto, tanto...— Dios, siento que no te he visto en todo un año. —Me soba la espalda, al tiempo que besa mi cabeza, olisqueando el olor de mi shampoo, mientras, yo, cerquita de su corazón, escucho como me saluda también. Haciéndome sentir cálido y feliz.

—Feliz año mi amor.

—¿Qué tal ha ido todo, durante estos días?

—Pues nada bien, te extrañé mucho.

—Pero ya estoy aquí, pequeño, y aún nos quedan unos cuantos días para disfrutar, antes de empezar con los exámenes de inicio.

—Pues sí, me alegra mucho que por fin hayas venido.

—Bueno, no podía dejarte tantos días solo mi amor. No estoy acostumbrado a manejar largas distancias, así que lo que debía tomarme 12 horas, se duplicó. Pero me alegra haber llegado, aunque por un instante pensé que el trasero se me quedaría pegado al asiento.

—Ya, ya, no seas exagerado, luego le damos cariñito a ese traserito. —le guiño coqueto y él me da un beso en la frente y me sonríe tiernamente—. Lástima que Jackson nos haya pedido venir a entrenar. Sino en casa, ya estaríamos por el segundo round.

—Ya, pero me tienes aquí, ahora ¿No parece que tuvieras tantas ganas de verme?
—¿¡Estás loco!? Cada noche sueno contigo... no tienes ni la más mínima idea de cuánto te extrañé, todo el mes.

—Uhmm no sé, al parecer fue muy poco. —¿Acaso está loco? No, no lo está... sonríe de medio lado, como a mí me encanta— Anda Jinnie, dame un beso, antes de ir a echar unas cuantas canastas. —Dice mientras se sube su short.

—Bueno, ya. Está bien, supongo que puedo hacer eso. Además, joder, que me muero de ganas de hacerlo. —Entrelazo mis manos alrededor de su cuello, para poder besar sus labios, apenas un toque, pero él tiene otros planes, rodea mi cintura con sus largos brazos y me pega más a su cuerpo. Apenas nuestras bocas están en contacto, su lengua empuja mis labios y se desliza en el interior de mi boca, buscando a la mía, ellas se acarician todo lo que nosotros no podemos hacer justo en el momento. Como amo estos besos, tan necesitados, tan llenos de pasión y de entrega. Un pequeño jadeo se escapa en medio del beso, y sé que debo alejarme. Jesús, ya quiero que lleguemos a casa—. Ya, ya, Nam, que nos puede ver Jackson.

Me alejo de él. 

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top