Capítulo 5: Polvillo de guardián
CANCIÓN: A New Door is Closing - Talvi
Al parecer Jungkook sería un buen dolor de cabeza.
—Olvídalo —Taehyung rodó los ojos y trató de ayudarlo a ponerse de pie, pero el muchacho no pudo dar ni siquiera un paso antes de volver a tirarse al suelo.
—Nunca había hecho esto... Había tocado el piso antes pero, nunca había tenido un cuerpo para pisar —sus ojos brillaron de impresión, notando algo extraño—. Maldición... ¡Lalala lalalala! —Jungkook cantó mientras tocaba su garganta—. ¿Ecuchas eso? Mi voz, ¡ya no tiene eco! Agh, no me gusta esto, no me gusta para nada.
—¿Crees que a mí sí? ¡Quizás hasta cuándo tendré que soportarte! —susurró.
De repente se escucharon unos pasos por las escaleras, iban despacio y se acercaban cada vez más a la puerta. Si era su padre, estaba en aprietos. Bueno, pensándolo bien, dijo Taehyung en su mente, ¡con cualquier persona que entrase estaría en aprietos!
—Rápido, ¡escóndete aquí! —le señaló el costado de la cama que no se veía al entrar a la habitación.
Jungkook podía llegar a ser muy molestoso si se lo proponía, pero no era un idiota, para nada, no podía arriesgar a su protegido, así que hizo caso arrastrándose, pero iba demasiado lento. El pelinegro lo ayudó tomándolo del brazo. Quizás qué pensaría la persona que estaba por atravesar la puerta (que Jungkook ya sabía era la madre de Taehyung) si veía a un chico aleatorio en su cuarto.
Taehyung escondió el cuchillo bajo la almohada y se hizo el dormido.
—¿Hijo? —su mamá asomó la cabeza.
Pero el muchacho ya simulaba ronquidos, era un excelente actor, de hecho había formado parte del club de teatro de la secundaria.
Aún así, no la convenció, pero afortunadamente Jungkook pudo predecir que la señora entraba al cuarto y, atinó a esconderse bajo la cama.
Tal como había visto en su mente, la mujer entró y en ese momento, Taehyung, que no había visto al guardián ocultándose, se levantó. Aparentó despertarse estirando los brazos y se sentó para llamar la atención de su madre.
—¿Má? ¿Qué haces aquí? Es casi de madrugada...
—Oh, con que estabas despierto.
—No —fingió estar confundido, mientras se refregaba los ojos.
—No me digas que te quedaste hasta tarde jugando videojuegos.
—¿De qué hablas?
—¿Entonces quién hacía tanto ruido aquí? Tu padre está en los brazos de Morfeo hace horas, pero yo llegué a saltar de la cama con unas pisadas que provenían del segundo piso.
—Debes estar confundida, má. Hasta me saqué los lentes de contacto —señaló el velador—. Revísalo si quieres —dijo para inspirar más confianza.
Era mentira, y si su madre abría el recipiente de las lentillas, estaba frito. Tendría que idear otra excusa para zafar.
—Sí, eso es precisamente lo que haré.
Cada paso se sentía una eternidad para Taehyung, y para sus adentros, comenzó a maquinar alguna historia para escapar de las garras de su madre, que ahora sujetaba el recipiente vacío.
—No hay nada.
—¿Cómo...? Aish, es cierto, me quedé hasta tarde conversando con Jimin y se me olvidó sacármelos. El recuerdo que tenía de ello era de ayer.
Se levantó de la cama y salió de la habitación para dirigirse al baño. Tenía la esperanza de que su madre lo siguiera y así, poder alejarla de Jungkook. Pero eso no pasó. La señora Kim se quedó dando vueltas en el cuarto y, sería sumamente sospechoso que la llamase. ¿Para qué la llamaría a la hora de sacarse los lentes? Había sacado su ingenio y lo atraparía. Estaba en una encrucijada.
El menor veía los pies calludos y descalzos de la mujer, la vio caminar de un lado a otro y, divagó sobre cómo caminar. Tendría que aprender lo antes posible, y sacar fuerza de brazos también. Ejercitar todo el cuerpo, necesitaba independencia. De pronto se quedó quieta y Jungkook notó que venía agachándose. Solo pudo cerrar los ojos, ¿sería este el fin?
—Má, ¿qué almorzaremos mañana? —Taehyung dijo lo suficientemente alto para que su madre lo escuchara un murmullo, pero lo suficientemente bajo para que se le exigiera ir al baño. Y funcionó la estrategia, logró llevársela al baño.
Jungkook pudo respirar tranquilo y a los pocos segundos, escuchó las delicadas pisadas bajando, y las más pronunciadas entrando a la pieza.
—¿Jungkook?
—Aquí estoy —salió de su escondite—. Por cierto, le hace falta una aspirada por aquí, está asqueroso. Encontré hasta el cadáver de una arañita y sus presas, imagínate.
—Okay, gracias por avisar... —lo ignoró por completo—. Te tenía una consulta. ¿Crees que puedas llamar a tus amigos? Para que vengan a buscarte, digo yo.
—No, no puedo, recuerda que no pueden visitarte más de una vez.
—Pero a mí, no a ti.
—No lo sé, ya que estoy contigo. No sé.
—¿Cómo que no lo sabes?
—Pues no lo sé.
—¿Qué no sabes?
—No sé si valdría el venir a la Tierra única y exclusivamente a buscarme a mí. Tienen, bueno tenemos, muchas tareas allá arriba. Y se supone que visitamos este planeta solo para ayudar a humanos.
—¿Me estás diciendo que no pueden comunicarse entre ustedes? ¿No puedes hacer una...no sé, magia extraña y llamarlos?
—Podemos, pero es muy complicado enviar una señal telepática. Como te dije, estamos muy, muy ocupados en la Puerta como para estar llamándonos los unos a los otros —negó con la cabeza.
—¿Puerta? ¿Qué puerta?
—No debí decir eso...
—Da igual, no le contaré a nadie —sonrió para luego mostrarle sus dedos cruzados.
—No juegues conmigo, Kim Taehyung. No puedes contarle a nadie sobre la Puerta.
—Está bien, está bien.
—Promételo.
—No me gustan las promesas.
Jungkook bufó.
—Eso dicen los buenos para romperlas.
—¿Y quién te ha dicho eso?
—Es una conclusión mía. Es lógico para la gente cobarde, no promesas es igual a no riesgos, no te comprometes y así, nadie puede decir que le has decepcionado, porque desde un comienzo no le prometiste nada.
Una deducción bastante certera que, hirió increíblemente el orgullo del chico, tanto así que se levantó y se fue a acostar. Jungkook, por su parte, chasqueaba.
—No prometer es más seguro —lo increpó—. Así no te preocupas de andar impresionando a los demás.
—Eso no es cierto. No funciona así —el castaño seguía concentrado en su mano.
—¿Qué haces? —Taehyung cambió el tema y el guardián lo notó.
—¿Por qué me cambias el tema? En fin, estoy tratando de... —sopló en su mano—. Soltar polvillo de alguna forma —trató vaciando sus bolsillos.
—¿Para qué?
—Quizás pueda hacer algo, no lo sé —ocultó su rostro, frustrado.
Si bien la escena era conmovedora, el guardián había sido muy irritante anteriormente, lo suficiente para hartar al humano que, tampoco sabía qué hacer. Tendría que lidiar con un fantasma que ya no era fantasma, en su habitación, y sin decirle a nadie. ¡Jungkook se volvería loco!
Una leve brisa entró a la pieza, y Taehyung se apresuró en cerrar la ventana, podrían resfriarse con el hielo de madrugada.
—¡Bingo! —musitó emocionado—. Taehyung, dame una de las bolsas que te dieron los guardianes.
—¿Qué? No, ¿por qué?
—Son polvillo de suerte.
—¿Y qué harás con él?
—Tengo una idea, ¿quieres que me vaya o no? —el mayor asintió y sacó una de las bolsitas del segundo cajón. Se la lanzó.
Jungkook se esparció el polvillo por todo el cuerpo y se arrastró flemático hacia la ventana.
—Abre la ventana.
—¿Para qué?
—Solo ábrela.
El chico obedeció y pudo dilucidar el plan de manera casi instantánea.
—¿Estás loco?
—Déjame y acércame a la ventana.
—Estás desquiciado, ¡te vas a morir! Ni que fueras Wendy de Peter Pan, ridículo.
Jungkook quería lanzarse por la ventana y, ver si así podía volar y regresar a casa.
—No tiene ningún sentido. De poder volar, volarías aquí en el cuarto. Y tu aura hubiese vuelto. Dame eso —Taehyung se espolvoreó.
—No, tonto. Así no sirve. Tienes que desearlo con todas tus fuerzas —se cruzó de brazos impaciente.
—Deseo con todas mis fuerzas que Sueño se vaya de mi casa.
Y era lo cierto, mas nada ocurrió, el menor no se movió ni un pelo.
—No puede ser.
—Olvida ese tonto plan —el polvillo se había acabado y la pequeña bolsita desaparecido—. Escucha, planearemos algo, ya se nos ocurrirá, lo que sea... Pero de momento, tendrás que ser un humano, y comportarte como uno.
—Conozco a los humanos a la perfección.
—No lo dudo, pero primero —apuntó a sus piernas—. Te enseñaré a caminar. Tienes que tener musculatura si es que quieres volver a casa. Pero mientras... Necesitarás de algo.
—¿Qué cosa?
Taehyung tenía una idea. No podría enseñarle a caminar de la noche a la mañana, así que tendrían que fingir que Jungkook era una persona lesionada. Muletas. Las había guardado desde la última obra teatral de la escuela: "La colmena de mentira". Tenía otro par más grande, que iba más acorde al cuerpo de Jungkook, pero no podrían usarlo ya que, habían sido parte del tratamiento kinesiológico de hace un año, cuando Taehyung se había fracturado la pierna. Su madre reconocería esas muletas de inmediato. En cambio, las de la obra pasaban mucho más desapercibidas y nadie las recordaría.
Buscó entre las chaquetas que colgaban en el clóset y las sacó cuidadosamente.
—Esto —alzó las muletas.
Hola, chicos! ¿Cómo están? ¿Qué tal todo? ¿Han estado bien? Espero que sí. Cuéntenme en los comentarios ♥︎
Espero que hayan disfrutado de este nuevo capítulo, ha sido mi favorito hasta ahora. ¿Cómo creen que será el romance entre ellos dos?
Saludos y gracias por siempre votar y comentar, ¡porque así la historia llega a más personitas!
Pascale.
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