𝖨𝖨𝖨
Aprende de ayer, vivir para hoy, esperanza para mañana. Lo importante es no parar de cuestionarse.
— Albert Einstein
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Un suspiro sale de sus labios. Pasa su brazo por su frente, limpiando el sudor que se acumula ahí.
Llevaba ahí ya varias horas, trescientas galletas para mañana. Era casi imposible, pero no se rendiría fácilmente; volteo a ver el pequeño cuerpo que descansaba en una de las mesas de la grande cocina.
El pequeño niño se había quedado con ella. "Solidario", según él; sonrió y limpio sus manos, y con sumo cuidado se acercó al pequeño.
Aparto los pequeños mechones negros que caían sobre el rostro del pequeño. Protegería a su pequeño, aunque le costara la vida, eso se juró esa noche; él pequeño era la única luz que había en su mundo.
— ¿Sucede algo mami? — pregunta el niño, frotándose sus ojitos.
— No, descansa cariño. Debes de regresar con los otros niños, no queremos más problemas con la abadesa
— Podemos irnos de aquí, como las anteriores veces — menciona el niño abrazando a la monja — Ya no es tan fácil, no como antes. No quiero arruinar el color original de tu cabello con más tinte. —
Acaricia el cabello del niño — De todos modos, el color blanco con verde no es tan bonito — la monja soltó una pequeña risa.
— Es una combinación hermosa — se agacha a la altura del niño.
— Tienes que prometerme que, intentaras ser más respetuoso con la abadesa —
Frunce su seño. ¿Por qué tenía que ser amable con alguien que no se había ganado su respeto?
— Promételo — la mirada seria de su madre le hizo asentir — Ese es mi chico bueno — le dio un beso en la frente, para después seguir con su labor de hornear las galletas, aún le faltaba mucho.
El niño salió de la gran cocina. Fue a el cuarto donde todo sus "hermanos", como decía su madre, dormían. Era un cuarto bastante grande, la madera ya desgastada, y el mismo piso chirriante que el del comedor.
Fue a su cama, si así se le podía llamar al colchón también desgastado, hasta la mesa de la cocina le parecía más cómoda.
— ¿Apenas regresaste Hyo? — pregunto el niño con el cual compartía su cama — Si, perdón...
— No te preocupes, procura solo que la abadesa no te vea — susurra el niño — De acuerdo, Suk — dijo, para después acostarse.
Le caía bien, Suk era de los pocos niños que no le parecía un raro. Suk tenía su misma edad, su apariencia se basaba en: cabello rojo, unas pecas y sus ojos eran de color verde.
No se veía mal, solo era... "exótico", una palabra que escuchó de uno de esos programas sofisticados.
Diciendo que había todo tipo de belleza, y recuerda que dijeron que lo más raro, no debía ser llamado feo, si no, "exótico".
Pensando en la belleza "exótica" de su amigo, se quedó dormido. Al día siguiente, como era rutina desde que llego ahí, fue levantado a las 5 de la mañana.
— "Genial, otro día aburrido en este lugar" — pensó, mientras acomodaba su cama.
— Te amo — susurra, le da vergüenza, pero su corazón se acelera cada vez que lo dice. "Esto es amor"
— Yo también te amo, mi hermosa esmeralda — sus labios se unen, un beso cargado de puro amor.
— Siempre voy a estar para ti — Promesas al aire. Jóvenes simplemente anonados con la mejor droga, "amor".
— ¿Lo prometes? — Pura ingenuidad. El amor siempre lo vence todo, ¿Verdad?
— Lo prometo. Daria mi vida por ti, y mataría por ti — finaliza, depositando un casto beso en la mano de su amado.
— Entonces, está bien — permites abrir tu corazón, dejar que esa persona entre y se acomode en él, no tienes duda de sus sentimiento y promesas.
"Mentiras, todas mentiras"
Un sonido insistente lo despierta de su ensoñación. Con cansancio apaga el despertador que reposa en el pequeño buro de madera; limpia sus mejillas, no le gusta despertar llorando, al menos, no hoy.
Ve a su esposa durmiendo a su lado. Agradece que ella este aquí con él, no porque la ame, siente todo por la castaña, menos amor. Tal vez familiar, pero no romántico.
Dentro de pocos días seria el cumpleaños de su hija. Suspiro, si Iida no tenía nada para ese entonces, lo mandaría a llamar.
No despertaría a Ochako; salió de su habitación y fue a desayunar, cuando termino, fue a su oficina, necesitaba ver unos papeles - Se supone que... agh, ese pequeño grupo no deja de joder -
Tomo su teléfono y marco un número, en seguida contestaron
— ¡Hola chico! — Como siempre, ese rubio tan animado, negó con la cabeza, una sonrisa divertida en sus labios.
— Hola Keigo-San — Keigo Takami, mejor conocido como Haws. Experto en el disfraz, infiltrarse, robo de información, secuestro y asesinato.
— ¿Necesitas algo abuelita? — Era un tipo de clave, estaba en peligro de que los escucharán.
— ¿Aún nada? —
— No abuelita, creo que te veré el próximo año — "Aún nada, necesito más tiempo"
— De acuerdo. Recuerda Haws, quiero a ese maldito grupo bien muerto —
— Yo también te quiero abuelita, pronto te veré, hasta luego — "Lo mismo deseo, nos veremos pronto"
Tantos problemas al mismo tiempo. Primero ese grupo, no le dio importancia, hasta que empezaron a meterse con sus cargamentos, después la probabilidad que su... su pequeño ángel siguiera vivo y para rematar, tenía que mandar a llamar a Iida por la promesa, dejando de lado su profunda búsqueda.
— Jodanse todos — susurro.
Necesitaba algo, un "respiro". Abrió uno de los cajones de su escritorio, y saco un paquetito de plástico. Dejo la sustancia blanquecina en el escritorio y le dio una calada bien profunda, invadió sus pulmones de inmediato.
— "Me hace sentir vivo" — penso, y dio otra calada, para después recargarse en su silla, una sonrisa cínica surco sus labios.
— Estoy vivo —
Al cabo de un rato, tocaron la puerta de su oficina — Adelante — alza la vista, para ver a su esposa.
— Cariño, tenemos que ir por la niña — Asintió. Se levantó y fue junto con la castaña.
— ¿Fumaste? — cuestiono a la castaña. Pues sus fosas nasales lograron oler el cigarro impregnado en el vestido negro que usaba Ochako — No eres el único que necesita un "respiro" —
En el auto, procuraron limpiar el olor a las malditas adicciones, que su hija no tenía que oler, no por el momento.
— ¿Crees que de verdad exista? — Pregunto su hermano. Touya no dejaba de joder con ese tema desde ayer.
— Lo dudo mucho, no creo que ninguno de nosotros sea tan idiota para estar con un... Midoriya — Lo último lo dijo algo bajo.
— No lo sé enano. Aquí entre nos, los Midoriya no están tan feos. Ese chico... Izuku, no está feo — Shoto apunto un cuchillo al cuello de
su hermano.
— No seas imbécil, el viejo te puede escuchar — Sí, solo por eso le apunto el cuchillo directamente en la garganta.
— Relájate. Mierda, te volviste igual de paranoico que el vejestorio — menciono, mientras apartaba con una mano el cuchillo.
— Deja de decir estupideces. Mejor dime, como vas de infiltrado en ese grupo — Touya Todoroki, también conocido como Dabi, famoso por matar a sus víctimas con fuego, y fuego de color azul.
"Me gusta ponerle entretenimiento", fue lo que dijo una vez.
— Todos son unos idiotas. El tal Tomura no es más que un mocoso, bueno... eso es lo que pensaba al inicio. Ese tipo necesita un psiquiatra, todos ellos, a decir verdad.
Shoto alzo una ceja consternado, vaya... su hermano parecía hablar en serio y no estar bromeando con lo que decía — Nuestro próximo movimiento es sabotear una de las rutas de distribución de los Midoriya, Chungcheong del Norte en específico. —
— Deja que lo hagan, no es nuestro maldito problema que no sepan moverse mejor — dijo metiendo la mano en su bolsillo, sacando un cigarro.
— ¿Quieres fuego? — asintió, Touya prendió el cigarro, y Shoto le dio una calada
"Es asfixiante. Eso es bueno"
— No te metas en el saboteo. Observa de lejos, no queremos iniciar una guerra — El pelirrojo giro los ojosm
— Mi hermanito menor dándome órdenes. Cría cuervos y te arrancaran los ojos, bien me lo dijo la abuela —
— Idiota. En primera, nuestra abuela se murió antes de que la conociéramos y la otra no nos quiere, segundo, te la pasabas drogándote para estar en casa y tercero, mataste a mi hámster. —
Touya rio por lo último — ¡Oh, vamos!, fue hace años, que iba a saber yo que no se le toman fotos con el flash puesto... —
— Imbécil — Dijo Shoto con claro desdén — Ya, ya. Te comprare otro puto hámster cuando acabe mi misión, niño llorón — sacudió los cabellos del bicolor para después salir corriendo.
— ¡Hijo de — cerro la puerta antes de que su lindo hermanito usara su lindo vocabulario contra él.
— Eres un verdadero idiota — dijo, para después dejarse caer sobre su sillón.
— Todos en esta familia somos unos verdaderos idiotas — Si, lo decía por todos, ninguno de ellos, se había librado de meter la pata. Todos lo hicieron en su momento, más de jóvenes.
Natsuo, cuando le falto el respeto a una gran inversionista, dios... aún recuerda los gritos de dolor por las diversas torturas que le hicieron pasar.
Touya, cuando empezó a drogarse, robar la mercancía para consumo propio. Un mes encerrado sobreviviendo a base de pura agua y quemones de cigarro en diversas partes de su cuerpo.
Fuyumi, incluso la más sana de todos ellos. Impidió que mataran a uno de los hombres de Izuku, la pobre se había enamorado de él. A la corta edad de 15 años, vio como golpeaban a su hermana diversos hombres, 5 días seguidos.
Y él... de todos ellos, él había hecho la peor pendejada de su historial familiar. Tener un hijo con el bando enemigo, y... enamorase del futuro líder del bando enemigo.
Si, el más idiota de todos ellos, era él.
— Como olvidar cuando era joven — dijo relativamente a la nada, dándole otra calada a su cigarro.
Adoraba lo asfixiante que se podía llegarse a sentir.
— Buenos días hermanas — Saluda con una reverencia. Las monjas murmuran un poco entre sí.
— Buenos días joven — Saluda la Abadesa
— ¿Busca la ayuda de dios? —
Niega con la cabeza — Vera... me he sentido algo solo, y creo que ustedes tienen unos niños —
La abadesa entiende a la primera. El joven quiere adoptar un niño. ¡Dios es misericordioso!
— Claro. Permítame mostrarle — Lo guía a la habitación donde habitan los pequeños. Los analizó a todos y pidió sus datos... no, ninguno se parece, ni se acerca.
— Abadesa... mi corazón dice que aquí no está el ángel que busco
"Pura mierda estoy diciendo"
Piensa el joven. La pobre mujer lleva ambas manos a su boca, se ve que el muchacho necesita ser iluminado.
— Oh, hijo mío. Lamento escuchar eso. Aparte de este convento, hay otros más por aquí — "Ya los investigué todos, aquí estaba mi maldita esperanza"
— Abadesa, acuérdese el que está en chungcheong del norte — Menciona una de las monjas.
El joven alza una ceja extrañado, se supone que ese lugar no tenía conventos que adoptaran a niños.
— ¡Claro!, Hijo mío, la abadesa de chungcheong del norte, lo recibirá con gusto si sabe que va de mi parte — asiente.
Le dicen exactamente donde está, parece que está muy bien oculto, por eso no le apareció como una posibilidad.
Después de un "gracias" de su parte, se retira. Tal vez tenga suerte esta vez. Su celular comienza a vibrar, es... su jefe.
— Buenas tardes, Shinso — Saluda Shoto
— Buenas tardes Todoroki. ¿Sucedió algo? — Esta preocupado, no quiere que le digan que le paso algo a Denki
— Denki esta bien, lo tengo bajo vigilancia
Shoto no es tonto, necesita que Shinso se concentre en esto, el se encargara de la seguridad de Denki.
— Te llamo para informarte qué vayas a cuidar a mi hermano. Tomura planea sabotear una de las rutas de distribución de los Midoriya, y no quiero que el idiota de Touya salga involucrado —
— Entiendo la situación... tendré que pausar la búsqueda Todoroki —
— Si, alguien más tomara tú búsqueda
— Entiendo. ¿Ubicación? —
— Sera en Chungcheong del Norte — Shinso abre los ojos sorprendido, es en el mismo lugar donde está el otro convento — Todoroki...
— ¿Qué sucede? — Pregunta con intriga el bicolor.
— En ese lugar es donde está el otro convento. Es el único que adopta niños, lo cual me parece bastante raro... hay una gran probabilidad de que-
— Que el niño o niña este ahí — Shoto termina por el peli morado. Su corazón está latiendo demasiado, tanto, que teme que abandoné su cuerpo.
— Si.
— Te quiero bien atento, confió en ti — con eso dicho, finaliza la llamada.
— No lo decepcionare — camina rumbo al aeropuerto, necesita ser rápido. No hay tiempo para descansar, casi nunca lo hay.
Y aquí, con otro capitulo. Lo escribo antes de terminar Octubre.
Tenia mucho tiempo libre por decirse así, y quería tenerlo listo para subirlo de una vez. Me esta encantando, no me cansare de decirlo, dios, hasta yo sentí el suspenso. Tuve que ponerme a investigar como se divide corea.
También se les recuerda que no sé mucho como actúan las monjas, solo actuó en base a la información que me bota nuestro poderosísimo Google.
No pretendo ofender a ninguna religión o creencia. Todo es meramente ficticio y sin fines de lucro.
Después de aclarar esto. Espero ansiosa sus comentarios de que tal les pareció el capitulo.
Ami_Ely fuera, nos vemos en el próximo capitulo.
》♡《
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top