Treinta y uno

Antes de que lean el capítulo, me gustaría que, si tienen alguna teoría hasta ahora, la dejen en los comentarios. Me gustaría leerla ^^.

Plis, no me ignoren ;-;

Ahora sí, comencemos:

Hoy el día estaba un poco más triste que los demás.

Era increíble la cantidad de gente que se podía reunir por la muerte del anciano. Todos vestidos con las mismas ropas negras, pasaron dejando una rosa blanca frente al retrato de Hiruzen.

Era... deprimente.

Konohamaru no paraba de llorar y Naruto no había dicho una palabra en todo el día. Su ánimo no mejoró hasta que Iruka y Kakashi lo consolaron, diciéndole que su muerte no había sido en vano, que gracias a él se evitaron más bajas. Que era un héroe. Eso alegró a Naruto.

Hey, Hiruzen... Eso no me alegró a mí.

Yo pude haberlo evitado. Pude haber encontrado una forma de evitar tu muerte.

¿Por qué me sonreíste a pesar de que lo sabías...?

¿Qué se supone que haga ahora...?

Hey, anciano... Te necesito.

(...)

Llegué con los hombros pesados a mi departamento. Empujé la entrada con un pie, y dejé caer la pesada caja que llevaba en mis brazos a un lado de la puerta.

Un ANBU de Konoha se me había acercado (y con esto me refiero a que apareció repentinamente de la nada) después del velorio, y me entregó esa caja como mandato de Hiruzen antes de morir.

No estaba segura si debería simplemente abrirla, o tal vez no estaba preparada mentalmente para lo que puede haber dentro. De todas formas, cada segundo mi cabeza elaboraba una excusa más para que esa caja se mantuviera cerrada.

Pero no podía simplemente dejarlo así.

Lentamente me acerqué a la caja. En ella, resaltaba un gran sello color rojo, marcando en grande la palabra "Fallido". Un poco extrañada, retiré la tapa; dentro no habían más que papeles y carpetas. Me sentí un poco decepcionada, pero pronto me llamó la atención una carpeta con mi nombre.

Al abrirla, lo primero que me encontré fue una foto mía. A un lado venía toda mi información esencial, encabezado por el titulo "Sujeto Experimental No. 128". Ese nombre, por supuesto, captó mi atención de inmediato. Así que, con el seño fruncido, me dediqué a inspeccionar todo lo que venía escrito en las demás hojas.

Escrito a mano, con pulso firme y letra levemente curveada, describía como se había llevado a cabo algún tipo de técnica espacio-tiempo, en el que se extrajo de forma correcta al "Sujeto Experimental No. 128". Explicaba que se tenía la teoría que existía "otro mundo" y tenían el propósito de traer a seres de ese lado, para probar sus habilidades y, de llegar a ser útiles, fungieran como guerreros de Konoha, o en todo caso, como armas.

En todas las demás hojas que venían en la caja, con una letra más torpe, se especificaba a detalle cada acción que llevé a cabo desde que llegué a este lugar durante los primeros seis meses. De ahí, los reportes ya habían sido de manera más esporádica, donde solamente informaban mis avances cada mes, deteniéndose después de un año. Me habían mantenido vigilada.

Mi cabeza intentó procesar todo eso. No logré reaccionar de ninguna manera, solamente me quedé en blanco.

Rápidamente volví a tapar la caja y la guardé debajo de la cama. ¿Qué se supone que significaba todo eso...?

No era posible. Eso... no podía ser verdad. Si fuera verdad, significaría que Hiruzen me había engañado y eso era absurdo.
Hiruzen no me engañó.
¿Hiruzen no me engañó?

Yo... no sabía que pensar.

Solo... debería dormir.

—Hola —saludó tranquilamente desde la ventana, una vez que yo estaba tirada boca a bajo en mi cama. Como respuesta apreté mis parpados con molestia.

—Te dije que dejaras de hacer eso —sin separar mi rostro del confortable colchón, le tiré una de las almohadas que estaban a mi alcance. Escuché el sonido de algunas cosas caerse, sin saber si él esquivó mi intento de ataque, o simplemente no le di.

—Bueno, no te veías muy animada hoy. Es mi deber como maestro preocuparme de mis pupilos.

—Tú no eres mi maestro. Así que, si me haces el favor...

Lo escuché dar un largo suspiro y después no dijo nada. Levanté levemente la mirada para saber si se había ido, pero él seguía ahí parado.

—Me gustaría solucionar las cosas.

—¿Solucionar? —le interrumpí, levantándome bruscamente de la cama para encararlo—. Por favor, no me hagas reír.

Pude apreciar como su expresión cambió levemente al verme a la cara, yo no pude evitar voltear el rostro, un poco inquieta. ¿Qué tipo de expresión estoy haciendo en este momento?

—¿Sucedió algo importante? —preguntó.

—Nada que tú necesites saber —me mantuve hostil. Otro silencio volvió a formarse—. Si eso es a todo lo que venías, lárgate —sentencié, pero el simplemente se sentó en la orilla de mi cama—. ¡Que te largues, maldición!

—Sabes que lo que hice fue necesario —empezó a hablar—. Durante tu entrenamiento, empecé a notar algo extraño. Más específicamente, lo encontré extraño desde el momento en el que te pudiste librar del sello de Orochimaru. Tenía que descubrir una forma de ver cómo funciona tu chakra, es por ello que cambié levemente tu entrenamiento.

—¿Y descubriste algo, al menos? —por supuesto, yo seguía de mal humor. Una explicación tan vaga no iba a calmar mis ganas de estrellar su cara contra la pared, pero en primer lugar había sido mi culpa por creer que era su obligación entrenarme.

—Por supuesto —tomó aire—. No comprendo la causa, pero el chakra que posees tiene la singular habilidad de, por decirlo de alguna forma, "copiar" las habilidades de los demás. Lo comprobé cuando obtuviste la naturaleza de rayo después de mi demostración.

—¿Y en palabras sencillas?

—Supongo que lo describiría como una especie de Sharingan —contestó, un poco dudoso.

—Estás en lo correcto y, al mismo tiempo, no podrías estar más equivocado, Kakashi —una voz gruesa y animada interrumpió la conversación—. Yo diría que es más cómo... un agujero negro.

Kakashi se sorprendió por el intruso, más al saber que era uno de los tres Sannin. Jiraiya soltó unas carcajadas.

—¡Eh! Relajense, que esta vez sí he entrado por la puerta —comentó divertido. Yo solo pude soltar un gran suspiro, volviéndome a recostar en la cama—. Sobre lo que decías, Kakashi, tu manera de describirlo no es del todo correcta. Más bien, ni siquiera diría que ella tiene chakra...

—¿A qué te refieres? —preguntó Kakashi.

—Digo que, dado que su cuerpo carece de chakra, el cual es la energía de vida de este lugar —hizo énfasis en las últimas dos palabras—, su cuerpo lo reemplaza absorbiendo el que está alrededor. Por ello no es que sea capaz de copiar tu naturaleza de chakra, sino que directamente está utilizando el tuyo.

—Pero... eso no tiene sentido. ¿Cómo puede ser que exista alguien sin chakra?

—Fuera de este mundo, ¿eh? —comentó con un toque de ironía.

—Tú... ¿Lo sabías? —me levanté nuevamente al escuchar sus palabras, inquieta, buscando aclarar cuánto es que él sabía.

—¡Por supuesto que sí, mocosa! ¿Quién crees que soy, eh? —se apuntó a sí mismo, con orgullo de su descubrimiento—. ¡Yo soy Jiraiya, el sabio de...!

—Sí, sí, lo que sea —le interrumpí—. Pero, ¿todo...?

Él suavizó la vista, lo que me hizo entender que también lo sabía.

—Mocosa... —se inclinó hacia mí, susurrando. Dado que Kakashi estaba poniendo suma atención a cada palabra que decíamos, probablemente ya estaba sacando sus propias conclusiones—. No es necesario que te guardes todo, ¿lo sabías? —me apuntó levemente con la mirada a Kakashi—. Ese sujeto se está estresando demasiado intentando comprender tu situación. Intenta proteger a su aldea y al mismo tiempo a ti, solo que se le dificulta. Dale una oportunidad, ¿vale? Podrá ser un flojo, pero ya ha pasado por mucho —me sacudió cariñosamente los cabellos antes de erguirse—. ¡Ah, cierto! -antes de retirarse del departamento, pareció acordarse de algo. Después volteó a verme a mí y a Kakashi repetidamente—. Bueno, supongo que puede esperar —me guiñó el ojo, desapareciendo tras la puerta.

Repetí todo lo que me había dicho en la cabeza.

Y en realidad... Kakashi nunca había sido el malo. Yo conocía todo de él, sabía sus antecedentes y podía considerar que no iba a filtrar mi información. ¿Qué ganaba haciéndolo, de todas formas?

Fui tan estúpida.

Y ahora... Supongo que tengo que remediarlo.

—Bueno... ¿por dónde empiezo?

(...)

¿Y ahora qué piensan, eh?

Bueno, ya saben qué pedo con el chakra de Verónica y también el porqué llegó a ese lugar. Lo más importante de ha resuelto, supongo 😌.

Un dato curioso es que Verónica ya no piensa en el lugar donde vive como "suyo", después de leer eso. Se refiere cómo "el" departamento, en lugar de "mi" departamento, o "la" cama, en lugar de "mi" cama, o así. Me gusta jugar con ese tipo de detalles.

Ahora, en noticias menos importantes: EL OPENING DE ESTE ARCO ES UNA MARAVILLA.

Fighting dreamers 🎶, na na na na na na, FIGHTING DREAMERS 🎶🎶

Okeeeeeey, me calmo.

Bueno, hastaaaaaaaa luegoooooooooo~

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