Capítulo 17

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Hizashi se encontraba ocupado en su oficina, cuando repentinamente su secretaria le avisó que alguien quería verlo. Frunciendo el ceño por ser interrumpido, se enderezó para cuestionar de quién se trataba.

-Es el señor Yamanaka, dice que es urgente y que no le quitará mucho tiempo-aclaró la fémina.

-¿Inoichi?-cuestionó con incredulidad y la secretaria asintió-Que pase de inmediato, para mis amigos nunca estoy ocupado-poco después, la puerta se abrió, dejando ver la rubia cabellera de su amigo.

-Lamento mucho molestarte-se disculpo el Yamanaka, luciendo demacrado y triste.

-Ni lo menciones y mejor dime ¿que te trae por aquí? Eres un hombre muy ocupado, incluso más que yo-así era, por lo tanto, su presencia ahí significaba que algo grave estaba ocurriendo.

-Es mi hija-soltó entre sollozos.

-¿Qué pasa con ella? ¿Le ocurrió algo?-de pronto, el Hyuga sintió un malestar en el pecho, había pasado un tiempo sin ver a Ino y hasta ahora se percataba del hecho.

-Desde que regresó de ver a Hina, mi niña no ha vuelto a ser la misma, algo le pasa y no quiere sincerarse conmigo-el peso de la preocupación se reflejaba en el rostro del rubio y ya no sabía que hacer para que su hija le dijera lo que le ocurría-Se que también tú estás ocupado con tus propios problemas, pero...-Hizashi lo interrumpió.

-Quiero a tu hija como si fuera parte de mi familia, así que te ayudaré en lo que necesites-el Hyuga pensaba en hablar con Neji, después de todo, ellos eran amigos y quizás podría averiguar lo que ocurría.

-Bueno, después de pensarlo por mucho tiempo, he llegado a la conclusión de que solo hay una persona capaz de ayudarme-el castaño asintió, ya sabía a quien se refería.

-Mi Hina ¿verdad?

-Sabes que ellas son como hermanas y dadas las circunstancias, se que ella es la única capaz de hacer algo por Ino-Hizashi asintió.

-En los momentos mas duros que atravesó mi princesa, solo Ino, fue capaz de darle apoyo, incluso cuando yo mismo le di la espalda-aun le dolía recordar ese tiempo y nunca terminaría de arrepentirse por sus actos.

-Dime ¿me podrías poner en contacto con ella?-cuestionó con esperanzas-Te juro que de tener otras alternativas, no me atrevería a molestarla-aseguró decaído.

-De hecho, ella se molestaría mucho si no lo haces-el Yamanaka finalmente suspiró de alivio, mientras Hizashi anotaba el número de la ojiperla-Aquí tienes-le entregó un papel-este es el nuevo numero de Hinata-aunque la mayoría de sus amigos cercanos ya tenían su número, Hizashi dudaba que Inoichi lo tuviera.

-De verdad te lo agradezco mucho-casi lloraba mientras veía los números impresos en el papel-solo quiero tener a mi niña de vuelta-el Hyuga se levantó y se acercó a darle apoyo, era evidente lo mucho que ese hombre estaba sufriendo por no saber que le ocurría a su única hija, después de todo, ellos dos solo se tenían el uno al otro.

[...]

Mientras tanto, las personas en Konoha se sorprendieron al ver el importante yate que arribó al gran lago cercano a los terrenos Senju. Era la primera vez que una embarcación como esa se posaba en ese sitio y como era de esperarse, las especulaciones no se hicieron esperar.

-¿Escucharon sobre la llegada del lujoso yate?-Madara caminaba entre los pasillos de la fábrica de joyas y sin querer escuchó a varios empleados charlando en su hora de la comida.

-Es realmente impresionante y pertenece al señor Hashirama Senju... sin dudas, eso hará que salir y regresar a Konoha, sea mucho mas sencillo-el corazón del Uchiha se aceleró involuntariamente. Él, aún no había escuchado nada sobre ese yate y al saberlo, tuvo un mal presentimiento ¿acaso era?

-Aquí estás-Izuna le salió al encuentro y se alejó de los empleados-te estamos esperando para aprobar la nueva colección de esmeraldas-sin poder declinar, siguió a su hermano, aunque por dentro, solo quería ir en busca de su esposa y exigirle respuestas.

[...]

¿Te gustaría ir a montar conmigo?-Mirai sonrió genuinamente.

-Si, si-Hinata se alegró al verla tan entusiasmada.

-Esta bien-anteriormente, la niña le había pedido llevarla con ella, sin embargo, no conocía bien el terreno y temía que pudiera suceder algo como el accidente, pero ahora, ella ya estaba muy familiarizada con los alrededores y podía dar un pequeño paseo sobre los lomos de Tenseigan-¡Jugo!-llamó al varón y él, rápidamente salió a su encuentro-¿Me podrías preparar a mi caballo por favor?-ella se había ganado a los trabajadores y muy pocos se podían negar a complacerla.

-En seguida, Hina-Kurenai se acercó a darle indicaciones a su hija y minutos después, ambas partieron.

...

Un par de horas mas tarde, la peli negra se encontraba regando las plantas de la terraza, esperando el regreso de Hinata y su hija-¡Buenas tardes, Kurenai!-una agradable voz se escuchó tras ella y se giró para enfrentarlo.

-Buenas tardes Hashirama-ella miró en dirección a donde regresaría Hinata, pero aun no era visible.

-Buscó a Hina ¿la puedes llamar?-el Senju acababa de regresar del largo viaje que tuvo y apenas se deshizo del cansancio, se dirigió hacia el rancho Tsuki en busca de la ojiperla. Tenía buenas noticias y moría por compartirlas con ella.

-Lo siento, pero ella se fue a montar y aun no regresa.

-¿Se fue sola?-cuestionó mirando hacia la caballerizas con una sonrisa traviesa.

-Mi hija se fue con ella, pero no creo que se demoren-ni hablar, el castaño optó por no aparecer frente a la joven, tal como se le acababa de ocurrir.

-Bueno, en ese caso, regresaré después-el Senju se despidió y se dirigió hacia la cuidad, justo donde tenía su oficina, después de todo, había muchos pendientes y los dejó de lado por correr hacia Hinata. Quizás debería reprenderse, sin embargo, no podía evitar querer saberla a salvo.

-¡Vaya!-Kurenai suspiró al escuchar la voz femenina-Apenas regresó y lo primero que hace es correr en busca de la "señora" aparentemente, están muy unidos-soltó con sorna la exuberante rubia.

-¿Y eso a ti qué más te da?-no fue Kurenai quien cuestionó, sino Jugo, el cual aún se hallaba cerca y logró escuchar todo.

-Es evidente que está interesado en ella y el señor no se merece a una mujer así-replicó molesta.

-Entonces, según tu opinión, la mujer indicada eres tú ¿no es cierto?-Kurenai sonrió hacia Jugo y se marchó en cuanto vislumbró el caballo de Hinata. Fue lamentable que no hubiera regresado antes, ya que de haberlo hecho, se encontraría con el Senju.

-Responde ¿tú crees que el señor Uchiha puede ser tuyo?-insistió el pelirrojo con un deje de molestia.

-¿Y porque no?-respondió sin dudarlo-Soy una mujer bella y culta, además, todos dicen que cualquier hombre estaría feliz de tenerme ¿no es lo que tú mismo me has dicho innumerables veces?-Jugo se enfurruño, ya que si le había dicho eso innumerables veces, pero tenía una razón personal de hacerlo y eso era que muy a su pesar, se había enamorado de ella.

-Eres demasiado egocéntrica-soltó molesto-además, nos es cualquier hombre en el que te has fijado... el señor Uchiha ya tiene dueña y no solo por un matrimonio, su corazón le pertenece a Hina y por más esfuerzos que hagas por provocarlo, estoy seguro que no lograrás hacer que te mire-la rubia se molestó y sin pensarlo, le dio un empujón al corpulento hombre, acto seguido, ella se fue corriendo a la casa.

-¡Samui!-la llamó Hinata al verla llorando-¿Te sucede algo?-a pesar de los constantes desacuerdos entre ellas, la ojiperla no pudo evitar sentir preocupación por la chica.

-No-respondió cortante y siguió su camino. Hinata frunció el ceño y miró en dirección al lugar donde estuvo Samui, encontrando a Jugo. Él se veía igual, o incluso mas frustrado que la rubia. No había que ser un genio para descifrar lo sucedido, pues, tanto ella, como Karin y Kurenai, se percataron de la forma en que el pelirrojo veía a la engreída rubia, especialmente, desde que Jugo se quedó permanentemente en el rancho como guardia de seguridad.

Con decisión, se disponía a ir al encuentro de Jugo, pero en ese mismo instante, su celular sonó, haciéndola detenerse en seco. Al mirar el numero, respondió con alegría-¡Tío Inoichi!-Samui alcanzó a escuchar el celular y olvidando la molestia, se detuvo para escuchar-Que gusto me da recibir esta llamada-la joven se veía feliz y se sentó en uno de los sillones para hablar con tranquilidad.

-También me da mucho gusto escucharte después de tanto tiempo-la Hyuga notó que el tono del mayor era incómodo y no tuvo dudas, él también la llamaba por la situación de Ino-y me temo que no soy portador de buenas noticias-el rubio comenzó a disculparse por molestarla y ella lo interrumpió.

-No hay problema, después de todo, tampoco es que mi vida matrimonial sea muy animada-soltó con ironía y lo animó a continuar-pero eso no importa, aquí lo importante es Ino ¿que sucede?

-Desde que regresaron de tu rancho, mi Ino no volvió a ser la misma-de no estar tan preocupado por su hija, el mayor la hubiera interrogado sobre lo dicho sobre su matrimonio-por más que he tratado de que se sincere conmigo, ella no parece tener ánimos para nada... Hina, se que debes estar ocupada con tu esposo y de no ser tan urgente, no me atrevería a pedir esto-el rubio tomó valor-¿podrías venir aquí? Tu eres la única que puede ayudar a mi hija-el corazón de Hinata se apretó al escuchar los sollozos de ese hombre a quien quería como a otro padre.

-Tranquilo, por supuesto que iré, solo dame unos días para dejar todo arreglado-declaró convencida, ya que si se iba, no volvería nunca.

-Siento ponerte en esta situación, sobre todo, faltando tan poco para la boda de Neji y Hanabi-Hinata se tenso al escuchar lo ultimo. Solo debía tratarse de un error ¿verdad?

-¿Boda de Neji y Hanabi? ¿De que se trata esto?-el Yamanaka se sorprendió al percatarse que Hinata no sabía nada y poco a poco, le contó lo que había escuchado.

-Lamento mucho ser yo quien te informe sobre esto-Hinata guardo la compostura y optó por concentrarse en el tema principal.

-No impota, ya averiguaré por mi cuenta ahora que regrese-le aseguró sin dudarlo, concluyendo la llamada y deteniéndose a pensar en la próxima boda, abrió los ojos sorprendida. Rápidamente se llenó de preocupación por el estado de Ino. Quizás ambas cosas estaban vinculadas, después de todo, ahora que lo pensaba, Ino y Neji, se habían estado acercando y la ultima vez que los miró, parecían muy íntimos. Sorprendida por sus pensamientos, corrió a su habitación y tomó su maleta favorita que había quedado intacta luego del incendio, no es que fuera la única en su poder, pero esa en específico, era un regalo de su tía Natsu.

...

Madera regresó rápidamente al rancho, se sentía ansioso tras escuchar la conversación de los artesanos y en cuanto bajó del caballo, Samui corrió hacia él, ignorando la acusadora mirada de Jugo.

-Dime ¿has escuchado algo sobre el yate que trajo Hashirama?-de ser cierto, ella ya debería saberlo y seguramente también su esposa.

-¿Qué yate, señor?-el azabache lanzó un suspiro de alivio, aparentemente, se estaba preocupando anticipadamente.

-Escuché a las personas hablando sobre eso y creí que Hinata...-su corazón latía irregularmente debido a la incertidumbre.

-Eso lo explica todo-murmuró la rubia, atrayendo la atención del azabache.

-Habla sin rodeos ¿que quieres decir?-Madara no gozaba de paciencia y tratándose de Hinata, las cosas solo empeoraban.

-Pues que acabo de escuchar a la señora hablando por teléfono-soltó dispuesta a decir todo lo que sabía-Se trataba de un hombre de nombre Inoichi-el Uchiha se relajó un poco, ya que el Yamanaka era el padre de Ino, no obstante, aún quedaba la duda sobre los motivos de dicha llamada-y mientras hablaba con él, la señora le aseguró que pronto se marcharía de aquí... no pensé que hablara en serio, pero ahora que usted menciona sobre ese yate, todo tiene sentido- el moreno se sintió alcanzado por un rayo. Si bien es cierto que su partida era inminente, verlo tan de cerca le causaba un gran dolor en el pecho.

-¿Estás segura?-Samui asintió y sin cruzar más palabras, el Uchiha se fue en busca de la ojiperla y la encontró en su habitación, a donde entró sin siquiera tocar la puerta.

Hinata tenía las puertas del armario abierto y al escuchar la puerta, miró en dirección a la persona responsable de irrumpir en su espacio personal-¿No tienes modales? ¿Porque entras sin tocar la puerta?-cuestionó con irritación.

-¿Qué tratas de hacer? ¿Para que estas acomodando tu ropa?-ante los oídos de Hinata, las preguntas sonaban tan tontas y no pudo evitar rodar los ojos con impaciencia.

-¿Pues para qué va a ser?-le cuestionó imitando una falsa voz parecida a la suya, lo cual volvió a desconcertar al azabache-Pues para ponérmela ¿o crees que la pueda usar como mascarilla humectante?-él no se dejó provocar y continuó insistiendo.

-Piensas dejarme ¿verdad?-ella frunció el ceño y pensó sinceramente que Madara estaba teniendo problemas mentales-A eso se debe que estés acomodando tu ropa.

-¿De que demonios estás hablando? ¿Te has vuelto loco? Ahora resulta que ya no puedo mirar mi ropa porque eso será una señal indicadora sobre mi próxima partida, no, más bien, mi próxima huida-la verdad, la joven ya no tenía ánimos para seguir ese constante estira y afloja con su marido y por su salud mental, prefería ignorarlo.

-No juegues conmigo Hinata y dime la verdad-le advirtió de manera amenazante.

-Ya te lo dije... el día que decida irme, tú serás el primero en saberlo ¿lo recuerdas?-Madara no le creyó y con solo pensar en que ella lo abandonara, se ponía mas molesto e impredecible.

-No permitiré que te vayas ¿me escuchas?-la tomó de los hombros y acto seguido, la abrazó contra su pecho. La ojiperla escuchó el furioso latido del corazón masculino y durante unos segundos, se quedó inmersa sintiendo su reconfortante calor, sin embargo, los recuerdos no tardaron en llegar y como si su tacto la quemara, ella lo empujó bruscamente.

-Lo único claro, es que eres un ser vil y cruel-al Uchiha le dolió escucharla hablarle con tanto rencor, pero no permitió mostrarlo frente a ella.

-No somos muy diferentes ¿lo recuerdas?-la joven lo miró y lanzó un suspiro.

-Piensa lo que se te de la gana-sin mas, salió de su propia habitación y lo dejó solo. Madara se enfocó en el armario y volvió a cerrar las puertas, como sin con dicho acto, ella no pudiera abandonarlo.

Hinata salió hacia las caballerizas y antes que Jugo desensillara su caballo, ella lo volvió a montar con la única intención de alejarse. Necesitaba pensar en sus próximos pasos, primero Ino, luego la inesperada boda... ahora más que nunca debía regresar a la cuidad.

[...]

-¿Como estuvo el viaje?-Itachi se hallaba disfrutando de unos dangos, mientras esperaba la respuesta de su acompañante. En realidad, ya había escuchado los rumores y sabía que el problema estaba solucionado.

-Todo perfecto, los productos obtuvieron más premios de los que pensaba y eso me ganó reconocimiento internacional-respondió con entusiasmo-pero lo mejor de todo, es que ya solucioné una parte del problema de Hina-Itachi sonrió.

-Supongo que se trata del Yate ¿verdad?-Hashirama asintió.

-Así es, finalmente logré dar una solución viable. Ese Yate me servirá para exportar los vinos y también estará disponible las veinticuatro horas para ella. La tripulación está al tanto de la situación y en cuanto ella lo requiera, no dudaran en sacarla de aquí... Se que pronto llegará el día en que Madara pierda la cordura y ya sabemos lo que puede ocurrir.

-Es una jugada brillante-elogió el azabache-espero que Hina logré tomar decisiones acertadas-Itachi le contó lo que había conversado con la joven y Hashirama quedó más tranquilo.

-Entonces, solo necesitamos aguardar que reaccione antes que Madara pierda el poco juicio que aún le queda y hablando de algo más, estas cordialmente invitado a la inauguración del yate... pienso ofrecer una comida y por supuesto, invitaré al matrimonio Uchiha, como a todos nuestros amigos cercanos, incluso, todos los empleados que quieran asistir, serán bienvenidos.

-Ya veo-Itachi sonrió ante el entusiasmo del Senju.

-Y espero contar contigo para asegurar la presencia de Hina, definitivamente, ella no puede faltar-el chico asintió y después de un rato, se despidieron sintiéndose optimistas.

[...]

Karin se acercó a Gaara en su consultorio. Él daba las ultimas indicaciones a una mujer de mediana edad, la cual llevó a su hijo para ser tratado tras sufrir fiebre alta.

-Que se tome este medicamento cada ocho horas y si continúa la molestia, regresen mañana-la pelirroja sonrió al ver como su esposo le ofreció un caramelo al pequeño, mismo que sonrió feliz y no dudó en tomarlo.

-Gracias doctor-la mujer tomó la mano del niño-con permiso señora-Karin asintió y se sentó frente a su esposo.

-A veces me invaden las ganas de ser madre-murmuró con nostalgia, logrando que Gaara frunciera el ceño.

-¿Porque mejor no me dices a que has venido?

-Vine a verte ¿acaso no puedo visitar a mi esposo?

-Aparentemente no vienes por dinero, así que dilo pronto porque tengo mas pacientes y no me gusta hacerlos esperar.

-Bueno ¿tu alguna vez miraste a la novia de Sasuke?-el varón puso los ojos en blanco.

-En realidad, alguna vez mire una fotografía, pero ya no la recuerdo ¿porqué preguntas?

-No lo se con exactitud, pero creo que Madara culpa a Hinata... él cree que ella y esa mujer son la misma persona-la afirmación del azabache resonó en la memoria del pelirrojo—y si lo pensamos detenidamente, eso explicaría su agrio comportamiento hacia ella.

-Si son, o no son la misma persona, eso es algo que a ti no te importa ¿cuando dejaras de inmiscuirte en asuntos ajenos?-le reclamó con frialdad.

-Hinata es mi amiga y por supuesto que me importa... a eso se debe mi insistencia en encontrar los viejos recortes, estoy segura que en uno de ellos, aparece esa mujer y no es Hinata-Gaara se frustró, en su cabeza, se decía que su esposa tenía razón, incluso podía garantizarlo, no obstante, Madara tenía plena certeza y pensar en eso lo hacía sentir molesto.

-Lo único que haces es perder el tiempo, claro, como nunca haces nada de provecho, piensas que todos somos iguales-el hermoso rostro de Karin se llenó de tristeza.

-Si me dejaras trabajar, las cosas serian distintas y no me echarías eso en cara-le dijo con tristeza. Ella había creído que tras el éxito de las joyas, Gaara cambiaria su actitud, pero ahora veía que eso solo pasaba en sus sueños.

-Lárgate de una maldita vez-con brusquedad, Gaara la tomó del brazo y la condujo hacia la puerta del consultorio-y cuando salgas, has algo de provecho, dile al siguiente paciente que puede entrar-ordenó como si nada hubiera ocurrido. Karin se limpió las traicioneras lagrimas y obedeció sin replicar. Ahora mas que nunca debía encontrar esos recortes, no dejaría que su única amiga pasara por un matrimonio lleno de insultos, amenazas y sobre todo, de miedo.

Caminaba apresuradamente y sin planearlo, se topó con el corpulento Senju, quien se veía feliz-Disculpe-la joven levantó el rostro y sonrió forzadamente-me alegro de encontrarla aquí-le dijo sin dejar de sonreír-estoy aquí para invitarlos a la inauguración de mi yate-Karin finalmente se relajó y sonrió genuinamente, era evidente el motivo de tal invitación... Hinata. Hashirama al verse descubierto, se sonrojó ligeramente y comenzó a reír llamando la atención de todos los pacientes, incluyendo a Gaara, quien no tardó en abrir la puerta del consultorio.

-¿Que significa este alboroto?-cuestionó disgustado, sobre todo por la cercanía que el castaño mantenía con su esposa. A pesar de todo, Gaara, nunca había tenido ojos para nadie que no fuera Karin, por lo tanto, siempre veía señales de alerta ante otros hombres.

-A ti es precisamente a quien estoy buscando-Hashirama no se inmuto ante la feroz mirada del médico, ya que, luego de competir con Madara y convivir con Tobirama, nadie podía intimidarlo-Le decía a tu esposa que están invitados a la inauguración de mi yate, espero que puedan acompañarnos-el semblante de Gaara se suavizó.

-Claro, me enteré que llegó un flamante barco y supongo que después del éxito en su negocio, esa nave será pieza clave en la exportación.

-Así es y por supuesto, también me pongo a su disposición para cualquier exporte de joyas-Gaara asintió, estando de acuerdo con la idea, aunque dudaba mucho que su socio quisiera obtener los servicios del Senju.

-Bueno, en ese caso, nos veremos en su yate-para ese momento, Karin ya se había ido y después de concluir la conversación, también Hashirama se marchó.

...

Apenas aparecieron los primeros rayos solares, el castaño montó su caballo para ir al rancho Tsuki, necesitaba hacer la invitación formalmente y a esa hora, seguramente Madara también se hallaba en el rancho. Lo último que deseaba era meter en problemas a su ángel, de ser así, ese primate podía finalmente desquiciarse y lastimarla.

-Hola Jugo-el mencionado se giró y respondió el saludo-¿Podrías avisarle a Madara que estoy aquí? Bueno y también a Hina-sonrió al mencionarla, pues ya llevaba mucho tiempo sin verla.

-Ellos salieron a montar desde temprano, pero no creo que demoren-el semblante alegre del Senju, decayó de manera dramática.

-¡Hashirama!-lo llamó alguien-¿Qué te trae tan temprano por aquí?-la voz pertenecía a Izuna.

-Venía buscando a tu hermano y a Hina, pero parece que de nuevo llegue en mal momento-el semblante de tristeza desapareció y volvió a la normalidad.

-Ellos no deben tardar, mejor pasa y de paso, desayunas con nosotros mientras los esperas-el Senju asintió y ya adentro, se encontró con Óbito.

Pasó el desayuno sin haber señales del matrimonio Uchiha y Hashirama ya no pudo esperar-Bueno, quería invitar personalmente a Madara a la inauguración del yate, pero parece que solo podré hacerlo con ustedes y me tomaré la libertad de dejarle una nota a Madara—tal como lo había dicho, invitó a todos los que miró y después de escribir sobre un papel que le entregó a Ima, extendió la invitación a quienes no estaban presentes.

-Es una pena que ellos no regresaran-se lamentó Obito-de hecho, esta es la primera vez que salen juntos... pero descuida, nosotros los convenceremos de asistir  y estoy seguro que Hina, estará muy contenta-Izuna no estaba tan seguro de que fuera buena idea, pues su hermano se mostraba muy impredecible cuando se trataba de la ojiperla, sobre todo, con Itachi, o con Hashirama, cerca de ella.

-Bueno, entonces me retiro y los espero esta tarde, no falten-Kurenai asintió, al igual que los Uchiha y Jugo. Ellos eran los únicos presentes y se sintieron halagados por la cordialidad del castaño.

[...]

Hinata evitó el desayuno, no quería cruzarse con Madara y opto por salir a montar, tal como lo hizo el día anterior. Amaba a su esposo con todo su corazón, sin embargo, le hacia un gran daño ese fuerte sentimiento y se estaba deteriorando internamente. No sabía por cuanto tiempo podría soportar vivir así.

Bajó del caballo y se acercó a su lugar favorito, el mismo que le traía un poco de tranquilidad, aunque luego del regreso de Madara, nada podía tranquilizar su corazón. Sin pensarlo mucho, se deshizo de la camisa que llevaba puesta y dejando las botas atrás, se adentró en la frescura del agua. Le gustaba recargarse en las piedras tras la cascada, ahí nadie podía verla y el ruido del agua le traía paz, no obstante, esa mañana estaba muy lejos de ser pacifica.

-¿Te has vuelto loca? ¿Como se te ocurre estar sin ropa? ¿Acaso quieres provocar a los hombres a tu alrededor?-Madara miró como ella se alejaba en el caballo y no dudó en darle alcance. Debía admitir que ella era muy buena, ya que le costaba mucho darle alcance y cuando por fin lo hizo, casi sufre un infarto al verla tan tranquila deshaciéndose de sus prendas y quedando solamente en la provocativa lencería roja. Esa mujer era impredecible y odiaba no poder entender su proceder.

-Vuelve a tus asuntos, Madara-ella se mantuvo con los ojos cerrados, pensaba que si no lo veía, pronto desaparecería.

-No te dejaré aquí, cualquiera podría querer aprovecharse de ti-ella finalmente abrió los ojos y sonrió con tristeza.

-¿Y eso a ti que mas te da? ¿No es eso lo que buscas? ¿Que yo sufra?

-No discutas y ven conmigo-sin querer mojarse, Madara se estiró lo mas que pudo y extendió su brazo hacia la ojiluna, pero al no calcular bien, terminó resbalando y verlo casi caer, logró divertir a Hinata. Ella estalló una melodiosa risa, que poco a poco, ablandó al Uchiha. Sus defensas se ablandaron y la miró con pasión.

-Eres demasiado rígido ¿porque no vienes aquí y disfrutas del agua conmigo?-ella todavía sonreía divertida y estiró la mano masculina. Madara no lo pensó y solo reaccionó al sentir sus pies inundados, lo cual fue molesto, ya que llevaba puestas sus botas.

-Maldición Hinata... mira lo que hiciste-la reprendió, pero ella se burló mas de su actitud de niño malcriado.

-No seas amargado, solo déjate llevar-sin objetar, se dejó llevar por ella. Hinata lo hechizaba y él la seguía como la polilla seguía la luz. Sin poder detenerse, se abalanzó hacia ella y la besó. Sus manos no se quedaron quietas y se movieron desesperadamente por la suave piel femenina. La deseaba tanto, que dolía.

-Lo que tú quieras bonita-se odiaba a si mismo por sucumbir a ella y mientras se reprendía internamente, sus besos y caricias se tornaron violentos, era como si quisiera castigarla por el poder que ejercía sobre él.

-¿Que te pasa, Madara?-Hinata lo empujo y se llevó la mano al pecho en busca de aire-Yo quiero entregarme a ti, pero no así-le dijo con melancolía-¿Porque no podemos intentarlo? Yo aun te amo-verla así, hizo dudar a Madara, así que volvió a abalanzarse sobre ella. Su cordura flaqueaba y comenzó a desabrocharse el cinturón. Sabía que en esta ocasión, no iba poder detenerse y al saberse perdido, volvió a actuar con brusquedad-Basta Madara ¿porqué me tratas así? ¿Porqué no puedes aceptarme y ser feliz?-el semblante de la ojiluna se entristeció y todo el calor se disipó de su ser.

-¿Todavía tienes el descaro de preguntar? Ya te dije que yo no puedo ser feliz, no mientras tú sigas actuando sin remordimiento-ella negó con la cabeza e intentó acariciar sus mejillas, pero antes de hacerlo, él le tomó el cabello con una mano y las manos con la otra. El gesto de Hinata, fue de sorpresa y de dolor-¿Fue así como lo enloqueciste a él ¿no es cierto?-le preguntó sin soltarle las muñecas. Ella miró de nuevo el odio en esas oscuras orbes y ante eso, su corazón sufrió otra puñalada.

-Suéltame-ella lo volvió a empujar y lo miró con desprecio. Se había vuelto a humillar, le había pedido ser suya y él la rechazó ¿donde estaba su dignidad? ¿Donde había quedado su amor propio? Madara no tardó en irse y fue entonces que ella dejó salir las amargas lágrimas.

Una hora mas tarde, Madara fue el primero en llegar y minutos después, Hinata también regresó. Mientras caminaba hacia la mansión, se encontró con Jugo y Samui, pero estaba tan perdida en sus pensamientos, que ni siquiera los miró y al verla con los ojos enrojecidos Jugo, mostró preocupación, dado que Madara también volvió alterado.

-De seguro que el señor la puso en su lugar por alzada y voluntariosa-aseguró la rubia.

-¿Porqué estás tan segura?

-Porque ella fue a decirle chismes de Hina al señor-no fue Samui quien respondió, sino Kurenai.

-¿Que tienes tú en la cabeza?-Jugo se molestó-Deberías dedicarte a tu trabajo, además ¿quién te mandó a ir a intrigar sobre Hina?

-Precisamente me ocupó de mi trabajo-Kurenai ya se había ido y sólo estaban ellos dos. El varón no entendía a qué se refería y al verla sonriendo, se ablandó un poco.

-¿Sabes? El señor Hashirama nos invitó a la inauguración de su yate.

-¿En serio?-él asintió-Pues yo no he escuchado nada.

-Pero me invitó a mi y me dijo que podía llevar a quien yo quisiera, así que ponte muy guapa y...-ya no hizo falta decir más, pues ella le sonrió y se le acercó de manera coqueta.

-Entonces iré-Samui se fue a su dormitorio y sonrió complacida. Esa tarde, le demostraría a todos, que ella era mucho más bella que esa insípida mocosa Hyuga.

...

-Madara-Izuna se acercó hasta su hermano y antes de que entrara en su habitación, lo retuvo para darle la nota e informarle sobre la visita del Senju.

-Hmph-bufó molesto, ese tarado se estaba volviendo un dolor de cabeza y parecía empeñado en quitarle a su esposa—¿que demonios vino hacer aquí?—Izuna le indicó que leyera la nota.

-Él dijo que también Gaara ira y...-no sabía como decirle que debía asistir, ya que de todos modos, le seria imposible detener a Hinata.

-Como sea-sin más, se metió a su habitación y en cuanto escuchó la puerta de su esposa, se adentró sin tocar. Ella se deshacía de la ropa húmeda y ni siquiera tuvo la intención de verlo-Esta tarde saldremos a una cita, así que prepárate.

-¿Como que una cita? ¿A donde?-le cuestionó sin entender.

-No necesitas saberlo, solo arréglate antes de las tres-sin decir más, salió de la habitación, pero al poco tiempo recibió la llamada de Itachi y le informó todo. El mal humor desapareció y gustosa se metió en la ducha.

[...]

Karin concluyó la llamada con Hinata, quien le ofreció ropa para usar esa tarde. Había sido la pelirroja quien la llamó en busca de consejo y fue cuando la Hyuga le ofreció elegir algo suyo, no obstante, declinó y eligió un elegante vestido negro. No era adecuado para una fiesta de yate, pero era un gusto que deseaba darse.

-¿Porque estas vestida así?-ella terminaba de arreglarse frente al espejo y sonrió internamente.

-Hina me llamó, dice que ellos también irán a la reunión, así que me arreglo para irnos juntos-respondió sin apartar la mirada del espejo.

-¿Y que pretendes demostrar vestida así?-aunque su tono era tranquilo, ella sabía lo que estaba por venir.

-Pues, hace mucho que no salimos a ningún lado, además, el señor Senju tuvo la amabilidad de invitarnos, así que quiero estar bien arreglada.

-Con que de eso se trata ¿eh?

-¿Que quieres decir?—preguntó la chica con cautela.

-Quieres coquetear con Hashirama ¿verdad?

-Por supuesto que no-la joven no tuvo tiempo de defenderse, ya que Gaara la puso de pie.

-Pues si quieres ir conmigo, te quitaras este horrible trapo-tal fue el jalón que le dio sobre la tela, que el vestido terminó dañado de las mangas.

-¿Que hiciste?-ella trataba de acomodar la tela y dejó caer las lagrimas.

-Ponte uno de estos-fue al armario y descolocó los vestidos mas sencillos que encontró—y deja de hacer alboroto, recuerda que de este sitio, tú eres la mujer mas simple... ni siquiera vistiendo costosas prendas lograrías resaltar-ella bajó la cabeza y él continuo—si por lo menos tuvieras un poco de la sofisticación de Hinata, las cosas serían distintas ¿pero tú? Por favor-se burló de ella sin piedad.

-Este fue el vestido que llevaba el día de nuestro compromiso y en ese entonces, no te parecía tan poca cosa como ahora-replicó entre lágrimas. Gaara se sorprendió momentáneamente, pero lo ocultó de inmediato y fingió indiferencia.

-Dete prisa-sin más, salió de la recámara dejándola sola y cada vez más vacía.

[...]

-Tu también estás aquí-Suigetu sonrió al encontrarse con Jugo. Ambos pasaban juntos la mayor parte del tiempo, sin embargo, desde que Jugo ocupaba el puesto de guardia en el rancho, casi no se veían. El peli blanco llegó con una de las artesanas que conoció cerca de las minas y al ver a su amigo buscando en todas la direcciones, se cuestionó ¿a quien había invitado?

-Así es, llegué con Izuna y Obito.

-Ya veo, pero algo me dice que invitaste a una dama ¿verdad?-Jugo se sonrojó. No era bueno en los temas románticos y le avergonzaba sentirse tan expuesto.

-Invité a Samui-apenas lo dijo, la expresión divertida de Suigetsu, desapareció, dando paso a una de genuina preocupación.

-Samui ¿estás bromeando?-el pelirrojo ya esperaba una reacción similar, pero no creyó que incluso, las otras personas lograrían escuchar.

-¿Que pasa? ¿Crees que no tengo oportunidad?-Suigetsu levantó ambas manos en señal de rendición.

-No me refiero a eso... tanto tú, como yo, sabemos que Samui es una mujer ambiciosa y por ende, nunca se fijaría en simples mortales como nosotros-Jugo se mantuvo erguido-Te lo digo como amigo, mejor busca a otra mujer, una que te merezca y logre hacerte feliz.

-¿Crees que si yo no le interesara se habría puesto así de hermosa?-Samui apareció, luciendo un entallado vestido a media pierna. Nadie podía negar que realmente era una mujer muy bella y al verla así, Jugo pensó que era por él, sin embargo, ella pareció indiferente y buscaba con su vista en todas las direcciones. No había que ser un genio para saber a quien buscaba y ese hecho, le causó una punzada de dolor al pelirrojo.

-Te miras muy guapa Samui... aunque tu atuendo es algo revelador para el lugar-la rubia sonrió y finalmente se acercó a ellos con arrogancia.

-Eso lo dices de dientes para afuera-le reprochó-y no necesitas fingir conmigo-saludo a su amigo y miró a Jugo mientras lo hacía-todos sabemos que a ti también te gustan las mujeres como yo-soltándose del abrazo, se dio media vuelta-¿acaso no soy la mas bella de aquí?-las exuberantes curvas le habían ganado miradas de admiración, por lo tanto, su ego se elevó y solo deseaba que Madara la mirara.

-Tienes razón, yo admiro las mujeres como tú, pero a la hora de elegir a mi futura esposa, yo me inclinaría hacia otro tipo de belleza-en ese momento, arribaron dos vehículos y a los pocos segundos, Madara bajó de uno, extendiendo su mano hacia su hermosa mujer-Definitivamente, Hina es la viva imagen de lo que los hombres soñamos tener—Hinata lucía un sencillo vestido claro, a juego con sandalias de piso. Ella no necesitaba mucho para verse hermosa y el posesivo brazo del azabache sobre su cintura, dejaba claro que no aceptaba las muestras de admiración que los hombres mantenían sobre ella.

-Ella no solo es  hermosa por fuera-repuso Jugo con admiración y tras escuchar ese simple comentario, Samui se alejó bastante molesta.

-Vaya, parece que después de todo, se siente tu dueña—Suigetsu se burlo y sin dejar de sonreír, se acercó hasta donde subirían al yate. Karin, Gaara, Itachi, Kurenai y Mirai, también llegaron al lugar, siendo recibidos por el sonriente Senju.

-Bienvenidos sean todos-les dijo, dirigiendo sus orbes hacia Hinata. Ella le sonrió con dulzura y sin demora, el agarre de Madara, se hizo mas intenso—Me alegro mucho de verlos aquí-el Uchiha sonrió con sorna y en un descuido, su mujer se alejó de él—pero no se queden ahí... suban y pónganse cómodos—el primero en subir fue Obito, pues rodó los ojos ante las dudas de los otros.

—¡Que recibimiento!—exclamó Gaara al acercarse hacia Madara.

—No creo que sea precisamente para nosotros—a pesar de no elevar la voz, se escuchaba como un rugido molesto.

-Mira Hina, creo que el nombre del barco esta inspirado en ti—musitó Karin, para que solo la ojiluna lograra escuchar. El yate tenía el nombre de Perla y por ende, no había mucho que pensar.

—¡Hina!—Madara apretó los puños y se contuvo para no golpear al castaño cuando lo miró besando la mano de su esposa. Hashirama también hizo lo mismo con Karin, Kurenai, incluso con Mirai, por lo tanto, el azabache no pudo mostrar abiertamente su enfado—Luces bellísima.

—Gracias, Hashi—ella se sonrojó ante el cumplido—Está muy bonito tu yate y te felicito por el éxito que tuviste en el extranjero—el Senju sonrió, olvidándose de todos a su alrededor.

—Bueno, no esperábamos tan grande recibimiento—soltó Madara—además, me sorprendió tu invitación.

—Si, es una pena que las dos veces que los fui a buscar, no los encontrara en el rancho—el castaño sabía que el Uchiha trataba de provocarlo y se dedicó a sonreír.

-Ya lo creó... especialmente a mi esposa ¿o me equivoco?

—No, por supuesto que no te equivocas—Madara estaba por acercarse al Senju y romperle la cara, pero fue interrumpido.

—Tienes que ver esto, Hina—Itachi llegó en el momento adecuado y sin más, la ayudó a subir. Poco a poco, el resto los fue siguiendo, dejando a Madara calmando su irritación. Sin dudas, esa sería otra larga tarde para él.

Continuará.

Me demoré un poco mas de lo que esperaba, pero aquí está un nuevo capítulo. Me disculpo por las posibles faltas de ortografía que seguramente se me fueron quitando sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo 😊💕

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