Capítulo 3
~Un viejo amigo~
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— No esperaba verte aquí Valt — le respondió el albino.
— Yo tampoco amigo.
— Eh, Valt — llamo la chica al peli azul — ¿Quién es él? — le pregunto.
— Oh claro, Aiko el es Shu Kurenai — presento Valt al chico — es un buen amigo mío y también es un excelente Bladear.
— Gusto en conocerte — le tendió Shu la mano a la chica, esta en respuesta le correspondió el saludo.
— E-El gusto es mío — respondió la pelirroja algo apenada. Por alguna razón le parecía un chico atractivo. El peliazul se percato de la reacción de la chica y sonrió ligeramente. No cabía duda de que su amigo seguía siendo alguien popular entre las chicas.
— Y Dime Shu — dijo Valt — ¿Desde cuando estas...
— ¡Oh cielos! — expresó asustada la pelirroja.
— ¿Qué sucede?
— Con lo del incidente de los niños se me olvidaba que debo de llevarle estas especias a mi madre. Tenemos que irnos Valt.
Ambos chicos estaban por irse sin embargo Valt se detuvo al recordar que también se encontraba el albino presente.
— Shu ¿nos acompañas? — le pregunto el peliazul al chico.
— Quizás en otra ocasión Valt — respondió el albino — debo de hacer algunas cosas primero.
— De acuerdo, si te desocupas antes podemos vernos en este parque más tarde, que dices — le sugirió el peli azul.
— Me parece bien.
— Muy bien, entonces nos vemos — termino por despedirse el chico de su amigo para después irse junto con la pelirroja.
Cuando estos dos se marcharon, Shu se percato que era la única persona que se encontraba en aquel parque.
— Si, nos veremos más tarde... —dijo.
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Luego de correr con todas sus fuerzas, ambos chicos llegaron hasta la casa de Aiko. Para suerte de la pelirroja su madre no la regaño por haberse atrasado, sin embargo si le pidió que la ayudara a preparar la comida.
Antes de ayudar a su madre con la preparación, primero fue a su habitación a buscar su laptop, luego de bajar con ella se la entrego al chico.
— Aquí tienes Valt — entregándole el dispositivo. — no tiene contraseña, así que no creo que tengas problemas en usarla — le dijo antes de ir con su madre a la cocina.
Después de que Aiko le entrego la laptop, Valt decido subir a la habitación que anteriormente había usado y utilizar el dispositivo que le había prestado la chica. Lo primero que hizo al encenderla fue tratar de contactar a Rantaro por videollamada.
— Espero Kumicho me responda... —decía el chico al ver que el tiempo de conexión estaba tardando. Fueron algunos minutos para que el chico pudiera establecer conexión con su amigo — ¡Kumicho!.
— ¡Valt! amigo ¡Qué bueno verte!
— ¡Kumicho! no me lo vas a creer pero paso algo extraño...
Fue así que Valt comenzó a relatarle a su amigo todo lo que le había ocurrido, le conto sobre el viaje que hizo en aquel barco, la experiencia extraña que tuvo al caer al mar, su despertar en la isla y su ida al pueblo. Mientras tanto su amigo escuchaba atento a todo lo que decía el chico.
— Aguarda, quieres decir que esa isla si existe.
— Tal parece... pero no es una isla desierta, es decir en el centro hay un pequeño pueblo, quizás no tengan suficientes avances tecnológicos como en una ciudad pero con la variedad de naturaleza que la rodea y su vista al mar, esta bien para mi — le dijo el peliazul. — además lo que decía la carta que me llego era verdad, van a realizar un torneo de beyblade en la isla.
— ¡Eso es fantástico!
— Por cierto, Shu también esta en esta isla — le comento el chico.
— ¿Shu? — dijo el rubio confundido — ¿Y como llego ahí?.
— La verdad no lo se, no tuve tiempo de hablar con él — dijo el peliazul — pero quedamos de vernos más tarde en el parque, así que aprovechare para preguntarle.
— Al menos es bueno que no seas el único ahí — le dijo Rantaro — en fin, ahora que despertaste puedes buscar un barco que te traiga de regreso.
— E-Eh si, sobre eso...
— ¡Espera! No me digas que te vas a quedar en ese sitio.
— De hecho, estaba pensando en participar en el torneo de la isla — le dijo con una sonrisa. Ante aquella respuesta el otro chico se cayo de manera cómica.
— ¿Enserio piensas participar? — le pregunto el rubio.
— No veo nada malo, es decir, la invitación es para todos.
Antes de continuar con su conversación se escucho la voz de la pelirroja anunciando que la comida ya estaba lista. Valt le respondió que en unos momento iba.
—¿Quién te hablo? — le pregunto Rantaro.
—Ah es verdad, recuerdas que te conté que una chica me encontró inconsciente en la playa — le dijo el peliazul. El otro chico asintió — pues resulta que luego de encontrarme me llevo a su casa y estuvo cuidado de mi hasta que despertara.
— Se escucha como una chica amable, podrías considerar devolverle el favor de alguna manera — le sugirió Rantaro.
— No suena una mala idea, veré que puedo hacer — dijo el chico — me alegro poder hablar contigo Kumicho.
— Yo igual amigo, es bueno ver que no te haya pasado nada. En fin, creo que mejor termínanos con esta llamada, algo me dice que si no vas posiblemente esa chica suba a buscarte.
— Cierto, nos vemos entonces Kumicho, tratare de llamarte para contarte todo lo que pase en el torneo.
— Si esta bien Valt, nos vemos
— Nos vemos — despidiéndose de su amigo. Luego de que finalizara la videollamada el chico se recostó un momento en la cama.
De cierta manera aquella platica que tuvo con su amigo lo hizo sentirse un poco más tranquilo, cuando despertó en aquella habitación se sentía realmente confundido y de cierta manera aliviado.
Haber vivir en carne propia una tormenta en el mar no era algo agradable, mucho menos cuando durante ella caes fuera del bote. En ese momento hizo todo lo que estuvo a su alcance para no ahogarse, al final aunque el creía que no podía hacer nada más logro llegar a aquella isla.
— Isla Efiáltes... — susurro.
Cuando decidió acompañar a Aiko al pueblo se percato que la casa de ella estaba en una pequeña colina cerca del mar, si bien parecía la única casa que estaba a las afueras del pueblo, la pelirroja le había comentado que existían más personas viviendo al exterior del pueblo.
No sabía el porque de vivir al exterior pero suponía que quizás se debía al trabajo que tenia el padre de Aiko, la chica le conto que su padre se dedicaba a la pesca, al parecer era un trabajo familiar, ya que su abuelo también había sido pescador.
De todas formas no podía negar que la vista del mar que le ofrecía la ventana de la habitación era sin duda maravillosa.
En ese momento el chico escuchó que llamaron a la puerta de la habitación, como había predicho su amigo, Aiko había subido a búscalo. Por lo que al final se levantó de aquella cama y bajo junto con la chica a comer.
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El día había pasado al rápido, cuando Valt menos lo esperaba comenzaba a verse el atardecer en el horizonte.
El chico había tenido una comida muy agradable, para empezar los platillos que prepararon Aiko y su madre habían quedado deliciosos, la verdad hasta había quedado con hambre para una tercera ronda, pero se abstuvo de pedir, ya que no quería molestarlos.
Durante la comida Aiko le pregunto si tenía pensando en donde iba a quedarse, él le respondió que la verdad no estaba muy seguro, si bien en la carta decía que los viáticos ya estaban incluidos, no tenía idea con que persona debía dirigirse para hablar al respecto.
Ante aquella respuesta, Aiko le sugirió que podía quedarse en su casa y usar la habitación en la cual había estado dormido, sugerencia que generó que por alguna extraña razón el padre de ella casi se ahogara con su comida. La mamá de Aiko también sugirió lo mismo, al parecer estaba igual de acuerdo con la idea de su hija, por lo cual solo faltaba la respuesta del padre de Aiko, el cual luego de estar más tranquilo y con resignación, acepto que el chico pudiera quedarse en su casa.
La verdad Valt no sabia que decir al respecto, pero al final acepto la invitación de la familia. Después de la comida Aiko y su madre estuvieron ocupadas realizando algunas tareas en su casa. Mientras tanto el padre de Aiko, luego del recado que le dio su hija por parte de Hiro, no muy feliz con la noticias, opto por salió a caminar un rato.
— Esta considerando la idea de ir a hablar con el señor Ryo para ver si lo incluye en su equipo de pesca — le comento Aiko al chico.
— Parece que esa idea no le gusto a tu padre —le decía el peli azul. — ¿acaso no son buenos amigos?
—Por supuesto que lo son, de hecho mi padre y el señor Ryo son amigos desde que eran unos niños — le dijo la chica. — es solo que papa siempre ha tenido una cierta rivalidad con el señor Ryo y eso al parecer nunca se le va a quitar.
Ante la explicación que le dio Aiko, Valt comprendía de cierta manera aquel tipo de relación entre dos buenos amigos. Y era casi parecida a la que solía tener con sus amigos, en especial con..
— Es verdad tenia que verme con Shu en el parque — dijo el chico al recordar aquel compromiso con su amigo. Luego de recordarlo se preparo para salir de la casa, no sin antes decirle a la chica que regresaría más tarde, por lo que luego de eso salió rumbo al parque.
Con toda su velocidad Valt llego corriendo hasta aquel parque en donde anteriormente tuvo el enfrentamiento contra ese chico, al llegar comenzó a buscar a su amigo el cual afortunadamente estaba sentada en una de las bancas, por lo que el chico al ver que Valt se acercaba se levanto de su lugar.
— Lamento la tardanza Shu — se disculpo el peliazul. — me alegra que hayas podido terminar a tiempo con tus asuntos y venir al parque. De hecho hay varias cosas que quisiera contarte
— Entonces porque no nos sentamos — le sugirió el chico. Luego de tomar asiento en aquella banca, el peli azul comenzó a narrarle su historia, empezando desde que recibió aquella carta hasta su llegada a la isla. Mientras el peli azul seguía contándole sobre su historia, un pensamiento en la mente de Shu surgió. — Aguarda Valt, antes de que sigas contándome tu historia, quiero saber... ¿hay alguien más al que le contaras esto?
— Eh si, antes de que me invitaran a comer llame a Kumicho por videollamada...
— Espera, le dijiste a alguien más que me viste... — en ese momento el albino se levanto abruptamente de la banca.
— Pues si, le dije a Rantaro que te había visto aquí en el parque. ¿Acaso ocurre al...?
En ese momento una corriente de aire paso por donde estaban los chicos, haciendo que Valt también se levantara de aquella banca. Segundos después la corriente de aire se detuvo y cuando el chico volteo a ver su alrededor se percataron que había llegado alguien más con ellos.
— Así que tu eres Shu Kurenai, no es verdad — decía el individuo. Shu se mantenía serio — vaya eres de pocas palabras...
— ¿Se te ofrece algo? — le pregunto Valt a aquel sujeto.
— En realidad, si — en ese momento el otro sujeto saco debajo de su chaqueta un bey y su lanzador — Escucha Shu Kurenai, yo Zyro Kurogane te reto a ti a una batalla bey — mostrándoles su bey a ambos chicos.
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Fin del capitulo
Antes de seguir voy a hacer una aclaración, obviamente sabemos que cada saga en beyblade tiene un sistema diferente y reglas diferentes. Así como nivel de fuerza diferente.
Para esta historia me basare en el sistema burst para los beys y las batallas, por lo que algunas habilidad serán adaptadas a este sistema, así mismo espero hacer un buen trabajo con eso porque crean o no, será una labor difícil.
Eso es todo por ahora
Nos vemos en el siguiente capitulo.
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