Capitulo 4

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Tengo que irme—Hinata se apartó del azabache y prácticamente salió huyendo de él. Sus sentimientos estaban hechos un caos y encima las mariposas en su vientre se aceleraban mientras se palpaba los labios aún hinchados por los besos recibidos minutos antes.

Su intención era regresar a la mansión Hyuga, sin embargo prefirió ir a irrumpir en el hogar de su mejor amiga, su confidente, a quien consideraba como su hermana... Ino Yamanaka.

—¡Hinata!—la rubia abrió la puerta y se sorprendió al ver a la ojiperla con los ojos llorosos—¿Que pasa? ¿No me digas que esa bruja de Shizune te hizo algo?—aunque ese no era el caso, la Yamanaka no pudo evitar pensarlo ya que la mayoría de las lágrimas derramadas por su amiga eran causadas por los desplantes de esa mujer.

—No, no se trata de ella... es algo que ni siquiera se como explicar—Ino la instó a entrar y ambas se fueron a su recámara para que su padre no las interrumpiera al llegar luego de terminar su turno en el hospital.

—En ese caso, debo suponer que tú hermana seguramente se molestó por tu cercanía con Neji ¿no es cierto?—la Hyuga negó con la cabeza y la rubia se quedó en blanco, ya que si no se trataba de ellos, no tenía idea de el porqué lloraba.

—Acabó de encontrarme con Madara y nosotros... bueno, él me besó y yo—la Yamanaka sonrió cuando observó a Hinata tocándose los labios.

—Ya veo—soltó sonriendo y fue entonces que la Hyuga se sonrojó al percatarse de la sonrisa de Ino—y supongo que te sientes culpable porque en realidad te gustó recibir sus besos ¿o me equivoco?

—Sabes que a ti no puedo engañarte aunque así lo quisiera—Ino sonrió, no sólo a ella, en realidad, Hinata no era buena mintiéndole a nadie, ella era una pésima mentirosa—las sensaciones que ese hombre me hizo sentir, fueron desconcertantes, en realidad, yo nunca había experimentado algo similar a esto—la joven se sintió muy cercana a Sasuke, pero como nunca llegaron ni siquiera a unir los labios, sólo podía imaginar y ahora con este hombre incluso fue mucho mas de lo que imaginó con Sasuke.

—¿Y que hay de malo Hina? Después de todo, Neji sabe que sólo se darían un tiempo, mismo que si no funcionaba, quedaría sin validez—ese era otro punto que le oprimía el pecho. Neji ¿como actuaria frente a él sin mostrarse culpable?—Lo único que debes hacer, es hablar con él y aclarar lo que sientes.

—No puedo hacerlo, al menos no puedo contarle sobre Madara, después de todo, fueron sólo unos besos y nada mas—replicó de inmediato, dado que no creía volver a encontrarse con él en una situación como la anterior. El Uchiha era un hombre de mundo, seguramente acostumbrado a tener muchas mujeres tras él y no creía que ella pudiera ligarse a algo tan superficial. Lo que para él, fue sólo una diversión, para ella había sido un total desconcierto.

—No lo se—Ino se llevó la mano a la barbilla mientras pensaba—en realidad no creo que un hombre tan serio como ese se haya atrevido a besarte sin tener la intención de llegar a algo mas ¿acaso no te percataste de la forma en que te veía durante la fiesta?—la morena negó avergonzada—Cariño, ese hombre babeaba por ti—el corazón de Hinata se volvió a acelerar y cerró los ojos reviviendo sus encuentros con el distinguido caballero.

—De todos modos no creo que deba mencionar, ni tomar en cuenta lo sucedido, quizás ni siquiera lo vuelva a ver—al decirlo sintió una opresión en el pecho, pero tal vez eso era lo mejor.

—¿Entonces piensas continuar aferrándote a Neji, aún cuando sabes que alguien mas ha logrado remover el recuerdo de Sasuke?—a Ino no le parecía correcto que Hinata le diera esperanzas a Neji, ya que él estaba muy entusiasmado con ella y de continuar así, el sentimiento se haría mayor.

—No se que hacer Ino, Neji no se merece que yo no me sienta segura ¿que debo hacer?

—Tranquila, dale tiempo al tiempo y no te preocupes tanto—la Yamanaka se dirigió a la cocina y regresó con una botella de whisky—ahora mejor cuéntame ¿que tal besa el Uchiha?—la risa de Ino resonó por toda la habitación ante la cara que puso Hinata—Y ni siquiera te andes con rodeos, que con esos sensuales labios, te han de haber llevado al mismísimo cielo y eso que no probaste mas de su anatomía—sin dejar de sonreír, le entregó una copa.

—No puedo, recuerda que debo conducir de regreso—la ojiperla encontró la excusa perfecta para escabullirse y no responder a los bochornosos cuestionamientos.

—Es por eso que te quedarás a dormir aquí, así que avísale a tú tío... No pensarías que te iba dejar ir en ese estado ¿verdad?—sin otra opción, la morena hizo lo que Ino le pidió y como era de esperarse, se vio obligada a contar lo mucho que disfruto los besos del Uchiha.

[...]

—Madara se bebió el contenido de su copa y la volvió a llenar. Llevaba alrededor de dos horas bebiendo luego de haber regresado de su encuentro con la ojiluna y aún con todo el alcohol ingerido, seguía sintiendo el dulce sabor de sus tentadores labios. Ese hecho lo hacía sentir miserable, dado que si ella no se hubiera marchado, no sabía hasta donde  sería capaz de llegar.

No podía sentirse así, ella era la malvada mujer que engañó a Sasuke de la peor manera, pero al mismo tiempo ¿como podía olvidar la sacudida que dio su corazón al sentirla tan cerca de él? Saborearla sólo lo dejó con ganas de querer mas de ella y por ende, recordaba que posiblemente eso fue lo que experimentó Sasuke al perder la cabeza cuando decidió enloquecerlo de amor.

Tenía que cuidar sus movimientos para no convertirse en otra más de sus víctimas. Hinata Hyuga era una mujer peligrosa y estaba acostumbrada a jugar con los sentimientos de los demás, así que sería mas inteligente para ser él quien resultara vencedor. Luego de estarlo pensando, sabía exactamente lo que iba a hacer y comenzaría el día siguiente. Lo único que necesitaba era tener paciencia, ya que contaba con toda clase de medios para conseguir sus propósitos.


[...]

—¿Dónde estabas? Estuve buscándote anoche para que cenáramos juntos y no te encontré—Hinata cerró los ojos sintiéndose culpable.

—Lo siento, me quedé a dormir en casa de Ino—respondió evitando que el castaño le besará los labios y en su lugar, el beso aterrizó en la mejilla.

—¿Te pasa algo?—la sintió extraña y algo renuente a tenerlo cerca.

—No es nada, es sólo que nos quedamos mucho tiempo despiertas y casi no dormí—el muchacho ya no insistió, aunque no le había creído nada.

—Bueno, como anoche no pude verte ¿que te parece si te invito a comer y de paso vamos a montar en los caballos?—los ojos de Hinata brillaron con sólo imaginar pasear sobre Tenseigan y Neji se percató de eso.

—Es una gran idea—soltó sin pensarlo.

—Entonces date prisa y yo te estaré esperando—la morena subió las escaleras y con rapidez se duchó para no hacer esperar a Neji.

...

El castaño se quedó sentado en la sala revisando su celular. Rock Lee había salido temprano, dado que se había empeñado en buscar su apartamento y avisó que no llegaría hasta tarde para ir juntos a las empresas Hyuga el día siguiente. El chico sonrió pensando que estando en el mismo sitio, vería a Hinata la mayor parte del día.

—Ya estoy lista—Hinata se sonrojó cuando Neji la miró con admiración. Ella se vistió con vaqueros, botas y una bonita blusa que resaltaba sus encantos femeninos. Aunque no mostraba mucha piel, la ropa se ajustaba a la perfección sobre su cuerpo.

—Nunca me cansaré de asegurar que eres la mujer mas bella que he conocido—afirmó tomándola de las manos.

—¿Y ustedes a donde van tan temprano?—ambos miraron a Hizashi quien se acercaba a ellos con una genuina sonrisa.

—Aprovechando que no tenemos trabajo, iremos a comer y a la finca para pasear en los caballos—el mayor se sintió feliz al escuchar a su hijo.

—¿No piensan invitar a Hanabi?—Shizune se acercó acompañada de Hanabi, misma que mostraba el rostro dolido. Neji lanzó un suspiro y comenzó a contar mentalmente desde el uno al tres y antes de llegar al dos, Hinata tomó la palabra.

—Claro,  vamos los tres—la ojiperla mayor se acercó a su hermana y le tomó la mano.

—¿Tu estás de acuerdo Neji?—Hanabi preguntó con timidez, como si temiera ser rechazada.

—Por supuesto—fingió entusiasmo—pero vamos ya, o se hará tarde—a pesar de haberse prácticamente auto invitado, Hanabi sonrió con satisfacción cuando aceptaron su presencia.

—¿Porque lo hiciste?—Hizashi se veía molesto con su esposa.

—¿Hacer que? No te entiendo—ella fingió indiferencia, lo cual molestó mas al Hyuga.

—No finjas... es evidente que tu único interés era el arruinarles la salida a Hinata y a Neji. Te advertí que dejes de intervenir, los sentimientos no se pueden forzar e independientemente de que ellos no se sintieran atraídos, eso no significa que Neji se enamorara de Hanabi.

—Nunca me habías hablado así—Shizune se sorprendió por la dureza que mostró su marido, ya que él siempre se empeñaba por tratarla con dulzura y delicadeza—estoy segura que todo se debe a...—Hizashi levantó la mano para que no continuara con lo que pensaba decir.

—No se te ocurra acusar a Hinata, ella a diferencia tuya, nunca habla mal de ti y ni pienses que no me di cuenta de tus propósitos al comprar esos vestidos—sin más que hablar, el castaño salió molesto dejándola muy dolida, encima Ko y Natsu habían sido testigos de la reprimenda que recibió.

—Las veo luego, Hizashi me espera—Ko se despidió dejando a las dos féminas.

—¿Estas bien?—cuestionó Natsu con curiosidad, dado que alcanzó a ver las lágrimas de Shizune.

—Sabes que no lo estoy, Hizashi nunca me había tratado de manera tan dura y todo es por culpa de Hinata.

—Yo mas bien creo que Hizashi finalmente está abriendo los ojos... ya se había tardado en hacerlo—Shizune se limpió las lágrimas y miró a Natsu con desaprobación—Bueno, creo que lo mejor será retirarme, quizás puedas reflexionar sobre tus actos... ¡Con permiso!—Natsu suspiró mientras se alejaba, no es que le causara alegría ver a Shizune así, pero ella tenía la culpa por la manera que trataba a Hinata y si antes las cosas eran tensas, con la llegada de Neji, se pusieron peor.

[...]

Los días continuaron y como ocurrió en la improvisada salida de los Hyuga, la mayoría del tiempo, Hanabi se colaba con ellos, incluso se presentaba en la oficina con el pretexto de llevar comida a todos, o bien, de querer interesarse en el negocio familiar, del cual no sabía absolutamente nada.

—¿Se puede?—Hizashi sonrió y de inmediato se puso de pie para abrazar a Hinata. Él había estado unos días fuera de la cuidad y no se habían visto.

—¡Pasa princesa!—Hinata sonrió y se dejó estrujar por los protectores brazos de su tío.

—¿Como estuvo el viaje?—ambos se sentaron a conversar acerca de lo que habían hecho durante la semana.

—Bueno, me dio gusto verlo pero ahora debo irme, tengo que encontrarme con unos posibles clientes. Si todo sale como espero, ellos pueden dar muy buenas referencias sobre la empresa—declaró sonriendo.

—¿Irás sola?—quiso indagar para saber si Neji la acompañaría.

—Si... parece que Hanabi vendrá hoy y no quiero que se decepcione al no encontrarnos a mí y a Neji—respondió con tristeza, lo cual no pasó desapercibido por el mayor, quien ya estaba al tanto de la insistencia que mostraba Hanabi en querer permanecer cerca de Neji. Parecía que estaba empeñada en separarlos y aunque ya le había advertido a Shizune que se mantuviera al margen, ella continuó incitando a la menor de sus sobrinas para que no dejara de insistir.

—Esta bien cariño, de todos modos se que eres perfectamente capaz de arreglártelas por ti misma—la chica agradeció la confianza y se despidió de su tío.

—¿Piensas salir?—Hinata se acercó a Neji y le contó sobre sus planes—En ese caso, te acompañare.

—Pero...—quería decirle que su hermana estaría triste pero Neji se negó a escucharla y se marchó con ella.

...

—Ha sido un placer hacer negocios con ustedes—afirmó uno de los empresarios extranjeros—además, ustedes dos hacen un excelente equipo—Neji mostró una pequeña sonrisa, mientras que la joven se sonrojó.

—Al contrario, el placer es nuestro—respondió Hinata haciendo a un lado su nerviosismo, como solía hacerlo cuando de negocios se trataba. Los tres empresarios se marcharon dejando a la pareja Hyuga a solas.

—Veo que mi padre no exageró al describir lo buena que eres en el negocio—Neji se acercó a ella con la intención de besarla—y me alegra mucho que podamos tener un momento a solas—Hinata serró los ojos ante la cercanía y se dispuso a recibir el beso.

—¡Buenas tardes! Que coincidencia encontrarnos aquí... espero que no seamos inoportunos—ambos primos voltearon al escuchar la voz de Obito y al encararlo, también miraron a Madara a su lado.

—Por supuesto que no—Neji se puso de pie para saludar a su amigo y muy a regañadientes, también tuvo que saludar al mayor.

—¿Podemos acompañarlos? Lo que pasa es que hubo una equivocación y le dieron nuestra mesa a alguien más—Hinata veía hacia abajo dado que la mirada de Madara la ponía muy nerviosa. Tenía mas de tres semanas de lo ocurrido y precisamente ahora que salió con Neji, él se presenta frente a ella—Será sólo por un momento, es mientras encuentran una mesa para nosotros.

—Por mi no hay ningún problema ¿tú estás de acuerdo Hinata?—las miradas de los tres se dirigieron a la ojiluna y aunque le hubiese gustado negarse, su educación no le permitió hacerlo.

—Claro... acompáñenos—sin esperar, Madara se sentó junto a ella y aunque fingía indiferencia, su mano deliberadamente rosaba la mano femenina. Obito le dijo a Neji, que un amigo en común de ambos se hallaba en el bar y quería saludarlo, por lo que ambos se dirigieron a saludar. Por supuesto, Obito lo había hecho para darle a su tío la oportunidad de estar cerca de la Hyuga y como buen entendedor, apenas se quedaron a solas y se dirigió a su presa.

—Veo que has aprovechado muy bien el tiempo con el muñequito de pastel—soltó Madara para que sólo ella pudiera escuchar, dado que el bar estaba muy cerca de ellos. Hinata de inmediato volteó a mirar a su primo y suspiró con alivio al notar que él no
había escuchado nada—Dime ¿sus besos son mejores que los míos? ¿Él también consiguió hacer vibrar tu cuerpo?—estaba molesto y aunque se negaba a reconocerlo, también estaba muy celoso, ya que Obito le había informado sobre las constantes salidas entre Hinata y Neji. Según él, su molestia se debía a que no quería perder la oportunidad de vengarse, no obstante, Izuna ya comenzaba a dudar que sólo se tratara de ese motivo.

—E-esté no es el momento de hablar sobre eso—la joven fingió mirar a Neji y también a Obito, sin embargo, el sonrojó sobre sus mejillas, dejaba claro que Madara la estaba llevando al límite.

—¿Entonces cuando es un buen momento? Dímelo bonita, o de lo contrario, te besaré aquí frente a él—de no ser por la seriedad que debía aparentar, Madara se hubiera reído de las muecas que mostraba el hermoso rostro de la joven. Era evidente que si le creía y hacía bien, ya que de verdad estaba dispuesto a hacerlo sin importarle las consecuencias.

—¿Se ha vuelto loco? Usted no puede estar hablando en serio—la ojiluna no dejaba de mirar en dirección a su primo aunque era al Uchiha a quien le hablaba.

—Si, estoy loco por ti y no pienso dejarte ir—aseguró sonriendo—Esta noche quiero verte... te espero en el hotel donde me hospedo y si faltas, ire personalmente a tu hogar—en ese momento, Obito y Neji regresaron a la mesa.

—D-debemos irnos, la hora de comer ya se terminó—Hinata se puso de pie para marcharse, ella necesitaba salir de ahí lo antes posible, de lo contrario, su salud mental iba a sufrir un colapso.

—Tienes razón—Neji miró su reloj y se unió a ella—fue un gusto saludarlos y estaremos en contacto—él se despidió de ambos.

—Con permiso—Hinata también se despidió y evitó mirar al Uchiha mayor, quien no había apartado la mirada de ella durante todo el tiempo que estuvieron en el mismo sitio.

Durante el camino a la empresa, Neji atendió una llamada y ella pensaba en lo dicho por el azabache ¿Le pidió que se encontrara con él en su habitación de hotel? ¿Pero que le pasaba a ese hombre? ¿Acaso pensaba que podía darle órdenes? No, ella no estaba dispuesta a complacerlo y tampoco pondría interés en su amenaza sobre ir a su hogar.

...

—¿Conseguiste algo con la chica?—cuestionó Obito una vez que se quedaron a solas.

—Lo suficiente—declaró sin apartar la mirada de la puerta que acababa de abrir Neji y por donde pasó el perfecto cuerpo de la ojiperla.

—Veo que te sientes muy seguro de tener éxito—lo dicho por Obito, sonó como un reproche, sin embargo, Madara prefirió no prestarle atención, dado que su único pensamiento era lo que haría cuando la tuviera con él, en su habitación del hotel.

...

Pasaban veinte minutos después de las diez y la ojiperla no había dado señales de vida en el hotel. Madara lanzó la copa contra la pared y vociferó maldiciones.

No tenía el número telefónico de ella y aunque la había amenazado con ir a la mansión Hyuga, no lo hizo, ya que podía arruinar sus planes, pero eso no se iba quedar así. Si ella pensaba que él, no cumplía sus advertencias, estaba muy equivocada y se lo iba demostrar.

[...]

—¿Puedo pasar?—Hinata tocó la puerta de su hermana. Ko, le había comentado que la había visto muy triste los últimos días y eso la puso muy ansiosa.

—Claro Hina, pasa—la fingida sonrisa de la menor, puso muy triste a la morena, puesto que ella se veía muy triste.

—¿Te sientes bien? Te veo muy pálida y me han comentado que has estado muy melancólica.

—A ti no puedo mentirte—la menor dejó caer las lágrimas—estoy muy enamorada de Neji y ya no se que hacer—la mayor de las hermanas sintió que le atravesaban el pecho con un puñal.

—¡Hanabi!—la nombró también con las orbes humedecidas a causa de las lágrimas.

—No... no te sientas culpable, yo se que en los sentimientos no se manda y no es tu culpa que Neji te amé a ti—aunque según Hinata, su pequeña hermana se escuchaba sincera, ella no podía dejar de culparse por la tristeza de Hanabi.

—¡Hinata!—ambas salieron de la habitación de Hanabi cuando escucharon a Natsu llamando a la mayor—Mira lo que llegó para ti—la fémina le mostró un enorme arreglo floral que un mensajero acababa de entregar.

—¿Para mi?—pensando que las flores venían de Neji, Hanabi agachó la cabeza y trataba de sonreírle. La ojiluna se sintió culpable y cuando Natsu le entregó la tarjeta, se obligó a abrirla.
Para la mujer que no abandona mis pensamientos.

—¿Quien las envió?—cuestiono Natsu sabiendo que no había sido Neji.

—Eh... bueno, son—Hanabi le quito la tarjeta y la leyó en voz alta.

—Madara Uchiha ¿en serio Hina?—la tristeza de Hanabi desapareció instantáneamente, dando paso a una picara sonrisa.

—Vaya... veo que no pierdes el tiempo—Hinata suspiró con cansancio cuando escuchó el reproche de su tía—Te la pasas ilusionando a Neji, mientras te diviertes con otros tipos.

—¡Shizune!—la llamó Natsu, con el fin de hacerla callar—Hinata no tiene la culpa de ser encantadora y gustarle a los hombres, además, te recuerdo que no es la primera vez le llegan arreglos—la ojiluna aún estaba consternada, primero por la confesión de Hanabi, luego por el atrevimiento del Uchiha, por lo tanto, tener una discusión sin sentido con su tía, era algo que prefería evitar.

—Gracias por todo tía Natsu, ahora debo marcharme o llegaré tarde... con permiso—con una leve reverencia se despidió de las tres féminas y salió sin saber exactamente a dónde, ya que no era su intención salir de la mansión, sin embargo, necesitaba pensar en lo que estaba pasando y el mejor lugar para hacerlo era montando a Tenseigan.

—También yo debo salir—informó Hanabi despidiéndose de sus tías.

—¿Que pasa contigo Shizune? Creí que con la advertencia de Hizashi no volverías a predisponerte con Hinata, pero veo que tu desaprobación hacia ella, va mucho mas allá de lo que tu marido ordene... francamente, mas que parecer su madre, pareces su verdugo—Natsu se retiró con las flores de Hinata, dejando a Shizune a solas.

Shizune por su parte, no pudo responder nada y por primera vez, sintió un vuelco en su corazón, sobre todo, al pensar en los fallecidos padres de esas niñas.

[...]

Madara se quedó impresionado cuando divisó a la ojiperla cepillando el pelaje de un enorme caballo negro. El pelo del animal se asemejaba al color de cabello de la chica y lo mas sorprendente, era como ella no parecía preocupada por su desalineado aspecto, ya que se veía mojada y despeinada, seguramente luego de darle un baño al caballo.

El azabache había ido a buscarla a la mansión Hyuga y el jardinero le informó que ella salió temprano y por mas que insistió, el tipo se negó a darle mas información, por lo tanto, le ofreció llamar a un miembro de la familia, lo cual fue rechazado por el Uchiha.

Pensaba en como obtener información, se le ocurrió hacerlo por medio de la rubia, la mejor amiga de Hinata, no obstante, la hermana menor salió de la mansión y en seguida la abordó para cuestionarle sobre el paradero de su hermana.

—Supongo que buscas a mi hermana ¿no es cierto?—Hanabi sonrió al verlo frente a su hogar.

—Así es, tengo algunos negocios que tratar con ella—mintió, pero no pensaba decirle a nadie que Hinata lo había dejado planeado y ahora se hallaba muy molesto, incluso ofendido por su rechazo, dado que la estuvo esperando durante horas.

—Si claro... ya he pasado por esto muchas veces, así que no tienes que fingir conmigo—añadió Hanabi.

—No se a que te refieres—soltó molesto por la suspicacia de esa chiquilla.

—Primero flores, luego visitas con pretextos poco creíbles y finalmente, quieren saber dónde se encuentra mi hermana. Estoy segura que te dejo plantado ¿me equivoco?—Hanabi sabía de lo que hablaba, dado que el día anterior, escuchó a su hermana hablando con Ino y ella le contaba que Madara quería verla, pero que ella no pensaba acceder.

—No se lo que te imaginas, a mí nadie me deja plantado—se defendió tratando de recuperar un poco de su pisoteado orgullo.

—Ya veo—a pesar de saber que ese Uchiha era un excelente partido, la castaña no era tonta para involucrarse con alguien como él. Conocía muy bien el comportamiento despiadado y cruel que acompañaba a Madara, por lo tanto, no era alguien con quien deseaba tener mucho contacto. Estaba segura que su repentina presencia en su hogar y la insistencia en obtener la atención de su hermana, se debía al incidente que involucraba a Sasuke, pues aunque nadie lo sabía, ella si logró obtener información sobre la verdadera identidad del azabache. El chico siempre le hablaba de su tío a quien admiraba y el día que terminó con él, le confesó que era un miembro de la familia Uchiha. Quizás lo hizo con la intención de persuadirla, de demostrarle que después de todo, no era un don nadie, sin embargo, Sasuke prácticamente no tenía absolutamente nada que ofrecerle y de sueños no se vive. Si tan sólo hubiera sabido lo que pasaría con su acercamiento, nunca se hubiese empeñado en quitárselo a su hermana, ya que por primera vez, se había enamorado y pesé a todo, le dolió no volver a verlo, pero con el regreso de Neji, sus objetivos de nuevo cambiaban.

—Como sea... ¿me dirás donde esta tu hermana o debo buscar a alguien mas?—cuestionó con impaciencia.

—¿Tienes botas?—Madara frunció el ceño y se miró. Él vestía un traje de diseñador y por supuesto que no tenía botas, al menos no en el equipaje que dejó en el hotel.

Luego de obtener la información que deseaba, pasó por una tienda de caballeros y cambió su atuendo de empresario, por el de un sexy vaquero.

...

—¿Le puedo ayudar?—el Uchiha desvió la mirada y se encontró con un tipo de cabello castaño.

—Estoy aquí para reunirme con ella—apuntó con la barbilla en dirección a la ojiperla—Mi nombre es Madara—trató de verse educado, ya que el castaño parecía ser familiar de la chica.

—Mucho gusto, soy Takuma—ambos se saludaron y el Hyuga le indicó que avanzara hasta donde estaba la joven—Estaré cerca por si necesitan algo—sin más, Takuma se alejó a continuar con sus deberes y el azabache se acercó a ella.

Hinata tarareaba y sonreía sin prestar atención a nada que no fuera su caballo. De pronto, Tenseigan se puso en alerta y ella sintió el masculino aroma que aún permanecía en sus recuerdos mas recientes. Se giró con rapidez y se encontró frente a frente con el Uchiha.

—¡Madara! ¿Que esta haciendo aquí?—sin ser consiente, retrocedió hasta quedar pegada con el caballo.

—Me déjate plantado... te estuve esperando durante horas—la Hyuga se sonrojó al verlo vestido con ajustados vaqueros en color negro, al igual que la camisa. Se veía tan apuesto con el cabello recogido en una coleta y con ropa informal.

—Yo, bueno, no era correcto que fuera a su hotel—Madara quiso reírse de ella y de su falsa honradez, misma que estaba muy lejos de tener—además nunca dije que lo haría.

—Te advertí que te buscaría si no ibas, así que eso debería responder tu pregunta sobre el motivo de estar aquí frente a ti—declaró con convicción.

—Creí que...—no continuó dado que él se lo había dejado claro y ella no lo había creído capaz de hacerlo.

—¿Que no iría?—el caballo se hizo notar, evitando que Madara continuara avanzando hacia la chica—Vaya... es un fino e imponente ejemplar, es realmente hermoso—no mentía, ya que a simple vista pudo darse cuenta de la calidad de ese caballo, seguramente debía valer una pequeña fortuna, como todo lo que la rodeaba.

—Gracias, él es Tenseigan de quien ya le había hablado—lo presentó con orgullo, como solía hacerlo cuando alguien lo admiraba y con esa admiración, el ambiente se hizo menos tenso.

—Hace años que no montó un caballo ¿crees que podrían conseguir uno para mí? Y por supuesto, me gustaría que me acompañes a pasear... no quiero perderme—ella asintió y llamó a los trabajadores, quienes en seguida trajeron a otro de los caballos pertenecientes a los Hyuga.

—Siga por el sendero y yo lo seguiré—Madara se quedó mirando como la joven se recogía el cabello en una alta coleta, dejando expuesto su cuello ¡Hermosa! Eso era lo único que pudo pensar, ella era realmente hermosa.

Durante dos horas, ambos pasearon por los alrededores, también desmontaron en un arrollo donde les dieron agua a los animales y se sentaron un rato a admirar el relajante paisaje.

—Dígame Madara ¿que es exactamente lo que pretende con su insistencia? Incluso se presenta aquí sin avisar. Su actitud me está confundiendo—la joven ya se hallaba hecha un manojo de nervios debido a lo que habló con Hanabi y encima esté hombre llegaba a poner todo patas arriba.

—¿No es obvio...? Me gustas bonita, desde que te conocí, no hago mas que pensar en ti y aunque lo dudes, no soy un hombre que acostumbré perder el tiempo jugando con las damas, por lo tanto, ahora que estoy seguro de no serte indiferente, me gustaría iniciar algo serio contigo—Hinata se desconcertó con la sinceridad del azabache y de inmediato se sonrojó. Él no estaba mintiendo, a ella no le era indiferente, sino todo lo contrario, él le atraía y mucho, pero de ahí a iniciar una relación, había un gran trayecto que recorrer, al menos eso pensaba.

—¿No cree que es muy prematuro para hacer esa afirmación?—Madara sonrió mentalmente, pues ya intuía lo que iba responder, no obstante, él ya había pensado en todo.

—No y como ya te dije, no soy partidario de perder el tiempo, ademas, tampoco soy un adolescente para comenzar con cortejos innecesarios... Vamos, ambos somos adultos, e independientemente de nuestra diferencia de edad, tú también eres capaz de tomar decisiones acertadas, así que ¿porque esperar?—se acercó a ella y le levantó la barbilla para verla a los ojos, lo cual fue casi dar un paso en falso, ya que ella sólo reflejaba ingenuidad y pureza, no logró encontrar la maldad que sabía había dentro de ella. Se sacudió esos pensamientos y continuó con su plan.

—¡Madara!—lo nombró al sentir sus labios casi sobre los suyos y antes de besarla, se alejó para continuar mirándola.

—Dame la oportunidad de demostrarte que estoy diciendo la verdad—se volvió a acercar y la besó. Hinata se dejó llevar y correspondió a los demandantes besos del Uchiha y por las sensaciones que iban apareciendo mientras las caricias le calentaban mas y mas la sangre. Madara también se dejó llevar y la fue recostando sobre el pasto, para subir sobre ella. Él también sentía hervir su sangre y muy a su pesar, la deseaba desesperadamente. La beso en los labios, el cuello y cuando se aventuró a desabotonar su blusa, ella recobró la cordura e intentó apartarse.

—Lo siento—se disculpo muy sonrojada y a la vez, apenada, pero no iba a entregarse a él en medio del campo donde cualquiera podría verlos, ademas, aún no hablaba con Neji.

—No te disculpes, fue mi culpa—la tomó de las manos y las besó antes de ayudarla a levantarse. Ya no hubo necesidad de volver a preguntar, dado que con ese acto, fue claro para los dos que ella había aceptado su propuesta—Hablaré con tu tío sobre mis intenciones contigo.

—No, no, aún no lo haga—la Hyuga entró en pánico.

—¿Porque? Ya te dije que no quiero esperar.

—Primero necesitó hablar con Neji—el azabache resopló con molestia, dado que a pesar de no admitirlo, moría de celos cuando mencionaban ese nombre.

—Esta bien, te daré tiempo a solucionar tus pendientes, pero no te tardes mucho—con sus fuertes brazos, la atrajo hasta su pecho y ella pudo escuchar los acelerados latidos de su corazón, los cuales sonaban como los suyos.

[...]

—Que pasa Hinata?—Neji se sorprendió cuando la ojiperla le pidió comer con él para hablar. Tenía un mal presentimiento y no sabía como identificarlo.

—Neji... yo lo siento mucho pero creo que las cosas entre nosotros no van a funcionar—como si le arrojaran un balde de agua fría, el Hyuga se quedó pasmado.

—Porque? Quiero decir ¿que te llevo a esta conclusión tan repentina? Creí que todo estaba bien—el castaño se decespero por la declaración de la chica.

—Yo...—ella no sabía como decirle que desde que conoció a Madara, todo su ser vibraba y que eso no le ocurría con él. Quizás ya había aprendido a verlo como a su primo y no como lo veía en el pasado.

—Se trata de alguien mas ¿no es cierto? Dime quien es Hinata. Dime quien se adentro en tu corazón sin que yo pudiera evitarlo—pensó en los diferentes hombres que rondaban a su prima y ninguno de ellos le pareció que hubiera podido tentarla, no obstante, hubo uno que se vislumbró y con sólo imaginarlo, se tensó en respuesta—Se trata del Uchiha mayor ¿verdad?—la joven agachó la cabeza sintiéndose culpable ante la mirada decepcionada de Neji y fue así que él obtuvo la respuesta que no quería tener—¿Porque él? ¿Que hizo ese tipo que no fui capaz de hacer yo?

—Lo siento Neji—la joven comenzó a llorar por sentirse culpable. Eso era lo que quería evitar cuando se negó a intentar algo con él—pero no quiero continuar engañándome, ni tampoco engañándote a ti... Con Madara siento algo que ni siquiera puedo identificar... Yo nunca quise dañarte, perdóname—Neji la miró llorando y a pesar de estar con su corazón roto, la abrazó. Ella no tenía la culpa de ya no sentir nada por él y ambos hicieron el acuerdo de no molestarse si la relación no funcionaba.

—Shhh, ya no llores, no tengo nada que perdonarte—le limpió las lágrimas con suma delicadeza y se permitió besarla en la frente. La había perdido para siempre y lo que mas le dolía, era saber de quien se había enamorado, había algo en ese hombre que no le gustaba y no se trataba de que se la hubiera quitado. Era algo mas, algo que no podía descifrar—yo no dejaré de quererte, de velar por tu felicidad y si me entero que ese tipo te lastima, me encargaré personalmente de él ¿de acuerdo?—le sonrió para que ella también lo hiciera y lo consiguió.

—Gracias Neji, eres un gran hombre y estoy segura que pronto encontrarás a una mujer que te amé tanto como tú lo mereces—quiso decirle que nadie podía ocupar su lugar, sin embargo, sólo se dedicó a asentir.

Continuara.

Aquí está otro capítulo y siento mucho la demora en esta y en las otras historias, pero casi no me queda tiempo libre y encima El cordero, No quiero ser ella y Cuando tú llegaste, están por finalizar, por lo que avanzó en el capítulo y después no me gusta y los borro. No es algo nuevo, así me sucede con todas las historias cuando les doy el final. Entonces me canse de estar borrando y me dispuse a continuar con capítulos de las otras, para no demorar mas tiempo.
Lamento las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encontré y las iré corrigiendo 😊💕

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