XXVI
Y me besó.
Apenas un toque demasiado suave y corto para llamarse beso, pero nuestros rostros aún permanecían demasiado cerca. Tomé aliento, pasando mi vista de sus ojos a sus labios, ahora cubiertos por la máscara.
Yo sabía que no había besado un pedazo de tela. Kakashi sostenía la orilla de esta con su mano izquierda, mal acomodada. La otra sostenía mi mejilla.
¿Qué acaba de pasar?
—Yo... Eh... —intenté decir algo, pero todo mi sistema en este momento estaba en corto circuito.
Lo siento, no hay servicio.
Él pareció ponerse un poco nervioso, pues se separó de mí, enrojecido, para acomodarse bien la máscara. Aun así parecía querer mantener una extraña compostura y dignidad.
Se aclaró la garganta antes de hablar:
—¿Te... ha molestado? —preguntó, con cierta timidez impropia de él.
—Eh... —simplemente mi mente se había desconectado por completo, había dejado de funcionar o había huido. Ninguna de las tres significaba algo bueno para mí.
Kakashi, ante mi falta de respuesta, parece haberse puesto más nervioso. Se talló un poco la nuca antes de intentar diluir el incómodo silencio.
—Yo... Lo siento si te incomodé, pensé que era el momento adecuado —¿Adecuado? ¿Adecuado en qué sentido? ¿Por qué?—. Creo que he interpretado mal tus acciones —siguió hablando al no concebir respuesta de mi parte—, pensé que se trataba de un acuerdo mutuo.
¿Acuerdo mutuo? ¿Yo y Kakashi? ¿ESE Kakashi Hatake?
Seguí dentro de mi incredulidad unos segundos más, hasta notar que él esperaba una especie de respuesta de mi parte.
—Yo... Déjame procesarlo unos segundos —le indiqué para que se relajara, él volvió a la expresión del usual Kakashi de inmediato.
Bien, recapitulemos.
Primeramente, había salido con vida de una persecución de Akatsuki, y no de cualquiera de sus miembros, se trataban de Itachi y Tobi. Eso por sí solo podría considerarse un milagro.
De no ser poco, me he encontrado con otra persona de mi mundo y ha resultado no estar de parte de raíz. He logrado hacer el jutsu de transformación sin manos. He llegado a salvo a la aldea de la arena y por fin he podido saludar a los hermanos Gaara en persona. He podido volver a tener mi cuerpo gracias al jutsu de transformación y, como cereza del pastel, Kakashi me ha besado.
¿Estaba muerta acaso?
Porque de no ser así, sentía que me iba a morir en este momento de una terrible taquicardia.
Intenté serenarme y aclarar mi mente, soltando el aire lentamente. Levanté la vista cuando creí que tenía la cabeza lo suficientemente ordenada para pensar en qué decir, encontrándome con la mirada de Kakashi, que seguía concentrado en mí aunque hubiese sacado su librito momentos atrás, intuyendo que llevaría un rato.
Sonreí antes de contestar.
—A ver, hazlo de nuevo. Creo que no me ha quedado lo suficientemente claro —al parecer mi respuesta provoco que Kakashi no se aguantara una risa, pero pronto se dió cuenta que lo decía en serio, se detuvo y alzó su ceja.
—Pensé que no te interesaban estas cosas —dijo en respuesta, algo confundido.
—¿Qué? —ahora la confundida era yo—. Eres Kakashi Hatake, ¿quién demonios no estaría feliz si los besas?
—Creo que existe una larga lista de personas —comentó, dándome una mirada extraña. Yo me imaginé a Kakashi besando a otros personajes al azar y, bueno, sí, tenía algo de razón, no me los imaginaba reaccionando muy felices.
—Creo que no lo he planteado correctamente —me disculpé, intentando no reírme por los anteriores escenarios que imaginé—. Pero he sido yo quien ha pensado que no te interesaban estas cosas. ¿No eres asexual o algo así? —Kakashi apenas mandó una mirada a su pequeño libro entre manos, obviando el hecho de que eso no era posible—. Bueno, no sé, ¿arromántico?
—No es así —me respondió como si lo que decía se tratase de algo ridículo, con una ceja alzada—. ¿Por qué concluiste eso? No tiene mucho sentido.
—Eh, bueno- Solo que originalmente nunca te interesaste por alguien de esa forma y- no sé, pensé, pensé que era de esa forma, y como nunca tuviste pareja pensé que no había oportunidad —ni siquiera sabía si lo que acababa de decir tenía algo de coherencia, probablemente no. Kakashi se quedó pesando unos segundos antes de contestar.
—Eso debe ser porque tú no estabas ahí.
Dos cables en mi cabeza hicieron corto circuito nuevamente. Fruncí el entrecejo para verle, esperando que soltara una risa y dijera que era una mala broma, pero no lo hizo.
No podía estar hablando en serio. De hecho, eso ni siquiera tenía sentido. ¿Cómo iba a...? ¿Qué?
—Eso es... —iba a volver a replicar, pero me interrumpieron tocando la puerta.
(...)
—¿Cómo que ya nos vamos? —intentaba seguirle el paso a Kakashi junto a dos ninjas que caminaban a lo largo del pasillo, pero al haberme tenido que transformar nuevamente a mi versión piernas-cortas, se me dificultaba más.
—Es mejor de esa forma. Para evitar problemas con Konoha y la organización Akatsuki, es prioritario que regresen lo antes posible. El Kazekage ya ha dado su orden —yo asentí hacia el ninja que me respondió, algo decepcionada por no poder despedirme de los hermanos de la arena.
No tardamos mucho en llegar a la entrada de la aldea, seguidos por los tres jounin que había mandado Gaara. Parece ser que tenían la orden de acompañarnos hasta el país del fuego, para evitar cualquier tipo de altercado, considerando que aún no nos habíamos recuperado por completo de nuestros anteriores enfrentamientos.
Realizaron unos trámites en la entrada de la aldea que eran necesarios para dejarnos salir. Parece que era cierto que la seguridad había aumentado.
(...)
—No esperé que Gaara realmente nos asignara un equipo de jounin, cuando su aldea está corto de personal —le comenté a Kakashi durante el camino, cuando ya habíamos pasado al país del fuego y los ninjas de la arena retornaron. Nos quedaba poco para llegar a Konoha.
—No es de extrañar —Kakashi se alzó de hombros, yo voltee a verle para esperar un porqué—. Les has compartido información sobre Akatsuki, es de esperar que te protejan si pueden efectuar un trato parecido en un futuro. Es más beneficioso para ellos.
Yo asentí lentamente. Tenía sentido.
Nos quedamos un largo momento en silencio antes de que Kakashi comentara otra cosa.
—¿Has crecido? —preguntó extrañado.
—Cinco centímetros —inflé el pecho, orgullosa. El suspiró con una sonrisa.
—Es demasiado obvio. No hemos estado fuera ni siquiera un mes, nadie creerá que creciste tanto.
—Nah, no se darán cuenta.
(...)
Corto porque no les quería dejar esperando. De nada.
Aunque más bien les debo una a ustedes, pobres, ya les tengo todos acostumbrados a que no suceda nada, JJAJAJAAJAJJS.
La verdad, tengo que confesar que sí, sí iba a ser un trolleo, je. Bueno, no iba a ser un beso en la mejilla o algo así, pero iba a ser con máscara, so... Me dieron penita
Pero, ¿qué les pareció?
Es todo por ahora~
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