Capitulo 3
Pasaron los días y con ellos Danilo y yo no seguíamos acercando más. Un día, sin querer, lo escuché hablando con Fabián, yo estaba recogiendo unos libros en la biblioteca y ellos estaban en el estante siguiente.
-No sé porqué no te creo, tú no eres así-decía Fabián
-Entiendo que no me creas, ni yo lo puedo creer, pero es que ella tiene algo que me está volviendo loco, no puedo dejar de pensarla, jamás me pongo nervioso con una chica pero con ella todo es diferente, es tan divertida, risueña, su cabello me encanta, sus ojos redondos y cafés, sus labios, de verdad tengo muchas ganas de besarla, es que de verdad no sé qué es lo que me sucede con ella-dijo Danilo y me acerqué un poco a escuchar
-¿Y qué piensas hacer? Por que sabes que a ella no la puedes tratar como a las demás, principalmente porque no se va a dejar, además de que no se merece que seas así con ella-dijo Fabián con cierto tono de enojo
-Eso lo sé, mis intenciones con ella no son malas, de verdad que nunca me había puesto así por una chica, pero es que ella es tan linda-
-Puedes intentar tener algo con ella, pero créeme que la debes de cuidar mucho, sabes perfectamente que chicas como ella no las encuentras seguido, si la quieres para un rato debes de decírselo-
-Pero no la quiero para un rato, te juro que lo que siento por ella es real y es algo bueno, haría lo que fuera por ella-
-Pues adelante, pero ten por seguro que si le haces algo tendrás problemas conmigo, y sabes que eso no te conviene-dijo Fabián amenazante
-No pienso ni quiero hacerle daño, ya te dije que la quiero para algo bien-dijo Danilo y se alejaron.
Entré en duda por saber quien era la misteriosa chica de la que estaban hablando, sinceramente aunque me costaba aceptarlo, Danilo comenzaba a gustarme, sabía que no era algo bueno por estas razones, siempre había sabido que él no era algo bueno para mi, pero lo único que me quedaba era resignarme y olvidarlo, ya que por lo que escuché estaba muy enamorado de esa chica. Tomé mis libros, me coloqué los auriculares y salí de la biblioteca, caminé hacía mi salón y allí estaban ellos dos, dejé mis cosas en mi silla pero no saludé.
-¿Te pasa algo?-me preguntó Danilo quitándome un auricular de la oreja y poniéndolo en la suya
-No, ¿por qué?-contesté sentándome en la pequeña mesa
-No nos saludaste y te ves rara-dijo sentándose en mi silla
-Sólo estoy distraída, los exámenes están a punto de comenzar y eso siempre me vuelve loca-
-Tranquila, sabes que vas a salir bien, nada más tienes cara de mensa-dijo y lo miré mal
-Eres un grosero-dije pegándole en la cabeza
-No es cierto linda, pero sabes que te irá bien, yo sí debo de preocuparme, no tengo ni idea de lo que vimos este parcial en la mitad de las materias-dijo acomodándose en la silla
-Pues nunca estás en clase, no sé cómo es que no te han sacado del colegio-
-Yo tampoco lo sé, pero no hay problema, me ligo a la que entrega todo para que me pase las respuestas y con eso queda-dijo y lo miré asqueada
-No puedo creer lo descarado y asqueroso que puedes llegar a ser a veces-dije quitándole mi auricular y bajando de la mesa
-No es cierto, voy a estudiar y a pedirle a la más linda que me ayude a hacerlo-dijo parándose junto a mi
-Pues pobre de la que te tenga que ayudar-dije caminando hacia la puerta del salón
-Pues entonces pobre de ti porque eres tú-dijo caminando atrás de mi y nos recargamos en el marco de la puerta
-Ni creas que yo te ayudaré, además de que no tengo ni la menor idea de lo que ven en tu área-
-Sólo necesito que me ayudes a organizarme con los conceptos y a aprendérmelos, es lo único que no me sale bien-
-No Danilo, eso tienes que aprender a hacerlo tú-dije y tomó mi cara con sus dos manos
-Por favor Verita, sabes que no soy organizado y con tu ayuda voy a salir con calificaciones altas-dijo mirándome a los ojos, lo cual me puso nerviosa
-Está bien, pero irás al café, y tendrás que comprar mi desayuno por tres semanas-dije quitando sus manos de mi cara
-Dos semanas-
-Tres o no hay ayuda-
-Tres semanas e iré al café, gracias linda-dijo dándome un beso en la frente
-Bueno, ahora vete a clase porque tu profesor ya entró-
-Voy al café a las cinco-dijo y se fue a su clase.
Regresé a sentarme a mi lugar y Fabián se acercó a mi.
-¿Qué está pasando con Danilo?-soltó de repente
-No entiendo a qué te refieres-contesté tomando mi teléfono
-Vera, los dos sabemos que entre ustedes dos está pasando algo, ¿te gusta?-
-Fabián yo...-me interrumpió
-A ver mi niña, no se te ocurra mentirme porque yo sé que sí, es más que obvio-
-No me gusta, sólo me atrae un poco, eso es todo. Además que no importa porque le gusta alguien más, así que tendré que irme olvidando de él-dije y giró los ojos
-Bueno, yo sé que te gusta aunque no lo quieres aceptar completamente. Pero yo creo que estás equivocada-
-No estoy equivocada, yo sé que a él le gusta alguien más-
-¿Tú estás ciega verdad? ¿No te das cuenta de que le gustas a Danilo?-dijo y voltee a verlo
-Estás equivocado-
-No, no lo estoy. Mira, no quería decírtelo antes que él pero viendo la situación lo tendré que hacer: Vera, le gustas a Danilo pero él tiene miedo de que lo rechaces o algo porque ya sabe cómo eres y sabe cómo es él-
-Precisamente porque sé cómo es él es porque ya no me debe de gustar, seguramente hará lo mismo que hace con todas-
-No, él sabe que las cosas contigo son diferentes, no quiere que seas de sólo una noche o de unos días y ya, realmente le gustas. Deberían hablar de lo que sienten, y tal vez darse una oportunidad-dijo y nuestra profesora de derecho entró para comenzar a dar su clase, así que hasta ahí quedó nuestra plática.
No pude concentrarme en toda la clase, me dejó pensando mucho, ¿acaso era de mi de quien estaban hablando en la biblioteca? Estaba comenzando a creer que sí. Decidí esperar un poco para hablar con Danilo, tenía miedo de lo que fuera a pasar después de tener esa platica.
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