XXXII
Todo estaba en calma, sospechosamente en calma.
Había tenido la oportunidad, además, de dormir hasta tarde pues nadie había tocado a mi puerta. Oportunidad que no aproveché por mi tendencia casi paranoica a sobrepensar las cosas.
Todo estaba bien, ese era el problema.
Mi entrenamiento iba viento en popa y, aunque Kakashi seguía en contra de entrenar mi capacidad de sanación, también había tenido la oportunidad de mejorarla levemente. Ya no necesitaba entrenarlo más (pues de por sí era una habilidad extra-natural y algo perturbadora), pero lo extendí un poco para estar segura.
Por su lado, Shikamaru hacia lo suyo encontrando cómo matar al tipo inmortal. Decía que ya tenía la respuesta. Naruto estaba apunto de conseguir su nuevo jutsu. Sumándole a que Danzo ni ningún ANBU me había seguido últimamente.
Perturbadoramente en paz.
Solo quedaba esperar a que Tsunade asignara la misión al equipo de Shikamaru, y este me avisaría. Evitamos contarle la situación a la rubia, para no afectar su criterio y le encargarsen la misma misión. Entonces, Shikamaru me lo contaría a mí y yo iría a hablar nuevamente con Tsunade para cambiar la misión, y sumarle al equipo 7.
—Buenos días —murmuré cuando escuché a Kakashi entrar por la ventana de mi habitación, sin apartar la vista de techo para no desconcentrarme en buscar alguna falla en toda esta tranquilidad.
Kakashi no me contestó y se me quedó mirando, para después subir la vista al techo con curiosidad y, al no encontrar nada, regresarla a mí.
—¿Sucede algo? —preguntó, acomodándose en mi habitación como si se tratara de la suya.
Entrecerré los ojos al ver que se sentaba en la orilla de mi cama, aplastando una de mis piernas. Pensé un poco sobre si decirle algo al respecto o no, al final decidí dejarlo pasar.
—No ha pasado nada, ese es el problema —comenté. Él ladeó la cabeza sin entender—. Me refiero, normalmente es en estos momentos dónde algo sucede y todo se va a la mierda.
—No tienes de qué preocuparte, Verónica. Todo va a salir bien —contestó, relajado.
—¿Cómo va tu plan con Tsunade? —pregunté entonces. Existía la posibilidad de que eso es lo que fallaría o, de hecho, pueden ser quienes estén controlando a Danzo los últimos días.
—¿Qué plan?
—Bien, ya entendí, no quieres que sepa —seguido, me dediqué a hacer pucheros. Él dió un largo suspiro, pareciendo divertido por mi reacción.
—No necesitas preocuparte de eso tampoco. Yo me encargaré.
—Que responsable te has hecho de repente —me quejé, dándome por vencida.
—Las cosas ya no son como las conoces. Yo también tengo que adaptarme a ese cambio.
No contesté nada por un largo rato, y él también se quedó en silencio. Es cierto, él no era el mismo Kakashi que había conocido en el anime. Con quién estaba ahora incluso había adoptado algunas de mis actitudes y, por sobretodo, el Kakashi que veía desde una pantalla nunca me aplastaría la pierna hasta que esta se quedara dormida.
—Quita, quita, se me entumió —le manoteé la espalda para sacarlo, atacada por un cosquilleo no agradable. Reí en voz alta al no saber qué hacer cuando la sensibilidad me regresaba y el hormigueo casi doloroso en mi pierna se incrementaba.
Kakashi no dijo nada y aprovechó mi situación para salir de la habitación unos segundos, dejándome la duda sobre qué se supone que estaba haciendo.
La sensibilidad de la pierna aún no me regresaba por completo cuando Kakashi volvió a entrar por la puerta, con una mano tras la espalda y, con su mano libre, me tomó de la pierna entumida para ponerme boca abajo en la cama.
—Wowowow, más despacio, velocista. ¿Qué está pasando aquí? —intenté removerme cuando sentí que se sentaba sobre mi espalda, pero como aún me tenía sujeta del tobillo, era imposible librarme. Él seguía sin hablar—. Kakashi, ¿qué está sucediendo? —volví a preguntar, aguantando mis nervios.
—No es nada —me contestó al fin, con un bufido risueño. Yo me seguí removiendo, sin confiar en sus palabras.
Hasta que, por fin, removiendome alcancé a ver qué sucedía. Kakashi sostenía en sus manos el libro de portada negra que días atrás le había quitado de sus manos.
—Eres un traidor —murmuré, resignada—. Un interesado y un mal amigo, además —sobreexageré, y seguido escuché una pequeña risa de su parte.
—Sí, soy un traidor —me contestó de regreso. Bien, eso no funcionaría si quería liberarme.
—Si tanto querías leerlo, solo tenías que decírmelo. No pensé que llegarías a los extremos de aplastarme por ese libro —dejé de hacer fuerzas para liberarme, sin embargo, no podía saber qué estaba pasando porque no podía verle la expresión.
—¿En serio? —no podía identificar si se estaba burlando de mí o no.
—Así es. Y por cierto, no puedo respirar —eso bastó para que se saliera de inmediato de encima mío. Yo tomé el aire que me faltaba de inmediato, seguro me estaba poniendo morada—. Casi muero —sobreexageré.
—Parece que te agrada mucho exagerar las cosas —regresó su vista al librito de inmediato, una vez se acomodó más alejado de mí.
—Por supuesto que no. ¿Te imaginas que hubiera muerto de verdad? En mi tumba diría algo así como "Murió aplastada por el trasero de Kakashi Hatake" —me reí un poco, para levantar la vista y ver que él seguía con su mirada adormilada sobre el libro—. ¿Cuántas personas crees que me tendrían envidia, si en mi tumba dice eso? —le piqué.
—Creo que, más bien, sería humillante para los dos.
—Nah, no creo —me volví a acostar para relajarme, mirando al rededor para buscar algo qué hacer. Aún faltaba algo de tiempo para empezar el entrenamiento—. Incluso, tal vez vengan más personas para pedirte que les mates de la misma forma —me carcajeé.
Kakashi pensó un poco su respuesta, pero antes de que pudiese contestar, le interrumpió el sonido de la puerta. Nos quedamos callados por unos segundos, hasta que volvió a sonar.
—¿No vas a abrir?
—¿No vas a abrir tú? —le contesté de regreso.
—Esta es tu casa, ¿no?
—¿Qué es una casa? —me hice tonta, acomodándome en la cama con una sonrisa. Él suspiró rendido, cuando la puerta sonó por tercera vez.
Le ví levantarse y salir de la habitación, por lo que esperé unos segundos a escuchar que abriera la puerta. Después, silencio.
—¿Quién es? —alcé la voz para que me escuchara desde la entrada, algo intrigada.
—Es... Shikamaru —fue lo único que me contestó, sin molestarse a alzar la voz. Seguido, escuché como le dejó pasar.
Pero, en cuanto escuché su nombre, sabía qué significaba. Por lo que al ver su rostro, solo confirmé mis sospechas al respecto.
—¿Ya es hora?
—Lo es.
(...)
—Entonces, ¿dicen que quieren cambiar a los miembros para la misión? —Tsunade habló, con ese tono característico suyo.
—Así es —afirmó Kakashi, quién lideraba la misión entre los tres de convencerla.
—Está bien —la rubia se recargó en su silla con simpleza.
Compartí miradas con Shikamaru a mi lado, ambos confundidos. ¿Desde cuándo era tan fácil convencer a Tsunade?
—Pero... —la rubia continuó, todos nos pusimos alertas a lo siguiente que diría, incluso más cuando volvió a eguirse sobre el escritorio—. Lamentablemente, Ino y Chouji se encuentran en otra misión en estos momentos, por lo que solamente puedo agregar a los miembros del equipo siete —le tendió a Kakashi el nuevo informe de misión, y este se acercó para tomarlo y verificarlo.
—¿No le molesta que modifiquemos a último momento una misión tan importante? —pregunté entonces, algo perturbada por su simpleza al aceptar nuestras demandas.
—No, no me molesta —afirmó, con los brazos cruzados y voz firme—. Me imagino que es algo que tenían planeado con antelación, dada la solicitud que hicieron para el equipo 7 —este último se había apartado de hacer misiones últimamente, no le habíamos dado muchas razones a Tsunade tampoco, pero parece que lo intuía, así que aceptó.
—Ya veo... —asentí, entendiendo ahora su comportamiento. Shikamaru parecía todavía algo confundido, pues él no tenía todos los detalles, pero pronto lo entendió aún sin ninguna especificación.
Volteé a ver a Kakashi, preguntando con la mirada si le parecía bien las nuevas especificaciones de la misión, y él me afirmó también con la mirada. Sonreí satisfecha.
—Entonces supongo que es todo por ahora, iremos a comunicárselo al equipo 7 de inmediato —concluyó Kakashi.
—Disculpen... —entonces Shikamaru alzó la voz. Todos volteamos a verle—. ¿Sería posible dejar a Asuma fuera de la misión?
(...)
—Entonces estarán ustedes dos, Naruto, Sasuke, Sai, Yamato, los dos guardias raritos y yo en la misión, ¿confirmamos? —les apunté a los dos, y ellos asintieron.
—¿"Los dos guardias raritos"? —preguntó Shikamaru.
—Sí, ya sabes, esos dos que están en todas partes, pero qué realmente nunca son relevantes. Sabes quieres son, ¿no?
—¿Te refieres a Kotetsu e Izumo?
—Siempre se me olvidan sus nombres —chasqueé los dedos, como si lo hubiese recordado yo.
Shikamaru volteó a ver a Kakashi como "¿Siempre es así?", obteniendo de respuesta que solo levantara los hombros.
—Entonces, solo queda comunicárselo al equipo 7 —volteé a ver a lo lejos, dónde estaban aún entrenando en el campo de entrenamiento sabrá qué cosas. Había un montón de agujeros en el suelo, suponía yo, del jutsu de Naruto—. ¿Quieres tener los honores, Kakashi? —le tendí los papeles que hasta entonces sostenía, sin embargo, él los rechazó empujándolos de vuelta.
—Pienso que es mejor que tú les entregues la noticia. Después de todo, es tu primera misión junto con el equipo 7 desde que regresaste —se justificó, sin embargo, yo no estaba muy contenta con ello.
—No creo que tenga problemas con Naruto, pero si llego ahí como si nada y digo que vamos a tener una misión "todos juntitos", probablemente Sasuke me intente atravesar con su espada, y no en el sentido sexual —Shikamaru se mostró un poco perturbado por mi última frase, por otro lado, Kakashi no cedió.
—Toma valor, es hora de que des tu primer paso ahora que estás de regreso.
—Te odio —hice pucheros, volteando a ver a Shikamaru al ser mi última opción. Este volteó a ver a otro lado desde antes para no estar involucrado, bastardo astuto.
—Me amas —sonrió burlón.
—Lo sé —no me quedó de otra más que darme la vuelta para acercarme de una vez por todas, pensando que debí al menos traerme una camisa de malla debajo de la ropa.
—Tiene una personalidad bastante... —formuló Shikamaru cuando pensó que estaba a una distancia prudente para que no escuchara, pero obviamente no era así.
—Única, ¿no es así? —contestó mi maestro.
—Iba a decir infantil.
(...)
—Ya veo... —Yamato se acarició la barbilla leyendo las especificaciones de la misión, tal vez algo satisfecho.
—¿¡ESTÁS DICIENDO QUE PODREMOS IR DE MISIÓN TODOS JUNTOS DE NUEVO, DATTEBAYO?! —exclamó Naruto en mis oídos, mientras que yo me preocupaba de que no destruyera mis tímpanos.
—Sí, así es —sonreí nerviosa, esperando su próxima explosión de energía en la que gritó para festejar.
—¡Tenemos que celebrar con un ramen! ¡Vamos en estos momentos!
—Creo que primero deberían de ir a preparar sus cosas para la misión. Salimos en dos días —anunció su maestro.
—Hay que ir esta tarde a Ichiraku, 'ttebayo, podemos invitar también a Shikamaru ya que está en la misión —Naruto ignoró completamente a Yamato, quién suspiró—. ¿Qué piensan? —esta vez se dirigió hacia Sai y Sasuke, quienes se mantenían callados.
—Paso —anunció el emo, sin siquiera pensarlo un poco—. No voy a desperdiciar mi tiempo con ustedes.
—Puede ser interesante, ¿por qué no? —en cambio, Sai contestó con una parsimonia admirable.
Naruto, en respuesta, le echó el brazo encima a Sai mientras que le gruñía a Sasuke, quién se retiró.
—Ni quién te necesite ahí, amargado —Naruto le dió la espalda de inmediato, para comentar con nosotros la hora de encuentro entre algunas tonterías.
Se me hizo algo extraño notar la gran diferencia de actitud de Naruto, cuando originalmente perseguía a Sasuke hasta la desesperación, ahora eran solo un par normal de amigos con mala actitud. Probablemente.
(...)
—¿Y cómo te fue? —preguntó Kakashi cuando regresé.
—Meh —hice una seña con la mano, indicando "más o menos"—. Están invitados a ir a Ichiraku esta noche con todos.
—Entonces te fue bien —contestó él de regreso, alzando un pulgar en aprobación.
—Meh.
—Eso es bueno —asintió él, como si estuviéramos teniendo una conversación a base de meh's—. Entonces me retiro —finalmente optó por irse, yo asentí como despedida.
—Entonces, supongo que yo también... —volteé a ver a Shikamaru, pues ya que no tenía mucho qué hablar con él (y tampoco era buena sacando conversación de algo que no fueran asuntos ninjas), esperaba poder irme también.
—Espera —me detuvo.
(...)
—Volví —me asomé a mi sala de estar, ya con la ropa cambiada y tomé asiento. Él, mientras, terminó de acomodar las piezas de Shogi.
—¿Empiezo?
—Claro —respondí, enfocando mi vista en el tablero.
—Entonces, sobre el maestro Kakashi... —empezó a hablar una vez que movió, yo casi me ahogué.
—¿Qué tiene el maestro Kakashi? —escupí, intentando no sonar nerviosa. Si él lo mencionaba de repente, seguro era por algo.
—¿En qué tipo de relación están ustedes dos?
(...)
Shikamaru sabe cosas.
¡Aló! ¿Cómo se encuentran todos? Les mando mis mejores deseos<3
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