¿Cómo todo comenzó?



[Febrero del 2014]

[Base desconocida de HYDRA]

Tras pasar unos cuantos meses desde su última misión, el comandante decide despertar al Soldado de su sueño criogénico, borrándole de inmediato la memoria, para tomar aquel libro color rojo, con una estrella negra en la tapa, y le miró fijamente diciendo:

— Anhelo, oxidado, diecisiete, amanecer, horno, nueve, benigno, bienvenida, uno, vagón de carga. Terminó de recitar aquellas palabras, esperando la respuesta de él. — Buenos días Soldado.

— Listo para obedecer. Respondió éste sin expresión alguna en su rostro.

— Tiene una nueva misión, aquí se encuentra toda la información de ella, asegúrese de eliminarla, es tu nuevo objetivo.

Sin decir nada más, se limitó a tomar la carpeta que su jefe le extendía, abriendo esta para leer lo que contenía:

[Nombre completo]: Odette Coulson.

[Apodo]: Oddie.

[Edad]: 15 años.

[Estatura]: 1.75.

[Lugar de estudio]: Instituto Secundario de Artes Dramáticas de Brooklyn.

[Pasatiempo]: Danza clásica.

[Amigos]: Nathalie y Alexander Hayes, ambos hermanos.

[Familia]: Phil Coulson [Padre].

Ocupación: Agente de S.H.I.E.L.D., mano derecha de Nicholas J. Fury.

Gizella Coulson [Madre].

Ocupación: Pianista.

[Ubicación actual]: New York.

[Varios días después...]

ODETTE POV:

— Ya quiero llegar a la competencia Nath, si logramos ganar esta, es un boleto seguro a las nacionales. — Dije con una amplia sonrisa jugando con la cinta de una de mis zapatillas, observando como el resto de las madres charlaban animadamente en la parte delantera del bus mientras arreglaban nuestros accesorios.

— No te preocupes Oddie, les patearemos el trasero a todos esos bailarines, todo saldrá perfecto, nos hemos esforzado mucho con la rutina.

[45 minutos después]

Para ese instante, ya todos los equipos habían arribado a la competencia y se encontraban en sus respectivos camerinos preparándose para presentar sus rutinas. Una pequeña sonrisa se hallaba en mis labios, colocando con mucho cuidado el delineador en mis ojos, para que estos resaltaran, a medida que mi madre ayudaba a arreglar mi cabello.

— Madre, ¿Crees que papi venga a verme el día de hoy?

— No sé mi niña; sabes que su trabajo ocupa mucho de su tiempo y además ayudar a salvar al mundo no es fácil. — Dijo ella cosiendo en mi cabello el tocado para que este no se cayera en el escenario.

— Me gustaría hablar con él, hace dos semanas que no le veo y lo extraño mucho. — Susurré terminando de colocar las pestañas postizas. Finalmente aplicar el labial y algo de rubor.

— Al terminar la competencia, lo llamaré para que vayas a visitarle, ¿Te gustaría eso? No creo que vaya a haber problemas con ello.

Asentí claramente feliz, observando como ella se acercaba a mi mejor amiga para ayudarla con su peinado y maquillaje.

[Mientras tanto con el soldado]

SOLDADO DEL INVIERNO POV:

No decía palabra alguna tan sólo seguía órdenes de mi superior. En mis manos se hallaba la carpeta que me proporcionaron con la información de aquella joven, saqué la fotografía que se encontraba dentro de la misma y me dediqué a detallarla.

Ya en la competencia, sigilosamente aguardé entre el público para tener una buena vista, nadie me prestaba atención alguna. Me percaté de que estaba rodeado de niños y eso podría ser un obstáculo. A medida que se fueron presentando diferentes números de baile, la distinguí perfectamente en compañía de varias adolescentes. Luego de la presentación hubo un intermedio que dio paso al acto final.

ODETTE POV:

[En la entrega de premios]

— Felicitaciones a todos los equipos que se presentaron el día de hoy, realmente ustedes son muy talentosos. — Dijo el presentador con una amplia sonrisa en el rostro mientras que el teatro se llenaba de los aplausos de representantes e instructores orgullosos.

Sentada en el escenario con el resto de mis compañeras, noté cuando aquel señor recibió el sobre con las puntuaciones, apenas lo abrió todas nos tomábamos de las manos y escuchamos con atención como los ganadores de las diferentes categorías se aproximaban a tomar las respectivas medallas.

— Ahora es momento de anunciar al ganador del primer lugar, con el puntaje más alto de 298.5 puntos. En la categoría de grupos adolescentes, es... — Con nuestras manos sobre el escenario imitamos el sonido de un redoble de tambores. — Una pieza maestra, de Broadway Dance Company.

Tras escuchar aquel veredicto, al igual que el resto de mis compañeras, nos dimos un abrazo y levantamos para recibir el trofeo con una amplia sonrisa en los labios. Busqué con la mirada a mi madre entre el público, quién grababa todo lo sucedido, observé como una figura masculina salía del lugar; no le quise prestar mucha atención. A los pocos minutos, abandonamos el escenario en dirección a los camerinos para quitarnos el vestuario y ataviarnos con el usual uniforme de la compañía. Las risas y vitoreos de celebración inundaban el sitio al tiempo que las madres acomodaban las cosas en las maletas.

— Apenas lleguemos a New York, organizaremos una pijamada, obviamente están todas invitadas. — Dice una Nathalie muy entusiasmada, dando pequeños saltitos. — Habrá películas, nos maquillaremos y tendremos algunas golosinas... ¡Además de otras cosas!

— Excelente. Yo llevaré las revistas de chicas y los recetarios de postres. — Dice Genevieve deshaciendo su peinado, dejando caer su cabellera rojiza sobre los hombros.

— ¡No puedo esperar! — Hice una pausa repentina cuando mi vejiga decidió jugarme una mala pasada. — Iré al baño, vengo en un momento. — Le avisé al grupo antes de apresurarme fuera del camerino en dirección al baño.

A medida que caminaba por ese pasillo iba sacando los broches que sostenían mi tocado, dejando que mi larga cabellera castaña cayera por mi espalda. Cuando estaba a punto de cruzar hacia el baño sentí una presencia atrás de mí que terminó poniendo un paño con alguna sustancia que penetraba mi nariz y me impedía respirar. Con todas mis fuerzas intenté soltarme pero aquella figura desconocida afianzaba más su agarre. Sentía como mi cuerpo se hacía más pesado y todo me daba vueltas, lo último que atrapó mi campo de visión fue una extraña mano metálica y de pronto todo se oscureció.

[10 minutos después]

GIZELLA COULSON POV:

Una vez que terminé de acomodar las cosas de Odette, fruncí el ceño al notar que no volvía del baño y ya las demás madres con sus hijas se encaminaban hacia el bus. Me acerqué a la instructora algo preocupada y le dije:

— Gianna voy a buscar a Oddie. Lleva a Nathalie contigo, en un momento nos dirigimos para allá.

— No hay problema alguno Gizella, recuerda que en 10 minutos salimos.

Tan solo me limité a asentir; y con mi celular en mano, me dispuse a salir del camerino para buscar a mi hija por todo el lugar. Un mal presentimiento invadió mi ser, o quizás, simplemente era mi instinto de madre preocupándose al no verla por ningún lado.

En cuánto llegué allí, el corazón dio un vuelco en mi pecho, su tocado y broches yacían esparcidos en el suelo. Entré al baño y no había rastro alguno de mi pequeña (salvo por lo anteriormente encontrado). Con cierto desespero, marqué el número de Phil con la esperanza de que me contestase y no estuviese haciendo algo importante. Al sonar el tercer timbre, pensé que me iba a mandar al buzón, aunque para mí sorpresa contestó:

— Se la han llevado Phil... Se han llevado a Odette... — Susurraba con desespero una y otra vez, con los ojos cristalizados por las lágrimas.

— ¡Por Dios, cálmate mujer! Cuéntame bien qué ha sucedido. — Dijo él completamente serio.

— Estábamos en el camerino tras finalizar la competencia recogiendo todo mientras las niñas charlaban sobre una pijamada que planeaban realizar apenas llegáramos a casa. — Dije un poco más calmada, pero aún las manos me temblaban. — Oddie nos avisó que iría al baño y simplemente salió. Estábamos a punto de irnos para abordar el bus. Esperamos por diez minutos y me impacienté así que le dije a Gianna que iría a por ella. Entonces al llegar al baño, encuentro su tocado y broches esparcidos por todo el suelo. — Murmuré esto último sin evitar dejar escapar un sollozo.

— Gizella no te preocupes, ya mismo me dirijo para allá con un equipo. — Sentía la tensión en su voz. El hecho de que le hayan tocado a su hija le sacaba de sus casillas.

— Sabes perfectamente que desde el ataque a New York nada ha sido lo mismo, los anónimos no han parado de llegar.

— ¿Crees que no lo sé? He hecho todo lo posible para saber quién ha estado enviando esas cosas, y no he llegado a algo concreto.

— Entiendo a la perfección Phil... Tienes que venir lo más pronto posible, no me quiero imaginar si a ella le hacen algo... — Dije esto último dejando escapar un sollozo, claramente asustada de lo que podría suceder.

— Escúchame bien Gizella, necesito que estés lo más calmada posible, ve a avisarle lo sucedido a Gianna. Murmuró en completa seriedad. — Me comunicaré con Fury y Hill, y estaré allí pronto con un grupo de agentes. Te juro por mi vida, que Odette estará a salvo. Dicho esto aquella llamada finalizó dejándome un poco más tranquila, pero aun así, me hallaba sumamente preocupada por mi niña.

[Varias horas después...]

La joven castaña yacía en la silla atada de manos y pies, mechones de su cabellera caían por su delicado rostro y con cierto temor observaba a su alrededor, en un pobre intento de descubrir dónde la había traído aquella presencia. Ella levantó la mirada nuevamente al escuchar fuertes pisadas que a los pocos segundos la luz inundó la habitación, pudo darse cuenta que ésta lucía como un galpón abandonado, el ambiente tétrico que adornaba el lugar no le impresionó en lo absoluto sino la figura masculina que se le acercaba decidido.

Su altura le intimidaba un poco, parte de su rostro estaba cubierto con una especie de bozal dejando como único punto visible de su rostro, unos impresionantes ojos celestes enmarcados bajo un ceño fruncido. Por un par de minutos, ambos simplemente se miraban fijamente sin decir nada, hasta que la adolescente rompe el silencio.

— ¿Dónde carajos estoy y por qué me trajiste acá? — Él simplemente se limitaba a observarla, jugando con un cuchillo de combate en sus manos.

— Al menos tengo el derecho de ver el rostro de mi captor. — Dijo nuevamente la chica claramente enojada. — ¿Acaso me vas a matar o algo por el estilo? — Murmuró esto último dejando notar por unos segundos el miedo en su voz.

— ¿Siempre eres así de molesta? — Respondió él después de sacarse lo que cubría su boca. La expresión en el rostro de la chica pasó de enojo a una de sorpresa y simplemente tragó en seco al ver de quién se trataba, había visto su foto en el Smithsoniano en la exhibición que habían inaugurado en honor al Capitán América, durante su última visita a su padre en Washington.

— Tú... Tú eres el Sargento Barnes, el amigo del Capitán Rogers... — Susurró la castaña sin dejar su asombro de lado.

Al escucharla decir eso, él se voltea observándola claramente confundido. — No sé de quién hablas...

— Tú eres James Buchanan Barnes, el mejor amigo del Capitán Rogers. — Repitió ella nuevamente mirando fijamente sus ojos. — Tú eres Bucky.

Frunciendo otra vez el ceño dijo él. — ¿Quién es Bucky? No sé de quién hablas...

La muchacha bastante descolocada por la reacción de aquel hombre quien la acababa de despertar. ¿Qué demonios estaba sucediendo? Odette. Tenía que ser una broma de mal gusto. Solo bastaron segundos para que volviera a repetir lo que dijo en un principio.

— Tú eres el mejor amigo del Capitán... Deberías de... Deberías de estar — Hizo una pausa negando con la cabeza. Forcejeó con aquellos amarres en su muñeca y levantó la cabeza — ¡Muerto! — Exclamó al fin con algo de desespero.

Ahora el hombre reconocido como Bucky, frunció el entrecejo incluso más que antes, las expresiones faciales se marcaron al ver como Odette forcejeaba, gritaba algo desesperada y le comenzaba a sacar de quicio. El hombre se acercó casi de inmediato, en un movimiento rápido, aquel cuchillo con el que jugaba terminó peligrosamente cerca del cuello de la castaña.

— No sé de qué demonios me estás hablando y no intentes confundirme. — Su tono de voz estaba cargado de la poca paciencia que seguramente, le quedaba — La que estará muerta eres tú. — Finalizó acentuando el filo del acero contra la dermis.

Un hilo de sangre comenzaba a aparecer donde él presionaba dicha arma, los ojos de la castaña se cristalizaron por las lágrimas que se acumulaban en ellos, la expresión en su rostro era de puro temor.

— ¡Déjame ir! — Exclamaba ella una y otra vez con desespero, sin dejar de forcejear para liberarse lastimando más sus muñecas. — Solo quiero ir a casa... Quiero ver a mis padres. — Dijo esto último apenas en un susurro, mientras que las lágrimas surcaban sus mejillas.

Por un par de segundos, apartó el filo del cuchillo del cuello de la chica, golpeando nuevamente su rostro con el mango de éste para que ella dejase de gritar, nuevamente desapareció de su vista, en búsqueda de otra arma para finalizar su misión. Mientras tanto, a las adyacencias del lugar, comenzaban a llegar varias camionetas con el logo de S.H.I.E.L.D, como parte del equipo que lideraba su padre para rescatarla.

— Ya saben lo que tienen que hacer. — Hizo una pequeña pausa antes de continuar. — Es de suma importancia traerla sana y salva. — Aquellos agentes asintieron bajándose del respectivo vehículo, para así distribuirse por todo el lugar.

Apenas el soldado salió de la habitación, nuevamente la adolescente intentaba con total desespero liberarse, el miedo que sentía era mayor a cualquier cosa, no pensaba en más nada que no fuese el hecho de que probablemente no vería más a aquellos que tanto amaba, quería volver a su hogar, realmente lo deseaba.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que él volvió, ella lo miraba fijamente con los ojos cristalizados por las lágrimas, sintió el frío del arma en su frente cuando este le apuntó.

— ¿Últimas palabras? — Dijo aquel hombre aún con el entrecejo fruncido.

— Eres un maldito cobarde... Aterrorizando a una chica que jamás te ha hecho algo. — Dijo haciendo todo lo posible por mantenerse firme como último acto de valentía o estupidez quizá. — Cada vez que te vayas a dormir, verás mi rostro en tus sueños atormentándote, hasta el día en que mueras...

Al terminar de decir aquello, simplemente cerró los ojos esperando a que él terminase con su vida. Pero algo inesperado sucedió, notó como se alejaba al escuchar que algo pasaba allí afuera, y con arma en mano fue a investigar que sucedía. Ni bien pasaron 5 minutos cuando los disparos comenzaban a inundar el lugar, nuevamente la esperanza volvió a la chica, habían venido por ella... Iría a casa.

Mientras tanto, el soldado luchaba con un grupo de agentes que le rodeaba, al poco tiempo todos cayeron muertos, y a él no le quedó más remedio que huir de allí, evitando que S.H.I.E.L.D. lo capturase dejando aquella misión inconclusa.

Nota: Espero que haya sido de su agrado, y esperen pronto el primer capítulo de mi historia llamada Masterpiece, se les quiere mucho <3 ¡Gracias!

Nota 2: La canción del video que se encuentra en multimedia es Gasoline de Halsey.

Nota 3: No se olviden de dejar sus votos y comentarios <3 ¡Se les quiere mucho!

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