XLI
—Mierda —gruñí al recibir un golpe en el estómago, retrocediendo de inmediato para que no me llegara otro—. Has estado mejorando sin mí, ¿eh, Kakashi?
—Es de esperar que mejore cuando alguien me fuerza a venir a pelear aunque estoy ocupado, ¿verdad? —contestó con su ceja alzada, yo sonreí.
—¿Cuándo te ha importado descuidar tus deberes? —contraataqué, separándome un poco del campo de entrenamiento hacia donde teníamos nuestras cosas, para tomar algo de agua.
—¿Qué dices? Yo siempre soy un ninja responsable —afirmó, y yo casi me atraganto con el agua para no reírme.
—Bueno, realmente te había llamado para saber si tienes noticias de Jiraiya.
—Ah, pobre de mí, solo soy usado por ti para ponerte en contacto con otros hombres —exageró, poniendo una de sus manos en su frente.
—¡Hey, no me copees, la del drama soy yo! —respondí entre risas—. Últimamente has estado más relajado, uh.
—No lo creo, ya que he estado haciendo los mandados de alguien —reprochó, refiriéndose indirectamente a mí—. Pero regresando a lo de Jiraiya, no he tenido ninguna noticia alentadora sobre algo que haya descubierto desde que le mandaste esa cosa la vez pasada.
—Se llama celular —le recordé—. Pero, dime, ¿realmente no ha pasado nada? ¿No ha intentado salir de la aldea?
—No sé exactamente todo, pero no ha salido a ningún lugar de las afueras que yo sepa, ¿por qué?
—Menos mal —me alivié de inmediato—. Si sale de la aldea nada bueno va a ocurrir.
—Otra de tus cosas del futuro, uh.
—Yep —afirmé, y seguido moví mis cosas para conseguir un lugar para sentarme a la sombra del árbol, buscando descansar después del entrenamiento—. Por cierto, tengo una pregunta. Shikamaru hace poco me dijo que los ninjas no pueden transformarse en objetos inanimados, ¿es eso cierto? —ante mi pregunta, el me miró con confusión.
—¿No fuiste tú quién descubrió a los ninjas del charco cuando salimos al país de las olas por el tema del puente?
—Ah, cierto —me sorprendí de haber dejado pasar algo tan importante, después fruncí el entrecejo—. Eso me recuerda que me odiabas en esa época.
—No te odiaba...
—No, solo me intentaste degollar con cariño.
—Regresando a tu pregunta —cambió de tema nuevamente, algo nervioso—, ¿la terminología que usó Shikamaru fue "transformarse" o "convertirse"?
—Ni idea, no recuerdo algo así, significan lo mismo —me alcé de hombros, sin darle importancia.
—Tal vez para ti es así, pero a él no se le escaparía algo tan importante de esa forma. Los ninjas utilizamos la palabra "transformarse" en el sentido de usar el jutsu de transformación para aparentar ser otra persona u objeto.
—¿Y el punto es...?
—Probablemente él utilizó la palabra "convertirse" o algo parecido contigo, ya que, cuando tú utilizas el jutsu de transformación, no solo "aparentas" ser el objeto o la persona, si no que adoptas su morfología o forma por completo. Más que "aparentar", como cualquier otro ninja, la palabra "ser" lo describiría mejor.
Entonces recordé claramente que las palabras que había utilizado en mi pequeño periodo depresivo, habían sido claramente "Quiero ser una piedra". Entonces a eso se había referido Shikamaru.
—Wow, en ese caso yo sería algo súper poderoso, ¿no lo crees?
—¿Por qué? Aunque en lo que transformes tenga un sentido de permanencia en consideración a un jutsu de transformación, no creo que pueda ayudarte más allá de tu regeneración.
—No, no, no, Kakashi, piensa en grande —le tomé de los hombros para sacudirlo con fuerza—. ¿Qué pasa si, por ejemplo, hago un clon y hago que se transforme en una pistola, o en algo mejor, como en una bomba atómica?
—¿Atómica? —preguntó bastante confundido, como si mis palabras no le hicieran sentido alguno.
—Oh, por el chakra —tuve que detenerme a tomar aliento de lo emocionada y asombrada que estaba. ¿¡Cómo no se me había ocurrido algo así antes?! Definitivamente cualquier pelea sería más fácil con una pistola—. Te explico —le indiqué una vez que me había tranquilizado lo suficiente para recordar cómo se ordenaban las letras para formar palabras—. Primero la pistola, es como un aparato que tira cosas más o menos de este tamaño —hice una seña con los dedos, intentando hacerlo fácil para alguien que no tenía idea del tema.
—¿Tan pequeño? —preguntó aún perdido, sin comprender el porqué era tan emocionante para mí—. ¿Tiene alguna característica especial, como los sellos explosivos?
—No, solo es una cosa así a la que llamamos bala, normalmente de metal —él me miraba aún sin estar convencido—. Y lo lanza como a trescientos metros por segundo, aunque depende de qué pistola.
Él se detuvo un momento, hizo algunos cálculos en su cabeza y miró un par de veces el campo frente a nosotros, como si intentara medir la distancia con la vista. Seguido, su sorpresa fue tal que casi se le sale su ojo sano de la impresión.
—Eso podría perforar fácilmente a cualquier persona, y ni siquiera se lo vería venir —admitió asombrado, yo sonreí orgullosa de los inventos de mi mundo—. ¿Cómo las evaden? Pensé que en tu mundo no tenían chakra, ¿pueden moverse lo suficientemente rápido para esquivarlas? —preguntó curioso.
—No creo que haya alguien que pueda esquivar una bala —contesté, sintiéndome feliz de poder hablar de cosas sobre mi mundo—. Y no, no tenemos nada de chakra o algo parecido. Si le disparas a alguien en un punto vital definitivamente morirá.
—Pero si no tienen chakra, ¿para qué necesitan algo tan peligroso? —siguió preguntando. Sin embargo, la felicidad que había sentido segundos antes, se diluyó de inmediato.
—Eso es... algo que nunca me había cuestionado —sonreí consternada, pues la existencia de las armas era tan básica que no me cabía en la cabeza que sea posible un lugar sin ellas—. De cierta forma es igual que aquí, solo que, en lugar de chakra y kunais, tenemos eso —me rasqué la nuca incómoda, incapaz de sentirme orgullosa de algo así.
Sentía que de cierto modo había defraudado su idealización sobre mi mundo, con la existencia de armas más peligrosas de las que existían aquí cuando las personas no podían hacer nada contra ellas.
—Entiendo —contestó él, y viendo mi incomodidad intentó cambiar el tema—. Entonces mejor explícame, ¿qué es eso de bomba atómica?
Me estaba quedando en blanco.
—Es un explosivo —aclaré, y podía ver su expresión preguntando si era algo parecido a los sellos explosivos aunque no usara palabras—, solo que, bueno... Podría destruir fácilmente una ciudad entera, más si es tan pequeña como Konoha...
Konoha era grande, fructífera y poderosa entre todas las demás aldeas ninja. Sin embargo, en cuanto a tamaño y población, no podía ser comparada con una ciudad de mi mundo, mucho menos si vivías en una capital. Pensar que todo el lugar que triunfado en innumerables disputas, podría ser demolido fácilmente con una sola arma de mi mundo era impactante, tanto para mí como para Kakashi.
—Ya veo —tuvo que aclararse la garganta para salir de su impresión—. Aunque recomendaría abstenerte de convertirte en eso.
—No me lo tienes que decir dos veces, después de todo ni yo misma podría sobrevivir a una explosión así.
—Es bueno que lo entiendas —asintió él, conforme—. Entonces, sobre tu mundo...
—Ya sé, supongo que la seguridad no es nuestra especialidad.
—Cuéntame más sobre él —pidió, mirándome a los ojos.
—¿Así de repente?
—Me da curiosidad. En Suna me habías contado algo sobre que ibas a entrar a la "universidad", ¿qué es eso?
—Es como la academia de aquí, pero para mayores. Entras ahí si quieres especializarte en un área específica de conocimiento, que después utilizarás para trabajar.
—¿Para qué necesitan esperar tanto para entrar? ¿No pueden solo empezar desde más jóvenes? —seguía preguntando con curiosidad, haciéndome sonreír.
—De hecho vamos a la escuela desde jóvenes, pero son varias etapas y no es hasta en la universidad cuando te especializas.
—Ya veo... —sostuvo su barbilla, encontrándole sentido (o tal vez no).
—No me había dado cuenta de qué tan diferente es mi mundo de este, hasta que te veo tan confundido solo por la descripción de universidad —reí.
—Es de esperar. Tú has vivido en ambos mundos y has podido experimentar muchas cosas, pero ya que yo nunca he estado en tu mundo, me es difícil imaginar algo diferente a como vivimos aquí.
—Desearía poder llevarte ahí, al menos un día, para poder enseñartelo.
—Yo también quisiera conocerlo.
(...)
—Ah...
—Últimamente no te veo con mucha energía, ¿quieres tomarte un descanso? —preguntó Inoichi en un escritorio que estaba acomodado frente al mío.
—No, está bien —me negué, y seguí removiendo todos los papeles frente a mí—. Solo estaba pensando que tal vez Tsunade no me trajo aquí para "aprender", si no para lidiar con trabajo que ella no puede hacer —entonces tomé un montón de hojas en las que estaba trabajando y se las enseñé, para demostrar mi punto.
—No te preocupes por eso. Parece que mañana se transferirá a un prisionero al que tendremos que interrogar y, ya que la Quinta ha dado su autorización, podrás observar el interrogatorio.
—Wow, que emocionante —mencioné sin ganas.
—Es más interesante de lo que piensas, puedes tomar notas durante el interrogatorio para aprender sobre eso.
—Sí, pero aunque tome notas, "hacer interrogatorios" no es algo que veo necesario aprender para mí. Siento que estoy perdiendo el tiempo que podría estar utilizando mejorando en otras cosas.
—Tómalo con calma, ni siquiera los más grandes ninjas entrenan todo el tiempo.
—¿Conoces al maestro Gai y a su alumno, Rock Lee?
—Bueno, hay excepciones —se retractó, haciéndome sonreír un poco.
—El punto no es que esté perdiendo el tiempo de entrenar, si no en que si pierdo ese tiempo, me quedaré atrás de inmediato.
—No puede ser tan malo, además por lo que sé, eres lo suficientemente astuta para compensar tu fuerza. No puede ser tan malo —sabía que estaba recordando el show de la prueba de inicio.
—Te aseguro, mis compañeros de equipo los descuidas dos segundos y se vuelven 20 veces más fuertes. Un día van a estar peleando como titanes y, si no encuentro como seguirles el ritmo, solo seré una carga —aseguré, sabiendo que se lo tomaría como otra de mis exageraciones.
—No necesitas ser fuerte físicamente para intervenir en una pelea, o hasta para ganarla —me aseguró, ganando mi interés—. Hay ninjas de todo tipo que son necesarios para la aldea, desde los ninjas médicos hasta los estrategas son necesarios para manejar correctamente un combate y ellos pueden ser el factor por el que se decida una victoria o una derrota.
—Eres muy amable, pero aún así no me sirve de nada si no soy capaz de hacerlo por mí misma.
Él se quedó unos minutos en silencio, tranquilo, hasta que sonrió levemente.
—El talento no importa —aseguró. No sonaba como un intento de consuelo como antes, si no como algo que decía desde el fondo de su corazón—. No importa si piensas que vas a perder. Cada ninja tiene una razón para seguir peleando siempre —se detuvo, y me miró a los ojos—. En mi caso, lo daría todo por mi hija. Pero tú tienes que encontrar tu propia razón para seguir peleando.
(...)
Breve corte (ejem, con spoilers), para avisarles que estoy llorando porque me tuve que re-ver los últimos momentos de Inoichi para escribir algo que él realmente diría. Nometoquenestoysensible
Este capítulo iba a ser más largo, pero hay un montón de cosas ocurriendo que tengo que hacer una lista a Verónica para que recuerde:
-Sakura despertando, ya que Hinata ayudó a Tsunade.
-Itachi ya debió de estar muerto, pero ahí anda haciendo su desmadre.
-Evitar la muerte de Jiraiya.
-Averiguar qué chingados planea raíz ahora.
-Conseguir que Sasuke se enoje con Danzō para que deje de ser un dolor en el culo.
-Conseguir que Naruto entrene el modo Senin sin que Jiraiya muera.
-Averiguar qué están planeando Kakashi y Tsunade.
-Limpiar su habitación más seguido.
Eso es todo por ahora, hasta luego~
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