Capitulo 3

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Madara se permitió cerrar los ojos mientras aspiraba el relajante aroma que esa niña le estaba dejando sobre su cuerpo. A pesar de haber estado arisca en torno a su presencia, la ojiluna se rindió y continuó bailando con él

—Entonces ¿tienes novio bonita? ¿O ya eres la novia de Neji?—Madara aprovechó que la música había parado y se llevó a Hinata hasta un lugar tranquilo para poder hablar con ella y lo que mas lo satisfacía, era el hecho de no recibir una negación de su parte.

—Esa es una pregunta muy personal ¿no lo cree señor Uchiha?—la cercanía del azabache la dejaba en un estado soñador, incluso sentía mariposas en su vientre.

—Realmente no y no veo porque no puedas responder—ella se estremeció al verlo sonreírle y estuvo a punto de jugar con sus dedos, tal como lo hacía de pequeña al sentirse nerviosa.

—Le responderé, si usted también responde a mis preguntas—lo provoco con el fin de obtener información sobre él.

—Adelante... ¿que deseas saber sobre mi?—de nuevo esa despiadada sonrisa que la dejaba deslumbrada.

—Bueno ¿yo quiero saber porque su interés en saber si estoy con alguien?—no quería verse presuntuosa pero le intrigaba su deseó de saber sobre ella.

—¿No es obvio?—ella lo miró sin entender, aunque para el Uchiha, ella sólo fingía una falsa inocencia, la cual estaba muy lejos de ser genuina y después de saber lo que sabía de esa mujer, era evidente que no existía ni una sola pizca de ingenuidad en todo su ser—Desde la primera vez que te miré, me pareciste encantadora, una mujer digna de ser idolatrada—el sonrojo de la Hyuga lo conmovió momentáneamente, no obstante, pronto se recompuso y volvió a su posición—Yo ya cumplí mi parte, es tu turno—se le acercó descaradamente y la ojiluna retrocedió manteniendo las distancias.

—Está bien, respondiendo a sus preguntas, la respuesta en ambas es no—Madara sonrió con suficiencia.

—Eso quiere decir, que aún tengo oportunidad—el sonrojo en la joven llegó hasta su cuello ¿pero que le pasaba a ese hombre? ¿Porque tenía que ser tan directo?

—Hasta que te encuentro—Ino apareció de pronto y sin esperárselo, Obito quien también buscaba a su tío, se presentó frente a ellos—los chicos quieren tomar fotografías y por supuesto pidieron que te unieras.

—Es cierto, lo olvidé—respondió Hinata fingiendo compostura, mientras que Ino alternó la mirada entre ella y ambos Uchiha. Algo en la postura de Madara volvió a remover sus recuerdos y de pronto supo la respuesta.

—Ahora recuerdo porque ustedes me parecieron conocidos—los azabaches la miraron en silencio—Hina ¿recuerdas el día que fuiste al hotel donde te encontrarías con Sasuke?—ella asintió, mientras que los varones se tensaron al escuchar el nombre del chico. Les contó mucho guardar la compostura, sobre todo al mayor—Cuando Hina salió del hotel sin haberlo encontrado, los miramos a ustedes saliendo... Que casualidad—añadió Ino, sin percatarse de como se incendiaron los ánimos.

—¡Sasuke!—murmuro la ojiluna con tristeza, dado que desde ese día, no había tenido contacto con él y ni siquiera respondía sus llamadas.

—Supongo que fue cuando nos conocimos luego de la caída, dijiste buscar a un amigo ¿no es cierto?—inquirió Madara apretando los puños. Sabía que iba ser difícil enfrentarse a la verdad, pero no creyó que fuera tan duro contener sus deseos de venganza.

—Ese día me vería con Sasuke—ambos azabaches notaron la melancolía con la que hablaba, incluso sus orbes brillaron por la humedad contenida y de nuevo Madara supuso que estaba fingiendo, mientras que Obito tuvo muchas dudas al respecto.

—¿Y quien es Sasuke?—Obito se aventuró a cuestionar, dado que su tío no lo lograría sin dejar salir el odio.

—Él es una gran persona—respondió Hinata sin dudarlo y sintiéndose incómoda, prefirió disculparse con los varones. Aún le costaba mucho pensar en Sasuke y después de ser ignorada, se imaginó que él todavía la odiaba, de lo contrario ¿porque la citó y nunca apareció? Y encima temía que hubiese cambiado su número telefónico, sin olvidar lo desanimado que lo escuchó durante esa última llamada—Bueno, creó que debemos irnos, sigan disfrutando de la fiesta... con permiso—Ino también se despidió y se fue con la ojiperla. No le sorprendió la reacción de su amiga, ya que al no tener noticias de Sasuke, ya no sabían que pensar.

—¿Que piensas?—Obito las miró irse y se aventuró a cuestionar.

—¿Que se supone que debo pensar? ¿No es evidente que ella es la responsable?—miles de ideas cruzaron la oscura mente de Madara y una cosa le quedó claro... no regresaría a Konoha hasta no iniciar su venganza.

—No lo se ¿no viste la forma en que se puso por la mención de Sasuke? Es como si hubiera un sentimiento amoroso, uno genuino. De verdad, yo no estoy tan seguro que ella sea la mujer que buscamos.

—No te dejes engañar por una cara bonita Obito, eso fue lo que llevó a tú primo a tomar esa drástica decisión—el azabache mayor palmeó el hombro de su sobrino y se retiró dejando al mas joven con una expresión confusa.

...

—Espero que se la esté pasando bien Uchiha—el mencionado volteó el rostro encontrándose con Hizashi a su lado. Obito se había quedado con sus amigos y él se apartó un poco en busca de aminorar su ira.

—De eso puede estar seguro—el Hyuga le sirvió un vaso de un añejado coñac, mismo que abrió especialmente por el regreso de su hijo. El azabache lo bebió lentamente para disfrutar el sabor—Debo ser privilegiado, en ningún lugar de los que he estado, logré conseguir este tipo de coñac—Hizashi sonrió y le sirvió otro trago.

—Fue un regaló de mi princesa—sonrió con orgullo al decirlo—Cuando ellas llegaron a vivir con nosotros, les inculcamos a tener ahorros y así continuaron hasta la adolescencia—suspiró mirando la botella—y en uno de nuestros aniversarios de bodas, ella usó todos sus ahorros para darnos algo especial. Shizune recibió un costoso juego de joyería y a mí me dio esto—Madara arqueo una ceja—prácticamente se quedó sin nada y cuando traté de negarme, me pidió conservarla para una ocasión muy especial.

—Pues fue una buena elección y que mejor momento que hoy—repuso el Uchiha, elevando el vaso para brindar.

—¿Sabe? Desde que lo miré a usted y a su sobrino, sentí que me recordaron a un emprendedor joven, su nombre es Sasuke Izuka.

—Que casualidad, la amiga de su sobrina también lo mencionó minutos atrás—repuso el Uchiha.

—No me sorprende que ellas lo mencionen, especialmente Hinata.

—¿Porque lo dice? ¿Ellos son cercanos?—inquirió sin mostrarse muy interesado.

—Ya lo creó—Hizashi suspiró—Desde que ese muchacho llegó a la empresa, se hizo muy cercano a Hinata. Ella lo trajo muchas veces a cenar aquí y notando la gran admiración que mostraba a mi niña, yo tenía esperanzas de que pasaran a ser algo mas que amigos... Sasuke es un gran hombre y se que llegará muy lejos, en otras palabras, me pareció la pareja perfecta para mi princesa.

—¿Y que pasó?—estaba cada vez mas cerca de tener toda la información que había ido a buscar.

—En realidad no lo sé, pues durante un viaje que hizo Hinata, algo pasó entre ellos, ya que Sasuke renunció en su ausencia y a su regreso, ella no lo volvió a mencionar. Durante semanas la miré cabizbaja, fingiendo sonrisas y ocultando lágrimas, esa fue la primera vez que mi princesa se puso así de triste y aunque intenté preguntarle, ella omitió mencionarlo—el castaño asintió a la llamada de Shizune, quien requería su presencia para atender a los invitados. Se despidió dejando a Madara totalmente convencido de que era Hinata a quien buscaba, no obstante, aún tenía que estar cien por ciento seguro.

Miró a su objetivo interactuando con un grupo de chicos, entre ellos Naruto, el amigo de Obito. La hermana menor no había soltado a Neji y fue el momento en que se acercó el Otsutsuki. Aunque dudó por momentos, la joven accedió a irse con él.

Sin querer, sus orbes la siguieron hasta que se detuvieron cerca de él. No estaban lo suficientemente cerca para escucharlos con claridad, pero por lo visto, el chico estaba muy pasando de tragos.

...

—¿Hinata podemos hablar?—la Hyuga volteó encontrándose con Toneri.

—No dejaré que vuelvas a meter a Hina en problemas—Naruto se interpuso entre la ojiperla y el Otsutsuki—además estás ebrio.

—No estoy hablando contigo Naruto, esto es algo entre ella y yo—ignorando al rubio, Toneri se dirigió a la chica—Por favor Hinata, sólo quiero despedirme—la chica sabía que Toneri se marcharía del país y seguramente a eso se debía su insistencia. Después de dudarlo por unos momentos finalmente accedió, no obstante, sus amigos no tardaron en protestar.

—Está bien chicos, será sólo unos minutos—ambos se alejaron del ruido y cuando estuvieron lo suficientemente alejados, ella se detuvo—¿Que pasa Toneri?—fue directamente al punto, dado que la indecisión de ese hombre, le ocasionó una disputa con su tía y encima su hermana se puso muy triste.

—Me voy del país en dos días, pero si tú me lo pides, cancelaré todo por ti—la ojiluna frunció el ceño.

—¿Olvidas que jugaste con los sentimientos de Hanabi? ¿Como podría pedirte que te quedes?—Toneri se enamoró de Hinata poco tiempo después de conocerla. Su bondad, entusiasmo y por supuesto, su belleza, hipnotizo por completo al Otsutsuki y cuando finalmente tuvo el valor de acercarse, se propuso enamorarla. Salieron durante un par de semanas y de repente, ella se negó a verlo acusándolo de haberse burlado de su hermana menor. Ciertamente, Toneri no tenía idea de lo sucedido, incluso se sintió miserable cuando la miró llorando siendo reprendida por Shizune. Literalmente, todos se pusieron en su contra y después de indagar por su propia cuenta, pronto supo quien era la persona responsable.

—De eso quería hablarte... yo nunca tuve nada que ver con ella, tienes que creerme Hinata, tú hermana se encaprichó conmigo sólo para demostrar que podía ser mejor que tu y cuando no consiguió nada, invento que yo la había engañado—Hinata tenía los brazos cruzados y lo veía muy molesta, dado que Hanabi le advirtió que Toneri le iría con esas calumnias en su contra—La única mujer a la que amó es a ti, tienes que creerme—se jugaría el todo por el todo—estás ciega por Hanabi y te niegas a mirar su verdadera naturaleza... ella te envidia de forma retorcida ¿como no puedes verlo?

—¡Suficiente Toneri!—la ojiperla se molestó mucho con los comentarios del varón y antes de ser grosera, prefirió detener esa absurda conversación—Espero que tengas un buen viaje, con permiso.

—Espera Hinata—el Otsutsuki le tomó el brazo con mas fuerza de la necesaria. Él quería hacerla entender, no obstante, con su comportamiento, estaba asustando a la joven.

—Suéltame Toneri, me estás lastimando—ella gimió de dolor y por mas que trataba de soltarse, no lo conseguía.

—Suéltala o te romperé el brazo—la amenazante voz sorprendió a Toneri, quien en ese momento se percató de su error y la soltó. No era su intención lastimarla, pero la frustración y la embriaguez, nublaron su juicio—¿Estás bien?—ella asintió de inmediato, ya que no quería ocasionar problemas. Madara la atrajo hacia él y la abrazó contra su pecho. A pesar de juzgarla como la mujer que debía odiar, no pudo permanecer indiferente al verla asustada y adolorida mientras el tipo se negaba a soltarla. Algo en su interior se llenó de irá y ni siquiera dudó en romperle no sólo el brazo, sino hueso por hueso al imbecil frente a él.

—Perdóname Hime, no era mi intención llegar a este punto—la miró con tristeza—Espero que algún día logres abrir los ojos y ojalá que cuando lo hagas, no sea demasiado tarde—sin más, Toneri se retiró dejando a Madara con muchas dudas ¿de que estaría hablando ese tipo? ¿A que se refería con abrir los ojos?

—Gracias por ayudarme—la dulce voz femenina, atrajo la atención del Uchiha a la chica que se removía entre sus brazos intentando alejarse de él.

—Parecía muy obstinado por obtener tu atención—se moría por preguntar acerca del tema que discutían, pero prefirió no mostrarse tan interesado—¿Te lastimó?—inquirió tomándole la mano para apreciar mejor el lugar enrojecido del brazo. Aún entre la transparente tela de la manga se veía que le quedaría un moretón.

—No fue nada—respondió avergonzada mientras Madara le acariciaba con suma delicadeza la zona afectada.

—Cobarde, debí darle una golpiza—soltó sin pensarlo y en realidad, eso era lo que quería hacer.

—No... él no suele ser así—Hinata reaccionó con culpabilidad cuando escuchó al azabache—creó que se debe a lo mucho que bebió—murmuró con inquietud ante lo dicho por Toneri sobre su hermana. Madara insistió en atenderse el moretón y ella se negó restándole importancia, no obstante, sin haberlo planeado, ambos estuvieron juntos conversando sobre temas al azar, tal como licores y por último, la Hyuga terminó hablando sobre lo genial que era su amado caballo. El azabache no le quitaba los ojos de encima y muy a regañadientes, aceptó que disfrutó mucho de estarla escuchando, sobre todo cuando la veía sonriendo mientras enumeraba las virtudes del corcel.

—Bien, ha llegado la hora de despedirme—el azabache tenía mucho que averiguar y si se quedaba junto a ella, fácilmente se olvidaba del verdadero motivo que lo llevó a esa fiesta—Estaré un tiempo aquí en la cuidad en el mismo hotel donde nos conocimos y me gustaría volver a verte ¿que me dices?—para ese momento, ya le había dado un beso en la delicada mano y esperaba la respuesta manteniendo contacto visual.

—Es usted bienvenido las veces que lo desee ¿verdad Hinata?—los orbes del Uchiha chocaron contra las perladas orbes de Neji, quien abrazó la cintura de la chica desde atrás, como una clara muestra de posesividad. Hanabi se alejó por la llamada de Shizune, entonces Neji aprovechó para ir en busca de Hinata y cuando la encontró, no le gustó el acercamiento de ese Uchiha, como tampoco su forma de verla.

—S-si, es usted bienvenido las veces que guste—la joven se puso nerviosa, tal como si hubiera sido atrapada haciendo algo indebido y en ese momento se sintió muy confundida. Sentía emociones desbordantes por Neji y por otro lado, la presencia del azabache le hacía temblar las piernas.

—En ese caso, les agradezco a ambos—tanto el castaño como el azabache se retaron en silencio, no obstante, ambos supieron como ocultarlo.

—Hasta luego Hina—Naruto llegó abrazando a la morena sin prestar atención al incómodo ambiente—no vemos después Neji... me llevaré a Obito y a Madara hasta el hotel.

—Ya te dije que podemos pedir un taxi—Obito se unió a ellos y agradeció a los primos por la hospitalidad.

—De ninguna manera tebayo, ademas no me puedo desvelar mucho, mañana debo levantarme temprano—minutos después, los tres se marcharon.

...
—Que casualidad, este es el mismo hotel donde se hospedaba el teme cuando vivió aquí—soltó Naruto cuando miró el lugar donde los Uchiha se quedaban.

—¿El teme? ¿Quien es el teme?—cuestionó Obito con curiosidad por lo que dijo el rubio.

—Si, mi amigo del que te hablé... Sasuke—apenas escucharon ese nombre, ambos azabaches se miraron entre sí. Obito recordó cuando Naruto le mencionaba a ese joven, sin embargo, nunca imaginó que se trataba de su primo.

—Si, ahora lo recuerdo ¿y donde está?—Obito fingió serenidad mientras pedía interiormente que Madara no se pusiera frenético.

—No lo se, el muy cabron se marchó de un día para el otro y ya no responde mis llamadas—respondió con melancolía.

—Ya veo ¿y no hay nadie que se haya comunicado con él? Digo, quizás cambio su número telefónico—volvió a indagar Obito.

—Además de mí, la persona mas cercana a él, era Hinata—Madara apretó la mandíbula.

—Hinata ¿la chica que ama Neji?—era obvio a quien se refería, no obstante, Naruto era un poco despistado y no se percató del interrogatorio.

—Así es—respondió mientras buscaba donde estacionarse—Sasuke estaba perdidamente enamorado de ella y estoy seguro que también Hina lo amaba... sin embargo, poco a poco, Sasuke comenzó a distanciarse y una noche que salimos en grupo, me pidió llamarla para encontrarse con ella—el rubio negó con la cabeza cuando recordó lo afectada que quedó la ojiluna luego de esa noche—y aunque ninguno de los dos lo dijo abiertamente, ellos tuvieron una gran discusión que terminó distanciándolos... Estoy completamente seguro que de haber continuado juntos, Neji ni siquiera tendría una posibilidad con Hina—para Madara todo estaba muy claro y ya no había margen de error.

—¿Ellos no volvieron a hablar? Lo pregunto porque la primera vez que estuvimos aquí, me encontré con ella y me dijo que buscaba a un amigo, incluso su amiga... Ino, confirmó que estaba buscando a ese joven que mencionaste—Madara tenía que aclarar todas las dudas antes de proceder.

—Al parecer, Sasuke la llamó para reunirse aquí mismo, donde se reunían la mayor parte del tiempo, pero esa tardé, Hina no lo encontró y después de la llamada que recibió, nadie volvió a tener comunicación con él.

—Quizás ella le rompió el corazón y él prefirió marcharse—añadió Obito.

—¡Hina...! No, ella sería incapaz de tal cosa y mucho menos al teme—afirmó con plena seguridad—Ellos eran tal para cual, tenían mucho en común y de verdad no se que sucedió para que terminarán separándose—los Uchiha agradecieron el favor de llevarlos y pronto entraron en el hotel.

Madara no había dicho nada, dado que su furia apenas lo dejaba reaccionar con claridad y antes de tomar el elevador, miró al mismo hombre que estaba en la recepción.

—Disculpe ¿lleva mucho tiempo trabajando aquí?—el hombre asintió, diciendo que tenía mas de quince años trabajando en el mismo lugar—Mi sobrino se quedaba aquí, su nombre es Sasuke ¿lo recuerda?

—Si, el joven Izuka, él se quedó aquí durante un largo periodo de tiempo—respondió sonriendo.

—Entonces ¿ha visto por aquí a estas chicas?—Madara le mostró la fotografía de las dos hermanas que llevaba en su cartera.

—Oh desde luego, esta de aquí venía mucho con él, o también por su propia cuenta, a veces esperaba en esos sillones—apuntó los sofás cerca de las ventanas y del elevador—y en otras ocasiones, subía hasta su habitación... eran inseparables, a pesar de afirmar que no eran pareja amorosa.

—¿Esta seguro que es ella y no la otra?—Obito se encargó de señalar a ambas chicas.

—Completamente seguro, créanme, a alguien tan linda como la señorita Hyuga, le era difícil de pasar desapercibida y no sólo por su notable belleza, sino por su genuina amabilidad, incluso se ganó el aprecio de los empleados que la conocieron—era claro que el tipo le había tomado aprecio a la ojiperla y no dejó dudas al respecto.

—Gracias por todo—Obito se apresuró a agradecer, ya que Madara se quedó en silencio.

—Esa maldita mujer se arrepentirá de haberse burlado de Sasuke—rugió el mayor una vez que se cerró el elevador.

—Pero tu mismo lo escuchaste, ella también lo amaba—a decir verdad, Obito no estaba muy seguro de proceder en contra de la Hyuga y mucho menos, conociendo lo cruel que podía llegar a ser su tío.

—Nadie dice lo contrario, pero su falsó amor desapareció apenas supo su verdadera situación financiera... esa mujer sólo busca fortuna, glamour, ropa fina y todo lo que el dinero puede comprar. Sasuke no podía darle todo a lo que ella está acostumbrada y cuando lo supo, no dudó en destruirlo—Obito se quedó en silencio—Lo mas triste de todo, fue que el muchacho estaba luchando para volverse el hombre perfecto y exitoso que ella ambicionaba, pero no tuvo tiempo de realizar sus sueños gracias a la traición de esa desalmada.

—¿Y ya sabes lo que harás en su contra? Quizás arruinar su boda con Neji, o contarle a sus tíos las barbaridades que hizo—el menor continuó pensando en otras maneras, al mismo tiempo que Madara sonreía.

—Eso no es nada—las puertas del elevador se abrieron y cada uno avanzó a su habitación—dije que esa mujer pagaría por su maldad y yo mismo me encargaré día tras día, de que así sea—el menor se quedó parado mirando a su tío. Madara por su parte le sonrió y se introdujo a su habitación.

—Desde ahora, ya siendo pena por esa joven—murmuro antes de también entrar a su habitación.

[...]

Hizashi, su esposa, hijo y sobrinas, despidieron a los invitados, mismos que agradecieron la invitación.

Hanabi se despidió primero, diciendo que tenía un fuerte dolor de cabeza y por supuesto, Shizune no dudó en ofrecer su ayuda.

—No te preocupes tía, es sólo que estoy cansada, apenas tomé una ducha y se me pasará—Hinata notó que su hermana se veía pálida y se preocupó por su salud, sin embargo, su intención de seguirla, quedó en segundo plano por la insistencia de Neji a acompañarlo un rato antes de dormir.

—Espero que ahora si podamos formalizar nuestra relación—Hinata lo miró confundida. Él acababa de regresar y lo que más le preocupaba, era lo mismo que le había preocupado en el pasado, su hermana—Se lo que estás pensando, pero aún si tú no me aceptas, no buscaré a Hana para reemplazarte... ¿no crees que debes pensar en ti y en tu felicidad?—Neji siempre había notado como la mayor de las hermanas, hacía de todo por ver feliz a la menor, incluso cuando no lo merecía. Quizás Hinata pensaba que le estaba haciendo un bien a Hanabi, pero al hacerlo, estaba sucediendo todo lo contrario, su prima menor se había vuelto egoísta y caprichosa, no obstante, ante los ojos de sus padres, ella era lo mas parecido a un ángel.

—¡Neji!—lo reprendió mientras él la abrazaba de la cintura.

—Por lo menos intentémoslo—sugirió lo que le pareció un buen inicio—vamos Hinata, no tienes idea de cuanto te extrañe mientras estuve lejos de ti.

—No lo se, creó que es muy pronto—argumentó como último recurso, dado que aún no se sentía segura de acceder—además, mientras estuviste lejos, mis sentimientos cambiaron.

—Lo dices por el Izuka ¿no es así?—la ojiperla se sorprendió—¿Creíste que no lo sabía? Mis padres me contaron sobre tu cercanía con Sasuke Izuka, pero también se que se alejó de ti sin motivo aparente—obviamente, Shizune se había encargado de decirle todo con lujo de detalles—No te estoy pidiendo que aceptes ser mi novia, sólo te pido darme la oportunidad de volver a entrar en tu corazón ¿que me dices?

—Esta bien—accedió ante la insistencia del Hyuga—pero si no funciona, no te molestarás y quedaremos como antes ¿de acuerdo?

—De acuerdo—concluyeron su acuerdo con un beso en los labios y después, ambos se dirigieron a sus habitaciones, aunque Hinata optó por ir a revisar el estado de su hermana.

—¡Hanabi! ¿Puedo pasar?—la puerta estaba sin cerrojo y la morena entró buscando a la castaña, sin embargo, no la miró dentro. Estaba por irse, cuando apreció la luz bajó la puerta del baño—¿Estas aquí Hana?—sin escuchar respuesta, entró y lo primero que encontró, fue el vestido que uso la chica durante la fiesta tirado en el piso, luego giró su rostro hacia la bañera y fue como si hubiera recibido un golpe sobre todo su cuerpo—¿Que hiciste?—francamente, la mayor creyó que su hermana se había cortado las venas, sin embargo, el agua teñida de rojo, no provenía de ninguna herida visible.

—¿Que pasa Hinata? Me despertaste—la castaña se incorporó quitándose los audífonos de los oídos y al ver el color del agua abrió mucho los ojos—Oh no, no otra vez—se quejó algo molesta.

—¿De donde estas sangrando?—la menor le indicó que era su período—Estas pálida, esto no es normal, llamaré a mis tíos, necesitas ir al hospital.

—No no no... no los llames—Hinata la miró con el rostro lleno de preocupación—ya miré a un médico, me dijo que sólo se trata de un desorden hormonal.

—Es mucha sangre, no creo que debamos dejarlo pasar—la morena temía por la salud de Hanabi y no quería quedarse de brazos cruzados.

—Por favor no digas nada, no quiero preocuparlos con algo sin importancia—se incorporó y sostuvo las manos de la ojiluna mayor—¿Ves como te pusiste? Por eso no quería que lo supieran, imagina como se pondrán nuestros tíos... Mira, te prometo que si esto continua, yo misma se los diré ¿de acuerdo?—de nueva cuenta, Hinata volvió a caer ante las súplicas de su hermana.

—Esta bien, pero estaré muy pendiente de ti—durante los próximos minutos, la morena ayudó a la castaña durante el resto de la ducha. Ella misma eligió ropa de dormir y le dio toallas sanitarias. La Hyuga de cabello oscuro, no estuvo tranquila, hasta que no se aseguró de dejar a su hermana acostada sobre la cama.

—Gracias por todo Hina... te quiero mucho—Hanabi le agradeció y le indicó el lugar donde dejó la peineta.

—También te quiero pequeña, nunca lo olvides—como si de una madre se tratara, la morena le dio un cariñoso beso en la frente y apagó la luz antes de marcharse.

[...]

Los días continuaron y los Uchiha habían permanecido en la cuidad. Madara se mantuvo en contacto con empresarios interesados en obtener diseños exclusivos de sus joyas y esa noche cenaba con dos médicos residentes de Konoha. En un principio, creyó que se trataba de dueños de joyerías, pero luego se percató de que no era así, ya que el tipo llamado Orochimaru, estaba muy interesado en adquirir un bastón con forma de serpiente. Pidió que el metal utilizado consistiera en algo macizo, pues quería que el acabado se hiciera en oro, el cual se decoraría con rubís y esmeraldas incrustadas, además de los ojos, que serían de dos costosos diamantes. El Uchiha arqueo una ceja con incredulidad. Eso le hizo recordar una película que veían sus sobrinos, donde el villano llamado Jafar usaba algo similar, sin embargo, el médico, o científico como dijo ser, estaba dispuesto a pagar por adelantado la cantidad que dispusiera. Al parecer, el dinero no es un problema para el tipo, pensó el azabache mientras escuchaba las peticiones de Orochimaru.

—Ah sido un placer hacer negocios con usted—elogió Orochimaru, al igual que Kabuto, su amigo y colega.

—Lo mismo digo—estrecharon las manos cerrando el trato—En cuanto esté listo, los llamaré para realizar el cierre del negocio incluyendo el certificado de autenticidad—los clientes se marcharon y cuando Madara también estaba por hacerlo, divisó a la ojiluna de pie junto a las mesas del mismo restaurante donde se hallaba él.

La joven no dejaba de sonreírles a dos tipos, a quienes sólo lograba verles la espalda, no obstante, si logró ver el sonrojo tan encantador que mostraba el hermoso rostro de la chica, justo en el momento en que ambos se despidieron dándole un beso en la mano. Uno de ellos le dijo algo antes de irse y ella negó con la cabeza, apuntando su celular. Seguramente alguien la llamó y se quedó a recibir la llamada, sin embargo, apenas se quedó a solas y lanzó un suspiro dejando el celular a un lado. Ella fingió estar hablando para que ya no hablar con los varones.

El Uchiha pagó su cuenta y antes que la ojiluna lograra irse, se sentó con ella sin pedir permiso. Sabía por Obito que ya había comenzado una relación con Neji y no pensaba dejarla avanzar, puesto que ya tenía el plan con el que la haría pagar por su ambición y maldad.

—¿U-usted?—la joven se sorprendió cuando levantó el rostro y se encontró con Madara. No había podido apartarlo de sus pensamientos y se reprendía constantemente por pensarlo, aún teniendo a Neji, quien estaba haciendo todo por ganarse su corazón.

—Que coincidencia... aparentemente el destino se empeña en unirnos ¿no crees?—ella quedó deslumbrada por su sonrisa, la cual en cierta forma, le pareció malvada, no obstante, eso no interfirió en sus pensamientos.

—Creó que es una simple coincidencia, después de todo es normal, ya que estamos en la misma cuidad—trató de restarle importancia, pero la ojiluna también pensó lo mismo.

—Como sea, aún así, me siento feliz de volver a verte, sobre todo sin tú posesivo primo—la joven se sonrojó y colocó un mechón de cabello tras su oreja debido al lo nerviosa que ese atractivo hombre la ponía. No lograba explicarse porque en tan poco tiempo que llevaba de conocerlo, logró incluso lo que Sasuke logró en mas de tres meses en los que comenzaron a convivir a diario.

—Bueno, yo estaba por marcharme, sólo vine aquí a cerrar un trato con unos socios de la empresa.

—¿Lo vez? Las coincidencias siguen, también yo estaba aquí cerrando un "millonario" negocio—quiso dejar en claro que poseía mucho capital, a pesar de saber por Hanabi que ella ya lo sabía, de ese modo, puso en marcha el inicio de su plan.

—En ese caso, me despido—ella no le presto atención a su fanfarronería, misma que le pareció de mal gusto y optó por marcharse.

—Aún es temprano ¿que te parece si te invito un trago por aquí cerca? Recuerda que ya te lo había pedido la última vez que nos vimos—Hinata quería negarse, ese hombre era peligroso para su estabilidad emocional, su corazón podía pagar un alto precio si lo dejaba acercarse, pero tras las insistencias, terminó accediendo.

...

Ambos llegaron a un bar cercano a donde se encontraron. Hinata no llevó su auto, por lo que se fue con Madara en el mismo vehículo.

—¿Que desean beber?—una chica semidesnuda se acercó a ellos para tomar la orden y sus orbes se dirigieron al Uchiha. Él la miró sin interés y volvió toda su atención a la Hyuga. Sin dejar de verla hizo el pedido y de nuevo la ojiluna volvió a sentir mariposas dentro de su vientre.

—Cuéntame sobre ti bonita, me interesa mucho saber sobre tu vida—le pidió al mismo tiempo que se acercó descaradamente a ella quedando juntos en el mismo asiento. Llevaban mas de una hora hablando sobre los viajes alrededor del mundo realizandos por el azabache y durante todo ese tiempo, ambos estuvieron bebiendo—Dime ¿desde cuando Neji se enamoró de ti?

—¿Porque se empeña tanto en hablar sobre Neji?—esa era ya la quinta vez, que él traía su nombre a la conversación y lo que le resultaba mas extraño, fue el hecho de que Neji hizo casi lo mismo desde que la encontró hablando con él. Era como si se hubiera declarado una silenciosa guerra entre ambos.

—Quizás porque quiero darte la opción de probar lo que es sentir a un hombre de verdad y no a un muñequito de pastel—Hinata estaba por protestar, cuando los demandantes labios del Uchiha se unieron a los suyos, al mismo tiempo que la rodeó de la cintura con un brazo y con la otra manó, presionó la nuca de la chica, obligándola a intensificar la unión. La joven trató de rebelarse, pero poco a poco, comenzó a ceder dejándose llevar en algo que nunca antes había experimentado. Madara tenía la intención de volverla loca de amor por él, pero cada vez que estaba con ella, se sentía mas vulnerable y cuando tuvo acceso a explotar por completo su deliciosa y dulce boca, fue consiente que también él iba a salir afectado si se llegaba a enamor.

—D-debemos detenernos—musitó la chica entre besos. Ella trataba de alejarse, pero el Uchiha no se lo permitió.

—Mmm... no pienses nada y sólo bésame bonita—lo dicho era para persuadirla a ella y quien terminó por olvidarse de todo fue él. Aún sin saberlo, Madara Uchiha estaba cayendo en su propio juego, ahora no sólo Hinata pagaría su dolor, sino también él, por no lograr dominar sus sentimientos.

Continuara.

Aquí está otro capituló. Me disculpo por la demora como también por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo. Se que debía actualizar Acorralada, pero terminé primero este capítulo, así que les pido disculpas.😊💕

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