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Tengo la teoría de que
cuando uno llora,
nunca llora por lo que llora,
sino por todas las cosas
por las que no lloró
en su debido momento
— Mario Benedetti
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Realmente quería morir, ya no podía más. Pero no podía... no por esos ojitos que siempre la veían con felicidad, esa pequeña presencia que la motivaba a seguir adelante, cada día, siempre.
Pero no era sano, para nada sano. No era sano el ambiente, el amor, con la persona que estaba a su lado, era enfermo y toxico. Si su situación seguía así, esa pequeña luz seria corrompida y apagada. Su única motivación para seguir adelanté se apagaría.
O así le decía a su pequeña hija.
Esa niña, esa hermosa criatura inocente y alegre, que nació del acto más impuro y cruel de la tierra.
Violación.
Si, un acto enfermo y asqueroso. Pero realmente ahora eso no le importaba, pues de ese acto repugnante, nació un ser divino, sin la culpa de nada, solo para motivarla a seguir adelante.
Debido a eso, tuvo que dejar sus estudios. Saliendo de la universidad, antes de poder terminar con su carrera de leyes. No había nada ni nadie que la apoyara, la persona que creía que la amaba, le había dado la espalda, se había casado con alguien más y tenido un hijo seguramente.
Kaminari... el merecía ser feliz ahora, y no lo molestaría con algo así, seguramente el rubio haría alguna tontería, siempre era tan torpe. Por eso, lo mejor, fue quedarse callada, y simplemente desaparecer.
Así sería más sencillo y menos doloroso para todos, ¿verdad?
De ahí, no confiaba en nadie, no como en Denki y la persona que la dejo...
¿Cómo paso?, ¿Cuándo la peli morada dejo de reír y hacer chistes sobre Kaminari?
Tal vez fue cuando decidió hundirse en el infierno de estar con su violador, si... se había emparejado con ese ser asqueroso.
¿Por qué?, A veces ella se decía "estúpida", porque emparejarse con quien hizo tu vida un infierno era la pendejada mas grande de la vida, pero no la pueden culpar por completo...
Tenía miedo, era una joven ingenua y que creía que era la "salida más fácil", vaya que se equivocó...
— ¿Sucede algo mami? — pregunta la pequeña niña de cabello azul, y ojos rojos, pues ve la mirada triste de su madre mientras cocina.
— No, no sucede nada cariño — acaricia la cabeza de la niña, su pequeña hija de 6 años.
— ¿Papá ya va llegar? — pregunto con algo de miedo, su padre se había ido esta mañana enojado, gritándole cosas muy feas a su madre, y casi golpeándola, ya no podía ver como su madre era golpeada.
La peli morada se tensó ante tal pregunta, vio con tristeza a su hija, y se sintió miserable (una vez más), al ver las vendas que cubrían los brazos y piernas de su hija... era usada a veces para experimentar.
— Si, pero tranquila, seguramente ya no está enojado — dice mientras apaga la estufa, y carga a su hija, dándole un beso en la mejilla, la niña ríe ante tal acción hecha por su madre, ese momento es tan lindo, cálido.
Y se acaba tan rápido como empieza, cuando escuchan la cerradura de la puerta abrirse... ya llegó. Rápidamente la niña es bajada, esta corre a la mesa a sentarse, con la cabeza gacha y limpiando su ropa.
Jirou sirve la comida y procura que todo este correctamente ordenado. No quiere una pelea porque algo este en mal posición o no este bien lavado o desinfectado, su esposo es un maniaco de la limpieza, y la castigara si ve algo en mal estado.
— Ya llegué — su voz, tan fría y dura, y su mirada analizando hasta el último rincón de la casa, todo debe estar limpio y perfecto.
— Bienvenido, querido — ve como el hombre se sienta a la mesa, su hija se tensa y empieza a temblar, pero se contiene de soltarse a llorar, su padre le da miedo, a veces es malo, y otras bueno, pero hoy fue muy malo.
El hombre observa a la niña — ¿No me vas a saludar?, O la inútil tu madre no te enseño modales — aprieta sus pequeños puños y niega con su cabeza.
— Ho-hola pa-padre — su voz tan rota, con miedo puro plasmado en ella.
Jirou termina de servir la comida y se sienta, la comida es silenciosa, pues a su esposo no le gusta el ruido y mucho menos que su hija haga algo.
— Hoy probaremos algo nuevo, Eri — la niña se tensa, igual que la peli morada... ya no quiere, no, eso la lastima, le inyectan diferentes tipos de cosas y luego la cortan... eso duele mucho.
— Pero-
— ¿Quieres que tu madre vuelva al sótano?, ¿Quieres que ella sufra por ti? — niega ante tales preguntas, no, ella no quiere eso, no quiere que su mami sufra por su culpa.
— No, no, no — el hombre sonríe, y después mira a su esposa. Lo mira con puro odio, quiere matarlo, desaparecerlo, o mínimo poner a salvo a su pequeña hija.
— ¿Algún problema, querida? — su mandíbula se tensa, y tiene unas ganas horribles de soltarse a llorar.
— No, ninguno...
Cuando terminan de comer, Jirou lava los platos y limpia muy bien la mesa, ya sabe cómo hacerlo, como le gusta a su esposo... lo tuvo que aprender a las malas.
— ¡No, por favor papá, no! — escucha los gritos de su hija desde el sótano, tapa sus oídos y se deja caer de rodillas, mientras llora, y susurra: "Perdóname, soy una inútil"
Ya no quiere, no puede, y tampoco debe de seguir escuchando esos gritos, solo quiere huir, puede hacerlo... su esposo tardaría en darse cuenta.
Pero...
Eres fuerte, la persona más valiente y lista que conozco.
Recuerda esas palabras de la persona que una vez amo, como vio esa mirada sobre ella dándole total seguridad.
Sé que, si algún día encuentras un obstáculo, sabrás enfrentarlo.
Se levanta del piso, limpiando sus lágrimas y se dirige al teléfono que está pegado en la pared, ella debe, tiene que hacerlo, no importa si no le contesta, tiene que intentar.
No dejes nunca que nadie apague tu brillo.
Marca el número de su mejor amigo, espera que después de 7 años no lo haya cambiado, y le contesta a los segundos, escucha como Denki esta alterado, aliviado por saber de ella después de tantos años, y espantado.
Denki está dispuesto a recibirlo en corea, cuando cuelga la llamada, los gritos de su hija cesan, sabe que los medicamentos para dormir que puso en el plato de su esposo, ya han de haber hecho efecto.
Se arriesgó mucho para ponerlos en el plato de su marido, pero era su única opción. A pasos apresurados baja al sótano, viendo con horror a su hija atada a una niña, con nuevas heridas en sus brazos.
— Ma-mami — llama la niña con cansancio, le duele todo su cuerpecito, y apenas si esta consiente de donde está, por los nuevos químicos en su cuerpo.
— Perdóname, todo va a estar bien, te lo prometo, todo va a estar bien — y ve como la niña se queda inconsciente en la silla.
No tiene ni tiempo para pensar bien las cosas correctamente, solo toma dinero a la niña, una maleta que ya tenía preparada y huye, es fácil, pues la casa no es la gran cosa, "lo que se merecen", palabras de su esposo.
"Jamás volverás a hacernos daño, Chisaki" — piensa, mientras conduce en la carretera, tiene el corazón al mil... pero por primera vez desde hace 7 años, se siente...
Libre y viva.
Debe de hacer algo, ve por el retrovisor a su pequeña durmiendo... necesita salvarla, que viva una vida normal y tranquila, sin temer porque mami sea encerrada en el sótano o golpeada.
"Perdóname"
Daiki tenía sus ojos bien abiertos, es que... se sentía raro, demasiado raro. ¿Cómo no va a estar así?
— ¿Esta es mi habitación? — pregunto sorprendido, pues el cuarto era demasiado, pero demasiado grande, tenía muchos juguetes, una estantería repleta de libros, una cama 5 veces más grande que la camilla del hospital, y era de color rojo.
Si, Eijiro gano y la pintaron de rojo, aun con las maldiciones de Katsuki.
La expresión del niño era seria, empezó a recorrer toda la habitación, vaya... sí que tenían dinero entonces, una extraña sensación se plantó en su pecho, como si eso fuera algo con lo que siempre soñó.
— ¿Te gusta mocoso? — Katsuki se había encargado de la decoración de la habitación, y estaba orgulloso de sí mismo, su sonrisa de superioridad y satisfacción lo declaraba todo.
— M-me gusta — Y repentinamente el pequeño empezó a llorar, fue corriendo hacia Katsuki y lo abrazo, diciéndole cuanto le gustaba su nueva habitación.
— Eres un mocoso llorón, ¿lo sabias? — se burló el cenizo, para después cargar a Daiki y llevárselo a la cocina de la casa... se sentía de lo más normal, pues para Bakugou, Daiki ya era suyo, y solo suyo.
Cuando Daiki fue dado de alta, tuvieron que conducir, ya que si tomaban un avión les quitarían al niño, ya que no tenía papeles, entonces para reducir toda forma de separarse, condujeron, tardaron alrededor de 3 días en llegar a su casa, pero valió la pena, porque veían a Daiki sonriendo.
Katsuki estaba en la cocina con el niño, pues tal vez podría cocinar algo, y que su hijo viera su maldita arte culinaria, que viera que su "mamá", era el mejor cocinando.
Realmente se había cansado de intentar que Daiki le dijera papá, el mocoso era terco como una mula y le decía mamá, tal vez cuando crecerá cambiaria, por el momento solo lo dejaría pasar.
Antes de que se dispusiera a lucir su habilidad en la cocina, su esposo llego — Blasty, ya llego...
— ¿En serio?, ¿Ahorita que voy a hacer la mejor comida de todo el jodido planeta? — vio a Eijiro asentir. Suspiro frustrado y enojado, volteo a ver a Daiki que se encontraba sentado en la mesa, esperando ansioso la comida.
— Perdón mocoso, tengo asuntos que atender — una mueca triste se formó en la cara del de ojos bicolores, mami se iba a ir y lo iba a dejar solito, el ya no quería estar solito.
— Tranquilo, volveré con tu otro padre en cuanto termine — sacudió los cabellos negros del niño. Daiki vio cómo su mamá se iba, creía que iba a estar solo, hasta que vio a dos personas entrando a la cocina.
— ¿Qué le gustaría comer al pequeño? — una de las damas de servicio que Katsuki mando para que el mocoso no se lastimara, le pregunto amablemente. ¿Podía pedir lo que quisiera?, ¿No habría alguna limitante?
— Lo que el señorito Daiki pida, se le dará — esta vez hablo un tipo de traje negro, con guantes blancos y un lente bien extraño, (a los ojos de Daiki).
— ¿Lo que yo quiera? — pregunto con sus ojitos brillando, los dos adultos asintieron, mientras pensaban, — "¡Que tierno es!"
Daiki empezó a pensar en que quería comer... pero realmente no se le ocurría nada, realmente no tenía idea de que podía comer.
— ¿Qué puedo comer? — tal vez la amable señora podría darle algunas ideas, porque en serio tenía hambre y no se le ocurría nada que pudiera comer.
— Mmm, ¿qué podrá ser digno del señorito Daiki? — la dama empezó a pensar, había mucho que pudiera comer, realmente una gran variedad de comida.
Le dijo una gran variedad de comida coreana, pero veía la expresión aburrida del niño, ninguna despertaba su interés, realmente se estaba rindiendo, peor tenían que darle de comer al niño, si no, su jefe la mataría por no atender bien a su hijo.
— Le ha estado ofreciendo pura comida coreana — hablo el señor de traje raro, pero a Daiki le daba igual, su pancita le pedía comida.
— Recuerde que sus padres son de Japón — tenían que meterse bien en el papel de que era biológico, a veces los niños tenían muy buena memoria.
— Cierto, perdóneme señorito Daiki, también podemos prepararle comida japonesa, vera, hay: tempura, ramen, soba, udon, takoyaki, onigiri, okonomiyaki y Katsudon — dijo lo que recordaba de las comidas japonesas que a veces le preparaba a los Kirishima, realmente se había esforzado en aprenderse todas esas comidas.
De todas las comidas que la mujer le había mencionado, hubo una en específico que capto su atención.
— ¿Soba? —sonaba rico, las otras tenían nombres largos o le sonaban raro.
— Si, soba, es una comida muy rica — o eso había dicho aquel muchacho bicolor, las veces que había venido a comer a la casa para ver asuntos de trabajo.
— Qui-quiero soba — dijo muy emocionado, tanto, que hasta tartamudeo. La mujer asintió con una sonrisa y fue a preparar la comida.
Cuando termino, Daiki había comentado que estaba muy fría, la mujer calentó la comida, y jura que el niño casi se traga el plato... al parecer ya había encontrado su comida favorita.
— Me gusta la soba, a Daiki le encanta la soba — sus mejillas manchadas de comida, mientras una sonrisa se hacía presente en su cara, mostrando todos sus dientes. "¡Pero qué tierno!"
Mientras Daiki cautivaba a todos en la cocina. Kirishima y Bakugo estaban platicando con su conocido en la oficina del pelirrojo.
— Ya veo... quieren que saque unos papeles donde el niño sea su hijo "biológico", pasaporte, visa y todo eso — los dos asintieron, pues el mejor para ello era él.
— Claro, no tengo problema, pero... ¿¡Cómo quieren que haga eso en unos días!?, No soy flash. — reclamo el de cabello gris, Tetsutesu, un gran conocido entre ellos por falsificar demasiado ben los papeles, los que fueran, ninguna autoridad se había dado cuenta hasta el momento.
— ¡A mí no me gritas idiota!
— ¡Blasty! —calmo su esposo al cenizo — lo sé, es difícil... ¿En cuanto tiempo lo tendrías? — Tetsutetsu empezó a hacer cuentas, dada la fecha, lo que tendría que sacar más otros papeles.
— Como... 2 meses, 3 máximo.
— ¿¡Como que dos malditos meses!?, ¡No quiero esperar tanto jodido tiempo y- se calló al escuchar la risa de Daiki, seguro era muy fuerte, pues hasta lograba escucharlo él.
— Esta bien, que sean dos meses — comento tan tranquilo mientras se acomodaba donde estaba sentado, como si no fuera hace unos segundos a matar al de cabello gris.
"Que bipolar"
"Que masculino balsty"
Solo por Daiki, por él valdría la pena esperar dos meses.
— Y eso paso — decía llorando Jirou, mientras era consolada por Denki. Si, la chica había llegado dos días después de la llamada, de Japón a corea era una hora en avión, y ella sin dudar tomo el primer vuelo que se le presento.
— Perdón Den... no debería molestarte con esto, es que ya no sabía qué hacer. — el rubio solo es fuerte porque no quiere alterar más a su amiga, todo su estómago esta revuelto y tiene ganas de vomitar, pero su amiga necesita que sea fuerte.
— Tranquila, no es tu culpa... no es tu culpa — acariciaba la espalda de la chica. Vio cómo su esposo ingresaba a la sala con dos tazas de té, para Hitoshi, Jirou era una amiga muy importante en su familia.
— ¿Por qué?, ¿Por qué te casaste con él?, Por eso dejaste la escuela repentinamente, por eso desapareciste... pudiste venir conmigo a corea hace años... pudiste, pudimos, si tan solo me lo hubieras dicho...
Se sentía tan culpable, tan idiotizado estaba en la universidad para no ver como su amiga se iba apagando de poco a poco.
— Tranquilo Den, lo hice porque me metió en la cabeza que nadie me iba a querer, apoyar... me ofreció una vida grande, junto con mi hija. No lo negare, al principio no la quería... me parecía horrenda, le echaba la culpa de haber dejado mi vida de lado, pero, era solo una criatura nacida de un acto malo, no tenía la culpa de nada, ella no quiso nacer así, por años abuso de mí, con protección mínimo, otras veces aborte... dos para ser exacta, abuso de mi pequeña, inyectándola de drogas y... cortando su piel para usar su sangre en algunos químicos, sigo sin entender eso...
Denki tenía puro horror en su rostro, su amiga, no... su hermana, su hermana estuvo tan sola todos esos años, apagándose poco a poco, hasta convertirse en alguien con inseguridades, con miedo constante y viéndose tan mal.
— ¿Cómo se llama el bastardo? — tantas torturas formuladas en su mente, tantas maneras de morir, de que le dijera a Shoto y este mandara a matarlo.
— Chi-chisaki — susurro con miedo, tanto como Shinso y Denki se congelaron por lo que pareció un siglo... chisaki, un Yakuza y el líder de Shie Hassaikai.
Por eso nadie pudo ayudar a su amiga, nadie se metería con ese tipo en Japón, su amiga era esposa de un maldito narco sin saberlo muy bien, bueno... Jirou ni siquiera tenía idea de que en realidad ellos dos eran asesinos, solo la fachada de que Shinso era un psiquiatra y el un veterinario.
— Él jamás volverá a hacerles daño, te lo prometo — hablo por primera vez Shinso, mientras revolvía los cabellos de la chica peli morada.
Consolando a Jirou, a Denki por fin se le paso por la mente una cosa.
— ¿Dónde está la niña? — apenas su mente recordó que Jirou le menciono que tenía una hija. Sintió como el cuerpo de la chica se tensó, y se separó de él, vio como la chica solo lloraba más y se abrazaba fuerte a sí misma.
— Jirou... ¿Dónde está la niña? — Denki estaba preocupado, por eso Jirou había llegado sola, en un principio no le tomo importancia porque no sabía que tenía una hija, hasta que ella se lo dijo.
— ¿Dónde-
— Está a salvo, por eso también vine. — se levantó del sillón y se puso frente a ellos, poniéndose de rodillas y llorando más
— Deben prometerme algo, cuidarán de Eri, irán a verla, le dirán que su mamá si la quería y que volverá por ella.
— Pero Jirou — no pudo seguir hablando el de ojos morados, ya que la chica aun iba a continuar.
— Yo volveré, te lo prometo Den... debo de sanar, y mi hija debe de estar lejos de mí, soy una persona demasiado inestable, no quiero dañarla... Chisaki la usaría en mi contra si nos encontrara a las dos, ella ya no debe sufrir por mami.
Era lo mejor, y tal vez sonaba estúpido, pero era lo mejor, Jirou podría caer en una depresión, y si algo le pasaba estando con ella, ¿Quién cuidaría de Eri?, por eso, por eso y más la dejo con dos personas de su total confianza.
— ¿Dónde está? — Shinso pregunto esta vez.
— En Japón. Chisaki no tardara en enterarse que tome un vuelo a corea, mandara a sus hombres para acá. La deje con dos persona buenas, ellos se encargaran de cuidarla hasta que mami pueda volver, espero que no me deteste.
Denki estaba llorando, desde hace rato las lágrimas recorrían sus mejillas.
— ¿Y-y tú?
— Después de esto, voy a desaparecer idiota que se electrocuta hasta con una cortina — soltó una risa Jirou mientras se levantaba y abrazaba a Denki.
— Ti-tienes que volver, de-debes de ver que guapo será mi hijo o hija cuando este grande — y se echaron a llorar más fuerte, tanto, que hasta podrían hacer el océano pacifico.
"Lo prometo, cuando regrese, seré una persona fuerte y segura"
— Son en los únicos en quienes confió para esto, por favor, cuiden bien de ella — siente su corazón estrujarse, hacerse añicos. La persona carga a Eri y la otra toma la maleta que contiene las cosas de la pequeña.
— ¿Está segura de esto?, Podemos encontrar la manera, ya sabes...
Niega con la cabeza, no hay soluciones mejor que esta, porque de todas esta es la mejor y la más sana para su pequeña, ella ya no debe de sufrir, ella merece brillar, como un sol.
— Ella es una gran niña, le gustan mucho las manzanas de caramelo, más las que hacen en una tienda cerca del centro comercial... — su cuerpo tiembla, y llora por lo que parece la décima vez en el día, aun se pregunta cómo es que no se ha quedado seca.
— Jirou... ¿Volverás? — no lo pregunta porque le incomode cuidar a la pequeña, sino porque tiene que saber que decirle a la niña cuando despierte.
— Si, volveré, por favor, jamás se vayan de Japón, yo vendré por ella cuando este estable — los dos asienten, sienten lastima por la mujer, pero ellos no pueden hacer mucho si la mujer no quiere.
— Lo prometemos, cuídate — la chica asiente, ve a su pequeña una última vez y le da un beso en su frente. "Mami volverá, y perdónala cuando lo haga"
Se despide y sube a su auto, conduce en dirección hacia el aeropuerto, ella esta haciendo todo lo que hay en sus manos, está huyendo, pero por el bien de las dos.
— ¿Ahora somos padres? — trata de aligerar el ambiente uno de ellos dos, mientras ingresan a su casa.
— No creo que ella nos vaya a ver de esa manera — responde el otro, acomoda el equipaje de la niña en la sala.
— No seas tan pesimista, todo saldrá bien cariño — dice con una sonrisa y el otro juraría que casi se queda ciego. "Brilla tanto como el sol"
— Si tú lo dices, entonces todo saldrá ben, Mirio — una sonrisa tímida se asoma por los labios del peliazul.
— Te lo prometo Tamaki.
Y aquí Ami_Ely con otro nuevo capítulo, espero que les haya gustado.
Pensaba actualizar desde hace unos días, pero había enfermado, ¿saben lo horrible que es tener fiebre de 39 grados y aun así no ir al doctor por qué te crees dios?
Me quite esos síntomas a base de puro paracetamol, lo que claramente estuvo mal de mi parte y no ir al medico, pero ya iré en estos días.
Vamos con mi historia ahora.
Realmente tengo algo con el abandono familiar, pero son ideas que ya tenía planeadas desde un principio.
Después de este capitulo habrá pequeños saltos de tiempo, como algunos meses y así, pero nada de qué preocuparse, a la historia le faltan muchos capítulos para acabar.
Con todo esto aclarado, Ami_Ely los vera en el otro capitulo, procuren comer muy bien y tomar mucha agua.
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