Capítulo 11: Pandora's


NIKKI_ 11:23pm

¿Cuándo piensas salir de casa? ¡Te estamos esperando!

KATE_ 11.25pm

Dijisteis que me pasaríais a buscar a y media, ¡faltan cinco minutos!

¿Está Tyler?

NIKKI_ 11.25pm

Claro, cuando llegamos ya estaba.


Al leer el último mensaje de Nikki me siento algo culpable por Tyler, no sé el porqué, pero los principales motivos que se me ocurren son simples barbaridades. Bajo apresuradamente las escaleras, dejando a Meghan en mi habitación; en cuanto se enteró de que iba a ir a un pub sus ojos se iluminaron como si acabara de ver a una superestrella justo en frente de ella, pero mejor dicho era su bombilla de ideas. Según ella, este año será su ocasión de llevarme al lado bueno de las cosas, refiriéndose a la moda. Ella y mamá saben que la moda no acaba de ser lo mío, y hace mucho años que entendí que nunca sería un icono de la moda. No obstante, la idea de que Meghan me eché un cable al fin y al cabo no es tan mala, fui yo la que este año quería cambiar eso ¿no?

Por primera vez acepté la ofrenda de mi hermana de una de sus camisetas, solo con la condición de que me dejara uno de sus collares, uno dorado y bastante largo, posiblemente me llegaba más abajo del ombligo y tenía unas redondas abstractas como colgante. La camiseta era corta y de tirantes, con tiras en la espalda, y a pesar de que no estaba acostumbrada a llevar camisetas como tales, mis pantalones de talle alto blancos, un talle tan alto que superaba el ombligo, hacían que me sintiera cómoda. Como condición debía ponerme sus botas marrones, desde mi punto de vista de moda juvenil prefería las negras, pero insistía en que le daban un toque más cool, sobre todo por el borde negro que éstas tenían.

—¡Espera! —grita Meghan desde el piso de arriba, bajando los escalones de dos en dos—. No te olvides el cárdigan —insiste mientras baja a toda prisa, tan rápida no cae al suelo por los pelos, y yo consigo aguantarla evitando la caída. Se coloca bien las ondas de su cabello hacia atrás quedándose recta en el último escalón y me ofrece éste, con una grata sonrisa y la cabeza en alto esbozando una orgullosa sonrisa.

—No está mal —confieso tras habérmelo puesto, mirándome atentamente en el espejo.

Fantabulosa —dice satisfactoriamente, llevándose las manos entrelazadas a su barbilla, mirándome con ilusión—. ¿Mañana me harás galletitas?

—Claro —asiento risueña—. Marcho, intentaré no volver tarde, me traen en coche —digo al ver a mamá detrás nuestro a través del espejo. Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla

—Muy guapa. Ten cuidado —Es lo último que dice antes de disponerme a salir, doy una última vuelta dedicándoles y una sonrisa y cierro la puerta principal tras de mí.

Había dos coches en la acera de enfrente de mi casa: el de Tyler y el de Mark. Suponía que saldríamos todos hoy, por lo tanto, como teóricamente éramos siete cabíamos perfectamente en ambos coches, se me hizo raro porque Tyler dijo que me llevaría y por alguna razón pensé que iba con exclusividad hacia mí, pero el pensar que habrá más personas en el coche es tranquilizador. Me dirijo hacia allí tras saludar al coche de Mark, que está un par de metros sobre el de Tyler y abro la puerta del copiloto. Para mi sorpresa no hay nadie, solo Tyler con una chupa de cuero. Se estaba mirando por el retrovisor, pasando una mano por su cabello, repeinándose, poniendo esa mirada vanidosa con sus ojos color miel. La puerta estaba cerrada, así que doy un par de toquecitos a la ventana. Al darse cuenta da un sobresalto, pero cuando se percata de mi presencia recupera la compostura y con sus labios articula «perdón», juntando sus manos en alto y apoyándolas en su mentón, pidiéndome que le disculpara.

—¿Lista? —pregunta, apoyando sus manos sobre el volante. Asiento confundida al vernos solos en el coche. Me abrocho el cinturón con suavidad, pero  arranca antes de tiempo a una velocidad similar al despegue de una atracción, siguiendo al coche de Mark—. Hay que hacer una paradita antes.

Le miro extrañada, esperándome cualquier cosa menos la más obvia. En cuanto llegamos al instituto lo entendí, veníamos a buscar a Ashton y Trevor, y por eso el coche estaba vacío. Una especie de decepción abunda mi cuerpo, pero rápidamente reaccioné y me di cuenta de que no podía ser tan ingenua con Tyler, era el capitán de fútbol, popular y un mujeriego, y aun así había llegado a creer que iba con un fin amoroso por su parte. Sin embargo, todo esto me tranquiliza, me hace sentir más segura y confiada para pasar la noche con ellos, sin preguntas absurdas ni estúpidas insinuaciones de las que por fin me había librado.

—Venga, subir, ¡es para hoy! —chilla Tyler risueño hacia los dos sujetos que se acercaban para subirse al coche.

—¡Va, tortugas! —grita Mark, reventando la bocina del coche y despegando a toda prisa hacia el norte de West Palm Beach en cuanto vio subir a Trevor y Ashton al coche.

—La tortuga siempre gana, ¿no leías en el colegio? —replica Tyler acelerando, haciendo referencia a la fábula de la liebre y la tortuga, donde por creer que era la más rápida y que no tenía competencia se pone a dormir en mitad de una carrera y la tortuga consigue avanzarla ganando ésta. Tremenda y cierta lección.

Las calles de West Palm Beach por la noche son realmente un paisaje digno de ver. Millones de luces alumbran la ciudad, de una gran variedad de colores y a través del coche me queda claro donde será mi destino la próxima vez que salga por la noche: el paseo. El paseo de Palm Beach es bonito, hay una gran playa, pero este lugar, a pesar de no tener, tiene algo mágico. Cuando éramos pequeñas, a Meghan y a mí nos traían poco, siempre hemos sido muy caseras, y a mi madre le encantaba la orilla de Palm Beach; sin embargo, cuando Meghan comenzó a salir y a contarme cada lugar que visitaba, solo deseaba llegar a su edad para poder verlo con mis propios ojos.

El local llamado Pandora's estaba a cuatro manzanas más arriba del instituto, en una calle donde había varios bares y pubs, entre otros night-clubs y discotecas. Aparcamos dos calles a la derecha, Mark y los demás tuvieron que aparcar más lejos, ya que no había más plazas libres y como era de suponer, nosotros llegamos antes. La cantidad de coches que había y de personas por las calles era una locura. No sé si era porque no estaba acostumbrada a salir de noche y lo veía todo con exageración y un punto de dramatismo, pero no tenía ni idea de que tanta gente saliera a hacer vida nocturna. Vimos un par de adultos que iban más lejos; esta calle es más juvenil, pubs y discotecas para adolescentes. Aún no conozco ninguna discoteca, pero no dudo en que pronto me llevarán a alguna.

Llegamos a la entrada de Pandora's, había bastante gente para entrar, pero no la suficiente como para tener que hacer cola. Ashton, Trevor, Tyler y yo nos sentamos en unos taburetes metálicos, en la parte exterior del local; más bien Ashton y yo. Trevor y Tyler estaban de pie, hacíamos tiempo hasta que llegaran los demás. Trevor estaba en llamada con Mark para ver cómo iban, daba vueltas sobre sí y agitaba los brazos mostrándose agobiado, por lo tanto, puedo deducir que Mark había aparcado bastante lejos. Mientras tanto, Tyler mensajeaba, y Ashton me comenzó a explicar cientos de cosas poco interesantes e idóneas, las cuáles hacía ver que escuchaba. En cambio, yo me dedicaba a mirar la fachada del lugar. Hasta donde tenía entendido, los pubs solían ser pequeños, pero por la apariencia del lugar este era realmente grande. Ocupaba bastante calle, la pared era negra y había una gran puerta doble de cristal con luces fosforescentes que iban cambiando de color entre rosa, azul, violeta y amarillo. A partir del punto en el que acababa la puerta, acababa el color negro y a esa altura había un blanco brillante con el nombre de Pandora's en luces neón grises. A ambos lados había taburetes metálicos y un guardia con esmoquin en la puerta. Era bastante grande y se notaba que nadie le llevaría la contraria, no parecía lo que se dice muy amigable.

A lo lejos vimos llegar a los demás, Nikki iba la primera, dando guerra como siempre. Discutía entre bromas con Mark. A lo lejos diviso como le da un golpe con el bolso, después estalla a reír y viene corriendo hacia aquí; ahora ya sé de quién se me ha enganchado lo dar golpes con cosas... Su vestimenta me dejó totalmente impactada: Nikki vestía muy bien, y todo lo que se ponía le favorecía, y, aun así, no hacía el mínimo esfuerzo por impresionar a nadie. Vestía una especie de jersey largo, rojo con difuminados puntos negros, el cuello era de una anchura que dejaba uno de sus hombros al descubierto. El jersey tapaba gran trozo de la falda de tubo negra, combinaba con unos zapatos negros y sus rizos marrones caían sobre el jersey. Mark se reincorpora con los de atrás, quienes vienen a paso lento, Chad y... ¿Jennifer? La chica morena que vi en la puerta del instituto venía con ellos, y eso me desconcertó bastante.

—¡Amiga! —grita Nikki cerca de mi oreja, dejándome un poco sorda. Me abraza fuerte y le devuelvo el abrazo. En los últimos días nos hemos unido aún más y me parece algo increíble lo mucho que me ha facilitado la llegada a Palm Beach—. ¿Ha sido duro el viaje hasta aquí con estos chicos?

—Un poquito... Pero he podido soportarlo —bromeo, Nikki y yo reímos y miro hacia ellos, Trevor se une a la conversación mientras Tyler y Ashton hablan sobre algo que este último le enseña en su teléfono móvil—. ¿Y tú viaje? Tiene que ser duro ir con Mark al volante...

—¡Sin duda alguna lo ha sido! —grita, agitando sus manos en el aire de arriba abajo, ofreciéndonos una expresión miedosa en su rostro—. ¿Podéis creer que ha aparcado en la calle de bares donde va la gente adulta? No parábamos de encontrarnos a cuarentones pervertidos. De verdad, nunca vayas allí.

Chad es el siguiente en saludarme. Los rizos de su gran melena de pelo afro eran una de las mejores cosas que tenía físicamente, por el contrario, Nikki tenía la melena simplemente ondulada. Vestía un pantalón de chándal gris y una simple camiseta blanca. Charlé con él un poco hasta que vinieron a saludarme Jennifer y Mark, estoy segura de que la expresión de mi rostro cambió por completo al verlos juntos delante de mí, pero traté de pensar que no se había notado demasiado.

—Kate, está es Jennifer Thompson —Nos presenta Mark agarrándola de la mano y dándole una vuelta sobre si misma. Ella ríe inocente y se acerca a saludarme.

—Puedes llamarme Jenny, me gusta más, todos me llaman así —admite con una sincera sonrisa y yo asiento, desviando la mirada hacia Mark

—Es mi novia —confiesa con una gran sonrisa, pero su mirada me dice que, si sé algo, me calle. Mi cuerpo cambia de sensaciones buenas por Jennifer, que era una chica guapa y simpática, se esfuman por el neandertal de Mark.

Entramos todos sin ningún problema. Me di cuenta esperando que a muchas chicas y chicos les pedían el DNI, y yo no lo llevaba encima. Estaba un poco cagada por si por mi culpa no entráramos, pero Tyler me tranquilizó mientras esperábamos, confesándome que solo se lo piden a jóvenes que realmente parecen pequeños, si dabas la impresión de tener la edad nunca hacían preguntas, sobre todo si ibas en grupos grandes.

Como bien supuse el local era grande, muy grande. En la entrada había otro segurata de pie junto a una pequeña barra de madera donde había un gran jarrón con flores y una carta del local. A penas había visto parte del local y la variedad de luces neón violetas y rosadas que lo iluminaban eran simplemente deslumbrantes. La barra de madera se une a una pequeña escalera, de no más de cinco escalones, metálica como el suelo de la entrada del lugar. Pasamos el segurata y nos adentramos en el lugar: había unas cuántas mesas en el "pisito" de arriba, rodeando la pista de baile. Al fondo había dos grandes sofás con varias mesas ya que era para diferentes grupos. Las mesas eran de madera y las sillas muy parecidas a sillones, cómodos y elegantes. Nikki me agarró de la mano y comenzó a correr por el local, con la intención de llegar la primera a los sofás. Por suerte, solo había un grupo de cinco personas en uno de los extremos, por lo tanto, cabíamos todos.

—¡Yo en la esquina! —gritó Nikki, simulando un tono infantil y acomodándose en dicho puesto. Me senté a su lado, dejando un hueco al mío antes de que acabara el sofá. Miré de reojo y vi como Chad y Trevor se acercaban a toda prisa hacía el sofá, y deduzco que sus intenciones son sentarse en algún sitio en especial.

—Já —asiente con satisfacción un orgulloso Chad, haciéndole burla a Trevor. Se sienta a mi lado y al notar que no entiendo lo que está ocurriendo comienza a reír y esta vez se gira hacia mí—. Este lugar es el mejor. Nikki siempre se pone ahí y luego para que salga tenemos un problemazo. Si quiero otra copa, no tengo a nadie de barrera.

—Al menos estoy al lado de esta preciosura —dice Trevor poniendo morritos y acercándolos a la mejilla de Nikki.

—Aléjate, Donson. A-M-I-G-O-S —replica, en un tono firme y Trevor comparte la misma expresión, pura seriedad. Los miro atentamente, aunque no duran mucho, a los tres segundos comienzan a reír y Nikki rodea a Trevor con sus brazos y lo abraza muy fuerte—. ¿Te gusta? Es de mis lugares favoritos de West Palm Beach —me pregunta, mirando con atención todo el local de nuevo.

—Es increíble, normalmente los pubs suelen ser mucho más pequeños, al menos los pocos a los que fui en Portland lo eran —asiento, haciendo ver que miraba el lugar con detención, pero eso ya lo había hecho nada más llegar, ahora mi atención se centraba en los demás. Al lado de Trevor se había sentado Tyler, el que se unía a la conversación, a su lado Jennifer, Mark y finalmente Ashton, el que por algún absurdo motivo estaba haciendo extrañas cosas con las manos, a mi parecer, un catalejo, mirando a través de él.

—Aquí también lo son, pero te hemos llevado al más grande. Muchos lo denominan night-club,algo más pequeño que una discoteca pero no tanto como para ser un pub, aunque formalmente se le llama así.  A demás, sirven la mejor clara de toda la ciudad —dice Tyler moviendo su cabeza de arriba abajo con aprobación.

—¡Déjate de explicaciones y vamos a beber! —exclama Mark, sin alzar mucho la voz, pero notándose cierto tono en ella.

—Un cuarenta y cinco, un cuarenta y cinco —informa Ashton a los demás, y yo, algo confusa, cuando veo hacia donde están mirando y donde apunta con su catalejo imaginario, deduzco lo que está pasando: una chica. Rubia, alta, delgada, y que, por su apariencia, se ha tomado una gran cantidad de alcohol y no sabe ni donde está la pista de baile, ya que sus bailes son algo ajetreados.

Ashton apunta las bebidas que quieren cada uno, yo confieso que no bebo alcohol, pero me pido una clara a medias con Jenny, ya que ella tampoco es muy fanática de las bebidas alcohólicas, así ninguna de las dos bebe mucho. Mark acompaña a Ashton, debido a que a deducir por sus objetivos ahí abajo no podrá traerlas solo. Cuando Mark estaba ya por la pequeña escalera que bajaba hacia la pista Ashton aún estaba levantándose del sofá, haciendo uno de los actos más asqueroso que había visto hoy: escupe un poco de saliva en su mano y se la restriega por el tupé, simulando ser gomina. Todos hacemos una mueca de asco al ver ese repentino acto, incluso los componentes de la mesa de al lado, a parte de ellos soy la única asombrada, pues todos están acostumbrados a las impertinencias de Ashton.

Tras unos segundos para asimilarlo, me uno a la conversación que están teniendo los demás. Escucho con atención a pesar de que me uniera tarde tratando de involucrarme en ella. Ya que Mark había ido a buscar las bebidas Jenny comienza a hablar sobre él, y deduzco que es el momento idóneo para preguntar sobre ellos.

La curiosidad mató al gato, pero tiene seis vidas más.

—¿Y cuánto llevas con Mark? Le conozco de hace poquito, pero supongo que llevaréis... —pregunto inclinándome hacia ella, mostrando interés, no solo por matar mi curiosidad si no por hacerle ver que llevarnos bien podría ser algo sencillo.

—Poco más de un año y medio —asiente mostrando una amplia sonrisa y una gran dosis de felicidad, algo que sin duda alguna yo no reflejaba. Frunzo el ceño y la miro perpleja, como si tras su mirada tratara de descubrir si está en lo cierto, pero no tiene motivos para mentir, porque estaba claro que el único mentiroso aquí era Mark. Nikki me da un pisotón en el pie, posiblemente haya descifrado ya lo que estaba pensando, cosa que a Jenny le está costando bastante.

—Oh, sí, creo que me lo comentó. ¡Dios mío, que cabeza! —exclamo alzando los brazos y dándome un leve golpe en la frente, como si fuera algo obvio y por alguna razón lo había olvidado. Oigo la risa de Chad de fondo, sabía que disimular no era mi punto fuerte—. Un año y medio ya eh, como pasa el tiempo... Se os ve muy... ¿felices? —confieso tratando de ocultar mi incertidumbre, mostrando, por desgracia, la sonrisa menos sincera que conseguí poner en esos momentos.

—La verdad es que sí —dice esbozando una sincera sonrisa. No debe de haber dudado de mi expresión, pero no me extraña si tampoco lo ha hecho de Mark, siento una especie de compasión por ella y me siento culpable por ello—. Hemos pasado por malas rachas, pero desde que empezó el verano estamos mejor que nunca, ¿no es genial? A demás, por fin he comenzado a llevarme con esta gente tan estupenda —añade abrazando a Tyler con ambos brazos, consiguiendo atrapar a Trevor a la vez. Eché un vistazo hacia cada uno de los que estábamos en la mesa, cada vez que miraba a alguien tenía más cara de póquer que el anterior, menos Nikki, que trataba de mostrarse empática y risueña con Jennifer, a pesar de que se le notaba que no era algo cien por cien sincero. Posiblemente Jennifer ya se había acostumbrado a estas expresiones como algo rutinario y no se daba cuenta de ello.

—Sí... Fíjate, a mí me ha pasado igual, ¡pero con Nikki! Si no hubiera sido por ella ahora mismo estaría en mi casa comiendo helado y viendo Lago Azul por décima vez. En este año —bromeo dirigiendo mi atención a Nikki, la que me da un pequeño empujón y dice «chicos, eso es verdad» con orgullo—. Pues... me alegro mucho de que las cosas vayan tan bien —concluyo dedicándole una media sonrisa, jugueteando con mis dedos sobre mi regazo.

—Aw muchas gracias. Es fantástico, sí —asiente apoyando su cabeza sobre la mano izquierda, con una expresión enamoradiza, y nada menos que hacia su pareja, que subía como camarero, con cuatro vasos en las manos—. Anda, míralo. Hablando del rey de roma...

—¿Hablabais de mí? Se que es un tema de conversación irresistible, pero cortaos un poco chicas, que mi novia está delante —bromea arrogantemente, pasando su mano por la espalda de Jenny y acercándola a él desde su cintura, posando sus labios sobre los suyos para un corto beso.

—Cortaos vosotros. Jooooder —se queja Chad haciendo una mueca de asco, todos reímos por ello menos Mark, que frunce el ceño, pero rápidamente ignora el comentario.

—¿Dónde está Ashton?

La pregunta de Tyler hace que todos giremos la cabeza y desplacemos nuestra atención a la pista. Mark había traído cuatro copas: nuestra clara, un cóctel de gin-tonic para Trevor, el rosado de Nikki y un mojito para él. No soy mucho de bebidas alcohólicas, pero tengo que reconocer que en algún momento del curso no me importaría tomar un rosado, o así lo llama Nikki, básicamente un cóctel de licor rosa. A pesar de tener nuestras bebidas, Ashton tenía las de Tyler y Chad, y éstos no tenían pensado esperar más. Bajé la mirada y recorrí toda la pista con ella, aunque no era muy grande había mucha gente, y a causa de eso mismo costaba encontrar a las personas. Mi iris se fijó finalmente en una esquina cerca de la barra y localicé a Ashton, hablaba con dos chicas, pero esta vez no era la chica rubia, posiblemente no había tenido buenos resultados con ella y su radar de chicas había ido a parar a otro lado, era una chica pelirroja, o según Chloe, peli-naranja. Vestía un corto vestido blanco y estaba con dos amigas a las cuales no pude reconocer porque estaban de espaldas, pero todas parecían bastante ebrias.

—Voy en busca de las bebidas, ¿te vienes Chad? —le propone Tyler, agitando la cabeza en dirección a Ashton.

—Claro tío, un momento. ¿Nos dejas un trago Trevor? Luego te traemos algo, invito —le pide, mirando de reojo el gin-tonic y levantando las cejas de forma sugestiva, con cierta insistencia en su voz. Chad parecía algo nervioso, y trataba de saciarlo con alcohol. Miré de reojo a Nikki y ésta se encogió de hombros.

—Vale, pero la próxima que sea una de negrita.

Tyler y Chad cedieron y dieron un gran trago, uno detrás del otro, dejando apenas sin líquido el vaso. Chad seguía pareciendo nervioso y en cuanto Tyler dio su trago le agarró del brazo con insistencia para ir a buscar a Ashton, parecía insaciable. Tyler, por el contrario, bebía tranquilo, sin prisas.

—Está muy fuerte, pero mucho —recalcó Tyler dejando el vaso sobre la mesa con una expresión que nos hice reír a todos, agitó la cabeza repetidamente sacando la lengua y bajó junto a Chad. A mitad del camino se gira y me guiña un ojo, esbozando una sonrisa y articulando con sus labios: «ahora vuelvo».

—Cosa de hombres, ¡no te ofendas!

Tras el último comentario de Trevor, la noche pasó relativamente rápida, salvo por el pequeño detalle de que ni Ashton ni Chad ni Tyler habían vuelto con nosotros. La primera media hora no lo notamos, pasó tan rápida como un destello; Jennifer era muy divertida, ahora sabía porque Mark no la dejaba ir, pero no entendía como podía engañarla y como ella le toleraba las cosas que hacía. Era muy dulce, se notaba que era inocente, pero en sus palabras se veía cierta madurez. En cuestión de minutos teníamos un buen rollo increíble, me sentía a gusto y cómoda, dando por supuesto que Nikki era el alma de la mesa, sin ella ¿quién nos haría reír con tales anécdotas? Incluso yo me atreví a explicar alguna. Trevor era otro dulzón, no se parecía nada a los típicos chicos como estaban siendo esos tres ahí abajo, o, mejor dicho, como estaba siendo Tyler. Incluso Mark a su lado parecía inofensivo.

Cuando pasó un buen rato intenté localizarlos, ahora era un poco más fácil que antes ya que había mucha menos gente. La curiosidad mató al gato y así me vi yo, con una vida menos. Mientras Ashton estaba consiguiendo engatusar a la peli-naranja y Chad impresionaba con su desparpajo a una chica de pelo negro, Tyler no necesitaba hacer nada, Rachel Reevs estaba coladita por él y él no desaprovechaba la ocasión. Fruncí el ceño y tragué un gran sorbo de nuestra clara, todo lo que quedaba. Le lancé a Jennifer una mirada de disculpa y me guiñó el ojo con una tranquilizadora sonrisa.

¿Enserio me había creído que Tyler Jones iba a tener tanta amabilidad conmigo durante más de dos días? No sé si era más patético, o triste.

Chad se despidió de la chica con larga cabellera negra que le lanzó un beso desde la pista y se unió a nosotros con una gran sonrisa. Caminaba seguro de sí mismo, sabía que podía conseguir lo quisiera. Chad tenía un carisma que enloquecía de la mejor de las maneras, y era una de sus mejores virtudes.

—Aquí tienes tu gin-tonic, cuando Chad Bennet promete, cumple.

—Un poco tarde, ¿no crees? Pero gracias —bromea Trevor cogiendo la copa que le ofrecía Chad—. ¿Qué tal por ahí abajo? Os hemos visto bastante ocupados...

—Uf... ¡Van pedísimo! Pocas veces he visto a Tyler así de borracho, de verdad —admitió estallando a carcajadas, haciendo reír a sus dos amigos—. Y Ashton... Ashton es Ashton —río negando con la cabeza—. Pero yo... —añadió triunfante sacando un papelito con el número de teléfono de la chica.

—¡Ese es mi Bennet! Ya les vale, ¿Rachel Reevs? ¿Esa no es la animadora pesada? —Chad asiente, bebiendo un trago de otra cerveza y Nikki se la quita de las manos, haciendo que Chad casi se atragante y comience a toser—. Joder Nikki —añade al darse cuenta, mira a su hermana y ella le devuelve una mirada petrificante y él asiente con una media sonrisa, mirando de nuevo a sus amigos—. Pues sí, es esa, ¿pesada? Yo creo que está obsesionada con Tyler, tendrá fotos y de todo en...

Dejó de escuchar la conversación, la oía como si estuviera a metros de distancia y vuelvo a mirar la pista. Tyler era un jodido mujeriego, y estaba claro desde un principio. Se había sentado en un sillón que estaba en lo que se denominaría "Zona VIP", pero no pagaron de más, según Chad encanto de deportistas. Rachel no estaba sentada en su regazo, cosa que me extrañó, si no en un extremo del sillón, mientras que la peli-naranja y Ashton parecía que en cualquier momento iban a comenzarse a dar el lote en público. Ciertas náuseas a imaginármelo hacen que se me revuelva el estómago.

Nikki me pasa la mano en frente del rostro haciéndome desconectar de cualquier cosa que pudiera pasar por mi pensamiento en esos momentos y pestañeo repetidas veces volviendo a la realidad. Nos estábamos yendo, Mark, Jennifer, Chad, Nikki y yo, Trevor volvía con los chicos. Doy un último vistazo a las butacas cerca de la pista, ninguna mirada de vuelta; Trevor decía que ahora les avisaría, que nos fuéramos tranquilos, llevaban una buena borrachera y tardaría un buen rato en bajarse. Medio segundo más tarde estaba a punto de entrar al coche de Mark. Nikki se sentó en el asiento de piel, posiblemente carísimo, y se acomodó detrás de su hermano, yo me limité a entrar y sentarme entre ella y Jennifer.


TYLER_01:34AM

Ash m ha pEdido q las acompanie 

Lo sieNto mucho


En cuanto leí el mensaje no supe si sentir pena o... más pena. Ni siquiera sabía escribir. Apagué la pantalla y me metí el móvil en el bolsillo tras estar unos observado la pantalla, no merecía una respuesta. ¿Qué si me había molestado? Bien, sí. Pensaba que Tyler sería una vía de escape para huir de Jake, de todo lo que éste me provocaba y de la situación de esta tarde, que de verdad otra persona podría tener un interés nato, ¿pero Tyler? ¿En que estaba pensando? Incluso Jake podía ser muchas cosas, pero nunca me dejaría tirada. Nunca me dejaría sola.

Joder, ¿ni en estos momentos puedes dejar de aparecer en mis pensamientos?

—¿Estás bien? Te veo un poco... dispersa.

—Sí, tranquila. No es nada —añado tranquilizando a Nikki y esbozando una media sonrisa.

Me apoyo en su hombro entrecerrando mis ojos, esperando que así desaparecieran los problemas; ojalá existiera un truco que pudiera hacerlos desaparecer por arte de magia, olvidándome de ellos por completo.    

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