Capítulo 15
~ Aquellos que se van ~
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Con todas las fuerzas que le daban sus piernas el niño corría en dirección hacia su casa.
Ese día su padre regresaría temprano de pescar por lo que debía de regresar una hora antes para poder terminar de hacer la tarea que le había pedido, la cual consistía en recoger la casa, tarea que no hizo.
¿Motivo? Bueno, digamos que la invitación de Tyson a jugar videojuegos a su casa había sido la razón.
Si bien su papá no era de ese tipo de padre estricto, si se molestaba cuando no hacía una de las tareas que le encargaba o cuando se metía en alguna travesura.
Y él tampoco era un niño problemática, siempre cumplía con sus tareas y obedecía a su papá. Pero cuando se juntaba con sus amigos, la cosa cambiaba y junto con ellos realizaba varias travesuras, las cuales en algunas ocasiones lo había metido en problemas.
— Ya casi llego — decía el niño al reconocer la tienda de color verde que se hallaba a una calle de su casa.
— ¡Let it Rip!
Dejo de correr al escuchar un sonido familiar. Guiado por su curiosidad el pelirrojo busco de donde provenía aquel sonido, sus pasos lo habían llevado hasta uno de los callejones que había en el pueblo y fue cuando visualizo a un chico practicando en uno estadio de beyblade que había por la isla.
Aquel chico parecía concentrado lanzando su bey que no se percato de su presencia, por lo que el niño continuo observando la practica de este.
Ese corto tiempo en el que estuvo observando la practica de aquel chico lo hizo darse cuenta de un detalle importante.
— Tienes un buen lanzamiento, pero no le trasmites a tu bey tus sentimientos, por ello no esta actuando como tu quieres — le comento al chico tranquilamente.
Al darse cuenta de su presencia el otro chico se sobresalto del susto y giro a verlo.
— Oye, ¿De donde saliste tú? ¡¿Y quien eres niño?!
— Estoy aquí desde hace unos 5 minutos observando tu practica — le respondió el pelirrojo —, y con respecto a tu segunda pregunta, mi nombre es Gingka.
— De acuerdo Gingka — le respondió aquel chico. — ¿Por qué me dijiste eso de que no trasmito mis sentimientos con mi bey? Eso no tiene sentido.
— Quizás tu no le encuentres sentido, pero créeme que es verdad — le decía el pelirrojo. Al notar que el bey del chico había dejado de girar se agacho para tomarlo.
— ¡Oye! ¡eso es mío!
— Tranquilo no le hare nada malo a tu bey, tampoco te lo voy a robar si eso piensas — le explico el pelirrojo.
Este comenzó a darle un vistazo al aquel bey el cual se encontraba en buenas condiciones, sin embargo al tocarlo pudo sentir como este no parecía trasmitir algún sentimiento, lo que confirmo lo que decía.
Recordó aquella vez cuando le dijo a sus amigos sobre aquel pensamiento que tenia. Ellos tampoco le habían creído, pensó por un momento que lo tacharían de loco, sin embargo en ese momento Tyson hablo con él y le dijo que su pensamiento no tenia nada de malo, que todos tenían el derecho a pensar lo que quisieran e incluso le dijo que quizás tenia algo de razón. Sin duda no esperaba aquella respuesta por parte de su amigo, pero lo hizo sentirse feliz.
— Toma — entregándole nuevamente su bey a aquel chico. — aunque no me creas debes de saber, que para que un bey consiga atacar tanto blader como bey deben de estar conectados — volteando a ver al chico. Noto que este parecía prestarle atención — de esa manera no solo consigues una conexión con tu bey, sino que también adquieres mucha más fuerza.
Cuando termino por decirle aquellas palabras el niño decidió dejar aquel chico y regresar a su casa.
— ¡Espera! — escucho que lo llamo aquel chico. El niño se giro para verlo y noto que este tenia la mirada distraída — digamos que te creo... ¿Cómo puedo crear esa conexión con mi bey? — le pregunto.
El pelirrojo no había esperando aquello, pero decidió responderle.
— Supongo que puedes empezar por hablarle, aunque suene algo loco, tu bey es capaz de escucharte — le respondió con una sonrisa.
Luego de ese consejo el niño continuo con su camino.
****
— Después de ese día no volví a ver a ese chico, esperaba que de alguna manera mi consejo le hubiera servido — le contaba el pelirrojo a Valt — Al tener ese bey en mis manos por alguna extraña razón lo sentía frio, como si estuviera hueco — giro a ver al peliazul. — aunque parezca loco Valt, la conexión que creamos con nuestro bey nos permite trasmitirle vida a este, suena absurdo pero es cierto.
— Tranquilo Gingka yo te entiendo — le respondió el peliazul al niño — se a que conexión te refieres — dijo lo ultimo con una sonrisa.
Al escuchar la respuesta del peliazul el niño sonrió, le alegraba saber que alguien como Valt creía en sus palabras.
—¿Qué sucedió después? — le pregunto el chico.
— Una semana después estaba con mis amigos jugando beyblade en el parque...
****
— Dragoon S con un final explosivo, el ganador de esta batalla es Rock Leone — anunció Benkei. El niño de cabello verde se agacho a recoger su bey , una vez terminada la batalla algunos de sus amigos se acercaron para felicitarlo.
Mientras tanto en el otro extremo del estadio un niño peliazul se agachaba a recoger las piezas de su bey, para nuevamente volverlo a armar.
— Mejor suerte para la próxima Tyson — le dijo el peliverde al otro niño. El peliazul soltó un ligero gruñido y se puso de pie para verlo.
— Aún no termina esto, ¡Quiero la revancha! — le exigió el niño, pero Kyoya negó con la cabeza.
— Olvídalo, es muy sencillo ganarte — le respondió el peliverde, aquello genero que el otro niño se molestara y comenzara a exigirle otra batalla, sin embargo Kyoya no le hizo caso y decidió irse del parque junto con Bankei.
— Es un presumido — decía Tyson molesto.
— Bueno que esperabas, Kyoya ha practicando bastante con su Rock Leone, casi esta al nivel de los chicos grandes — le comento Tsubasa.
— Pero yo también lo he hecho.
— Quizás te falta un poco de más practica Tyson — le dijo Hyoma.
Luego de aquella batalla en el parque el grupo de niños planearon ir a caminar a la plaza, sin embargo la madre de uno de ellos apareció y lo llamo para que fuera a cenar, por lo que el resto del grupo opto por hacer lo mismo y regresar a sus casas.
Debido a que sus casas quedaban por la misma dirección Tyson decidió irse con Gingka, mientras que Tsubasa se fue por el lado opuesto.
Durante el transcurso del camino ambos niños comenzaron a platicar sobre la batalla anterior.
— ¡Rayos! me frustro haber perdido esa batalla contra Kyoya — comentaba Tyson. — quizás aún no estoy al nivel de un blader.
— No digas eso Tyson — le dijo el pelirrojo. — tienes buenas habilidades, pienso como Hyoma, quizás necesitas practicar más con Dragoon. — dándole una palmada en la espalda a su amigo — Oye ¿Y si le dices a Hiro que te ayude a practicar? tu me has dicho que es un buen blader.
— Y lo es, de hecho una vez me conto que él solía ser el entrenador de un club de beyblade, pero tuvo que dejarlo cuando mi papá se hizo esa lesión en su brazo izquierdo — le explico el peliazul.— Aunque ahora que recuerdo, escuche que mi papá dijo que el trabajo en el taller a disminuido estos días, podría hablar con Hiro y decirle que si puede ayudarme a practicar.
Mientras ambos niños se encontraban conversando, no se percataron que por el mismo camino, pero en sentido contrario, venia un grupo de chicos mayores igualmente conversando.
Accidentalmente uno de los niños termino por chocar con uno de esos chicos y provoco que ambos cayeran al suelo.
— ¿Gingka estas bien? — le pregunto preocupado el peliazul a su amigo. Segundos después lo ayudo a levantarse.
— Si estoy bien.
— Oigan enanos, fíjense por donde van — les reclamo uno de los chicos de aquel grupo
— ¡Ustedes son los que deberían fijarse por donde van! — le respondió Tyson, encarando al mismo tiempo a aquel chico — ¡le deben una disculpa a mi amigo!.
Aquella actitud del niño no fue del agrado de aquel grupo de chicos. Al ver que la situación podría tornarse peligrosa para ambos, el pelirrojo decidió hablar con su amigo.
— Tyson no creo que sea...
— Con que te crees muy valiente enano, ¿Qué tal si me enfrentas en una batalla de beyblade? si tu ganas nos disculparemos con tu amigo — le propuso el chico.
— ¿Y si pierdo?
— Si pierdes nos quedamos con tu bey — dijo otro de los chicos de ese grupo.
El pelirrojo sabía que aquel reto no parecía una buena idea, volteó a ver a su amigo esperando que este desistiera de la idea. Sin embargo el peliazul decidió aceptar aquella batalla, por lo que ya no había marcha atrás.
Una vez acordada la batalla caminaron hasta encontrar un estadio de beyblade cerca, al final dieron con uno ubicado en un callejón.
— ¿Estas listo enano?— le dijo el chico al peliazul, este con su bey y lanzador listo le respondió.
— Por supuesto, tu estas listo.
Tras aquel breve intercambio de palabras y ya posicionados a los lados del estadio, ambos esperaron a que dieran la orden de inicio.
— Preparados, ¡Comiencen!
— ¡Tres!
—¡Dos!
—¡Uno!
—¡Let it Rip!
Y así comenzó aquella batalla, los beys de ambos chicos comenzaron a girar al rededor del estadio.
— ¡Vamos Dragoon!
Velozmente el bey del peliazul se impacto directamente contra el bey del otro chico, lo que genero algunas chispas entre ambos beys.
Mientras Tyson se encontraba concentrado en la batalla, Gingka estaba observando esta, no estaba seguro de cual seria el resultado. Al observador el bey de ese otro chico noto que este resistía bastante bien los ataques de Dragoon, lo que le pareció algo sospechoso.
Conforme avanzaba la batalla el otro chico empezó a preocuparse un poco debido a que no logra conseguir sacar el bey de aquel niño del estadio. Aunque pudo notar que los ataques que lanzaba comenzaban a perder algo de fuerza, por lo que aprovecho un pequeño lapso de tiempo en el que ambos beys se atacaban e hizo un cambio en la dirección de su bey, haciendo que el niño fallara en su ataque.
— ¡¿Pero qué?!
— ¡Este es tu fin enano!
En ese momento el otro bey se dirigió con toda fuerza a atacar a Dragoon, mientras que Gingka miraba impactado como su amigo no podría alcanzar a hace algo para impedir aquel contraataque.
"¡Tyson esta perdido!"
— ¡Let it Rip!
De manera inesperada otro bey surgió de la nada y dio con el bey de aquel chico haciendo que este saliera del estadio.
— ¡¿Pero que demonios?!.
— ¡Oiga ustedes! ¡dejen en paz a esos niños! — dijo un sujeto al otro lado del callejón, tanto los chicos como los dos niños voltearon a ver de quien se trataba.
En el otro extremo del callejón un chico de cabello obscuro y con una clase de chaqueta puesta se acerco hacia donde estaban aquel grupo de chicos. Gingka vio por unos momento a aquel sujeto que había aparecido y se sorprendió al ver que se trataba de ese chico de aquella vez.
— Oye idiota, si no te diste cuenta estábamos en una batalla. — le reclamo el chico con el que se había enfrentando Tyson al otro chico.
El chico que había llegado recogió el bey de este del suelo y lo vio detenidamente.
— Pues no me parece una batalla justa, considerando que tu bey tiene piezas que no están permitidas en un torneo — le dijo el pelinegro para desarmar aquel bey y mostrar ante todos las piezas de este.
"Por eso era tan resistente"
— ¡Eso es trampa! — le dijo Tyson a aquel chico. — ¡Son un montón de tramposos! — señalando al grupo de chicos.
El chico al verse descubierto le dio la orden a sus otros compañeros de retirarse de ese lugar, a lo que estos le hicieron caso y se marcharon de ahí.
Al final solo quedaban los dos niños y aquel chico extraño en el callejón.
— A la próxima deberías revisar el bey de tu oponente antes de aceptar una batalla niño — le dijo el chico al peliazul — a pesar de que ese sujeto usaba un bey que no está permitido, si que le diste batalla.
— Jeje que puedo decir, ¡Dragoon y yo somos increíbles! — le respondió Tyson alegre.
— ¡Tú!— dijo en ese momento el pelirrojo — eres el chico de aquella vez.
— Vaya, no pensé que nos volveríamos a ver — le respondió aquel chico — Gingka, ¿cierto? — ante aquello el niño asintió.
— ¿Acaso ya se conocían? — le pregunto Tyson a su amigo. El pelirrojo volteo a verlo.
— Si él... este — el niño guardo silencio un momento. — disculpa ¿pero creo que no me dijiste tu nombre?
— Es verdad, no te dije mi nombre — decía el pelinegro, al mismo tiempo que se rascaba su cabeza — bueno permítanme presentarme, mi nombre es Zyro Kurogane.
— Un gusto en conocerte Zyro, mi nombre es Tyson Granger — se presento el peliazul — y el es mi amigo Gingka, aunque creo que ustedes ya se conocían así que...
Tras el encuentro con aquellos chicos, Zyro se ofreció a acompañar a los dos niños a sus casas, esto para que no les pasara nada a ambos. Tyson le había comentado al chico que no era necesario ya que ellos dos podían cuidarse solos, sin embargo al final el pelirrojo convenció a su amigo de la idea y dejaron que el pelinegro los acompañara.
— Pude notar un cambio diferente en tu bey, ¿seguiste mi consejo? — le pregunto el pelirrojo al chico. Hace rato se había despedido de Tyson por lo que ahora solo eran él y Zyro de camino a su casa.
— Si, de hecho ahora que estamos los dos, quería agradecerte por tu consejo —le respondió el chico — no se como paso pero logre hablar con mi bey y este me respondió, ¿puedes creerlo? — dijo lo ultimo con cierta emoción, aquella reacción del chico genero una sonrisa en el niño.
— Es bueno que hayas podido comunicarte con tu bey, supongo ahora los dos son buenos compañeros — comento el niño.
— Te lo puedo asegurar, incluso creo que nos hemos vuelto más fuerte que antes — decía Zyro.
Después de pasar por dos casas el niño pudo visualizar la suya, en ese momento se percato que las luces al interior de esta estaban encendidas, lo que significaba que su papá estaba adentro.
— Esa es mi casa — le dijo el niño al chico — te quiero agradecer nuevamente por ayudarnos con esos chicos grandes, la verdad no estaba seguro si Tyson ganaría, pero por suerte llegaste tu e impediste que mi amigo perdiera su bey.
— No fue nada, de hecho seria interesante tener una batalla bey con tu amigo y contigo, supongo que tu también practicas beyblade — le dijo el pelinegro al niño.
— Estas en lo correcto — le respondio el pelirrojo, en ese momento del bolsillo de su short saco su bey y se lo mostró — este es mi Storm Pegasus, y los dos, no nos rendimos tan fácilmente.
— Ja, entonces yo podría decirte lo mismo de mi bey — respondió Zyro, en ese momento imito la misma acción que el niño y de su chaqueta saco igualmente su bey y lo mostró. — ¡Samurai Ifrit y yo somos muy fuertes!
****
— Fue así que conocí a Zyro — le dijo el pelirrojo a Valt. El peliazul estaba sorprendido. Nunca pensó que Gingka y ese chico se conocieran, sin duda se trataba de un chico diferente al que conoció aquella vez en el parque — era un blader increíble, sus ataques y movimientos eran muy fuertes y poderosos, nunca se rendía y siempre cumplía con su palabra. Lo se porque una vez él y Tyson apostaron su almuerzo para ver quien lograba subir más rápido una palmera, Tyson gano al final, por lo que Zyro le dio su almuerzo y se quedo sin comer esa vez — rió al recordar aquella anécdota.
Ver a Gingka más alegre hizo que Valt sonriera igualmente.
— Si, yo lo admiraba por eso — en ese momento el semblante del niño cambio a uno melancólico — hasta que...
****
Aquella ocasión estaba con Hyoma en casa de Tyson esperando a que este les mostrara el nuevo lanzamiento que había inventado. Días después de la batalla que tuvo contra Kyoya, Tyson había hecho caso a su consejo y le pidió a Hiro que lo ayudara a practicar, este acepto a ayudarlo.
Así, luego de un par de días, Gingka y sus amigos pudieron ver los resultados de la practica que tuvo Tyson con su hermano mayor, ya que tanto la forma de lanzar, como la fuerza de los ataques de Dragoon habían tenido un gran cambio.
Gingka se sentía orgulloso de su amigo, ya que al fin podría decirse que alcanzo de cierta manera a Kyoya.
— ¿Dices que tu lanzamiento consiste en girar rápidamente la base de tu lanzador para que de esa manera tu bey caiga al estadio y gire más rápido? — le pregunto Hyoma al niño.
— Así es.
— Eso no es posible — le dijo el niño.
— ¡Oh vamos! ¡claro que es posible! — le contesto Tyson a su amigo — tú que dices Gingka ¿Verdad que si se puede? — le pregunto al pelirrojo. Este se veía algo nervioso, ya que por esa ocasión pensaba lo mismo que Hyoma.
— Pues la verdad...
—¡Chicos! ¡Chicos!
En ese momento los tres niños voltearon y vieron que había llegado otro de sus amigos.
— ¡Tsubasa! que bueno que llegaste, les estaba diciendo a los chicos que...
— ¡Ahora no es el momento Tyson! — le respondió rápidamente su amigo. — escuchen tienen que venir conmigo ahora, ¡No hay tiempo para explicárselos! ¡así que síganme! — comenzando a correr lejos de ahí.
Tras escuchar las palabras de su amigo los tres niños decidieron ir corriendo tras este, Gingka así como sus otros amigos estaban algo preocupados debido a que Tsubasa se veía algo alterado. Su amigo los llevo corriendo hasta el pueblo, en donde los condujo hacia una zona conectada por múltiples callejones.
— Oye Tsubasa, ¿a donde nos estas llevando? — le dijo Tyson, sin embargo su otro amigo parecía no haberlo escuchado.
— ¡Es por aquí! — les dijo su amigo mientras les indiciaba que los siguieran por un callejón en donde había algunas cajas grandes de madera apiladas.
Antes de preguntarle algo al respecto Tsubasa comenzó a subir por aquellas cajas de madera y les indico a sus amigos que hicieran lo mismo, por lo que el resto de los niños le hicieron caso y empezaron a subir sobre las cajas.
Al llegar a la altura de su amigo se dieron cuenta que aquellas cajas estaban colocadas de tal manera que se podía ver un abertura en medio de estas, Tsubasa les dijo que se asomaran a ver por esa abertura, por lo que los tres niños le hicieron caso y decidieron echar un vistazo.
Lo que vieron los cuatro niños al otro lado era algo que sin duda ninguno de ellos olvidaría.
Al otro lado de ese callejón se encontraban dos chicos en una batalla de beyblade junto a otra persona que estaba observando la batalla, uno de esos bladers era su amigo Kyoya quien estaba teniendo una batalla contra...
" ¡Zyro! "
— Je, eso es todo lo que tienes niño — le decía Zyro con cierta altivez al peliverde, en cambio el niño gruño molesto.
— Por supuesto que no, ¡Ahora Rock Leone! ¡Lion Gale Force Wall! — dijo el niño para después encender su llamarada y llamar a su bey. Tras el niño surgió la figura de un león imponente.
En ese momento la punta del bey de Kyoya comenzó a girar más rápido haciendo que se formara un especie de tornado alrededor de este. Aquellas ráfagas de viento que generaba Rock Leone hizo que algunos papeles así como latas y basura que había en ese callejón salieran volando por el aire.
Gracias a que Gingka y el resto de sus amigos se encontraban escondidos tras aquellas cajas de madera evito que las ráfagas de viento que generaba Rock Leone los empujara hacia atrás.
Mientras tanto Zyro se veía algo sorprendido por la fuerza que tenia el movimiento de Rock Leone, sin duda ese niño tenia un bey muy poderoso. Sin poder evitarlo aquel tornado absorbido el bey del chico.
Al ver tal resultado Kyoya embozo una sonrisa, su plan había funcionado al parecer.
— Nada mal niño — dijo otro sujeto, el peliverde giro a verlo y noto que se trataba igualmente de un niño, este los observaba divertido — aunque yo aún no cantaría victoria — dijo lo ultimo con una sonrisa.
El peliverde giro a ver de nuevo hacia el estadio y se dio cuenta de algo impresionante, el bey de Zyro parecía estar remontando el tornado de Rock Leone.
— ¿¡Pero como es que...!?
— Ahora es mi turno, ¡Samurai Ifrit! — grito Zyro, en ese momento encendió su llamarada y llamo a su bey, detrás del chico se manifestó un guerrero con una espada de fuego. — ¡Shooting Star Crash!
Tras esa orden el bey de Zyro comenzó a caer en picada hacia el centro del tornado y directo hacia Rock Leone. Kyoya trato de pensar en alguna otra maniobra sin embargo antes de poder hacer algo Samurai Ifrit se impacto fuertemente contra el otro bey haciendo que este se inclinara hacia abajo. Debido al impacto de ambos beys provoco que parte del Layer de Rock Leone se desquebrajara y terminara por burstear.
Aquel resultado dejo a los niños como a ambos bladers impactados.
— Leone... — pronuncio luego de unos segundos Kyoya para después caer de rodillas al piso, observando como su bey había quedado destruido.
— No me esperaba este final — decía el chico que también estaba presente en ese sitio — bueno que más da ¡Rock Leone con un final explosivo! ¡El ganador de esta batalla es Zyro Kurgane! — anuncio el niño. Luego de anunciar al ganador este se acerco al chico y se percato que este parecía verse algo consternado por lo ocurrido, por lo que decidió hacerlo volver en si. — Tierra llamando a Zyro, ¡Reacciona!— tronando sus dedos enfrente del chico para que volviera en si.
Luego de unos segundos el chico reacciono al llamado del niño y cambio su semblante a uno serio, tras la batalla se agacho a recoger a Samurai Ifrit del estadio y regreso a lado de aquel niño.
— Es una lastima niño, se ve que tienes potencial, aunque no el necesario para estar en el equipo — le decía aquel niño al peliverde, ante ese comentario Kyoya apretó los puños — mejor suerte para próxima.
Tras aquellas palabras tanto Zyro como ese niño se retiraron del callejón dejando al peliverde solo en ese sitio.
Mientras tanto atrás de aquellas cajas de madera los otros niños seguían sin creer lo que habían visto.
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— Yo no podía creer lo que paso esa vez, desde que juego beyblade nunca había visto que un blader destruyera el bey de otro de tal manera — le decía el niño al peliazul.
Mientras el niño le relataba aquella historia al chico, este había guardado silencio. No hallaba que palabras decir exactamente, conocer esa historia realmente lo tenia sorprendido.
— Días después de ese suceso, Tyson sugirió que fuéramos a buscar a Zyro, ambos sabíamos que él vivía en una casa al este del pueblo por lo que fuimos a buscarlo — continuaba narrando Gingka. — cuando llegamos a donde vivía, uno de sus vecinos nos vio y nos dijo que se había ido a entrenar al centro de entrenamiento para bladers.
Antes de que Valt le preguntara al respecto, el niño se adelanto y le explico.
— ¿Recuerdas a ese sujeto que se presento en el coliseo, Julian? — le pregunto el pelirrojo al chico, este asintió. — cuando ese señor llego aquí a la isla trajo consigo varias cosas para que la isla mejorara, el beyblade fue una de esas. Debido a que este juego es del agrado del señor Julian mando a colocar en varias partes del pueblo estadios de beyblade para que los chicos de la isla practicaran, además de mandar a construir el coliseo, también creo un centro de entrenamiento para los bladers, en donde los chicos podría aprender a prepararse para ser unos excelentes bladers — el niño observo como algunos de los faroles de luz que había colocados en algunas esquinas estaban encendidos, lo que significa que pronto se haría de noche — sin embargo no todos pueden entrar a ese sitio. Al parecer solo algunos bladers están calificados para ingresar a ese lugar.
— Ya veo — decía el peliazul. — supongo entonces que el equipo Dark Nightmare proviene de ese centro de entrenamiento.
— Así es — le respondió el pelirrojo. — esos tres son los mejores bladers que tiene ese centro de entrenamiento, por tanto todos los consideran los mejores de la isla — Gingka miro hacia el cielo un momento, después suspiro. — cuando fuimos a ese lugar nos negaron el acceso, aparentemente éramos "muy jóvenes" para usar esas instalaciones por lo que no nos dejaron entrar. Fue entonces que a Tyson se le ocurrió la idea de crear una distracción para que yo pudiera pasar a buscar a Zyro, por suerte la distracción de Tyson funciono y logre entrar. Busque por todo ese sitio y al doblar por uno de los pasillos vi a Zyro saliendo de una sala de practica, por lo que me acerque a hablar con él.
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— Gingka, ¿pero que haces aquí?.
— ¡Zyro! yo necesito hablar contigo — le decía el niño, al mismo tiempo que miraba a todos lados asegurándose de que nadie lo viera por ahí.
— Lo siento Gingka pero no tengo tiempo — le respondió el chico dando media vuelta para irse. El niño se sorprendió por que este lo ignoro por lo que decidió seguir al chico e intentar hablar con el de nuevo, sin embargo este no le respondía ni volteaba a verlo.
Fue entonces que el niño dejo de seguirlo.
— Dime que fue un accidente — le dijo Gingka con la cabeza agachada — tu no querías romper el bey de Kyoya ¿verdad? — le volvió a decir al mismo tiempo que levantaba su cabeza para verlo.
Vio que Zyro había dejado de caminar, eso le dio cierta esperanza al pelirrojo.
Luego de ese incidente con Kyoya, sus amigos habían comenzado a creer malas cosas de Zyro, algo que tanto él como Tyson decidieron desmentir, ya que ellos dos creían que lo que había pasado con su amigo había sido un accidente.
Sin embargo días después de ese incidente, se habían esparcido varios rumores en la isla sobre que Zyro había roto los beys de otros chicos. Gingka creía que esos rumores eran falsos, sin embargo sus amigos comenzaron a contarle que habían visto batallas bey en donde el pelinegro destruía los bey de otros chicos, por lo que sus palabras sobre que Zyro era alguien bueno ya no eran creíbles para sus amigos.
Después de unos minutos el chico giro a verlo, pero las ilusiones del pelirrojo cayeron en ese momento al ver como este lo volteaba a ver con una mirada seria.
— No vuelvas a buscarme Gingka — le dijo Zyro al niño para después voltear nuevamente al frente e irse.
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— Minutos después uno de los guardias de seguridad me encontró y me llevo de regreso a la entrada, ahí vi a Tyson. Luego de dejarme con él nos dijo que no volviéramos y se retiro... — el niño se detuvo un momento — Tyson se acerco a mi y me pregunto si había encontrado a Zyro, le conté lo que me dijo y al igual que yo estaba sorprendido, luego solo me dijo: "lo intentamos" y nos marchamos de ahí — tras decir eso volteo a ver a Valt, este se sorprendió al ver al pequeño con los ojos algo vidriosos — yo... aún quiero creer que Zyro es alguien bueno, pero he seguido escuchando a varios chicos decir que les han destruido sus beys por su culpa y... ya no se que creer — dijo lo ultimo agachando su cabeza.
Era difícil para Gingka aquel tema sobre Zyro, lo había considerado un blader increíble, se gano tanto su respeto como su admiración e incluso lo consideraba como uno más de sus amigos. Y de pronto todo lo que creía sobre él se venia abajo, esa ultima vez que lo vio ya no vio en él al mismo chico que aconsejo aquella vez en el callejón, no, ahora era alguien completamente distinto.
En ese momento el niño sintió que alguien lo despeinaba, por lo que levanto su cabeza y se sorprendió de ver que se trataba de Valt, este le sonreía.
— No pierdas las esperanzas Gingka, con lo que me contaste yo también creo que Zyro es alguien de buenas intensiones, solo creo que le hace falta reflexionar las cosas y alguien que lo guie correctamente — le decía el peliazul — no te des por vencido.
Aquellas palabras dejaron al niño realmente sorprendido y al mismo tiempo comenzaba a sentir dentro de él un poco de esperanza.
— Si, tienes razón — le respondió el niño.
Después de aquella conversación ambos chicos continuaron con su camino, no falto poco para que el niño visualizara la tienda color verde, lo que significaba que estaban por llegar a su casa.
Al final ambos se detuvieron frente a una casa la cual parecía ser la ultima de aquella calle, esta tenia a un lado un barandal que llevaba a una escaleras, el niño le explico al chico que esas escaleras conducía a un camino que iba en dirección hacia el muelle, de esa manera el padre de este no tendría problemas en llegar a su trabajo.
— Gracias por acompañarme a mi casa Valt y también por haber escuchando mi historia, la verdad me siento con un peso menos encima — dijo el niño.
— No hay de que Gingka, me alegra haberte ayudado a que te desahogaras un poco con respecto al tema de Zyro — le respondió Valt. En ese momento se escucho un gruñido fuerte provenía del estomago del peliazul, lo que lo hizo avergonzarse — jeje...
Tras escuchar el gruñidos del estomago de Valt, el niño embozo una sonrisa.
— ¿Quieres quedarte a cenar? — le pregunto Gingka.—, creo que papá va a preparar algo de estofado para la cena y sabe muy bien. Créeme, es mejor que el caldo de pescado que hizo el martes...
Antes de continuar con su platica ambos chicos vieron como de la puerta de la casa salían dos personas, aquellos eran el padre de Gingka y al parecer un amigo, el cual el chico identifico que se trataba del señor Taro.
Ambos estaban teniendo una conversación algo peculiar.
— ¿Seguro que puedes regresar a casa? luces muy cansado — le decía Ryo a su colega. Este solamente hizo una señal de negación — insisto que este cansancio que tienes no es normal, deberías ir a ver al medico.
— Créeme estoy bien, solo es "mala noche" ya te lo dije — le respondió el otro hombre, aún sin hacerle caso — Nos vemos mañana — se despidió.
— Si, descansa — se despidió el hombre aun con preocupación.
Aunque su colega le dijera que estaba bien, Ryo Hagane sospechaba de ello.
Ya desde hace un par de días había notado que Taro, uno de los miembros de su tribulación, había comenzado a presentar cierto comportamiento inusual, es decir, Taro era un sujeto responsable y que siempre sacaba el trabajo adelante, pero que en ocasiones, solía tomarse un pequeño descanso en el trabajo, eso no lo consideraba algo malo debido a que siempre se tomaba esos descansos cuando le tocaba descansar.
Sin embargo en pasados días sus "descansos" comenzaron a ser un poco más frecuentes, lo que en ocasiones provocaba retrasos en el trabajo y por consiguiente que tuviera que hablar con este al respecto. Este le respondía que solamente había tenido una "mala noche", por lo que inmediatamente le pedía disculpas y le prometía que no volvería a pasar.
Pero pasaron los días y esos incidentes continuaron ocurriendo, sin embargo a diferencia de las primeras veces, Ryo comenzó a notar que Taro empezaba a verse más cansado y sin ánimos, lo que sin duda lo preocupaba y le sugería ir a ver al medico. Pero este no le hacia caso y solo le respondía que era por una "mala noche".
— ¡Hola papá! — saludo el niño a su padre. Aquel hombre dejo aún lado sus pensamientos y giro a ver a su pequeño hijo.
— Hola campeón, que bueno que regresaste — le respondió el hombre a su hijo — y veo que trajiste a uno de tus amigos — refiriéndose al chico peliazul que estaba aún lado de ellos. — es bueno verte de nuevo por aquí chico, Valt Aoi ¿verdad?.
— Así es señor, es un gusto verlo otra vez — dijo el peliazul.
— ¿Otra vez el señor Taro tuvo "mala noche"? — le pregunto el niño a su padre.
— Si, lo de siempre — le respondió el hombre a su hijo — en fin porque no pasan adentro, estaba por preparar la cena.
Luego de aquella invitación el niño le dijo al chico que ingresara a su casa, una vez que paso por el marco de la puerta, Valt pudo ver que esta tenia un aspecto humilde, además de que en algunos muebles había uno que otro objeto relacionado con la pesca, que era el trabajo del padre de Gingka.
— ¡Papá! aquí tienes el pedido que le encargaste al señor Masaki — le dijo el niño a su padre, para segundos después entregarle a este el marco de madera.
El hombre tomo aquel marco y vio todos los detalles que tenía, realmente el carpintereo había seguido al pie de la letra lo que le pidió que hiciera con ese marco.
— Vaya si que el carpintero hizo un buen trabajo.
— Fue lo mismo que pensé — le dijo el niño a su padre. — estoy seguro de que la foto de mamá le va a quedar bien.
Valt se veía algo confundido por aquella conversación y antes de que hiciera una pregunta al respecto, observó como el señor Ryo sacaba de un mueble una fotografía algo vieja y se la colocaba a aquel marco. Cuando el padre de Gingka puso el marco con la foto sobre el mueble, el chico pudo ver mejor quien era la persona de la fotografía.
En la fotografía aparecía una mujer joven de cabello largo castaño quien parecía estar posando a lado de la vela de un barco.
— Hanako era una mujer muy bella y amable, aunque en ocasiones era algo descuidada, lo sé porque cuando hicimos el baile de nuestra boda me piso varias veces... — relataba el hombre con una sonrisa nostálgica.
Más tarde el padre de Gingka terminó por preparar la cena y les indico tanto a su hijo como al chico que tomaran asiento en la mesa, fue así que luego de haberle servido a cada uno comenzaron con su cena. Tras haber casi devorado varios platos del estofado que hizo el padre de Gingka, Valt se ofreció a ayudarlos a recoger la mesa y a lavar los platos.
Una vez que terminaron de recoger, Valt observó la hora en el reloj que había en aquella casa y le dijo al niño que debía de retirarse debido a que ya era algo tarde, por lo que después de agradecerles tanto a padre e hijo por haberlo invitado a cenar, se retiró de aquella casa.
— Adiós Valt, ¡te veré mañana en el torneo! — se despedía el niño a lo lejos.
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A diferencia del día anterior, Valt consiguió levantarse un poco más temprano que la vez pasada. Esto debido a que no quería volver a llegar tarde al evento en el coliseo y menos ahora que consiguió clasificar para la segunda etapa.
Luego de vestirse el chico bajo a desayunar a la cocina, en donde se encontraban la madre de Aiko sirviendo el desayuno y el señor Kaito leyendo el periódico, por lo que después de darles los buenos días tomo asiento en la mesa.
— Hoy te levantaste temprano Valt — decía la señora Nozomi, quien le servía su desayuno al chico.
— Así es, es que no quiero volver a llegar tarde al torneo.
— Vago — pronuncio en voz baja el padre de Aiko quien aún estaba leyendo el periódico, aquello que dijo el señor no fue escuchado por el chico, pero si por su esposa quien lo regaño en voz baja.
— ¡Oye mamá! ¿de casualidad aún tenemos vendas adhesivas? — le pregunto Aiko a su madre, la pelirroja había llegado en ese momento a la cocina.
— Mm creo que aún tenemos unas pocas en el botiquín del baño — le respondió su madre — pero porque, ¿acaso te cortaste? — le pregunto.
— No, no es nada de eso, es solo que tengo algunos raspones en las manos — dijo la chica apenada, luego le mostró a su madre como estaban sus manos. Estas se veían algo hinchadas y con algunos pequeñas ampollas en los dedos.
Luego del desayuno la madre de Aiko fue a buscar el botiquín para su hija, la chica utilizo algunas vendas para poder cubrir algunas ampollas abiertas y así evitar un poco el ardor que le causaban en su mano.
Una vez listos ambos chicos salieron juntos de la casa en dirección hacia el coliseo.
— Creo que con esto será suficiente — decía la chica, quien observo su mano parcialmente cubierta por dichas vendas.
— ¿Cómo fue que te hiciste eso? — le pregunto Valt curioso.
— Esto es normal, siempre me sucede cuando practico beyblade — le explico la pelirroja.
— Pero para evitar que te pase eso debes usar guantes — le dijo el peliazul. — ¿acaso no usas guantes cuando practicas beyblade?
— Eh... ¿no? — le respondió la chica confundida — pensé que usar guantes para practicar beyblade no era necesario.
— Pero si son necesarios, evitan que te lastimes las manos al practicar — le decía Valt. Aquella explicación que le dio el peliazul sobre los guante sorprendió a la chica.
— No lo sabía, supongo que entonces debo conseguirme unos guantes.
Luego de recorrer varias calles ambos chicos llegaron al coliseo en donde inmediatamente entraron para ir hasta las salas de descansos, una vez ahí vieron que ya se encontraban varios de los bladers que clasificaron para la siguiente ronda.
— ¡Hola! ¡por aquí! — llamo Max a ambos chicos, estos dos al reconocerlo caminaron hasta llegar con él. Al acercarse notaron que aún lado de este estaba Shu. — también ustedes llegaron temprano.
— Si, es que no queríamos llegar tarde al torneo — le dijo el peliazul al chico. — Hola Shu — saludo a su amigo.
— Hola Valt — lo saludo igualmente el chico.
Los cuatro chicos presentes decidieron esperar a que llegara la hora de inicio, por lo que durante ese tiempo de espera estuvieron platicado entre ellos.
— ¡Hola Valt! —saludo Tyson al chico. Valt igualmente al verlo lo saludo. — yo casi me quedo dormido, por suerte mi abuelo me despertó a tiempo para llegar hasta aquí.
Dando exactamente las 10, todos los bladers que habían clasificado se encontraban presenten en la sala, algunos de ellos parecían algo ansioso por empezar aquella ronda, otros estaban más tranquilo y algunos otros sin prestar atención al resto de los competidores.
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¡Saludos y Bienvenidos a todos los habitantes de esta isla y a los lectores de esta historia, reportándose llegan sus humildes servidor Brad Best y Aj Tooper!
¡Así es Brad, y el día de hoy tendremos batallas increíbles y de las que no querrán despegar en ningún segundo sus ojos, por que hoy comenzaremos con la segunda etapa del torneo el cual consiste en un Battle Royal!
Se viene duelos a muerte con Beyblades Aj
¿Dijiste duelos a muerte con Beyblades Brad?
Exacto Aj, y eso que hemos estado en muchos duelos a muerte con Beyblades, pero ninguno de ellos será como este.
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En ese momento los reflectores del estadio iluminaron el centro del coliseo, en donde se encontraba un hombre con una capucha de color rojo y unos lentes oscuros.
— ¡Bienvenidos sean todos de nuevo al coliseo, aquí su presentador y réferi favorito DJ Jazzman les anuncia que en este segundo día del torneo se llevara acabo la segunda etapa, el cual si recuerdan se trata de un Battle Royal, por lo cual les recomiendo no despegarse de sus asientos porque tendremos batallas increíbles una tras otra, así que comencemos!
Tras hacer aquel anuncio el público comenzó a gritar y aplaudir emocionado.
— ¡Antes de comenzar, me gustaría anunciarles la dinámica de esta segunda etapa! — dijo aquel hombre, en ese momento algunos de los asistentes del eventos colocaron aún lado de este una especie de ruleta gigante. — como podrán ver los asistentes trajeron esta ruleta la cual si se fijan tiene escrito las letras de la A a la D. Ahora ustedes se preguntara el por que, eso es sencillo, y es que en lugar de que esta segunda etapa se lleve en orden, los organizadores han decidió que el primer grupo que compita sea elegido al azar!
Aquella noticia sorprendió a varios personas del público, al igual que ellos algunos de los bladers que se encontraban esperando en las salas de descanso, también estaban sorprendidos.
— ¡Lo se ni yo me lo esperaba! ¡Ahora bien, no solo se elegiría el grupo al azar, sino que también en esta ruleta están unos números los cuales representan los 10 estadios disponibles en esta etapa, del 1 al 10 según su dificultad, siendo el 1 el más difícil! — explicaba el anunciador. —, ¡En cada uno de estos estadios están permitidos solo 5 bladers por lo que serán dos rondas diferentes por grupo! ¡Así mismo solo serán dos grupos los que tendrán la oportunidad de competir el día de hoy, los otros dos restaste competirán en los siguientes días, por lo cual les recomendamos no falta si quieren saber quienes serán los bladers que llegarán a la final! ¡Ahora para decidir quien será el primer grupo en participar, les presento a uno de nuestros mejores bladers de la isla, denle un fuerte aplauso a Yu Tendo!
Tras el anuncio, los reflectores iluminaron una de las compuertas de entrada y de ahí apareció un niño de cabello anaranjado, ojos verdes y que vestía con un traje de color blanco. Las personas del público recibieron al niño con emoción.
— Otra vez ese niño — se quejo Hilary, quien al igual que el resto de sus amigos no estaban felices de que aquel chico apareciera — increíble que haya personas que lo alaben.
— Es porque no saben de las cosas malas que ha hecho su equipo — comento Hyoma. — si lo supieran no actuarían así.
Luego de saludar a todo el público presente, el niño llego aún lado del presentador.
— ¡Vaya Yu parece que todo el público te adora!
—¡He he tu lo has dicho! — respondió el niño.
—¡Bien entonces comencemos, cuando tu gustes gira esta ruleta y veamos quien será el primer grupo elegido!
El niño se acerco a aquella gran ruleta y con todas sus fuerzas la hizo girar, todo el publico estaba expectante a ver quienes serian los bladers que iniciarían. Tras unos segundos la ruleta poco a poco comenzó a detenerse, y al final se detuvo.
—¡Y el primer grupo en participar será el C ! ¡Así que bladers del grupo C prepárense porque en este momento en la pantalla que esta arriba de mi aparecerán los rostros de los 5 primeros bladers que usaran el estadio numero 6!
En ese momento en la pantalla del centro aparecieron las imágenes de los 10 bladers del grupo C, tras una rápida selección aparecieron los primeros 5 bladers. Entre esos 5 primeros se encontraba Valt.
—Al parecer serás de los primeros en competir Valt — le decía el rubio al chico, este miraba la pantalla con asombro, ya que aparte de él había alguien más que el concia dentro de esos 4 bladers.
En una esquina algo apartado del resto, un niño peliverde veía el resultado de la pantalla, quien al ver que entre los otros 4 bladers que estaban ahí se encontraba el peliazul, embozo una ligera sonrisa.
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Saludos a todos!
Nomas de ver a padre e hijo me dan ganas de hacerle una historia de familia.
Dejando a un lado mis impulsos de escritora, ¿Cómo han estado? ya llevo un rato sin actualizar, pero bueno, como se los prometí va a haber capitulo doble, así que los dejo para que sigan leyendo.
Ya sin nada más que agregar los dejo con el siguiente capituló chau!
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