Un gemido a su lado le trajo de vuelta a la realidad. Mike estaba recostado bajo las sábanas junto a él, con la cabeza en su hombro. Recién despertaba, con ojos somnolientos y una notoria mordida en el cuello.

—Buenos días, Mikel.

Él, en vez de responder, arrugó la nariz, tratando de enfocar la vista; e hizo sonreír a Trollino en el proceso.

—¿Cómo llegamos a casa?— preguntó al reconocer su habitación. La espada de Trollino estaba recargada detrás de la puerta.

—Bueno, a diferencia de alguien, yo no caí dormido después de terminar— Mike se sonrojó—. Te cargué hasta aquí, tontito.

—Gracias, entonces. Pero no soy el único al que le ha pasado ¿Eh?

—Sólo aquí en casa. Pero te hubieras dormido o no, yo te habría cargado de todos modos. Seguramente no hubieras podido caminar.

—Jopé... ¿Dudas de mis habilidades?

—Podemos ponerlas a prueba.

Mike sonrió con sus grandes colmillos, y se subió en el regazo de su novio.

—Cuando quieras.

🌹🥀~

Qué pícaros ¿eh?

No se me ocurrió ningún título, sorry.

—Willow🍒