𝖵

Debe doler saber
que soy tu más hermoso pesar

— Rupi Kaur

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

"Están muertos, malditos mocosos"
Fue lo único que se repetía en su cabeza, una vez más. El tipo los tenia acorralados, no podían escapar.

Si él tipo podía votara niños al rio sin sentimiento de culpa, no queria ni imaginar que les haría a ellos.

Que habían escuchado lo que no debían.

Suk lloraba a su lado, desconsolado. Volteaba a ver a todos lados, no veía a alguna monja, o un niño. Si gritaba... no, no tenía que imaginárselo, lo mejor era ver la situación muchas veces, y así formular un plan para poder escapar.

— Si no fueran metiches, no tendría porqué matarlos — Dijo el tipo, mientras lo tomaba por el cuello de su blusa. Empezó a luchar, cosa que obviamente era inútil, el hombre era mucho más grande, mucho más fuerte.

Antes de que pudiera gritar le taparon la boca, aun cuando sus lágrimas nublaban un poco su vista, logro ver la sonrisa que le dedicaba la abadesa. "Te lo mereces"

Era demasiado claro el mensaje, estaba satisfecha, ¿sería castigado por portarse mal con ella?, Él no fue malo, simplemente no respeto a una persona que fue mala con él.

Parece que la abadesa estaba demasiado ocupada odiándolo, para percatarse de que Suk ya había desaparecido. El tipo soltó un par de maldiciones, para lanzarlo al piso e ir detrás del otro niño, o tal vez iría esconderse, realmente no le importaba.

Se levantó, y justo cuando se iba a retirar corriendo, la abadesa lo detuvo. Incluso ella era más fuerte que él.

— Maldito niño. No te preocupes, te voy a mandar abajo. AL sótano, ¿no quisiste entrar ahí una vez?, Felicidades, te ganaste tu lugar ahí

Estaba asustado, la abadesa usaba un tono raro. Quería que lo soltara, quería a su...

— ¡Suelte a ese niño! — Giro su cabeza, para ver a su mamá apretando sus puños, con la cara roja del coraje, y a Suk llorando a su lado aferrándose a su ropa.

— ¡No seas imprudente!, ¡Tú y este mocoso no hacen más que darme problemas! — le grito la abadesa a la monja. No relajo su agarre del niño.

Con ese griterío las monjas se empezaron a acumular, junto con los demás niños en el patio del convento, si, ahí se encontraban.

— Se lo diré nuevamente, suelte a ese niño... — la mirada de la monja era fría, dura. Un escalofrió le recorrió la espalda a la abadesa.

Soltó una maldición que solo él por lo cerca que estaba pudo escuchar, para después soltarlo con fuerza, haciendo que se callera.

— ¡Por tu imprudencia vas a — Antes de que pudiera terminar, una monja llego corriendo. La más joven de todas ellas.

— ¡Abadesa!, Dios es misericordioso — canturreo con completa alegría  — Un joven ha llegado, dice que quiere adoptar. —

Todas las monjas vitorearon de alegría, por fin, alguien iba a adoptar a un pequeño, y tenía la cara de venir por él.

Hyo se levantó rápidamente y corrió a esconderse detrás de su mamá. La monja tenía una lucha de miradas con la abadesa, esa pelea quedaría pendiente, solo se pausaría. Pues debían de dar una buena impresión al joven que vino a su convento.

Aunque la abadesa no se lo creía. ¿No se supone que su convento había desaparecido del mapa?... por eso estaba ahí, porque era un lugar al que la gente no debía de acudir.

Shinso había llegado a su destino hace un par de horas. Como era de madrugada cuando llego, fue a hospedarse al hotel más cercano que encontró, algo simple, pero cómodo.

No debía de llamar mucho la atención, no era idiota; sabía que Iida Tenya andaba en la misma búsqueda que él, lo malo es que no sabía si ya estaba ahí, sabía que no tardaría en tomar rumbo hacia donde se encontraba, esperando encontrar lo mismo que él.

En lo personal, esto era una completa estupidez. ¿Y qué si había un hijo?, ¿Era un maldito trofeo del que las familias presumirían?, o no, mejor, matarían o eliminarían a la criatura por ser un "bastardo".

"Así funciona este mundo"

Para él le era difícil creerlo, pues no pensaba en personas que pudieron ir a cometer tal idiotez. Pero no era nadie para cuestionar las acciones de sus superiores, debía seguir cada orden y cumplirla a como dé lugar.

Pues debía volver lo mas pronto posible a casa, ahí lo esperaba la única persona que podía sacarle unas sonrisas en la mañana. Y esa misma persona llevaba un fruto de su amor, sabía que dentro de poco nacería, ya llevaba 2 meses sin verlo, no se perdonaría si no llegaba mínimo al nacimiento.

Ah, y Denki lo mataría.

Rio por ese pensamiento. Incluso aunque Denki estuviera a kilómetros lograba hacerlo reír. "Pronto estaré contigo rayito"

Con ese pensamiento, salió de su habitación. Pidió indicaciones de donde se encontraba tal lugar, todo bien hasta ahí...

Hasta ahí, porque la gente le empezó a explicar que ese convento se supone que había dejado de adoptar niños, y, seguramente los que tenían ya eran grandes.

También que muchos padres que iban a adoptar, regresaban diciendo que la abadesa les dijo que no estaban capacitados o algo así; al final los pocos niños que quedaban, misteriosamente desparecían ya que los adoptaban familias muy ricas.

O eso era lo que decían las monjas que a veces iban a comprar al pueblo, o la ciudad.

Después de escuchar el testimonio de tanta gente que decía lo mismo, decidió rentar un auto y emprender marcha hacia ese lugar. Algo no le daba buen augurio.

Se supone que el atraco de Tomura no sería hasta unos días después, suficiente tiempo para ir y regresar con el niño o niña, o sin nada.

Prefería la segunda opción, de verdad que sí.

En el transcurso pudo distraer su mente con la música de fondo. Canciones empalagosas y cursis, como las que a veces escuchaba Denki, eso le sirvió para no sentirse tan solo.

El camino fue tranquilo. Solo árboles, pasto y pudo onservar a algunos agricultores en el camino. Nada interesante la verdad. Ya era tarde, el tono anaranjado del cielo lo indicaba, en unas horas anochecería.

Cuando llego al lugar donde el GPS le había indicado, se quedó estupefacto.

— Esto es una broma...

Nada, no había absolutamente nada. Solo un gran terreno cubierto por pasto, y muchos árboles, muy grandes, a decir verdad. No condujo dos horas hasta ahí para terminar varado en la nada.

No, no debía de rendirse así de fácil.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Nada, no había pensado en nada útil que lo ayudara. Una hora desperdiciada de su maldita vida ahí. Golpeo la cajuela del coche con fuerza, maldita sea.

Mañana volvería, aún no se hacía de noche, pero no quería quedarse más tiempo. Mañana pediría mejor la dirección.

Justo cuando iba a subir al auto, escucho un par de gritos dentro del bosque, rápidamente saco el arma de su pantalón.

"Son gritos de niños"

No perdía nada con investigar. Ingreso al bosque, los gritos estaban ahí, resonando en el bosque, un niño. De unos 5 o 4 años tal vez, los gritos apenas eran audibles, pero no por nada él era el mejor hombre de los Todoroki.

Solo duraron unos segundos más, antes de cesar. Mierda, era su única manera de guiarse, pero dejo de pensar en negativo, empezó a adentrase más al bosque; para su fortuna, encontró un rio, empezó a seguirlo contra corriente.

Algo llamo su atención del rio, con cuidado ingreso su mano y al agarrar lo que llamo su atención, lo jalo.

Sus ojos se abrieron con sorpresa y un escalofrió recorrió toda su columna vertebral, tanto así, que termino vomitando en uno de los arbustos. Esto superaba cualquier mierda que haya visto.

Era el cuerpo de un niño. Se veía que apenas la habían votado ahí.

Voto ese cuerpo humano a cualquier parte del bosque, debía de estar más alerta. Siguió caminado a lado del rio, parece que camino solo unos 7 minutos más, hasta dar con una gran construcción. Era el convento, vaya... estaba muy bien oculto.

Escondió su arma, pero no dudaría en usarla, esperaba que esto fuera rápido. El lugar no se veía mal, pero las apariencias engañan. Camino hasta estar frente a las grandes puertas que daban paso al lugar y toco con algo de fuerza.

Después de un rato, logro escuchar un par de gritos adentro, reafirmo su agarre en su arma, la cual estaba escondida por el saco negro que vestía. No pasó mucho para que una de las monjas viniera y le abriera la puerta.

— No, no vengo a dar donaciones de caridad, tampoco vengo porque quiera la iluminación, mucho menos porqué voy a convertirme en monje, solo quiero adoptar un mocoso para irme con mi esposa porque se está muriendo y quiere un niño, fin.

Se había prendido las preguntas de pie a cabeza las ultimas... 100 veces, y no, no estaba exagerando. La monja se espantó un poco, el tipo había sido duro con sus palabras, y ni las buenas tardes le había dado.

— Seguro — Pero quería adoptar un niño, seria amable, por eso, y porque el tipo tenía a su esposa muriéndose. Dios le ayude.

— Permítame, tengo que avisarle a la abadesa — después de decir eso, salió como alma que lleva el diablo.

Oyó un par de grito a lo lejos, y suspiro con cansancio, estaba agotado, solo quería dormir.

Al cabo de un rato. La monja llego, con otras monjas y la abadesa.

— Buenas tardes abadesa — hizo una reverencia, la monja ahogo un grito y apretó sus puños, ¿¡había sido mal educado con ella, pero se inclinó ante la abadesa!?

— Buenas tardes hijo mío — saludo igual de amable la abadesa, ahora sí que la monja se mataba. La abadesa hace 10 minutos le había gritado hasta de lo que se iba a morir y actuaba tan diferente ahorita.

— Me ha comentado la hermana ###### que anhela adoptar a uno de nuestros niños. Dios lo bendiga y lo cuide siempre — Asintió, después de eso, vio como la abadesa lo llevaba al cuarto de los niños... se veía desgastado todo.

Vio a todos los niños, cada uno empezó a presentarse. Todos le parecían completamente ordinarios, agh. "Una pérdida de tiempo", fue la idea que surco su mente, antes de que se fuera a inventar cualquier excusa o mentira.

— Soy Suk... te-tengo 5 años y ah... ¿un gusto? — Se quedó analizando al niño por varios segundos, el pequeño estaba nervioso, jugando con sus manos. Cabello rojo, ojos verdes y un par de pecas. Bingo.

Ni siquiera le prestó atención al niño que se presentó después de él. Sus ojos seguían puestos en el niño de cabellos rojos. Era igual a dos personas... su deber era llevárselo.

— Hermana, mi corazón dice que el niño Suk es el ángel que alegrara a mi esposa — dijo con voz dolida. El pelinegro presento una mueca de molestia, y Suk una de miedo. No... él se quería ir con Hyo, no con ese señor, daba miedo.

— Oh — volteo a ver al pequeño de pecas. No le caía mal, era de los niños más tranquilos de su convento, tal vez merecía salir de ahí, ya. Ella asintió, harían el papeleo ahí mismo. – Ve por tus cosas pequeño – dijo con voz suave, nadie se lo creía.

El niño aun temblando fue a empacar sus cosas, Hyo fue detrás de él, diciéndole que no, que no se fuera y llorando.

— Nos prometimos estar juntos Suk — reclamo en un susurro, Suk estaba llorando, mientras Hyo podría crear toda una laguna con su llanto.

Él de pecas abrazo con fuerza al pelinegro  —Ya, ya — aunque fuera nerviosos con los adultos, con Suk siempre era diferente.

— Estaré bien, podrás ir a visitarme, seguramente la monja buena hallará la manera de...

¿Iban a poder volver a verse?, ¿De verdad?, Querían pensar que si, solo eran dos niños, que habían estado juntos desde hace 1 año, peor fue un año de inolvidables aventuras.

Cuando terminaron de despedirse, ambos seguían llorando a moco tendido, él siendo consolado por su madre.

Un tiempo después, vio como Suk se despedía de él y tomaba la mano del señor, se sentía incompleto. Y más, cuando observo como este salía por la puerta, tal vez jamás lo volvería a ver.

Shinso llevaba al niño, por fin, después de tanta búsqueda. Vio al niño por última vez, es que era el vivo retrato de ellos dos... quería que fuera una broma, quería estar equivocado y que solo había sido cosa del destino terminar así.

Poco se habían alejado, cuando sintió una expansión violenta y rápida, él había caído y el niño también. Sus oídos se quedaron sin la capacidad de poder escuchar, mientras veía como todo el convento se estaba incendiando, y una camioneta había chocado, seguidas de otras más.

El convento había explotado.

Jodido día de mierda.

— unos momentos antes —

Cierto tipo de personas estaban reunidas en el lugar donde realizarían su atraco.

— Bien, será hoy. — Comentó con tranquilidad el de cabellos azules.

— ¿Cómo así, hombre? — intento sonar relajado Haws. "Mierda, mierda, mierda", se supone que solo habían llegado unos días antes, para ver mejor el terreno y las rutas.

— Sí, he recibido nueva información. Según lo que me han comentado, cambiaron sus planes los bastardos. Enviaran unos cargamentos esta noche.

"Se supone que tardarían en enterarse... parece que los subestime" —  pensaba Haws, mientras asentía luciendo lo más sereno posible, esta vez no podría avisar nada, sabía que Dabi ahora lo estaba vigilando. Solo le quedaba obedecer y "apuñalar" por la espalda a sus líderes.

Por otro lado, el pelinegro soltó un suspiro rendido.

— Pura mierda, y yo que quería dormir algo esta noche — comento con tono aburrido. Vio a Haws, aún no le convencía del todo que haya traicionado a los Midoriya.

Se veía sereno, nada "sospechoso". Para ganar mas la confianza de Shigaraki se había ofrecido a cuidar... más bien, vigilar a Haws, se comportaba dentro de lo que cabe normal.

Veía como todos se preparaban, aun eran pocos, muchos no aguantaban el egocentrismo que ejercía Tomura sobre ellos. No querían ser tratados como perros que obedecían a su dueño, como solía decir Tomura.

Se acomodó su gran chaqueta. No quedaba de otra, esta noche ayudaría la liga más allá de lo que le habían permitido. Era eso o que Tomura se diera cuenta.

Siguió a los demás por detrás. Salieron de la casa abandonada en la que se habían refugiado, siempre preferían lo menos llamativo. Subieron a una de las camionetas.

— Hey lagartija, conducirás tú – dijo Tomura subiendo al asiento del copiloto.

— Maldita sea Shigaraki, que me digas spinner. — comento con enojo el hombre, para subir a la camioneta de carga. El apodo había nacido porqué le encantaban las lagartijas, tenía una de mascota, solo por eso.

— ¡Habrá mucha sangre hoy! — comento divertida toga, subiendo a la parte trasera de la camioneta
— ¡Eso es realmente asqueroso Toga-san!, ¡Que emocionante! — Twice la seguía por detrás.

— Lunáticos — dice Ms.compress subiéndose igual que los demás. Dabi ve como Haws tiene una mirada seria, viendo el bosque, se acerca a el rubio y le susurra al oído.

— ¿Por qué apartas la mirada?, No debes distraerte o te mataran. — No es que le preocupe, solamente quiere matar al rubio con sus propias manos. Haws se erizo de cuerpo completo, mierda, se había distraído por un momento.

— Tranquilo hombre. Estoy bien, solo que hace frio — lo admitía, tener a Dabi cerca lo ponía muy mal. Había algo en su forma de actuar que lo intimidaba.

Se alejó lo más rápido que pudo del de ojos azules, igual al color de sus llamas y se subió a la camioneta. Dabi soltó una risa arrogante, y también se subió a la camioneta.  

Se quedaron estacionados dentro del bosque, ocultos. No tardaría en pasar las camionetas. Tiempo después empezaron a pasar, eran 4 por lo que pudieron ubicar, e iban a compañas de autos blindados de color negro. Perfecto.

Ahí inicio la persecución, se pusieron enfrente de la camioneta que estaba hasta al frente. Empezaron a sonar disparos, Tomura se subio a la parte superior de la camioneta, mientras disparaba y esquivaba un par de balas.

— No hay remedio — comento Dabi, encendiendo una de las botellas de vidrio que poseía en sus manos

— Mueran idiotas — y con eso la dejo caer, haciendo que explotara al instante de chocar contra el piso, lo que provoco que uno de los autos perdiera el control y fuera a chocar contra el bosque. Las llamas azules empezaron a esparcirse.

— ¡Acércanos más lagartija! — ordeno Shigaraki

— ¡Que me digas Spinner! — pero redujo un poco la velocidad, lo suficiente para que Toga, que también había subido al techado de la camioneta, se avanzará hacia una de las camionetas, cuando aterrizo, se sostuvo de las orillas de la camioneta y se abalanzó con todo su cuerpo a la ventana, empujando al tipo que conducía, manejando ella y apuñalando con una mano a los tipos.

Todo estaba saliendo bien, Tomura reía como un lunático, lo normal.

— ¿¡Hacia donde miras maldito bastardo!? — comento con una sonrisa cínica Midoriya, también conocido como "Deku", disparo en dirección a Shigaraki, este alcanzo a quitarse a tiempo, pero la bala roso una de sus mejillas, haciendo que sangrara.

— Pero que... — ¿No estaba alucinando?, Midoriya Izuku estaba ahí, con la mitad del cuerpo fuera del auto, vio de reojo quien conducía. Iida Tenya...

 — ¡Me enteré por ahí que una maldita rata callejera emboscaría mis cargamentos! — comento con claro enojo, pero manteniendo su sonrisa. Haws no le dijo nada, solo había ido ahí porque Iida le comento información vital para su familia, por eso iba en el cargamento, era la ruta que tomaban para

Antes de que pudiera seguir recordando, tuvo que meter su cuerpo al auto nuevamente. Había lanzado un cuchillo en su dirección, se estrelló en una de las ventanas, sabia a quien pertenecía ese cuchillo.

Haws tenía que fingir querer matarlo, no podía dejar que Tomura perdiera la confianza que le había costado ganarse.

— ¡Maldito mocoso!, ¡Esto es perfecto, podre matarte, el legítimo líder de los Midoriya, tú sangre me subirá de nivel entre toda esa bola de bastardos! — se rascaba la garganta tan fuerte, que se veían unas líneas finas de sangre.

Lo siguiente que todos supieron es que empezaron a tratar de que el auto donde viajaban perdiera el control y se estrellara contra uno de los árboles. Se perdieron dentro del bosque, en uno de los caminos, los disparos pararon, pues el lugar les hacia difícil el atacar al otro.

Al final, el auto estaba conduciendo a toda velocidad, seguido por la camioneta de Shigaraki, y las otras que traían a sus hombres, tratando de tumbar la camioneta, pero fallando ya que Dabi seguía lanzando sus "llamas".

Una de las camionetas perdió el control, y fue a estampar contra un edificio. La camioneta exploto, junto con el convento. Por la explosión algo grande, todos se detuvieron, algunos autos se volcaron, otros logaron recuperar el control.

Los gritos no tardaron en resonar en todo el lugar, al igual que los disparos.

— ¿Shinso? — susurro Touya, mientras veía de lejos al hombre tirado, cubriéndose los oídos, y al lado de él, había un niño...

Y aquí con otro nuevo capítulo. ¡En los proximos habra nuevos separadores!

Este capitulo va dedicado para alguien que se ha vuelto fundamental en esta historia y me ha estado ayudando HardgoreBlack

Espero que no piensen que estoy exagerando, fue lo que me salió, mientras escuchaba un par de canciones.

No, no soy de esas autoras que escuchan música única y sin igual, no. (Lo que obviamente es fascinante, pero no soy así)

Me gusta optar por música de canciones de señoras dolidas. O canciones tristes en inglés, solo eso.

Les diría, me inspire en esta parte escuchando la canción de ######, podrían escucharla mientras leen, pero no. No es como que les vaya a recomendar que escuchen, "gata bajo la lluvia", o "Dama divina" de Jenny Rivera.

Espero que les haya encantado este capítulo, como a mí el redactarlo.

Se les hace el recordatorio que no pretendo ofender a ninguna religión o creencia, todo es meramente ficticio y sin fines de lucro.

Con todo eso aclarado. Amy_Ely les manda muchos besitos, abrazos, y espera ansiosa sus comentarios de que tal les pareció.

Ami_Ely fuera. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top