La primera vez que te vi a los ojos
Todavía recuerdo ese día, aquel en donde te vi por primera vez. Y supe que quería pasar el resto de mi vida contigo.
Era nuestro quinto año de básica, normalmente un chico de mi edad pensaría en fútbol, en sus estudios o en ser alguien fuerte. Por mi parte, yo estaba interesado en las novelas de romance.
Desde que tengo memoria, nunca conocí a mi padre, y mamá nunca quiso hablarme de él. Pero no le había dado importancia a ello. Con la crianza de mi madre, yo tomé los gustos de ella, y también buscaba los míos.
Pero ese día nunca se iría de mi cabeza, después de todo, fue el día que te conocí, y descubrí que era estar "enamorado".
-Pongan atención niños, tenemos una nueva estudiante, por favor preséntate -la maestra miro a la chica, mostrando una sonrisa cálida.
-Soy Erica López, un gusto conocerlos... -ella hizo una reverencia y miro al resto- no tengo pasatiempos y no vine exactamente para llevarme bien con ustedes.
No sé cómo, ni el por qué. Pero sentí una chispa al ver sus ojos esmeraldas, ella camino hasta el pupitre de mi lado y simplemente volteo a verme.
-¿Tengo algo en la cara? -su expresión que parecía ser dulce cambio a una más agresiva, sorprendido y nervioso desvíe la mirada- ...idiota.
-Soy Robert García -me di vuelta para verla de nuevo- espero y nos llevemos bien a lo largo de los años -le di una sonrisa esperando algún comentario de su parte.
-¿Ah? Antes me vuelvo drogadicta -eso si que dolió, ella saco su cuaderno y la clase comenzó como si nada- deja de mirarme idiota... No puedo concentrarme.
Realmente, ¿Me enamore de esta chica?. Aunque después de eso casi siempre buscaba la oportunidad para conocerla más, pero tristemente parece que siempre se alejaba de mi.
Rendido por todo me junte con mi amigo, quien simplemente escucho mi historia y suspiro. Al parecer lo tengo cansado con el tema de "me gusta alguien", y no lo culpo.
-A de ser de esas que se comportan agresivas para negar que sienten algo por ti -Damian no estaba realmente interesado en esas cosas, aunque no era de esperarse de alguien que le daba lo mismo casi todo- ¿Qué sabes de ella?
-Su nombre, con quienes se junta en los recreos y su fecha de nacimiento -él me miraba como si de un acosador me tratará- casi todas las chicas hablan de eso, así que...
-Si, si, lo que digas amigo -guardo silenció un momento y luego volvió a hablar- ¿Puedes tratar de juntarte con ella?
-En todas me rechaza -reí un poco mientras escuchaba unos pasos a lo lejos- ¿Mmm?.
Mi mirada se fijó en el grupo de chicas donde estaba ella, grupo el cual pasaba por la cancha hablando de quien sabe que, hasta que un balón salió a gran velocidad directo a sus rostros.
Claro, de no ser porque el que recibió el disparo fui yo. Saben, nunca fui fan de hacerme el héroe, pero bueno.
-¡Robert! ¿Estás bien? -aún aturdido por el golpe solo levante el pulgar- debemos llevarte a la enfermería.
-¡Oigan ustedes, deberían tener más cuidado! -Mi mirada se centró en Erica que fue a reclamar a los que lanzaron el balón- ¡Si bien ustedes estaban antes deberían al menos tener cuidado!
Fui llevado a la enfermería por Amanda, la cual me ayudó a limpiar la sangre de mi nariz. Ella se disculpó y yo solo me dispuse a decirle que no pasaba nada. No era la primera vez que me pasaba esto, pero si la primera por defender a alguien.
-Me iré con el resto, le avisaré a la maestra de esto, así evita preocuparse de más -ella se despidió y fue nuevamente con el resto, supongo.
Me quedé solo en la enfermería, cubriendo mi nariz con el pañuelo. No esperaba ningún gracias ni nada, pero tampoco quería quedarme en silencio. Luego de unos minutos escuche la puerta abrirse, mirando bien, encontré los ojos de Erica.
-¿No hay nadie? -ella me miró y tomo asiento a mi lado- solo estoy aquí para darte las gracias, pero no esperes nada a cambio de mi parte -ella se cruzó de brazos y solo pude ver sus orejas algo rojas.
-No te preocupes Erica, simplemente quise evitar que eso te golpeara -me reí un poco para luego voltear la mirada- tu... ¿Me odias?
-¿Q-q-qué? No, yo... No te odio... -al parecer dije algo clave- pero supongo que tampoco me agradas... Eres raro, ¿Por qué preguntas?
-Quería ser tu amigo -solte y la mire, sus ojos me miraron y yo simplemente me sonroje- claro... No quiero obligarte a eso, simplemente, quiero saber de ti.
Ella no dijo nada, pero fue por algo de papel y anotó algo, luego me lo entrego. Era su número, y al parecer le dio vergüenza entregarlo.
-Espero y no me decepciones... Torpe -ella se fue, y yo me quedé en silencio de nuevo.
Una torpe sonrisa formaron mis labios y vi el número alegre. Al menos ya era un avance.
-¡Oye Robert, piensa rápido! -y cuando reaccioné esquive un golpe, cierto, me involucre en algo después de clase.
Cuando volví a la realidad vi a Brad molesto, un círculo gritando "pelea, pelea" y yo siendo el centro de atención.
-Al parecer el torpe nuevamente se metió en una pelea por una estupidez -volteando mi mirada vi a Erica, quien caminando con su grupo me miró- demuestra que no eres un saco de boxeo torpe.
Como si de un impulso se tratará, me arme de coraje y me quite la mochila, todos seguían gritando, esperando que la pelea sea interesante, hasta que di el primer golpe.
-¡Dale duro, dale duro, dale duro, dale duro! -mi mente me estaba engañando pero ahora mismo solo veo un puño en el rostro, una, y otra y otra vez.
No fue hasta que llegó un adulto (de milagro) a detener la pelea. Si bien fue mi error involucrarme, al menos pude evitar un golpe.
Mientras caminaba a casa, no sin antes ponerme vendaje en el rostro, pensaba en todo el tiempo que estuve con Erica, si, la amaba, y al cumplir los 14 tenía pensado pedirle que sea mi novia, pero esta ya estaba con alguien más.
-Si tan solo hubiera tenido el valor para decirle antes -suspirando derrotado di una leve sonrisa- aunque... Nunca perdonaré al bastardo que la daño.
A los minutos recibí una llamada de mi madre, no hablo con ella desde que me fui a vivir solo, pero se que ella se preocupa por mi. Conteste la llamada, esperando oír su voz.
-Hola hijo -su voz suave hizo que me alegrará de saber de ella- ¿Cómo has estado?
-He estado bien, las clases son fáciles, y tengo buenos amigos -frotaba mi mano en mi hombro aún adolorido- oye... Respecto a mi decisión sobre la carrera...
-Oh hijo, no debes preocuparte, me alegra de que puedas tomar una decisión así, después de todo, es tu sueño -mamá siempre fue comprensiva, aunque también quería saber mucho sobre mi padre- bueno, llamaba para decir que si podías ir de visita, quiero hablar sobre un tema contigo.
-Esta bien, creo que puedo ir por la mañana, necesitas algo en específico -ella contesto con un "no es necesario"- está bien, te veo mañana...te amo mamá.
Y así, corte la llamada, al entrar al departamento mire las cosas que tenía, eran simples cosas, como las maletas, una tele que pude comprar y mis libros. Tome asiento en el colchón del suelo suspirando pesadamente.
Lo más probable es que hable del problema que he estado teniendo últimamente. Solo espero que no sea nada grave. Me molestaría preocupar a los que me rodean.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top