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Este libro se encuentra disponible en las
librerías de Argentina, en España por e-book,
en mercado libre por los demás países y ahora,
por ser que estamos en cuarentena, también
lo van a poder leer acá en wattpad con sus capítulos completos.
¡Espero que les guste!
Tengan consideración de que este libro lo escribí
a los 15 años, ahora tengo casi 20.
aclaro por si llegan encontrar algún que otro error.
¡Feliz cuarentena! ojalá se encuentren bien de salud.
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Me siento en el sillón de mi oficina. Cierro los ojos y doy un largo suspiro.

La puerta se abre y es Claire. Me sonríe coqueta y se sienta mi lado.

—Terminé todo lo que tenía que hacer y como te noté cansado te traje un café bien cargado hecho por mí.

—Gracias. Ya puedes ir a hacer lo que resta y luego ir a tu casa. —dejo el café sobre la mesita y su mano se posa sobre mi brazo.

—¿Te digo algo? En la secundaría yo estaba muy enamorada de ti, y lo sigo estando. Es algo que antes no te podía decir. —se acerca a mí de manera repentina y me aparto.

—Antes era tu profesor y ahora soy tu jefe. Entre nosotros dos no va a pasar nada. —digo y ella se vuelve a acercar a mí.

—Pero podemos intentarlo. —se abalanza sobre mí, besándome. Intento apartarla, pero se sienta sobre mis piernas y me agarra de las manos. No le devuelvo el beso, pero parece no importarle y me besa como si no hubiera un mañana.

La puerta se abre. Nos separamos y ella sale de mi regazo. Olivia es quien nos mira.

—Lo siento, no sabía que estaba ocupado. —intento hablar, pero las palabras no salen de mi boca. Ella cierra la puerta y aún me quedo estático.

—Eso fue increíble. —dice sonriendo y puedo notar diversión en su voz.

—Eso fue absolutamente un error que no volverá a ocurrir. —me pongo de pie y ella se cruza de brazos—. Te advierto por última vez, intentas algo nuevamente como esto y te echo sin importarme nada. Ni tu padre.

Ella sale de mi oficina. Con Olivia avanzamos un casillero y a los cinco minutos retrocedemos dos.

...

La veo salir y la sigo. Toma el ascensor y antes de que las puertas se cierren entro con ella. Me mira llena de odio, pero la ignoro.

Aprieto un botón y el ascensor se para automáticamente. Ella me mira alarmada e intenta apretarlo, pero la detengo.

—Déjame ir, Ryan. —intenta zafarse pero la pego contra la pared.

—Déjame explicarte lo que pasó en mi oficina. No es como tú piensas.

—No me importa, tú y yo no somos nada como para que me tengas que dar explicaciones. Además, tú estás soltero y puedes hacer lo que quieras, pero que te quede claro que conmigo no vas a hacer lo que quieras.

Se adelanta, aprieta el botón y cuando las puertas se abren ella sale. Tarde o temprano hablaremos.

...

Lloro acostada en su cama contra la almohada. Era obvio, él tenía razón, alguien como Ryan no se fijaría en alguien como yo.

Claire es perfecta para él, no yo, ¿Qué tengo yo como para que él se fijara en mí?. Me levanto de la cama, seco mis lágrimas y tomo todas mis cosas. No voy a quedarme ni un segundo más bajo su ayuda.

Escucho la cerradura abrirse y me alarmo. Tomo lo primero que encuentro y me acerco, la puerta se abre dejando ver a Ryan.

—¿Qué haces aquí? —él me mira y luego mira el objeto que llevo en mi mano.

—¿Pensabas acabar conmigo con tu celular? —pregunta divertido y me sonrojo.

—No me importa que haces aquí, de todos modos, me voy. — giro pero él me detiene.

—¿A dónde?

—Eso no te importa. —cuando me estoy por girar nuevamente, él me detiene y pega sus labios a los míos. Intento apartarme, pero me toma abrazándome con desesperación. Su lengua invade mi boca y poco a poco me voy dejando.

—Absolutamente todo de ti me importa, Olivia. —susurra contra mis labios.

—¿Por qué no te fijas en alguien como Claire? Ella es mucho mejor que yo. —nuestros labios se rozan al hablar y las lágrimas no tardan en caer. El frunce el ceño.

—Odio que esa basura te haya hecho creer durante años que no eres nada, Olivia. Pero no es así, lo eres todo para mí. No me importa Claire.

—Ella es perfecta, tiene el cuerpo perfecto, la vida perfecta. No tiene mis oscuros traumas, no es débil como yo. No sé por qué tienes que besar a alguien como yo que es tan poca cosa. — toma fuerte de mis mejillas.

—No voy a permitir que hables así de ti. —besa bruscamente mi boca y ahoga un gemido de sorpresa. Puedo escuchar los sonidos de nuestros besos y de nuestra respiración.

Vuelve a besarme, baja a mi cuello y lo besa, mi mandíbula, mi mejilla, mi nariz.

—¿Qué hago para que me creas cuando digo que eres más de lo que podría merecer? —guardo silencio sin saber qué decir.

—No quiero que te vayas, Olivia. Quiero dormir esta noche contigo.