Buenas noches, mi amor
Escuchaba el golpe de las gotas de lluvia contra la roca y el viento volándolo todo fuera, pero eso había dejado de importar. Estaba besando a Hiccup y eso era el paraíso. No podía dejar las manos quietas, todo el cuerpo me temblaba de puras ansias, quería tenerlo todo para mí, quedarnos así de juntos para siempre.
Si hubiera sabido que besarlo se sentía tan bien, lo hubiera hecho en cuanto lo conocí. Movía mis labios sobre los suyos saboreándolo, guardando en la memoria cada toque, cada suspiro. Todo en el era tan hermoso pero... quería más.
Nos separamos unos instantes para tomar aire, tiempo en el que aproveché para mater mi lengua en su boca. El abrió los ojos, un poco asustado al principio y tratando de huir, le había afirmado el rostro, necesitaba tocarlo para saber que era real. Era tímido, húmedo y caliente, y lo mejor de todo es que era todo mío. El castaño llevó una mano a mi nuca y la otra a mi cuello, poco a poco fue respondiendo a mi beso moviendo su lengua al compás de la mía, hasta creo haber sentido que me mordió el labio.
-Jack...
-mmmm?...-. fue una especie de ronroneo contra su boca.
-ya dejó de llover
-ajá...
-Jack, espera-. Puso su mano entra nosotros cortándome la inspiración, hasta ese momento no me había dado cuenta de lo acalorado que estaba. –el pájaro, tenemos que movernos rápido.
Hice un puchero, estaba demasiado a gusto como para querer moverme. Eche un vistazo fuera de la cueva y me sorprendí al ver un sol radiante en lo alto. –cuando dejemos al pájaro ¿vamos a volver a besarnos?-. Me sonrió
-si...-. Me puse de pie y lo ayude a pararse también. Hiccup tomo su bolso con la pequeña ave y salimos del escondite improvisado que nos había salvado de la tormenta y en el que ambos habíamos compartido nuestro primer beso.
-¡ahí esta!-. Dijo el menor apuntando un lugar en medio de las rocas. Un pequeño nido se escondía con tres pajarillos dentro, el más grande de todos era la madre que, al escuchar que nos acercábamos aleteó enérgica ocultando a sus hijos. –ya estás en casa.
Entre las manos de Hiccup dormía en bebé pájaro. Estaba helado y había perdido algunas plumas, pero al menos estaba en su hogar. Caminando con cuidado de no hacer ruido, el castaño dejó al bebe junto a su familia, estaba despierto y cantaba, como si quisiera darle las gracias. Era simplemente hermoso. –no volverás a estar solo.
Hiccup volvió a mi lado, lo estaba esperando con los brazos abiertos. –eres increíble.
-solo hice lo que debía-. Me besó la mejilla-. Vamos al campamento antes de que empiece otra tormenta-. No me gustaba admitirlo pero el único perdido era yo, Hiccup podía ubicarse en el lugar como si hubiera crecido ahí. Tal vez después de todo si era una ardilla.
A eso de las seis y media llegamos al campamento ante las miradas sorprendidas de todos, llevaban horas buscándonos sin dar con nosotros ¿Cómo íbamos a contarles que habíamos salvado la vida de un pájaro bebé? Era más creíble decir que nos habíamos descuidado en el camino y nos perdimos.
Estábamos hambrientos, cansados y llenos de tierra. Nos castigaron prohibiéndonos salir del campamento en lo que quedaba de la semana, ¿pero a quien mierda le importaba estar castigado? Para qué iba a salir si podía quedarme horas y horas escondido entre los arboles con Hic. Ambos teníamos unas sonrisas enormes que nadie nos podía quitar.
Esa noche hicimos una fogata, nos sentamos alrededor a cenar mientras cantábamos y contábamos historias. Hiccup estaba a mi lado, cayéndose de sueño el pobre.
-¿mucha aventura para un día "ratón de laboratorio"?
-solo estoy un poco cansado... y no soy un ratón-.
-ya me di cuenta de que no... eres más como un león valiente, un... ¡un león de laboratorio!
-eso no tiene sentido
-tampoco lo tiene perderse en la montaña para salvar a un ave-. Me miró con los párpados pesados y su sonrisa de dientes chuecos. Lo atraje hacia mi hasta dejar caer su cabeza en mi regazo. –puedes dormir si quieres.
-pero no vas a poder moverte conmigo encima.
-no preferiría estar en ningún otro lado-. Le devolví la sonrisa y lo despeiné aun más de lo que ya estaba.
-buenas noches Jack-. Dijo en un susurro casi inaudible antes de caer rendido al sueño
-buenas noches... mi amor.
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holaaaaaaaaaaaaaaa :DD han pasado siglos desde la última vez que escribí, mi cerebro estaba seco. Hemos llegado tan lejos con esto TwT quiero llorar, me gustaria conocerlos a todos y darles un abrazote gigante.
como quiero conocerlos mas, quiero que me respondan algunas preguntas super random que voy a hacer al final de cada capitulo (contestenme, no sena malos :C) la primera pregunta es bien fail: ¿dulce o salado? que les gusta mas?
yo prefiero mil veces dulce... amo los dulces. si me dan dulces se ganan mi corazón, mi confianza, todo.
Espero les haya gustado, no se vayan sin comentar y dejarme su estrellita. bye byeee <3
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