Unico
En el momento que Towa y Setsuna chocan miradas con Sesshomaru, no pueden evitar sentirse un tanto inquietas porque sentían que aquellos ojos inexpresivos, se encargaban de analizarlas como si de un extraño insecto se tratasen, incluso eran capaces de percibir que su "padre" intentaba decirles algo más pero era ese inquieto silencio el que les dejaba para solo dar media vuelta y marcharse a otro lugar, en aquel andar silencioso. Ambas hermanas mitad demonio no podían evitar mirarse y alzar sus hombros al mismo tiempo porque no eran capaces de entender al mismo. Incluso había veces en las que Towa detenía a Setsuna de que no armara un alboroto por la mirada que este demonio les había dirigido, como alzaba los hombros desinteresado y se marchaba por donde había llegado.
Aunque tampoco era su culpa el no poder entenderlo, estuvieron bastantes años distanciados que ahora que se están dando la oportunidad de conocerse, es un poco difícil saber qué es lo que él piensa.
Era muy bien sabido que era bastante inexpresivo, había cosas que no mencionaba, siempre se quedaba tan apartado, en aquella manera tan silenciosa que uno nunca se daría cuenta de su presencia. Era usual verlo caminar, con sus brazos cruzados al área del pecho como que de vez en cuando se le era normal verlo rodar los ojos o soltar un bufido cuando algo le parecía estúpido y mejor se iba antes de involucrarse más. No solo era así con ellas, también lo era con las personas a su alrededor, con los humanos con los que sueles hablar, aunque era en especial con su tío mitad demonio, Inuyasha que cuando se encontraban en algún lado, era Sesshomaru el que no dudaba en darle un merecido golpe por las tonterías que hace. Ahora podían comprender de donde había sacado aquel lado tan ruidoso de Moroha.
En fin.
Había veces en las que Towa no podía evitar preguntarse: ¿En serio él era su padre?
Había veces en las que Setsuna se preguntaba: ¿Cómo es que él podía llegar a ser su padre?
Como si ambas pudieran leerse los pensamientos, volvían a negar mientras seguían camino, seguían con aquella pequeña conversación que estaban teniendo, sin siquiera percatarse de aquella mirada que Sesshomaru les dedicaba cuando sabia a la perfección que nadie lo vería, soltaba un pequeño suspiro y solo movía su cabeza de un lado a otro, era mejor seguir caminando. Como si tratase de ignorar aquellas fuertes carcajadas que eran capaces de salir de Towa como los bufidos molestos de Setsuna porque no podía comprender como su "supuesta hermana mayor" era lo bastante infantil.
-¿En realidad Sesshomaru es nuestro padre?
En el momento que Rin escuchaba aquella pregunta de sus hijas mitad demonio, no podía evitar sonreír, palmear con suavidad el tatami a su lado para que Towa y Setsuna se sentaran, servir un poco de té y tomar de la taza misma con mucho cuidado. Aquellos delicados movimientos que llamaba la atención de ambas hermanas y que al momento que conectar sus miradas, era aquella silenciosa pregunta la que salía de ellas: ¿Cómo es que su madre escogió a un ser totalmente inexpresivo como Sesshomaru?
-Porque el señor Sesshomaru es bastante amable aunque muchos no lo crean -Mencionaba Rin con voz suave mientras alejaba la taza de sus labios y miraba a sus hijas que abrieron los ojos sorprendidas al ver que había leído su mente.- Nuestra relación se basa en la confianza, así ha sido desde el momento que conocí a mi señor -Soltó una suave risita, miro al pequeño estanque que se encontraba afuera de la habitación, sintiendo el refrescante aire.- Tuve problemas en un inicio para poder comprenderlo, era igual que ustedes, aunque en mi caso, era una simple niña que vagaba por este mundo sin siquiera tener un propósito -Dejo su taza a un lado para descansar sus manos en su regazo, una mirada nostálgica apareció en su rostro en ese momento, movió su cabeza una vez más, como si quisiera olvidar aquel pasado y miro con una sonrisa a sus hijas.- El miedo de conocer a un ser completamente desconocido pero que aun así, era capaz de otorgarme curiosidad fue por eso que en lugar de alejarme, decidí armarme de valor y acercarme, era feroz desde un principio pero todo eso cambio cuando me salvo -Soltó otra risita infantil.- Sentirme segura a su lado, ser capaz de hacer algo más y confiar en mi señor que no me ha decepcionado nunca
-¿Sesshomaru siempre ha sido así? –Pregunto Towa con curiosidad.
-Mi señor Sesshomaru odiaba a los humanos y a los mitad demonios -Menciono Rin soltando una risita al ver la cara sorprendida de sus hijas.- Pero eso fue hace mucho tiempo, él cambio aunque quizá, en realidad puedo decir que cambio por mí
-¿Por qué? -Pregunto Setsuna.
-Amor -Menciono.- De la confianza, nace aquel bello amor y del producto de ese amor, nacieron mis dos pequeñas -Subió su mano a su pecho.- Estaba insegura si iba aceptar mis sentimientos, el crecer y convertirme en mujer, me di cuenta de muchas cosas, tuve que aprender algunas cosas nuevas y sentirme insegura con algunas cosas más, como la razón por la que siempre seguía a mi señor -Un suspiro soñador salió de la mujer.- Tenía miedo, no quería alejar a mi señor de mi lado porque sentía que al fin había conseguido la felicidad pero puedo decir que era yo era la única que no notaba lo obvio
-¿Y qué era lo obvio? -Preguntaba Towa con aquella mirada soñadora, como si aquella historia sonara sacada de un cuento de hadas.- ¿Qué fue lo que paso?
-Cada uno de los regalos, cada una de sus visitas, cada una de sus caricias e incluso, cada una de sus miradas, tenían un significado en especial -Miro a sus hijas.- Era ese amor del que se rindió al final, un sentimiento tan humano y que mi señor pensaba que estaba lejos de él que al final, pudo entender al mismo cuando se enamoro de una humana, cuando se enamoro de mi -Un recuerdo llego a su mente que no pudo soltarse a reír.- Cuando le confesé mis sentimientos, una vez que me arme de valor, me dijo que era una tonta, creí lo peor pero cuando me tomo en brazos, toco con suavidad mis mejillas y me beso -Subió sus delgados dedos a sus labios.- Mi primera beso con mi señor, miles de sentimientos aparecieron que fue cuando me di cuenta, me ha amado desde hace tiempo
-¿Estamos hablando del mismo Sesshomaru? -Setsuna se cruzaba de brazos, inmediatamente fue reprendida por Towa.- Sesshomaru es bastante frio ¿Cómo te puedes dar cuenta que es lo que siente?
Una vez más, la menor fue reprendida por la mayor. Inmediatamente, ambas hermanas empezaron a discutir un poco. Rin abrió los ojos al verlas discutir pero inmediatamente, empezó a soltar dulces risitas, provocando que ambas hermanas dejaran de pelear por ver a su madre reír. Se miraron sin comprender que era lo que estaba pasando.
-Perdón, perdón -Se disculpo Rin.- Es que verlas, me hacen recordar mucho a mi señor, son tan parecidas a él que no puedo evitar ponerme un poco celosa pero debo decir que me gusta que sea de esa manera
-¿Nos parecemos a él? -Preguntaba Towa asustada.- ¿En serio, mamá?
-Su fortaleza, su mirada, su corazón, sus sentimientos, todo me hace pensar en mi señor cuando las veo -Sonrió con orgullo.- Son tan parecidas que realmente me alegro de ser su madre
-Al menos Towa se expresa mejor que él -Comento Setsuna.
-Al menos tu heredaste aquella silenciosa mirada como cuando papá mira al tío Inuyasha por las tonterías que hace -Comento con una carcajada Towa.
Rin abrió los ojos sorprendida. Al parecer, ninguna de las dos se percato que su Towa se había referido a Sesshomaru como su padre. Qué bien se sentía esa palabra, aunque no solo esa, también cuando se refería a ella como su madre. ¿Cuánto tiempo espero para escucharlas llamarla de esa manera? Desde el momento que estaban en su vientre y las sentía removerse, soñaba en que en un futuro, llegaría ese momento donde sus primeras palabras serían "Papá o Mamá" justo como le había dicho Kagome. Soñó con ese momento y aunque pasaron varios años, no le importa. Pequeñas lagrimas salieron de sus ojos que cuando menos se espero, ye tenía a sus hijas a su alrededor, con aquella mirada preocupada, tan similar a la de su señor que solo volvió a carcajear y dejando a las mismas bastante confundidas.
-Se los dije, se parecen demasiado a mi señor -Se quitaba aquellas traviesas lagrimas con sus manos, tomo las manos de sus hijas con mucho cariño.- Aunque mi señor no lo demuestra pero las ama igual o más que yo, cuando me dijo que yo era su camino, pude observar en sus ojos, aquella alegría pero también un poco de inseguridad, dudaba que pudiera hacer un buen papel de esposo cuando era algo nuevo para los dos, algo nuevo para él -Dejo sus manos y subió acariciar el cabello de las gemelas.- Tenía un poco de miedo cuando le dije que sería padre, tenía miedo de tocarme que sentía que me rompería pero le demostré no era tan frágil como imaginaba, mi señor Sesshomaru tenía miedo del futuro que se enfrentarían pero estaba seguro que al ser hijas de su sangre, serían capaces de enfrentar al mismo como lo ha visto en este tiempo -Un suspiro triste apareció en el momento que poso sus manos en las mejillas de ambas.- Me dolió tanto que las separara de mi pero lo hizo por protegerlas de todos los demonios que irían detrás de ustedes, a mi señor le dolió tanto dejarlas pero sabía que no estarían solas, aunque no lo vieran o sintieran, siempre estuvo a su lado, aunque se separaron y vivieron vidas diferentes, sabía que se encontrarían bien
-Mamá -Menciono Towa conmovida que no quería dejar ir la mano de su madre.- ¿Todo eso puedes leer de los ojos de nuestro padre?
-Incluso el enojo al señor Jaken cuando se entero de que las había perdido, la furia de sus ojos por lo de Kirinmaru a Setsuna -Soltó un suspiro triste.- Incluso, veo aquella molestia cuando alguien les hace algo pero mi señor confía plenamente en que serán capaces de derrotarlos, por eso son sus hijas, su fuerza, ahora es la suya que algún día, será capaz de sobrepasarla pero quizá tome un poco de tiempo
-Espero que no tarde tanto -Menciono Setsuna.- Pero no solo somos sus hijas, también eres nuestra madre -Sonrió.- La madre que siempre quise conocer, no solo en sueños, si no en la vida real
-Cierto, cierto -Sonrió juguetona Towa.- Sin el amor ni el apoyo de mamá, tampoco lo hubiéramos logrado
Las tres mujeres soltaron pequeñas risitas hasta que escucharon el ruido de la puerta siendo deslizada. Dirigieron su vista para ver a Sesshomaru y a su lado el inseparable de Jaken. Rin sonrió en ese momento, antes de hacer una pequeña reverencia.
-Bienvenido mi señor Sesshomaru, bienvenido señor Jaken -Se volvió a enderezar mientras señalaba el lugar al lado suyo.- ¿Le gustaría sentarse a descansar?
Sin recibir respuesta, Sesshomaru camino para poder sentarse al lado de su mujer. Ambas hermanas mitad demonio miraron todo en silencio, incluso aquella mirada silenciosa que sentían sobre ellas. El único hombre se cruzo de brazos y miro a otro lado, Rin soltó pequeñas risitas antes de recargarse en el hombro de su señor, envolverse en el mokomoko. Jaken solo se sentó en un lugar apartado mientras hacia una reverencia. Ambas hermanas volvieron a mirarse ante ese pequeño silencio que se había formado. ¿Por qué era tan difícil el poder hablar con su padre?
-Sesshomaru -Le hablo Setsuna para romper el silencio. El daiyokai miro a su hija. Aquella mirada seria y pesada que podía tener la misma, el mismo sentía que era tan similar a la suya que odiaba admitirlo, podía percibir que llegaría a tener muchos problemas con la misma.- Gracias -Hizo una reverencia.- Por cuidar de nosotras
-Setsuna tiene razón -Comento Towa con una sonrisa en su rostro. Miro a su padre para hacer una rápida reverencia.- Gracias por ayudarnos y estar ahí aun cuando nosotras no nos dábamos cuenta ¡Gracias papá!
Claro que nadie se imagino lo que haría la chica de cabellos blancos en aquel rápido movimiento se levanto de su lugar para abrazar a su padre, pasar con mucho cuidado sus brazos por detrás del cuello del mismo y rozar su mejilla con la del Daiyokai en aquel gesto cariñoso. Rin abrió los ojos sorprendida que subió su mano a su boca, Setsuna no sabía qué hacer aunque se podía decir que en sus ojos se debatía si podía hacer lo mismo o seguir manteniendo la compostura mientras que Jaken se levanto rápido para ayudar a su amo. Sesshomaru solo abrió aun más los ojos ante aquel ataque de su hija mayor, sus manos se quedaron quietas, miro a Rin a su lado que solo alzaba los hombros divertida ante aquella acción. Miro a Setsuna y miro a Jaken, al final, volvió a mirar a Towa que dejaba de rozar su mejilla y se separaba de él para que sus miradas chocaran.
-¡Más respeto al amo señorita Towa! -Pedía Jaken.
-Pero es mi padre -Se quejaba la mitad demonio al separarse de su padre.- ¿Por qué no puedo hacerlo?
-Tienes que mostrar más respeto Towa -Le reprimió Setsuna cruzándose de brazos.- No puedes abrazar a las personas así como si nada
-¿Tú también Setsuna? -Se quejaba Towa, se levanto y empezó a caminar para alejarse de la habitación, ignorando a su hermana menor como a Jaken.- Que tan aguafiestas son
-¡Venga acá señorita Towa! -Se quejaba Jaken.- ¡No me ignore! ¡Debe tratar al señor Sesshomaru con todo el respeto del mundo!
-¡No puedes irte así como si nada Towa! -Se quejaba la hermana menor.- ¡Ven aquí!
Y era de esta manera en la que Rin y Shesshomaru se habían quedado solos aunque aun era perceptible escuchar aquellos gritos del trió que salió. La mujer no pudo evitar carcajear mientras el demonio solo soltó un suspiro.
-Nuestras hijas son muy animadas -Comento Rin.
-Hoy has estado riendo mucho Rin -Menciono Sesshomaru.
-¿Había escuchado lo que hablaba con nuestras hijas? -Miro nostálgica por donde se fueron, el Daiyokai solo asintió ante aquella pregunta, mirando aquel triste gesto.- Es que ahora, no quiero perderme nada de ellas, me encanta tenerlas aquí con nosotros, le da más alegría a nuestro hogar, me gustaría que no se fueran nunca
-Lo lamento
-¿Eh?
Rin miro un tanto sorprendida a Sesshomaru, este solo desvió la mirada, había pocas veces en la que este se disculpaba, al acercarse un poco más a él y mirar un poco más aquellos ojos arrepentidos, la humana solo negó mientras alzaba sus brazos y lo acercaba un poco a ella, a la altura donde se encuentra su pecho, acariciaba con sumo cuidado sus cabellos blancos. El demonio solo la dejo, cerró los ojos disfrutando de aquella caricia.
-No culpo a mi señor por lo que paso hace catorce años, se que hizo lo correcto, para nuestras pequeñas niñas como también por mí -Una voz suave salió de ella.- Así es mi señor Sesshomaru, siempre se preocupa por su familia, por las personas que ama, yo realmente le agradezco por mantenerlas con vida -Un dulce beso le ofreció en su cabeza.- Por mantenerme a su lado a disfrutar de estos momentos
-Hay algo en lo que no estoy de acuerdo -Rin detuvo sus caricias para mirar con atención a su señor que se levanto para mirar a su mujer.- Towa se parece un poco más en ti, Setsuna es poco más reservada pero tiene algo tuyo
-¿Por qué lo dice?
-Cuando sonríen, tienen tu misma sonrisa -Sesshomaru pudo apreciar los ojos de su mujer, brillaban como nunca, subió su mano para posarla en aquella regordeta mejilla de Rin.- Son demasiado alegres, totalmente despreocupadas pero cuando se lo proponen, son valientes, son fuertes sin importar el enemigo frente a ellas -Rin se sonrojo en ese momento cuando vio a su señor acercarse a ella.- Tienen tu mirada, tienen tus ojos, cuando las veía, no podía evitar pensar en ti, en cuanto te extrañaba
-Señor Sesshomaru
-Lo que hice, no tiene perdón -Murmuro con cierto dolor en su voz que para ella, era la primera vez que notaba al demonio más fuerte de esa manera. Verlo tan frágil que hasta sentía sus manos temblar.- Ellas dos debieron sentirse muy solas
-Al igual que mi señor que solo se encargaba de mirarlas a lo lejos y que sentía que no podía hacer su rol de padre porque no quería mostrar debilidad al enemigo -Menciono Rin.- Pero ahora que tenemos la oportunidad de remediar el pasado, no vamos a dejar a nuestras niñas solas -Sonrió Rin, Sesshomaru la aprecio en ese momento como ese ser tan valioso que se convirtió y que fue motivo suficiente para que dejara atrás aquel odio que cargaban sus hombros. Que su sed de sangre se detuviera, que todo su mundo cambiara.- Estamos juntos ahora, el presente es lo que importa, después nos encargaremos de pensar sobre el futuro -Soltó otra suave risita, acaricio las mejillas de su señor que solo observo como cerraba sus ojos para poder sentir las mismas.- Hoy está muy hablador ¿Nuestras hijas tienen ese efecto en usted?
Una discreta sonrisa apareció en el Daiyokai, como si en ese momento le estuviera dando toda la razón a esas palabras. Acerco su rostro al de Rin y sin avisar, es que pegaron sus labios en un beso que decía mil y un palabras, un beso donde se transmitían aquellos sentimientos que eran imposible de apreciar en Sesshomaru pero que Rin, es capaz de comprenderlos a la perfección. Aquella confianza, aquel amor del que ahora son capaces de disfrutar libremente con sus hijas. Un futuro del que no tenían porque temer porque cualquier enemigo, sería derrotado en ese momento por perturbar la paz que se podía respirar.
Por la puerta, tanto Towa como Setsuna y Jaken se asomaron, las gemelas traían una sonrisa en su rostro aunque era más decir que la mayor tarareaba contenta mientras la menor solo se cruzaba de brazos. El pequeño demonio solo mencionaba que no era correcto vigilar las conversaciones de los demás.
-Creo que papá realmente nos quiere -Menciono Towa.- Y no es lo que aparenta, es justo como dice mamá
-Es demasiado inexpresivo -Menciono Setsuna.- Pero si mamá lo ama, está bien para mí
Jaken que miraba en silencio, soltó un suspiro. Hermanas gemelas que tenían demasiado de sus padres.
-Towa, Setsuna
Ambas hermanas brincaron en su lugar al escuchar sus nombres de aquella voz grave de su padre. Volvieron asomarse por la puerta y ver como las miraba con aquella seriedad en su rostro que sentían por primera vez, que serían regañadas por estar en donde no. Compartieron mirada las chicas e ingresaron a la habitación sin antes hacer una reverencia. Al alzar el rostro, Rin sonreía al lado de su señor, asintió en ese momento. La de cabellos blancos miro con atención a Sesshomaru, aquellos ojos que sentía que le decía muchas cosas, aquellos sentimientos que decide callar, una vez más sonrió. Tomo la mano de Setsuna y se acerco para acercarse a su padre y abrazarlo una vez más. La menor se sonrojo en ese momento que se quedo paralizada pero al sentir como era envuelta en el mokomoko de su padre, al sentir aquella calidez y protección, no dudo en dejar toda timidez a un lado y rozar su mejilla contra el cuerpo de su padre mientras sentía las caricias a su rostro de su madre, como si de una dulce nana se tratase. Rin miro frente a ellos, Jaken se había quedado en la puerta mientras los observaba.
-Vamos señor Jaken -Animaba la mujer.- Que usted también es de la familia
-¡Señorita Rin!
El pequeño demonio no dudo en brincar y ser recibido por los brazos abiertos. Aquel lloriqueo infantil tan típico de él mientras agradecía y mencionaba el nombre de cada uno de sus "amos" mencionaba lo feliz que era el estar con ellos y varias cosas más que las tres mujeres no dudaron en soltar una gran carcajada por lo infantil que se veía.
Sesshomaru que se encargaba de observar todo en silencio, como se armaba un gran alboroto, que en su tiempo hubiera odiado y se hubiera marchado pero esta vez era diferente porque realmente quería ser partícipe de ese momento. No dudo en mostrar esta vez, una gran sonrisa, dejo salir todo ese peso de sus hombros y solo se dedico a seguir cobijando a su familia. Otorgándoles aquella seguridad, aquel confort de que nunca más los soltaría.
¿Esto es lo que sienten los humanos? Aquella alegría, aquella esperanza por el futuro, aquel amor que se podía respirar incluso en el ambiente. Aquella confianza que se transformo en algo más, en algo fuerte que ahora mismo podía tocar, en algo por lo que realmente valía la pena pelear.
¿Esto es lo que se sentía tener una familia? Si es así, no quería soltar sus manos nunca, no le gustaría dejar ir estos sentimientos, estas emociones que por primera vez, se encargaba de experimentar. Aunque era un demonio que nunca expresaría sus emociones, no le importaría si solo fuera estando así.
Ahora comprendía que era aquello a lo que tiene que proteger. Aquello a lo que incluso sería capaz de morir por mantener a sus seres amados, protegidos.
Sintió a Rin recargarse en su hombro, sin dudar, recargo su cabeza en la de ella.
Si, realmente quería proteger este momento valioso, congelarlo y que así se quedaran por los próximos años. Comprender muchas cosas que escucho en el pasado y solo ver hacia el futuro como Rin le prometió.
Al momento que Towa y Setsuna volvieron a ver a sus padres, no dudaron en sonreír y volver a bajar la mirada para dejarlos en su momento, darse cuenta que así realmente era su padre. Uno de los demonios más fuertes pero también era aquel demonio que a pesar de que no era capaz de mencionar palabra o mostrar sentimiento alguno, amar a los humanos y medio demonios que una vez odio, solo por ellas, es que era capaz de ello y tal vez más.
Un rostro que solo ellas conocerían y nunca mencionarían a nadie, como realmente es Sesshomaru.
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