Paso 80º.

"Paso 80º: Aleja las dobles caras, pero tú conserva una".

~N.

Hisao.

Ethan: A continuación leerán contenido erótico que puede ser considerado +18. Así que puedes saltarlo hasta que el flashback acabe. Se recomienda discreción. Ah, y renuncio.

Cuando alguien está molesto y no piensa con claridad en gran parte actúa como quienes le hicieron daño. Yo usaba palabras crueles con la intención de huir, me burlaba de los intentos de los demás y alejaba a otros porque así me sentía; abandonado.

Pero igual que cualquier otro humano, había solo un momento en que trataba a las personas como me gustaría que me trataran a mí. Al tener relaciones sexuales me volvía un romántico de mierda aunque lo hiciera con una papa.

¿Qué demonios hice?

Los recuerdos de la noche anterior eran como intentar pasarme patillas de medicina natural. Amargas, con sabor a monte, y que ya dentro debía beber más agua para quitarme el sabor de la garganta. Un tamaño regular pero que costaba trabajo tragar.

Me dolía no tener control de mí mismo. Herido hacía cosas que cuerdo serían imposibles.

—Te estás cayendo, carajito. Agárrate de mi espal... —lo oí rechistar—. ¡Duele! Pedazo de...

Solté su espalda al percatarme del daño que causé con mis uñas. Las cortaba seguido, ya que cuando me estresaba tendía a pellizcarme y me hería. Al no poder hablar con Jay la ansiedad volvía haciéndome sentir diminuto, igual que una mosca.

Nos tropezábamos en la calle por la bebida, intentando parar algún taxi. Fue cuando no pude contenerme más y lo sostuve de los hombros hasta chocarlo contra una pared mohosa en la callejuela junto al bar.

No estaba pensando, solo quería sentir algo.

—No, no estás... —Lo silencié.

El peso de mis labios caía sobre él, apoyándonos uno del otro para mantenernos de pie. Oí su teléfono caer al suelo, igual que mis audífono fueron arrastrados por nuestros movimientos pero los ignoramos.

Fue el hielo cayendo en el fuego.

Mis ojos se nublaron entre luces fosforescentes y sus ojos contraídos por la presión que ejercía en él. Trató de detenerme un par de veces, mordiendo el labio y golpeando despacio mis hombros, pero eventualmente se rindió y me siguió en cada movimiento como una especie de danza poco practicada.

—Carajito, pesas así que dejémoslo aquí. —Empujó mi rostro, observando a sus alrededores para asegurarse de que nadie lo reconociera.

A pesar de buscar sólo vislumbró unos vagabundos en la callejuela y pocas personas en la avenida que iban o volvían de tomar. Apretó los labios, lanzándome indirectas para que apartara los brazos que lo acorralaban contra los ladrillos.

—Tu nombre es precioso y desastroso. —Le mostré una sonrisa inocente, sosteniéndolo de la mandíbula para volver a besarnos.

En cualquier otro momento Tide Nallan se me habría hecho repulsivo, pero lo besé como si nos conociéramos de toda la vida y nos amáramos de esa forma. Lo extraño era que él lo estaba permitiendo.

No, no era extraño, a él le gustaban esas cosas.

Me sostuvo de los brazos con fuerza y me llevó al otro extremo de la pared. Su rostro estaba colorado por el alcohol que también había subido, la sensación de nuestras bocas calientes por el mismo era como beberlo. Supuso que mi sudadera comenzaba a asfixiarme así que trató de sacármela.

—Mierda... —musité, deteniéndolo un momento—. Aquí no.

Resopló, dejando caer los brazos.

Nos separamos tan solo unos centímetros. Bajé la barbilla un poco para ver más de cerca su expresión. Él tampoco estaba muy consiente.

Su cabello oscuro caía del lado izquierdo hacia la avenida, igual que sus brazos y sus hombros. Me miró sin expresión alguna en el rostro, directo a los ojos, filoso y desastroso como una marea advirtiéndole a los marineros no acercarse.

Me pareció que era un acto coqueto que solo consiguió excitarme. No recuerdo demasiado, creo que nos sostuvimos de los brazos tras recoger los objetos tirados y caminamos por las calles hasta detener a un taxista.

—A... La calle... —Tide dio las instrucciones sin soltar palabras raras por su autocontrol, pero le costó mucho recordarlas.

Bajamos carcajeándonos.

Le dio un billete y le dijo que se quedara con el resto. Nuestro camino hasta llegar a la puerta de su apartamento se resumió en jaloneos y ofensas, en algún momento solo golpes contra la espalda del otro.

Sus llaves se cayeron al intentar ingresar en la cerradura. Las miró unos segundos y luego me dijo algo como: "Esta mantequilla sabe a mierda".

Abrimos el picaporte y entramos dando fuertes zancadas. En la sala principal tiramos las sudaderas y una taza, pisando el agua en el suelo y dejando las marcas de los zapatos. Su rostro lucía azul por la luz de la luna que huía a través de las cortinas.

Me pidió que me quitara los zapatos antes de entrar a su habitación. Yo era parecido a un mono tratando de sacarlos. Debo admitir que en eso él era más cuidadoso, se apoyó en la pared y se los quitó sin saltar.

Al llegar a la cama recibí un empujón de él en mi pecho para tropezar y verlo desde abajo, intuí que quería sentirse fuerte.

Me reí, elevando los brazos para que se dejara abrazar.

—Carajo, báñate primero. —Soltó entredientes, tambaleando.

—Sí me baño me quedaré dormido adentro.

Sonrió con ironía, entrecerrando los párpados. Al ver que mis movimientos no cambiaban suspiró y comenzó a desvestirse. Lo vi moverse a diferentes lados de la habitación en busca de protección y un lubricante.

Quería carcajearme, pero no de lo sucedía sino de mí mismo.

La sangre la tenía acumulada abajo y mi cabeza daba vueltas extrañas en la cama. Me desabrochó el pantalón, sentí las roces más intensos que con otros ya que usualmente lo hacía consiente.

—Tu pito sabe amargo. —Comentó sin gracia.

—Así saben todos.

—Pero el tuyo está sucio porque no te quieres bañar, jodido idiota.

—Eres lindo. —Admití, cubriendo mi rostro con mi muñeca derecha.

Creo que intentó voltearme. Me quitó los pantalones en alguna parte de mis recuerdos, dejándome desnudo para poder meterlo. Trató de sentarme para que él pudiera ponerse de rodillas.

Se apoyó contra la pared, mirándome de frente.

—Quiero meterlo yo. —Ordené, apretándolo del torso contra la cama.

Al chocar su cabeza contra las almohadas se sorprendió, negándose de inmediato. Dijo que estaba en peores condiciones que él y lo podía lastimar. No era amante del dolor innecesario, era horrible que lo metieran de golpe.

—Lo haré bien. Tenemos la misma experienciaaaa. —Bostecé.

—Ponte el puto condón y pásame el gel. —Respondió hostil, apartando la mirada.

—Lo haré como sea que más lo disfrutes. ¿Qué te gusta? —Dejé caer mi cabello sobre sus mejillas, rozando su cuello con mis labios.

No dijo nada, ni siquiera se movió. Trató de decir algo con los movimientos de su boca pero no formuló palabras. Era más como estar acostados juntos en la cama, esperando a que continuáramos.

No había sentimientos románticos, solo de pena y en parte sorpresa. Era doloroso y una situación aburrida.

—No me gusta que me pregunten. —Fue una respuesta amarga.

~•~•~•~

Lo hice, lo hice, lo hice.

Azoté mis manos contra la cabeza aún en su cama, pensando en cómo carajo terminé diciéndole esas cosas a alguien como él. Estaba seguro de que no fue todo, que hubieron cosas más vergonzosas.

"Me encanta la curva de tu espalda".

Alguien máteme. Ya no quiero más.

—Vístete.

Una camiseta negra cayó en mi rostro. La aparté con violencia, observándolo en la puerta del baño. Posaba con una sonrisa maliciosa, secando su cuerpo con la toalla azul.

—Me voy a vestir cuando yo quiera, imbécil.

—Estás en mi apartamento, así que hazme caso. —Lanzó un quejido cruzado de brazos.

Mantuvimos la mirada hasta que alguno cediera. Opté por revisar mi teléfono para asegurarme de que no fuera tan tarde. Él caminó desnudo por la habitación hasta su vestidor y comenzó a meterse en las prendas.

De verdad me jodí ahora.

—Ganaste peso. —Dijo.

—Tú también... —Alcé la vista para jurarlo, pero mordí mi lengua al verlo con claridad.

—Mal. Voy al gimnasio todas las mañanas. Mi cuerpo me da dinero —presumió su apariencia, dirigiéndose al baño de nuevo para aplicarse colonia—. Hay comida china en el refrigerador que no me pienso terminar, así que cómetela. Me voy primero. Cierra la puerta cuando salga.

Son las 7...

—¿A dónde vas?

Me puse de pie, tratando de ponerme los pantalones. La camiseta con la que llegué olía extraño, al igual que toda la cama. Quise suponer que alguien vendría a limpiar, porque ni loco lo haría yo.

—Al gimnasio. Voy todas las mañanas —repitió, tomando su mochila de piel—. Ah, y limpia aquí. Tú empezaste.

—Ojalá te caiga una pesa y no puedas actuar. —Pinté una sonrisa en mis labios.

—Mala hierba nunca muere —respondió coqueto—. Me voy ya. ¿Te doy mi número antes? Cualquier cosa puedes encontrarme en la zona o los eventos de mi CEO. Tengo una fiesta esta noche.

—¿Por qué piensas que querría tu número? —Le mostré hastío.

Se detuvo en la puerta, mirando de forma penetrante como terminaba de vestirme. Le dije que parara y se fuera ya, pero solo siguió con sus tonterías.

—¿No lo sabes? Tuviste sexo con el actor Tide Nallan. Te aseguro que mi número no te será suficiente. Me avisas si no se te para —se agachó para evitar el cinturón que le lancé—. ¡Porque de seguro no lo hará!

—¡¿Por qué demonios no podría?! ¡Lo haces horrible! —Caminé rápido hasta él para echarlo, persiguiéndonos por el pasillo—. ¿Qué carajos piensas que somos?

—Putos. —Se carcajeó, cerrándome la puerta del apartamento en el rostro.

Ojalá te atropellen.

~•~•~•~

Había ido al dormitorio de Near para dejar más papeles y recoger algunas de sus tareas, pero los papeles de la tarde pasada aun estaban allí y ni había nada nuevo. Toqué la puerta pero sus compañeros me dijeron que no sabían nada de él.

Mi compañero cabeza de estropajo también me llamó preocupado por no saber nada. Me imaginé a Narciso durmiendo debajo de un puente, pero traté de no sacar conclusiones apuradas.

Porque luego hago y nada sale.

Me reuní con Either por la tarde ya que quería preguntarle más al respecto pero él quería comprar carne y menta para no pensar en cosas tontas como yo, así que lo acompañé. No respondió mis dudas, solo me generó más e hizo preguntas raras.

"¿Cómo te sientas en un pene?"

"Estás trastornado", le dije, "Pero se refiere en realidad a...".

Las manos de Luna me dieron frío cuando tocó mi pecho.

—Ni tu miembro ni tú están presentes. —Se quejó el rubio, pellizcándome las piernas—, ¿por qué justo en fin de semana?

—Lo siento mucho. Estoy preocupado por otras cosas.

Lo sostuve de las manos para que se reincorporara. Su piel pálida y sus ojos azules no captaban mi atención en ese momento. Él ya me había cancelado aquella vez que me encontré con los extraños hermanos Cold, así que no le quedaba de otra más que dejarlo pasar.

—¿Podemos vernos otro día, Luna? —Pedí, levantándome para buscar mi ropa—. Lamento que hayas venido hasta acá por nada.

—Nah, no te preocupes. Ya que no haremos nada hoy tengo tiempo para estudiar —volteó a verme como cierto demonio traumado—. No sabes como me está tratando la universidad. Me chupa el alma. Ayúdame.

—Cierto, eres de segundo año —recordé, posando el pulgar en mi barbilla—. Ha de ser un infierno. Los de primer año la tienen un poco más para divertirse, luego sé que hasta yo estaré llorando.

—No les deseo mal. —Destacó entre sollozos, poniéndose la última prenda: un suéter delgado color piel—, por cierto, ¿conoces a Either Cold?

—¿El cuatro ojos? Sí, quién no lo conoce, es la pregunta —reí levemente al recordar todos los rumores de un guapo con orejas de conejo—. ¿No eres de filosofía también? Debes ser su superior.

—Seh, nos hemos juntado últimamente así que me habló de ti. Claro, no le dije que nos conocíamos —se encogió de hombros—. Pero te vi hablando con él en la mañana antes de que nos encontráramos y quería preguntarte si era seguro que bateaba hacia el otro lado.

—Creo que solo lo sacude pero no sabe bien para que sirve. —Bufé.

Bravo, Hisao, volviste a ofender a espaldas de alguien.

—Esa fue buena —rió también, pero lanzó un golpe contra mí espalda mientras me ponía los zapatos—. Pero si vuelves a ofender a ese semental que quiero te rompo el pito.

Newton, no sé cuantas veces en este día he escuchado los sinónimos de los genitales masculinos.

—Luna, hay muchos que quieres que ya perdí la cuenta. Hace menos de 20 minutos hablabas de un basquetbolista rubio e incluso de mí. —Le reproché, dándole un empujón a sus brazos de spaghetti—, y para de decir pito. Se llama pene.

—Verga. —Sonrió.

Ya quiero que este capítulo se acabe.

Digo, día.

Salimos a caminar, asombrados porque el cielo había oscurecido más rápido de lo habitual. Apenas pasaban de las 6:30, así que solo pedimos algo en una cafetería y luego fue a la biblioteca del campus.

Tenía el dilema de salir y unirme a la búsqueda del desaparecido Near o encerrarme en mi habitación a perder el tiempo por las pocas ganas que tenia de estudiar.

Al final opté por la reclusión hasta que recibí un mensaje de un número desconocido, diciéndome tonterías y pocas cosas importantes.

"Soy Tide por si no te quedó claro. Y tampoco sé dónde está Near, ¿quieres hacer unas llamadas?"

Sabía que me iba a arrepentir por darle mi tiempo pero le pregunté donde se encontraba. Me envió la dirección, estaba cerca en una fiesta del CEO por haber finalizado todo el equipo de producción la emisión de su serie actual.

Tomé un taxi y aproveché el tiempo en el vehículo para revisar los chats grupales de la universidad. Pregunté si alguien había visto a Hiray pero todos decían que no desde la semana pasada pues se había esfumado para ocultarse en su habitación. Pero ahora ni siquiera estaba allí.

El joven taxista se detuvo unas calles más adelante del sitio por falta de lugares. Tras pagar y bajar mi mochila que llevaba a todos lados emprendí el camino hacia el salón/club principal de la avenida.

Ubiqué el nombre en el cartel lleno de luces que colgaba del tercer piso, revisando mis ropas para asegurarme de que no me veía tan mal como para entrar. Yo lucía igual que un universitario, pero allá dentro iba a lucir como pobre.

—Heme aquí el que me dijo que no vendría. —Tide llamó mi atención a aclamaciones.

Volteé a verlo fastidiado de sus chistes, mostrándole los dientes. Estaba parado en la avenida principal con su traje puesto esperando a unos chicos YouTubers que buscaban fotos y hacerle algunas preguntas.

Esperamos juntos hasta que otro taxi se detuvo para que ellos bajaran. Era un chico de preparatoria entre 16 años que manejaba una buena cámara con algunos estudiantes de 22, 26 y 15.

Así que eso hacen otras personas en vez de robar.

—¡Es un placer! ¡En serio muchas gracias! —El chico se inclinó ante Tide, haciéndole fingir una amable sonrisa. Sacó su cámara, grabando el momento—. ¡Bienvenidos a CHAOS! Estamos llegando al evento para cerrar el trabajo de la querida serie Líquidos Transparentes. ¡Nos recibió el actor Tide! Dime, pedazo de hombre que aman las universitarias, ¿cómo la estás pasando estos días tras terminar el rodaje?

Uno que aparentaba más edad se acercó con el micrófono de su celular. Yo comencé a caminar en reversa para ingresar al evento, pero ellos caminaban a un ritmo más lento.

—Después de desayunar en casa con mi madre pienso que debo tomar mis medicamentos. ¡Ha sido un hábito extraño que adopté del personaje! —Aparentó una risa tierna, mostrándose torpe.

Tide en todas las entrevistas que había visto en diferentes series usaba la apariencia de tierno, torpe y de los que mira a las moscas con una sonrisa sin pensar en matarlas. Fuera de las luces realmente era cínico, muy cool del tipo que no es protagonista por sus power up, y si veía una mosca la atrapaba con las uñas hasta matarla.

Me perturba.

—¿Por qué su grupo se llama CHAOS? —Interrogué al que se acercaba más a mi edad mientras bebía agua en la fila.

Tide hablaba con el encargado para dejarlos entrar. Era una "fiesta", pero el estilo oscuro y las luces me dieron la impresión de que solo era una excusa para derrochar dinero como las mías.

—¿No nos sigues? Chaos es el dueño del canal, tiene casi 17 años, pero a veces le ayudamos porque somos amigos. Puedes seguirnos, subimos mucho contenido sobre Tide y análisis de sus series. —Me entregó su tarjeta para que los buscara en internet.

No quería tomar esta ocasión, solo buscar respuestas en el demonio. Habían tantas personas que se sentía sofocante, todos se detenían a saludar y preguntaban por mi color de cabello. Las personas blancas como yo tendían a ponerse rojos y calientes del rostro cuando habían multitudes o me paraba en el sol.

Me sentí agotado así que le pedí a Tide que tomáramos asiento, resolviéramos las cosas rápido y me iría sin discutir. Accedió, sentando a los chicos cerca de él pero a una distancia moderada para que no nos escucharan.

—Dame tu teléfono —pidió, sacando un pedazo de papel rayado de su saco.

—¿Para qué o qué? —No lo solté de inmediato.

—Ver porno —bromeó, arrebatándomelo—. Llamar a alguien, carajito.

Odio que siga diciéndome carajito.

Escribió el número en el papel, llamando. Esperé unos segundos pegado a la línea mientras él sostenía el teléfono. Ni tenía ni idea de quién iba a responder.

—Ya les dije que no les debo nada, así que si siguen llamando les voy a romper su... —La voz me sonó familiar.

—¿Rind Vibes? —Inquirí.

El tipo se calló de inmediato. Supuse que necesitaba pensar.

—¿Eres amigo de mi hermano? —Ahora él me interrogaba—. ¿Necesitas algo de él?

Aparté un poco la bocina y miré a Tide confundido. Habló fuerte por la música y me dijo que le preguntara por Narciso.

—¡¿Near está ahí?! —Alcé la voz y pegué mas la oreja.

Unas voces se oían al fondo, nerviosos. Escuché algunos "dile que no", y otros "no me mames ahora", "cuelga" y por último "hazlo tú, mocoso de..." antes de que colgaran.

—Es Curin Vibes. Envié a alguien al hospital donde vieron entrar a Near, pero ya no me dijeron su condición pues parece que el loco acosador Hiray lo atrapó cuando se ocultaba tras una máquina expendedora y le causó quemaduras con café. Mis ojos trató de huir pero el vándalo 2.0 lo agarró a patadas. Es toda la historia. —Explicó sereno, aunque permaneció pensativo tal vez al considerar todas las heridas que tenía su ayudante por culpa de él.

—¿Y por qué no dijiste esa mierda por mensaje en vez de hacerme venir y llamar? —Cuestioné igual de sereno, dándole una sonrisa.

Giró sonriente también—. El taxi es caro a estas horas. ¿Cuánto te cobró?

—Jódete. Me lo vas a pagar. —Lo señalé, amenazante.

—¡Señor detergente, ¿para qué me buscaba?! —Un tipo drogado, en apariencia su manager quizás, se inclinó para hablarle a falta de asientos.

Tide lanzó un golpe discreto que solo yo pude ver, lastimándole el codo. Estaba furioso, aunque no entendí la razón.

—Sí me vuelves a llamar así esta quincena no te pagaré nada. —Le informó, sonriéndole al ver que los jóvenes Youtubers lo observaban—. ¡Ah, Nico, requiero que alimentes a los chicos! Han llegado tarde y se perdieron los alimentos. Me imagino que deben estar muertos de hambre.

—¿Por qué le dijo Detergente? —Susurré al chico de a lado.

—¿No lo sabes? —Se rió entre dientes, mostrando sus cachetes regordetes—. Tide Nallan fue llamado así por su madre, como el detergente que venden en el supermercado. Ha causado muchas burlas y polémica en internet, más porque la empresa le pidió promocionar el producto y él lo botó, ja, ja.

Tide continuó pidiéndole comida a su manager, pero el tipo solo veía con disgusto a los jóvenes. Balbuceó que no era responsabilidad de él, y que debía atender otras cosas ya que solo tenía un mes de empleado. El tipo se había excedido con las drogas.

—Ya te dije que que no me importa sino eres mesero. Te pago por algo —lo sostuvo de los cachetes, estrujándolos con las uñas—. Has sido muy inútil este mes.

—Ya te dije que no les voy a servir a esos mocosos... —Formuló.

Esos mocosos ganan más que tú.

—Actor Tide, no se preocupe —Chaos apagó su cámara, sosteniéndolo del hombro—. Nosotros podemos buscar la comida afuera. Ya dejaron de dar el servicio desde las nue...

La cachetada que Tide soltó contra su manager calló a todos los jóvenes, incluyéndome. La música continuó sonando aunque el tipo estaba inconsciente y con la nariz sangrando. Nadie más volteó a ver, pero nosotros dimos un brinco de sorpresa.

—Los está discriminando por ganarse la vida de una manera diferente —interrumpió, volteando al lado donde se encontraba el equipo CHAOS—. No dejen que los comentarios de alguien inferior obstruyan su camino. No los aliento a la violencia claro está, pero no pongan esa cara de temor.

Así que está bien defenderse algunas veces si duele, eh.

—¡Actor Tide, acaba de cambiar mi idea sobre usted! No es nada torpe, es geniaaaal. —El chico golpeó en los brazos a los que lo acompañaban por la emoción.

—Ja, en realidad tuve valor porque ustedes no merecen algo como eso. —Tide se apoyó en sus hombros—, mejor salgamos de este lugar y continuemos las preguntas afuera. Les compraré algo en la tienda de conveniencia 24 horas.

Voy a vomitar de tanta amabilidad.

Los chicos aceptaron su oferta, tomaron sus cosas y salimos todos. Lo acompañé porque no quería quedarme ahí, prefería los lugares llamativos pero que no fueran de alto presupuesto. No debía gastar mucho ahora que estudiaba, pues mi dinero era limitado.

Les dijo que tomaran lo que quisieran. Algunos pidieron sopas instantáneas y Hot Dogs. Se sentaron a comer en los bancos interiores y continuaron con las preguntas.

—Toma lo que quieras. —Me murmuró Tide pasando a un lado.

—Eso iba a hacer. —Dije.

Tomé un pastelillo de chocolate y unos chicles. Me senté a una distancia prudente para escuchar las preguntas. El sueño me están ganando.

Creí que al ingresar a la universidad haría amigos y que ese tipo de situaciones se darían con personas de mi facultad. Pero allí estaba, comiendo a media noche un pastelillo mientras oía como entrevistaban a un actor que me caía peor que una patada en las bolas.

—Por último, ¿cuál es la relación con su madre?

Tide dejó de sorber su leche de chocolate, soltando un suspiro que trataba de ser una leve sonrisa. Fue más agotamiento en su mirada que amor a una madre.

—Siempre nadaba contra corriente, evitando las mareas. —Comentó.

—¡Significa que es alguien fuerte y aventurera! —Chaos volteó la cámara para grabarse de nuevo con Tide—. ¡Muchísimas gracias por su preciado tiempo!

Creo que más bien lo evita a él, niño.

Paramos un taxi para ellos. Chaos me pidió colaborar con él en algún video por ser albino, dijo que podía hacer alguna tontería en el video con ellos o preguntas sobre cómo vivía de esa forma. Le dije que sí, aunque era claro en mi tono que nunca nos comunicaríamos.

Tomaron el taxi y se fueron, dejándonos solos en la avenida con la intención de irnos cada quien por su cuenta.

—No te voy a pagar el taxi. Lo sabes, ¿no? —me preguntó, cruzado de brazos—. A menos que vengas conmigo.

Alcé la vista hacia las luces de los edificios. Era perturbador, estaban sus anuncios en casi todas partes. De verdad era un demonio acechador.

Me retiré la mochila de la espalda y comencé a cargarla con una sola mano.

Hisao, no, las drogas son malas.

Me acerqué un poco más a él, haciendo ademanes para parar un taxi.

Tienes tarea y odias a este tipo.

Sonrió sin decir más. A veces el deseo era más fuerte que la voluntad.

Es peligroso si te subes con él al mismo vehículo.

A pesar del sueño que tenía horas antes, de haberlo hecho con él la noche anterior y las preocupaciones que cargaba su oferta fue la consecuencia de esos problemas. Era como un joven que va de chica en chica lastimado, pero tiene a alguien que no le gusta ni le llama la atención pero lo hace osar un buen rato y lo ayuda a no preocuparse por las otras.

Tide era un capricho que no me molestaba usar. Era cierto que salía con muchos, pero siempre trataba de ser romántico para no hacerlos sentir como yo me sentía: basura reemplazable.

Pero Nallan ya era basura, era reemplazable, así que no me iba a molestar en hacer el amor como algunos quieren llamarlo.

En el mundo hay relaciones sexuales de diferentes tipos, la mayor parte es común. No es como una serie en la que tienen el orgasmo al mismo tiempo. La psicología sexual funcionaba de otra manera, y no estaba mal catalogar a alguien como un mal o buen partido.

La sexualidad depende de uno mismo y siempre con el consentimiento.

Subimos al mismo taxi, sentados cerca. Le dije que en su casa pues tampoco quería pagar por menos de dos horas en un motel.

—No, iremos a otro apartamento —musitó, acercándose a mi oído—. En el de anoche tengo a dos chicas esperando por mí y dudo que te gusten las orgías.

—Solo no me gustan las chicas.

—Te pierdes lo mejor de cualquier mundo. —Negó con la cabeza, tratándome como inculto.

Cuando algo nos duele adoptamos la postura de quien nos hirió. Decimos cosas similares, así como Either recibió palabras fuertes de Near. Pues Hiray se sentía herido por el poco tacto de Rind y Either se lo recordó.

Y algunas veces, con un desconocido o alguien que queremos mucho, nos portamos como queremos ser tratados. Aunque esa relación puede ser más dependiente.

Necesitar la sensación de ser el número uno para alguien aunque ni siquiera recordemos los rostros.

—¿Sabes? He odiado mi nombre cada día de mi vida. —Dijo, observando la ciudad.

No pude decirle nada.

•••••••••••••••••

Bueno, creo que este capítulo está escrito con la intención de causar ansiedad. De hecho, cada vez que escribo el punto de vista desde Hisao me causa ansiedad.

Siento que su mundo, a pesar de saber mucho sobre psicología básica, se cierra a otras ideas. La diferencia abismal que tiene con Near es que proponen cosas distintas.

Near se encierra y lucha por buscar una solución sin importar que se equivoque, pero Hisao sigue sin buscar soluciones por miedo a equivocarse.

¡Pasemos al bello dibujo!

Tenemos a un enano y Mike. <3

Ahora, para llorar en serio porque la neta esto está bellísimo, un poema de cierta seguidora:

Me ha deprimido ya demasiado.

Una disculpa por no haber traído actualización la semana pasada. Prometo que el próximo capítulo será más reconstructor, y por cierto, LOS AMOOOO. <3

~MMIvens.

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