Capítulo 9: Atentos

CANCIÓN: The Window - Ratboys (inspiración para la canción de Leslie)

Taehyung se llegó a atorar con saliva al pronunciar su nombre, y la miró sonriendo inocentemente, no alcanzó a pronunciar ni una palabra más antes de que Leslie lo abrazara y apretara cual serpiente a su presa.

—Leslie, me estás asfixiando...

—Lo lamento por no avisar, ¿te diste cuenta de que no te llegaban cartas? A que nunca creíste que había venido hasta acá.

—Tienes mucha razón, amiga mía. Pasa, pasa.

—¡Sí! Genial, ¿dónde dejo mi saco? ¿Puedo subir a tu habitación?

—¡No! —gritó, pero fue en vano, ella ya estaba subiendo, tuvo que correr para interponerse entre ella y la puerta de su cuarto.

—Ay, ¿qué sucede? Déjame pasar.

—No puedo, Leslie... —se rascó la cabeza.

—¿Qué? ¿Por qué no? —puso su brazo izquierdo en su cintura.

—Es que...estoy remodelándola, así que está hecha un desastre. No puedes pasar, ¿lo entiendes?

—Sí lo entiendo. Pero entonces, ¿dónde estás durmiendo?

—En el sofá del living. Vamos, ¿quieres jugo? Mi mamá compró uno en polvo que es delicioso.

—Claro —dijo no muy convencida.

Ambos bajaron los escalones hasta llegar a la cocina. Leslie había comprado el boleto hace un mes, pero había decidido guardar el secreto para así sorprender a su mejor amigo, a quien había extrañado tanto que sentía que tenía que ver de nuevo. Ella era sumamente confiada, y eso le gustaba a Taehyung, era una de las razones por las que había decidido ser su amigo, le encantaba la gente segura de sí misma y hasta un pelín engreída, a excepción de Jungkook claro, le hacían creer que eran personas con alta autoestima y, eso le gustaba en su círculo. Por lo mismo era amigo de Jimin y Yoongi.

—¿Quieres escuchar mi nueva canción?

—Obviamente —le agarró el cachete, haciendo que Leslie riera.

Su amiga sacó su guitarra del estuche y el amplificador de la maleta. Deslizó la uñeta por todas las cuerdas y comenzó con un arpegio en la escala de Sol Mayor, bastante alegre (aunque con un toque melancólico por la letra) y rockero. Sonaba como un verdadero hit, pensó Taehyung.

—Esa sí o sí la pones en tu álbum debut, está preciosa.

—Definitivamente. ¿Tendrías ese disco en la vitrina de tu local?

La sonrisa del muchacho se esfumó por completo.

—Hey, ¿qué pasa? Algo anda mal, ¿no es así?

Él negó con la cabeza, pero pronto sus lágrimas comenzaron a caer, por lo que tapó su rostro con ambas manos por la vergüenza. Leslie preocupada, dejó la guitarra a un costado y extendió sus brazos a los que se lanzó a llorar.

—Dime qué ocurre. Quieres volver a arquitectura, ¿es eso?

Taehyung no podía contarle la verdad porque sabía que la destrozaría por completo y que, se volvería una carga emocional enorme. Es por eso que, incluso cuestionó en esos momentos si continuar con su amistad, tal vez lo mejor sería alejarla. Así sufriría menos. Aún así pensaba, ¿sería capaz de alejar a Jimin y a Yoongi también?

Asintió ante su pregunta y le pidió perdón una y otra vez. En su mente le pedía perdón por mentirle y, perdón porque ella no tenía idea de que cortaría la relación pronto.

—Señorita Hall, qué sorpresa —dijo la madre de Taehyung que recién salía del dormitorio principal.

—Señora Kim, ¿cómo ha estado?

—Bien, gracias.

Leslie esperó que le preguntase a ella cómo había estado pero, no preguntó nada.

—Pensaba quedarme aquí pero, me enteré de que Taehyung remodelaba su pieza.

Oh, no.

—¿Remodelar? No estaba al tanto de eso.

—Más que remodelando -aclaró su garganta entrometiéndose—, estoy reordenando todo, está lleno de cajas y polvo en todas partes.

—Pues más te vale dejar todo en donde corresponde.

—Sí, por supuesto, má.

Jungkook había seguido usando las mancuernas luego de meditarlo unos momentos, ya que estaba ansioso por obtener su movilidad. Se había asustado al escuchar la guitarra eléctrica, por lo que soltó una de las pequeñas pesas y ésta se cayó a la alfombra, que amortiguó el sonido del golpe.

—No puede ser. ¿Ahora qué hago? —trató de despegarse de la cabecera para sentarse recto, pero solo logró un gran dolor en el abdomen. Así mismo fue cómo se dio cuenta de que, podría hacer rutinas para ejercitarlo. Se recostó en la cabecera nuevamente y, volvió a hacer un abdominal.

La ventana estaba abierta y logró percibir una bandada de pájaros cruzando por el patio, camuflándose con los árboles de caucho. Podría apostar a que le encantaría a Taehyung y le sacaría esa tierna sonrisa. Rió para sus adentros, ya se lo comentaría más tarde.

Le entraba curiosidad por saber quién mantenía a su protegido tan ocupado abajo, alguien que tocaba la guitarra, sí, pero ¿quién? ¿Sería acaso Jimin? ¿Debería inflar el colchón? Hizo un abdominal más y se asomó hacia el costado para tomarlo, comenzó a inflarlo con su mano sana, por lo que se demoró el doble, en unos veinte minutos estuvo listo y lo volvió a dejar al lado de la cama.

Suspiró del cansancio y lo invadió el sueño, hasta que se quedó profundamente dormido.

—Leslie —dijo Taehyung más calmado—. Lo siento, pero no te puedes quedar aquí.

—¿Por qué?

Pensó en decirle que era porque no había suficiente espacio. Pero se le ocurrió una mejor excusa, que tenía un poco de verdad en ella.

—Mis padres no lo permitirían. Ya sabes cómo son.

—¿Y qué se supone que haré? No puedo dormir en la calle y no tengo dinero para un hotel.

—Tengo una idea.

Jimin lo mataría.

Le pidió a su mejor amigo si podía recibir a Leslie en su departamento. Pensó en él porque vivía solo, a lo que él accedió diciéndole que le debía una.

—Te llevaría pero no sé manejar.

—Descuida, puedo ir en autobús... Tengo el presentimiento de que me perderé pero no importa. Preguntando se llega a Roma.

Leslie no parecía muy segura pero, no quería causarle problemas a Taehyung, por lo que accedió. No tenía mucho drama con quedarse con un amigo de su amigo, ella solía tener roomies de cualquier tipo, estaba acostumbrada a la diversidad de personalidades.

Taehyung la fue a dejar al paradero que estaba a una cuadra, sudando del estrés por que nadie entrara a su habitación mientras él no estaba.

Cuando volvió, vio que Jungkook dormía plácidamente. Su cabello no se veía sedoso como la primera vez que lo conoció, debido al sudor de estos días, pero aún así se acercó a acariciarlo, le parecía increíble todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo. Literalmente tenía un guardián del universo durmiendo en su habitación.

A pesar de todo, le daba pena tener que dejarlo dormir en el colchón estando lesionado, colchón que se dio cuenta que estaba inflado. Le sacó los botines, levantó sus piernas y las metió dentro de la cama, acomodó su cabeza en la almohada y notó que se le escapó una leve sonrisa, le causó gracia verlo con la boca abierta y casi roncando.

Buscó alguna manta en su clóset, pero todas estaban en la bodega y ya se estaba oscureciendo, sus padres se habían ido a dormir y no podía seguir metiendo bulla, así que simplemente se recostó en el colchón.

Pudo ver debajo de la cama y, efectivamente estaba lleno de insectos muertos.

Pasó frío toda la madrugada, hasta que logró conciliar el sueño, y cuando lo despertó la luz del sol, porque su alarma no había sonado, vio que eran pasado las siete y su madre pronto subiría a revisar que estuviera en pie.

—Buenos días, bella durmiente —la voz de Jungkook lo pilló desprevenido. Estaba ejercitando en la cama.

—Buenos días.

Se percató de que estaba con su cubrecama encima.

—Buenos días... Gracias —fue todo lo que pudo decir.

—No hay de qué —le sonrió—. Mira lo que he logrado —hizo un abdominal, había despertado un cuarto para las siete para realizar su rutina.

—Wow, eso es genial. ¿Ves que progresas rápido? Quizás hoy día podrías probar con las muletas. ¿Cómo está tu brazo?

—Mejor, gracias por preguntar.

—¿Tienes hambre? —Jungkook asintió—. Iré por algo de comer.

Cuando estaba por salir de la habitación, Jungkook soltó:

—Ayer vi a una bandada de pájaros, debiste haberla visto conmigo.

Taehyung asintió y se fue.

El menor no sabía por qué ni en qué momento había dejado de encontrarlo tan fastidioso. ¿Era acaso porque estaba acostumbrándose a su fuerte carácter? Era posible, pensó.

Con ayuda de sus brazos bajó de la cama y comenzó a arrastrarse para llegar al ventilador. Lo logró bastante rápido, pero con mucho esfuerzo. Encendió el ventilador y comenzó a seguirlo de un lado a otro, refrescándose.

—Adivina lo que te traje... ¿Uh? —dijo Taehyung buscándolo. Cuando vio dónde estaba, se acercó a pasarle un plátano mientras él ya mordía una manzana.

—¡Un plátano! Dicen que es muy dulce... Hey, gracias por dejarme dormir en tu cama.

—Claro, estás lesionado, no iba a dejarte dormir en un horrible colchón. Me fijé que mamá salió, probablemente a girar dinero al banco, y mi papá fue a trabajar. Puedes darte una ducha.

—¡Sí! Al fin. ¿Me ayudas a ir al baño?

—Sí, obvio.

—Eso sí hay un detalle.

—¿Cuál?

—¿Me ayudarías a desvestirme?

Hola, chicos. ¿Cómo están? Espero que bien, aquí va el noveno capítulo. Ojalá les haya gustado, me pueden ir comentando, jejeje.

Saludines,
Pascale.

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