CAPÍTULO 19: LAS COSAS EN SU SITIO
N/A: Último capítulo... No sé si estoy muy satisfecha con este final pero me quedé bloqueada... Llevo mucho tiempo intentando sacar algo mejor, pero no sale... Espero que os guste y que sea realista... Muchas gracias a todos por vuestro apoyo, espero que os haya gustado la historia, la he escrito con mucho cariño... Tengo algo más en mente, así que volveré pronto...
CAPÍTULO 19: LAS COSAS EN SU SITIO
Las semanas pasaron y muchas cosas volvieron a la normalidad. Blaine convenció a sus amigos que la venganza no tenía sentido porque lo único a lo que podía llevar era a una guerra entre los dos grupos. Ese día Sam fue feliz porque el moreno habló con él para pedirle apoyo en su posición. Su acuerdo fue que, con la posición de líderes de los equipos de fútbol y animadores, gozaban de cierto poder sobre algunos de los que querían cambiar cómo funcionaba el instituto. Por eso, salvo excluirlos en cierto modo, no habían hecho nada más.
Tampoco lo habían necesitado. Tras excluirlos, nadie más se había atrevido a empujar a ninguno de sus amigos o ellos tampoco. Parecía que las cosas volvían a su lugar, sin necesidad de ser violentos o crueles, como siempre habían solucionado las cosas.
Sin embargo, a pesar de la tregua, Sam y Blaine no habían mejorado su relación. El rubio seguía intentando demostrarle su amor de muchas maneras. Había cantado una canción de amor delante de todo el instituto, en la cafetería a la hora de la comida, había pintado un mural en la sala del coro con ellos dos dentro de un corazón, le había regalado flores, bombones y un oso de peluche, lo esperaba junto a su taquilla todas las mañanas para desearle buenos días y todas las tardes para despedirse de él, le mandaba mensajes todas las noches para desearle dulces sueños y le mandaba mensajes para decirle lo especial que era.
Blaine por su parte, recibía todas las atenciones con una sonrisa, pero seguía sin mostrar que iba a permitir más acercamiento que ese. Sebastian y Hunter parecían que se habían pegado a él, sobretodo Smythe, con el que compartía el entrenamiento de los Cheerios y varias clases.
La pareja sabía que era cuestión de tiempo que Sam y Anderson volvieran juntos, el rubio había demostrado que realmente sentía algo por su amigo, ya que no necesitaba a Blaine para ser popular después de que todos supieran lo que había hecho, se había convertido en alguien muy popular. Sin embargo, seguía esforzándose en volver con el otro, lo que indicaba que había algo más, que había sentimientos involucrados.
Faltaba muy poco para las vacaciones de primavera y Brittany había vuelto a planear una escapada a la casa del lago de sus padres. Sin embargo, su felicidad se esfumó cuando Blaine dijo que él no iba a ir.
–¿Por qué no? –La rubia hizo un puchero.
–Estamos ocho personas invitados y seis vais en pareja... No sé si es buena idea que Sam y yo compartamos habitación y... Bueno, ya sabes. –El moreno realmente tenía miedo. Tantas atenciones de parte de su ex estaban haciendo que le costase cada vez más resistirse y se había dado cuenta de que sus amigos no se oponían.
–Vamos, por favor... Quiero que estemos todos juntos... –Ella suplicó.
–Britt, por favor...
–Marley y yo podemos cambiar habitaciones... No me importaría que duermas con ella y yo compartir la habitación que hay con dos camas con Sam. –Ryder propuso, quería que todos estuvieran allí.
–¡Todo solucionado! –La rubia gritó. –Ahora sí que está todo preparado y no os podéis negar ni Sam ni tú... ¡Nos lo vamos a pasar genial!
La felicidad de la chica era contagiosa y Anderson no pudo evitar sonreír. A pesar del pacto, sabía que su corazón no estaría a salvo, pero no tenía alternativa. Al final, no tenía que superar sus sentimientos por Evans, ¿no? Sólo tenía que acostumbrarse a su situación y aprender a perdonar.
Blaine estaba disfrutando de la puesta de sol. Era hermoso ver la luz anaranjada reflejada en el lago. Sus amigos estaban divirtiéndose de alguna manera, pero él necesitaba ese momento de paz. Llevaban dos días allí y las cosas estaban siendo como él sabía que serían. Las parejas pasaban tiempo a solas y Sam y él se veían "obligados" a estar solos en muchas ocasiones.
Era cierto que el rubio le había hecho mucho daño, pero llevaba semanas mostrándole que lo amaba y que había sido un error. Por eso necesitaba pensar, porque cada vez se sentía más cerca de dar el paso que le uniría a su ex de nuevo, de volver con él.
–¿Qué haces aquí? –La voz del rubio interrumpió sus pensamientos desde su espalda y él no pudo evitar sonreír mientras se volvía, como hacia siempre que lo veía. Lo miró durante unos segundos antes de volver a mirar al horizonte.
–Pensar. –Respondió mientras se encogía de hombros.
–Si quieres estar solo yo... –Evans no quería molestarlo, se había prometido a sí mismo que sería lo que Anderson necesitara que fuera. Era lo que más quería en el mundo y daría lo que fuera por verlo feliz, aunque no fuera a su lado.
–No hace falta que te vayas. De hecho, estaba pensando en ti. –Blaine confesó sinceramente.
–¿En mí? –Sam no pudo evitar sonreír al saber que su ex estaba pensando en él. Seguía teniendo la esperanza de que volvieran juntos, aunque tuviera que esperar.
–Has sido maravilloso estas semanas. Has sido atento y me has demostrado que quieres volver conmigo, aunque sabes que no me necesitas para ser popular. –El moreno confesó.
–Blaine... Me enamoré de ti. –El rubio se sentó a su lado y miró también a la puesta de sol. –Es cierto que al principio me acerqué a ti por interés, pero me enamoré de ti porque eres perfecto...
–No lo soy. –Las mejillas del Cheerio estaban sonrojadas.
–Para mí lo eres... Me has enseñado tanto, me has abierto los ojos... Creo que no te lo he contado todavía, pero les dije a mis padres que soy bisexual. –El Quarterback comentó.
–¿En serio? ¿Cómo fue? –Anderson lo miró sorprendido. Si el otro había dado ese paso era porque realmente creía en esa relación.
–Bueno... Me apoyan en mi sexualidad, sólo quieren que sea feliz... Aunque se mostraron muy decepcionados por lo que te había hecho y me castigaron. –Evans explicó con una sonrisa.
–¿Les contaste lo que había pasado? –Blaine estaba muy sorprendido.
–Claro que sí. Tenía que empezar a ser sincero y aceptar las consecuencias de mis actos. Sé que me equivoqué y que me merezco el castigo, por lo que lo acepté y cumplí con él. Y, por cierto, que sepas que Stacey me pidió que fueras tú mi novio, que te adora y que le encanta que juegues con ella. –Sam decidió cambiar de rumbo la conversación para centrarse en algo más alegre, seguía avergonzándole ese error.
–Sabes, creo que no deberías decepcionar a tu hermana. Ella es dulce y no se merece que le falles así. –El moreno sonrió ampliamente. Saber que su ex había salido del armario frente a sus padres había supuesto el último "empujoncito" que necesitaba para atreverse a dar el paso.
–Lo sé, pero eso no depende sólo de mí, ¿no? –El rubio comentó con una sonrisa. Era imposible no tenerla cuando el amor de su vida lo miraba así y también sonreía de esa manera.
–Habrá que solucionar eso.
Anderson se acercó lo suficiente para juntar sus labios con los de Evans. El beso comenzó muy suave y dulce, casi una pequeña caricia entre sus labios. Sin embargo, ese gesto hizo que sus cuerpos reclamaran lo que sus mentes les habían negado por tanto tiempo y, antes de que pudieran parar, el beso se tornó más necesitado y pasional. La lengua de Blaine pidió permiso para entrar en la boca del otro y sus lenguas comenzaron una lucha por la dominación en cuanto entraron en contacto. Sus manos pasaron a agarrar al otro con desesperación, casi como si fuera el último beso que se iban a dar, en vez del primero del segundo intento de su relación.
Cuando se separaron, Sam sonrió y acarició la cara del otro.
–No quiero sacar conclusiones precipitadas... ¿Esto significa...?
–Sí, te doy una segunda oportunidad, pero no la fastidies esta vez. –El moreno informó, sintiendo su corazón acelerado por la felicidad que le producía estar así.
–No lo haré.
Volvieron a besarse, sabiendo que esa oportunidad era la última que tenían para estar juntos. Los dos estaban dispuestos a luchar para que fuera algo eterno. Sólo el tiempo podría decir si lo sería...
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