Capítulo 10

~ Confrontación ~

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Cuando los rayos del sol de la mañana atravesaron la cortina de aquella habitación, el chico peliazul ya se encontraba completamente despierto.

Aunque Valt no era de esas personas que le gustara madrugar, como nuevo entrenador del club de beyblade debía dar el ejemplo, lo que significa que tenia que ser el primero en estar en el club antes de que llegaran el resto de los niños.

Luego de colocarse su clásica diadema en el pelo el chico salió de la habitación y camino a tomar las escaleras. Fue cuando puso un pie en el primer escalón que se percato que al otro lado del pasillo venia caminando una pelirroja algo soñolienta y cargando una toalla en su brazo izquierdo.

— Adelántate, te veo más tarde en el club — le dijo la chica al peliazul, esta continuo con su trayecto hacia el baño.

Después de ese breve intercambio de palabras con la pelirroja, el chico bajo por las escaleras y camino hasta la entrada de la casa.

— Valt — lo llamo la señora Nozomi, el chico giro a verla — Toma — entregándole una bolsa de papel. Cuando el chico dio un vistazo al interior de la bolsa se percato que adentro de esta había dos sandwiches — para que no se te olvide desayunar.

El peliazul le agradeció a la señora Nozomi por aquel gesto y luego de eso salió de la casa. Opto por correr desde la casa de Aiko hasta el pueblo, una vez que llego a este decidió caminar más despacio, aún le sobraba algo de tiempo así que no había tanta prisa por llegar.

Mientras caminaba por las calles del pueblo vio que algunos vendedores se encontraban preparando todo para abrir sus locales.

Cerca de donde estaba caminando visualizo una pequeña florería que igual que el resto de los locales se alistaba para abrir. Al exterior del local se encontraba una mujer joven de cabello largo obscuro que estaba tratando de colocar el techo de lona que iba en la parte de afuera, pero parecía tener problemas con este.

Al ver el problema que tenia la señora con el techo, el chico se acerco para ayudarla.

— ¿Gusta que le ayude con eso? — le pregunto Valt a la mujer. Esta se sorprendió un momento al escuchar la voz del chico lo que hizo que volteara a verlo.

— Oh no, descuida puedo con esto — le respondió la mujer amablemente. Fue solo cuestión de segundos para que la mujer colocara los soportes del techo y este quedara correctamente puesto — se me olvida a veces que necesito cambiar uno de los soportes de este techo, de todos modos gracias por ofrecerte a ayudarme.

Antes de agregar algo más, de la puerta del local salió una pequeña niña de cabello rosa, quien se acerco a la mujer que estaba a lado del chico.

— Mami, necesitas ayuda para colocar el techo — le dijo la niña.

— Ya no cielo, pude colocarlo bien esta vez — le respondió la mujer.

— Bueno... — respondió la pequeña. La niña giro a ver a la otra persona que estaba con su madre — Oye yo te conozco, eres el chico del que me hablo Tyson ¿Cómo te llamabas? Ah si, Valt Aoi.

— Jeje si soy yo — le respondió el peliazul — Ahora que recuerdo, eres una de las niñas que vino con Hilary el día de ayer al club ¿verdad? — ante aquello la niña asintió.

— Sip, me llamo Mathilda —le respondió la niña alegremente — es un gusto conocerte — extendiéndole su mano para estrecharla con la del chico, ante aquella acción el chico sonrió y le estrecho la mano.

— Igualmente Mathilda.

— ¿Entonces él es el nuevo entrenador del que me contaste ayer?— le pregunto la mujer a la pequeña.

La niña asintió.

— Así es mami — le respondió — Tyson nos conto que Valt es campeón mundial de Beyblade.

— Oh, eso quiere decir que a ti también te gustas esos "tropos locos" que le gustan a mi hija — dijo la mujer.

— Eh si... —decía el chico rascándose la cabeza apenado.

— Se le dice beyblade mami — le corrigió la niña. La mujer volteo a ver a la menor.

— A eso me refería — respondió la mujer — en fin, ya que aquí esta tu entrenador seria bueno que te fueras con el al club, supongo que tu también vas a ese lugar —dirigiéndose al chico.

— Claro señora — le respondió el peliazul.

— ¿Entonces si me das permiso de ir al club? — le pregunto la niña a su madre.

— Por supuesto — respondió la mujer. — solo recuerda que tienes que regresar a las 7, de acuerdo.

— ¡Si! — dijo la menor.

Una vez que la niña tuvo el permiso de su madre, esta se metió al interior del local y después de unos minutos volvió a salir pero ahora traía consigo su lanzador y una clase de alas "postizas" en su espalda.

—Ya estoy lista, ya podemos irnos entrenador — le dijo la niña al peliazul.

Luego de despedirse de la mujer, el peliazul y la niña se fueron en dirección al club.
En el transcurso del camino Mathilda comenzó a platicarle a Valt sobre ella y sobre sus amigos y como a estos al igual que ella les gustaba mucho el beyblade.

—Oye Mathilda tengo algo de curiosidad, ¿Por que tienes esa clase de alas en tu espalda? — le pregunto el chico.

—Esto — dijo la niña haciendo alusión a sus alas — son mis alas de hada, soy un hada.

—Ya entiendo, ¿te gusta entonces las hadas?.

—Sip, me gustan mucho —respondió alegremente la menor — las hadas son bonitas y también vuelan y conceden deseos...

Y fue así que aquella plática que en un principio era sobre beyblade pasó a ser una sobre  hadas y princesas. Ante ese cambio, Valt no tuvo de otra que escuchar a la niña todo el camino

Cuando había sido la última vez que había escuchado sobre esos temas... o si, cuando su hermana tenia 5 años. Al menos agradecía no solo tener a Nika, sino también a Toko, con el cual podía hablar y hacer cosas de niños.

— Creo que ya estamos cerca del club — dijo al niña.

Fue entonces que el chico se dio cuenta que no muy lejos se visualizaba la cabaña del club. Al poco tiempo ambos habían llegado y para alivio de Valt en ese sitio ya se encontraba Shu.

— Buenos días Shu —saludo el peliazul.

— Buenos días Valt y... —volteando a ver a la pequeña que venia con Valt.

— Me llamó Mathilda —respondió la niña.

— Buenos días también a ti Mathilda — la saludo el chico — veo que si madrugaste —refiriéndose al peliazul.

— Tu me lo dijiste ayer, tengo que dar el ejemplo — le respondió Valt.

— Entonces solo nos queda esperar a que lleguen el resto de los niños para comenzar — decía Shu.

Mientras esperaban a que llegara los demás, la niña retomó el tema de las hadas y las princesas con ambos chicos.

— Mathilda porque no mejor te adelantas al calentamiento y le das unas 10 vuelta a la playa —le sugirió Valt a la niña.

— Pero la playa es muy grande.

— No a toda la playa Mathilda, sino que de aquí — decía el peliazul, al mismo tiempo que con una varilla de madera trazaba una X en la arena — ah.. esa palmera que está halla — señalándole una palmera a lo lejos.

— Okey — respondió la niña para luego comenzar a correr hasta aquella palmera que le había indicado el chico.

De esa manera ambos chicos se quedaron solos.

— Gracias por hacer eso — decía Shu.

— De nada, algo me dice que los temas sobre princesas y hadas no son precisamente tu fuerte — le comentó el peliazul en broma.

— Supongo que tú ya estás acostumbrado.

— Algo, ya han pasado años desde que Nika me contaba sobre esos tema — respondió Valt — lo bueno es que Toko está con ella, así que me libro un poco de tener ese tipo de conversaciones. 

Para suerte de ambos chicos la espera no fue tan larga, minutos después comenzaron a llegar el grupo de niños y atrás de estos venía la pelirroja, quien cargaba con una canasta.

Luego de darles la bienvenida a todos, Valt les pidió que se reunieran con él a lado de la cabaña.

— Antes de comenzar, primeramente me gustaría preguntarles a usted tres ¿Cuáles son sus nombre? — le dijo Valt a los otros tres niños nuevos que había visto el día de ayer.

Dos de los niños intercambiaron miradas mientras que el tercer niño o más bien, la que era una niña decidió presentarse primero.

— Mi nombre es Hikaru Hasama — se presentó la niña, esta tenía un color de cabello aqua.

— Que casualidad te llamas igual que un amigo que tengo, solo que él es niño — le comento el peliazul. La niña solo lo vio raro — bienvenida Hikaru — la saludó — Y ustedes que me dicen — refiriéndose a los otros dos niños restantes.

— Mi nombre es Kyoya Tategami — respondió uno de los dos niños, este tenía el cabello de color verde — y el niño grande que está a mi lado se llama Benkei.

— Yo soy Benkei Hanawa — se prestó el otro niño, este a diferencia de los otros niños era un poco más alto y  robusto.

Al ver a aquel niño hizo que por un momento Valt se acordara de un viejo amigo de él.

— Me alegra conocerlos a ambos, igualmente les doy la bienvenida al club de la isla — les dijo el peliazul a los tres. Fue entonces que noto que Kyoya levantó la mano — si que sucede.

— Es verdad eso de que eres campeón mundial de beyblade   — le dijo el niño peliverde— porque no te ves como uno.

— ¡Pero que dices Kyoya! — interrumpió Tyson en ese momento — tu viste nuestra batalla de ayer, es obvio que Valt tiene las habilidades de un campeón de beyblade.

El niño peliverde volteo a ver al otro niño con cierta molestia.

— Si vi su batalla de ayer, pero tratándose de ustedes dos es obvio que cualquier novato pudo haberles ganado — le dijo Kyoya. Ante aquella respuesta Tyson se molesto y tenia planeado lanzarse sobre este, sin embargo uno de sus otros amigos lo detuvo. — la verdad no tengo idea de como me convencieron para esto, yo y Rock Leone somos lo bastante buenos como para quedarnos aquí a entrenar con ustedes — luego de eso se dio media vuelta y camino para irse de ese lugar.

El otro niño que venia con Kyoya miro a su amigo y después a sus otros amigos y al final opto por irse junto con el niño peliverde.

— ¡Bien has lo que quieras entonces! — le grito Tyson desde lejos al niño, sin embargo este ya se había ido.

Mientras tanto Valt estaba algo desconcertado con lo que había pasado. La verdad no espero que pasara algo como aquello. Sin embargo no se podía hacer algo más para que aquel niño cambiara de opinión, por lo cual debía retomar su papel y hacer que al menos el resto de los niños presentes no optaran por irse.

— Esta bien Tyson déjalo así, no seria correcto que lo obligaras a estar en un lugar que no quiera estar — le respondió Valt al niño — lo que si me gustaría decirles al resto, es que si no están convencidos de esto tienen todo el derecho de irse, no se sientan obligados a estar aquí solo por que un amigo se los diga.

— Valt tiene razón y si me permites, me gustaría agregar algo más — dirigiéndose Shu a los niños — debe saber... que si desean aprender a crecer como verdaderos bladers, no hay duda de que Valt sabe como hacerlo.

Luego de las palabras de Shu, los niños que estaban presentes comenzaron a verse entre ellos, estaban pensando sobre lo que les había dicho este.

Mientras tanto Valt estaba impresionado, no había esperado que su mejor amigo dijera tales cosas sobre su persona.

— Pues por mi parte, ¡Yo si quiero que Valt sea el entrenador! — dijo en ese momento Tyson. Después volteo a ver al resto de sus amigos con una sonrisa — ¡Yo creo que el nos hará excelentes bladears!

Los niños vieron con sorpresa a Tyson, no cabía duda que este confiaba plenamente en Valt.

Luego de pensarlo unos momentos, el resto de los niños dieron su respuesta.

— ¡Yo me quedo! — afirmo Gingka.

— ¡Yo igual! — respondió Hilary.

— ¡Nosotras también! — dijeron al mismo tiempo Hikaru y Mathilda.

— ¡Y nosotros! — dijeron Tsubasa y Hyoma.

Al escuchar la respuesta de los niños el peliazul sonrió ampliamente.

— Se los agradezco chicos, créame que aprenderán bastante e incluso llegaran a ganar un campeonato de beyblade si se lo proponen — les respondió Valt positivamente.

Luego de aquella conversación, el chico le indico a los niños que comenzarían primero con el calentamiento, como primer ejercicio debían de dar unas 10 vueltas a la playa. Así como lo hizo con Mathilda, les explico hasta donde debía llegar, una vez que termino con su explicación los niños comenzaron con el calentamiento.

Mientras lo niños realizaban el calentamiento Aiko le aviso a los dos chicos que realizaría la limpieza de la cabaña, por lo que los dejo ahí afuera y se metió al interior de esta.

Después de que los niños terminaran de dar las 10 vueltas, Shu le sugirió a Valt aplicar otro tipo de ejercicios para complementar la rutina, idea que el chico acepto y aplico los ejercicios a los niños.

Una vez finalizado el calentamiento, Valt empezó a explicarles la actividad que realizaría para ese día.

— El día de hoy practicaremos con el lanzamiento de sus beys — les dijo el peliazul a los niños — así que, ¿Quien quiere ser el primero en... ? — no pudo continuar con lo iba a decir debido a que en ese momento Tyson levando la mano — si Tyson.

— ¡Estuve practicando en un lanzamiento super increíble! si me permites se los muestro — dijo el niño.

— Esta bien, veámoslo — respondió el chico.

Fue así que los niños caminaron hasta llegar a uno de los estadios que había en la arena, Valt les indico a estos que se colocaran a un lado, mientras que Tyson se coloco al frente del estadio.

— Bien Tyson, comienzas en... — en ese momento el chico vio como el niño comenzó a dar varios pasos hacia atrás alejándose del estadio — ¿Que es lo que haces?.

— Necesito alejarme para tomar velocidad — le respondió el niño.

Ante la respuesta del niño, Valt dejo de preguntar y espero a que este le indicara que estaba listo. Una vez que Tyson le dio la afirmativa, el peliazul le dio la orden de comenzar.

Al escuchar la orden, el niño comenzó a correr a toda velocidad  hacia el estadio, estando metros de llegar, tomo impulso y dio un un salto largo hacia arriba. Fue durante ese breve momento en el aire cuando lanzo a Dragoon.

Para sorpresa del resto de niños que estaban presentes, el bey de Tyson logro caer al interior del estadio.

— ¡Oh! Dragoon si cayo adentro  — dijo con asombro Hilary, asi como ella los otros niños también estaban sorprendidos.

— Jeje ¿Qué les pareció chicos? verdad que fue increíble — le dijo Tyson a los demás.

Los amigos del niño lo felicitaron por su lanzamiento, mientras que el chico peliazul sonrió.

— Interesante lanzamiento Tyson, te felicito — le dijo Valt, ante aquella respuesta el niño sonrió ampliamente.

— Gracias entrenador — respondió el niño.

Durante las horas que siguieron los niños practicaron con sus lanzamientos, mientras que Valt y Shu se encargaban de supervisarlos. Fue en medio del entrenamiento que apareció Aiko y le sugirió a ambos chicos que tuvieran un breve descanso.

— Traje sándwiches — decía la chica al mismo tiempo que les mostraba la canasta que trajo ese día. Casi como si hubiera dicho alguna clase de palabra mágica los niños voltearon a ver a los tres chicos con hambre.

—¡Si comida! — dijo Gingka.

Al final, Valt y Shu decidió pausar el entrenamiento y dejaron que los niños comieran uno de los sandwiches que había traído Aiko. 

Durante el breve descanso Hilary y el resto de las niñas fueron a sentarse a comer a una de las bancas, mientras que Tyson y sus otros amigos decidieron juntarse a comer en donde se encontraban los estadios de beyblade.

— Por cierto chicos, ¿ya se inscribieron al torneo? — pregunto Tyson, dándole después una mordida a su sándwich — yo ya lo hice.

— ¿Enserio planeas participar en ese torneo? — le pregunto Hyoma.

— Claro, no veo porque no pueda hacerlo — le respondió Tyson. — yo y Dragoon hemos estado practicando bastante, apuesto a que incluso podremos llegar a la final y enfrentarnos al equipo Dark Nightmare.

— Sigue soñando, ese equipo jamás a perdido ninguna competencia — decía Tsubasa. —sus integrantes son lo bastante fuertes, solo recuerda lo que le ocurrió a... bueno, tu ya sabes — dándole una mordida a su sándwich.

Luego de ese comentario todos ellos se quedaron callados unos momento. Como todo niño que vivía en esa isla, ellos sabían sobre la habilidad y la fuerza que tenía ese equipo de bladers, por lo que cualquier niño o chico que quisiera retar a uno de sus miembros, le esperaba una inminente derrota.

Tal fue el caso de uno de sus amigos, de tan solo recordar lo que le había pasado hizo que Tyson apretara sus manos con frustración.

— No merecían hacerle eso a Kyoya...— dijo el niño — ¡Agh! ¡No importa que, juro que haré todo lo posible por llegar a las finales — expreso con decisión Tyson.

Al escuchar la respuesta del niño, sus amigos le desearon suerte. Aunque no estaban seguros de cual seria el resultado, sabían que cuando Tyson se proponía algo lo lograba.

Mientras los niños platicaban entre ellos, en la entrada de la cabaña estaban Valt y Shu comiendo uno de los sándwiches que les había dado la pelirroja.

— Tuvieron un buen avance — decía Shu mientras observaba al grupo de niños, aunque no escuchaba lo que decían, parecía que estaban teniendo una plática interesante.

— Lo sé — le respondió Valt.

En ese momento el peliazul escuchó una clase de murmullos que provenían a un lado de la cabaña, por lo que decidió ir a ver de qué se trataba. Al asomarse a la esquina de la cabaña se dio cuenta que estaban las 3 niñas viendo por la ventana.

— Oigan niñas ¿que hacen? —les pregunto Valt a las tres, sin embargo estas rápidamente le dijeron que guardara silencio.

– Shh... Aiko puede oírte — le respondió en voz baja Hilary.

Ante esa respuesta se acerco a donde estaban las niñas, en ese momento escucho una ligera melodía  que provenía del interior de la cabaña, fue entonces que al igual que las niñas decidió asomarse por la ventana.

Adentro de la cabaña se encontraba Aiko, esta estaba entretenida limpiando una repisa con un trapo. Aquella acción por parte de la pelirroja no era lo que atrajo la curiosidad del grupo de niñas, sino la canción que estaba cantando en ese momento.

– Tiene una bonita voz  –dijo en voz baja Mathilda, la niña estaba disfrutando escuchar la voz de la chica.

Quizás Valt conocía todo sobre el tema del beyblade, pero en otro tipo de temas como la música, desconocía bastante. Aunque no se necesitaba saber bastante sobre ello como para no darse cuenta que la voz de Aiko era muy bella.

El chico decidió hacer lo mismo que la pequeña y cerro sus ojos para disfrutar unos momentos de aquella canción.

– Valt, ¿qué haces en la ventana? — pregunto confundida la pelirroja.

Al no escuchar a la chica cantar hizo que el peliazul saliera de aquel trance en el que estaba y se dio cuenta que se encontraba solo en aquella ventana. Tal parecía que las 3 niñas que habían estado ahí anteriormente huyeron antes de que Aiko las viera. Por lo que solo estaba el chico de pie ahí.

— Eh, nada, nada, solo pasaba por aquí jeje — le respondió con pena el chico — cambiando de tema, tienes una genial voz.

— Oh, pues gracias — le respondió la chica algo avergonzada. No esperaba que alguien la escuchara cantar.

Luego de eso se formó un silencio algo incómodo entre ambos chicos.

— De acuerdo, entonces volveré con los otros niños — le dijo el chico aún atrás de la ventana.

— Si, si está bien yo seguiré acomodando aquí — le respondió la chica para después volver a la tarea  que estaba haciendo.

Después de eso Valt se retiró de aquella ventana y regreso de nuevo a donde estaban los niños, aquel encuentro entre ambos jóvenes logró ser visto por las tres niñas las cuales estaban escondidas atrás de los arbustos.

— Ese chico es un despistado — decía Hilary.

– Creo que ambos chicos lo son Hilary — le respondió Hikaru.

— Yo digo que se ven muy bien juntos — dijo Mathilda. Las otras dos niñas voltearon a ver a la pelirosa.

Una vez que concluyeron con el breve descanso, Valt le dio continuidad a las actividades de ese día. Fue así qué pasó el tiempo y cuando menos lo esperaban la tarde había llegado, por lo que era el momento de terminar con la práctica.

— Adiós Valt, adiós Shu, nos vemos mañana — se despidió Tyson de ambos chicos, para después irse con el resto de los niños a sus casas.

Cuando estaba por cerrar la cabaña Shu se acercó a Valt para avisarle que debía retirarse antes debido a que tenía un pendiente por hacer, por lo que no se iría con ellos dos como el día de ayer.

— No hay problema a Shu, te veremos mañana entonces — le respondió el peliazul.

— Claro nos vemos mañana — dijo Shu antes de darse la vuelta para retirarse.

— Shu — lo llamó de nuevo el peliazul — antes de que te vayas, quería preguntarte si acaso tuviste problemas para dormir anoche — el albino lo miró confundido — es que te note algo cansado el día de hoy.

Aquel comentario hizo que Shu se sorprendiera unos momentos, tras unos segundos volvió a su semblante de siempre.

— Estoy bien Valt, solo fue el entrenamiento de hoy — le respondió el chico — pero gracias por la preocupación – luego de aquello Shu se retiró de ese lugar.

Quizás Shu tenía razón y sólo se trataba de su imaginación.

— Bueno supongo que podemos irnos ahora —dijo Aiko minutos después de que terminó por cerrar la puerta de la cabaña. Al voltear se dio cuenta que solo se encontraba el peliazul ahí — ¿Y Shu? — pregunto la chica.

— Tuvo que irse antes, dijo que tenía un pendiente que hacer — le respondió Valt.

Fue en ese momento que una ventisca de arena surgió de la nada, por lo que ambos jóvenes se cubrieron con sus brazos. Luego de un momento el aire dejó de soplar fuerte.

Ambos no se habían dado cuenta que acercándose a ellos venía un joven.

— Vaya, veo que lograste levantar el club de nuevo — decía aquel joven mientras observaba la fachada de la cabaña. Los otros dos jóvenes voltearon a verlo, siendo la chica la que lo veía sorprendida —  recuerdo cuando lo fundamos, en aquel entonces solo teníamos dos platos de wooks para practicar, aún así nos divertíamos bastante.

— ¿Q-Que haces aquí? — le pregunto temerosa la chica.

Valt se confundió por la reacción de Aiko, después volteó a ver de nuevo al joven que había llegado.

— Disculpa ¿pero quien eres tú? — le pregunto el peliazul. El otro chico se percató de la presencia de Valt y giró a verlo.

— Así que tú eres el nuevo entrenador del club— le dijo el otro individuo. Miro nuevamente  a la chica — los felicito consiguieron a alguien decente, aunque parece que aún no le has contado sobre mi ¿o si Aiko?

Al escuchar aquella respuesta, Valt también volteó a ver a la pelirroja, fue que noto que la chica parecía verse preocupada.

Para Aiko, de todas las personas que jamás espero volver a ver en su vida, su ex capitán y entrenador del club estaba entre ellas. Se trataba de aquel chico que también alguna vez fue su mejor amigo.

— Y porque debería de decirle a Valt sobre alguien que decidió dejar este club — le respondió la pelirroja en tono firme — no te importo irte y dejarnos a la derriba, solo para que al final te hicieras el capitán de ese equipo de bladers, que por cierto causan problemas al resto de los chicos de esta isla.

El otro sujeto se sorprendió por la respuesta de la joven, sin embargo eso no le molestó.

— Sabía que seguías sin entenderlo — le respondió el joven. Al parecer la chica aún seguía recordando lo qué pasó aquella vez — Bueno, si me lo permites, me gustaría comprobar las habilidades del nuevo entrenador de este club, claro si es que este acepta — dirigiéndose al peliazul.

Valt veía aquel sujeto, seguía sin entender de lo que este y Aiko habían estado hablado, sin embargo si aquel sujeto quería enfrentarse a él, entonces que lo hiciera.

— Antes de decirte si acepto, quisiera saber primero ¿cual es tu nombre? — le dijo el chico con seriedad.

Ante la respuesta del peliazul, el otro sujeto sonrió ligeramente.

— Por supuesto, mi nombre es Ray Kon —le respondió el otro joven — y como anterior capitán de este club te reto a ti a una batalla bey.

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Hola gente, ¿como están?

Primero, me gustaría decirles que fue una semana algo ocupada para mi, por lo que no pude actualizar y ni escribir por aquí.

Segundo, no se en que momento esta historia pasó de las doscientas  a más de trescientas vistas, guao! la verdad no me lo esperaba.

Tercero, la deseo a todos un feliz 30 de abril (si eres de México sabes que significa esa fecha), aunque ya de plano dejamos esa etapa, aún hay algunos que tiene ese sentimiento por dentro, y bueno Beyblade es sin duda una serie que marcó parte de esa etapa en algunos de nosotros.

En fin, sin más que agregar, nos leemos en el siguiente capituló.

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