Treinta y ocho


Acomodé con más fuerza la mochila sobre mi hombro. ¿Qué tanto llevaba ahí dentro? Ni siquiera había salido de la aldea y ya estaba cansada de cargarla.

Por otro lado, la noche era verdaderamente hermosa. Nunca me había tomado el tiempo de apreciarlo. Las luces de las personas estaban mayormente apagadas, por lo que se podrían apreciar perfectamente cada uno de los colores destelleantes que el cielo tenía para ofrecer.

Era, como decía mi mamá, igual al cielo del campo... No, aún más hermoso.

Tomé aire lentamente. Estaba fresco y olía bien, a pan recién hecho.

Quería llorar.

No me gustaban las despedidas. Sonará cliché, pero es una de las cosas que más odio. Y en este momento, sentía que Konoha se estaba despidiendo de mí... y de cierta forma esperaba que no fuera para siempre.

—¿Qué haces caminando aquí a estas horas?—me preguntó una voz grave detrás de mí. Me volteé lentamente, sin exaltarme al reconocer ese timbre.

—Tienes que pasar por aquí para llegar a la salida de la aldea —respondí, mandándole una mirada de comprensión.

—No creas que me vas a detener —aseguró Sasuke, al saber que yo había captado su intención de abandonar la aldea.

Tampoco es como si yo pudiese decir algo en contra, mucho menos hacer el intento de detenerlo, ya que estaba haciendo exactamente lo mismo. Estaba huyendo; como una sucia y vil cucaracha. Y aunque ciertamente la quinta me ha desterrado, también fue en parte voluntario.

—Ni siquiera lo voy a intentar —le respondí, sin ánimos.

—¿Qué dices? —se sorprendió un poco con mi respuesta. Tal vez él también esperaba que, aunque fuera inútil, intentara hacer que se quedara.

Después paseó su vista por mi expresión, llegando posteriormente a ver la mochila que llevaba en mi espalda. Volvió a pararse derecho, orgulloso y, socarronamente, habló:

—Tampoco pienso traerte conmigo.

—Deja de hacerte ideas, payaso—-le interrumpí antes de que siguiera—. Por si no te has enterado, desde hoy he sido desterrada de la aldea de Konoha.

(...)

Llevaba un par de días avanzando. Realmente no sabía cómo se encontraban los chicos, ni siquiera qué había sucedido en el valle del fin. No tendría porqué saberlo.

Pero no podía dejar de pensar en eso.

Antes de irme, por supuesto, dejé una nota avisando que Sasuke se había escapado. En la historia original lo saben porque encuentran a Sakura en la mañana, desmayada en una banca, pero yo no iba a encontrarme en ese lugar para poder hacer eso, así que recurrí a la nota. Esperaba que la hayan creído.

Por otro lado, me preguntaba... ¿Ya se habrán dado cuenta de mi ausencia? Digo, Tsunade ya debió haber verificado que no me encontraba en la aldea, pero no podía evitar cuestionarme si los otros personajes les importará que yo ya no esté ahí.

No les caía bien, de todas formas.

Dejé de divagar cuando a la lejanía miré mi destino y, me dediqué mejor, a apresurar mi paso.

Aquí voy, aldea de la Arena.

(...)

-
—... Y entonces, vine para acá —terminé de relatarle a Gaara todo lo que había ocurrido (por supuesto, exceptuando algunos detalles). Él me había recibido con los brazos abiertos y me había escuchado muy amablemente; en realidad era un cambio impresionante (aunque claro, seguía dando esa sensación de que te podía matar en cualquier momento).

—Esa debió ser una decisión muy difícil de tomar... —me reconfortó.

—A decir verdad, no me arrepiento de nada —le sonreí. Hablar con él me transmitía de cierta forma tranquilidad. A diferencia de cuando trataba con alguien de Konoha, siempre tenía la presión constante de que querían algo de mí.

De pronto, la puerta se abrió. Temari entró a la habitación, ignorando brevemente mi presencia mientras regañaba a Gaara, parecía haber dejado arena tirada por algún lugar. Él se encogió avergonzado, y le indicó que yo me encontraba aquí.

—¿Verónica? —me reconoció, haciendo una mueca de sorpresa.

—En carne y hueso —no había sostenido una buena conversación con ella, así que no sabía realmente cómo tratarla. Por otro lado, ella no parecía tener problema, se desenvolvió con mucha confianza al conversar, lo que también me la transmitió a mí.

—¡Que bueno que te veo! Supe que ayudaste mucho a mi hermano, pero no tuve la oportunidad de agradecerte. Ah, pero que descortés de mi parte, ¿para qué has venido? ¿Necesitas algo? Lo que sea que yo...

—Ella se quedará aquí —habló Gaara, interrumpiendola, pues cada vez hablaba más rápido.

—¿Te quedarás? —me preguntó después de procesarlo, de forma que daba la impresión de querer confirmarlo.

—Eh... Pues supongo que sí. No tengo a donde más ir —me alcé de hombros, no dándole mucha importancia.

—¡Ah, eso es fantástico! —me tomó de un brazo, levantandome y arrastrandome para afuera. Gaara se quedó sin palabras ante las acciones de su hermana—. Entonces tendremos mucho tiempo, lo primero que podríamos hacer es...

Y siguió hablando, de manera que, de nuevo, cada vez se hacía más inentendible.

Pero, de todas formas... Me sentía más querida que en Konoha.

(...)

Hello, it's me c:

¿Cómo están?

Ah, cierto; ¡HE REGRESADOOOO!

Noticias: no tenía ideas. Ni tiempo. Ni energía. Ni ganas de vivir...

¡PERO! Jajsjajajs, ¿qué creen que sucederá son Sasuki? ¿Y con Vero?

Lo sabrán en el próximo episodio. Sintonicenos a la misma hora, por el mismo canal por el...

Bueno, no. Ya.

Les juro que intenté hacer un capítulo largo ;-;

Y también les juro que esto no es relleno. No, claro que no.

¡POR CIERTO! Cumplí años, así que ahora soy un año más vieja ;-; .

En realidad ya no tengo nada más que decir. So...

¡HASTA LUEGOOOOO! <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top