Capítulo 32
Ryan cuando ve las claras intenciones de Javier, se acerca con cautela para ponerse delante de mí, queriendo cubrirme. Estoy tan paralizada, mis huesos están completamente tensos y no puedo moverme.
—Tú, afuera. —habla por fin, mirando a Ryan y apuntando con el arma a la puerta. Él ni se inmuta ante su orden, cosa que me alarma aún más, ya que no quiero que lo lastime.
—¡Largo! —grita Javier sobresaltándome al no ver reacción de Ryan.
—Antes muerto. —dice él, frío con los puños endurecidos.
—Eso se puede arreglar. —dice, Javier con una sonrisa cínica, apuntándolo a él y grito.
—¡No! —Javier me mira—. Salí, Ryan.
—No, Olivia. No pienso dejarte sola. —dice y me mira directamente a los ojos.
—¡No te estoy preguntando! Ándate y cerra la puerta, voy a estar bien. —luego de unos segundos, Ryan parece ceder, pero antes de irse besa mi mejilla murmurando en mi oído que llamará a la policía.
Veo como cierra la puerta dejándome sola con Javier. Él sigue mirándome a los ojos mientras me apunta con el arma.
De un momento al otro, baja lentamente el arma y mis músculos se relajan levemente. Puedo ver lágrimas en sus ojos, tristeza.
—¿Estás con él? —fueron sus palabras. Niego con la cabeza—. ¡No me mientas! —grita, asustándome.
—No estoy con él. —murmuro no queriendo seguir siendo débil ante su presencia. Ya no puedo, ni quiero dejarme vencer por su violencia—. No te miento.
—¿Por qué me dejaste, Olivia? —las lágrimas caen de sus ojos y siento lástima porque sé que no es el mismo hombre del que me enamoré alguna vez. Está loco, necesita ayuda.
—¿Porqué me golpeabas hasta dejarme inconsciente? Abusabas de mí contra mi voluntad. —recuerdo todas las cosas que me hizo. Como me humillaba, me lastimaba, me violaba y se burlaba de mí. Trago el nudo en mi garganta.
—¡Todo lo hice fue por amor! Quería tenerte conmigo porque sabía que día a día te ibas alejando de mí. Sabía que aún pensabas en él. —llora frente a mí y es como si no fuera el mismo.
—Eso no es amor, Javier. Es obsesión, locura.
—Señorita Olivia ¿Está bien? —ambos nos giramos en dirección de la puerta cerrada.
—¿Quien está ahí? —pregunta Javier, notablemente asustado.
—Somos de la policía. —habla un hombre.
—Si alguno entra, ella muere. —mi cuerpo vuelve a ponerse tenso al oír eso. Sé que es capaz de hacerlo.
—No vamos a entrar. Sólo queremos saber si ella está bien.
—Estoy bien. —digo por fin.
—¿Vas a volver conmigo? —pregunta, Javier.
—Lo mejor va a ser que tú te entregues, lleves una nueva vida con ayuda médica, Javier. Necesitas ayuda.
—No hay nada más que desee en este momento que arrastrarte conmigo. Quiero quitarte la vida y luego hacer lo mismo conmigo. Si no eres mía, ¿por qué si de él? —pregunta con repulsión.
—No soy de nadie. —hablo segura de mis palabras—. No soy tuya, nunca lo fui. Tampoco soy de él, no soy de nadie. Es hora de que te des cuenta de que nunca fui tu juguete, no soy tu objeto ni el de nadie, Javier.
—¡Eres una puta! En este momento, lo que me pase a mí, va a ser totalmente tu culpa. Soy quien soy por tu culpa. —me
mira directamente a los ojos asegurando sus palabras—. Te perseguiré eternamente, Olivia. Te lo pregunto por última vez, ¿vas a volver conmigo?
Niego con la cabeza lentamente. Es como si sintiera mis últimos minutos.
—Entonces no tenemos nada más de qué hablar. —cierro mis ojos fuertemente y lo último que escucho es un disparo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top