Adrien le había presentado a muchas personas y todas la felicitaron por tal vestido. Las cosas estaban un poco menos tensas entre ellos y hasta llegaron al punto que se encontraban bailando tranquilamente.

-Mari -Hablo calmadamente era la primera oportunidad de hablar estando ellos dos solos -Quería saber si te molestó lo que paso la última vez que nos vimos. -Sintió que su espalda se puso rígida cuando pregunto eso pero realmente quería saber que es lo que había sucedido.

-Adrien...es algo que no se como responder...No esperaba que algo así pasará...-Comenzó a tartamudear nerviosa -No es que no lo quisiera pero fue inesperado, de hecho yo...-Fue interrumpida por una chica que le tocó el hombro.

-Disculpa? Me lo dejarías unos minutos, corazón? -Marinette abrió mucho los ojos al igual que Adrien.

La chica era Lila, tenía un vestido largo apegado al cuerpo de color naranja.

-Ay Marinette, no te reconocí sin harina en la cara -La miro mal y luego miro a Adrien. -Vaya Agreste, veo que creciente bien -Lo miro de pies a cabeza con una sonrisa seductora. Empujó un poco a Marinette para poder tomar su lugar.

-Lila...que haces aquí? -pregunto algo incómodo.

-Oh mi jefa no podía asistir y me envió en su lugar -comenzó a moverse alejándose cada vez de Marinette.

La joven peliazul noto la presencia de la rubia que se paraba a su lado mirando a Adrien y Lila con los brazos cruzados.

-Vaya, te dejaron atrás -Comentó riendo.

-Y tu? No irás por él? -Pregunto Marinette observandola.

-Aunque no lo creas, ya no estoy tan interesada en él -El comentario la sorprendió -Cuando estaba de viaje conocí un modelo inglés -Se rió un poco entendiendo el porqué -Y el realmente me quiere así que pensé en dejar ir a Adrien...tal vez alguien como tu logre llamar su atención.

-Y que te hace creer eso -Si Chloe no había logrado llamar su atención entonces ella no lo conseguiría jamás.

-Mira, conozco a Adrien desde que tengo memoria y siempre fuimos amigos...aunque odie admitir esto, la verdad es que nunca miro a nadie de la forma que te mira. -Sonrió dándole un empujón con el codo -Tal vez lo estás logrando.

No sabía que le había sucedido a la odiosa Chloe pero prefería que se quedará esta nueva y amable Chloe.

-Quieres unas galletas? -pregunto señalan la mesa llena de postres. -Dudo que la zorra esa lo suelte tan rápido.

Hablaron por un rato y Marinette noto el prendedor de abeja que tenía en su vestido.

-Es muy lindo -Dijo observandolo.

-Si, fue un regalo de la madre de Adrien -Lo tomó entre sus manos y lo miro con nostalgia -Lo encontré entre mis cosas cuando regrese.

-Debe gustarte lo suficiente como para traerlo a la fiesta.

-Si, se podría decir que es mágico -Dijo riendo mientras lo devolvía a su lugar.-Por que no vas por Adrien, debe estar buscandote.

Marinette asintio, se levantó sin dudarlo y comenzó a buscarlo pero no lo veía por ningún lado así que fue abriendo puerta por puerta hasta que llegó a una que era conocida para ella. Era la habitación de Adrien.

Sabía que no debía pero decidió entrar y observar la habitación. No había cambiado en nada y a diferencia de ella, él era muy ordenado. Noto la puerta del vestidor abierta, tenía ropa en todos lados y era como un cuarto pequeño con un gran espejo y luces. Por curiosidad se acercó hasta la puerta y lo observó desde afuera hasta que alguien desde atrás la empujó haciendo que caiga hacia delante.

Antes de que pudiera ver quien era la puerta se cerró y se escuchó que era cerrada con llave.

-Hey! -grito golpeando la puerta -Esto no es gracioso! -Siguió golpeando pero nadie respondió. (...) -Tikki -La llamó no hubo respuesta a lo que miro su bolso y entró en pánico.

Su bolso no estaba, lo había dejado en donde habia estado con Chloe. Volvió a golpear la puerta pero nadie respondió, se recosto contra está mirando su reflejo y algo le llamó la atención.
Colgada en una percha estaba la camisa blanca que Adrien solía usar siempre cuando iban a la escuela, ya estaba vieja y gastada pero Marinette la tomo entre sus manos y la observó con nostalgia. Se le formó un nudo en la garganta mientras pasaba su mano por la camisa y las lágrimas no tardaron en aparecer. Se perdería la fiesta y no sólo eso, cuando la encontrarán pensarían que era una acosadora que le gustaba husmear en las cosas de Adrien y el pensaría que estaba loca.

(...)