Capitulo 1

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

¿Y ahora que pasa?—Hizashi acababa de llegar de su oficina y encontró a su mujer furiosa y ya podía imaginarse a quien culparía por su disgusto.

—Que va ser ¿he? Esa niña voluntariosa que no hace mas que causar problemas... pero para que te digo nada si de todos modos, tú siempre encontrarás la manera de defender a tu princesa—soltó con molestia.

—Y según tú ¿que hizo Hinata esta vez?—Hizashi amaba a sus dos sobrinas, tanto como amaba a su hijo Neji, no obstante, Hinata se ganó su corazón desde que nació, por lo tanto, cuando tuvo que encargarse de ella y de Hanabi, no lo dudó y desde entonces, esa niña llenó su vida de felicidad, mientras que para Shizune, fue la menor a quien amaba incondicionalmente.

—¿Según yo?—cuestionó ofendida—¿Porque no le preguntas a mi niña lo que le hizo Hinata?—durante las últimas semanas, la señora Hyuga se preparaba para la fiesta de bienvenida en honor a Neji, quien regresaba al país después de años estudiando en el extranjero y mientras la dócil Hanabi le ayudaba a su tía con todos los preparativos, Hinata se dedicó a ganarle al hombre que le gustaba a se hermana.

—Si te refieres a lo ocurrido con Toneri, déjame recordarte que él se interesó primero por Hina y fue Hanabi quien se aferró a querer tenerlo, aún sabiendo que no tenía oportunidad—añadió Natsu, la esposa de Ko, mismos que desde la muerte de Hiashi, se convirtieron en socios de las acaudaladas empresas Hyuga por petición del mismo Hiashi, así lo recalcó en su testamento. La pareja pertenecía a la familia Hyuga, aunque no directamente al padre de los gemelos, no obstante, ellos siempre se miraron como iguales. El matrimonio no tuvo la dicha de ser padres, por lo tanto, también se encargaron del cuidado de las dos niñas y vivían en la casa de a lado de la mansión Hyuga y no era raro que la mayor parte del tiempo estuvieran en contacto con las chicas.

—¡Claro...! Ko al igual que Hizashi también se pondrá del lado de Hinata, incluso ignora a Hanabi por darle toda la atención a ella—reprochó con desgano, dado que a pesar de ver los hechos con claridad, ellos seguían defendiendo a esa oveja negra... A pesar de las circunstancias, Shizune recibió a esas niñas con los brazos abiertos y se propuso a ser una madre para ellas, tal como lo era con Neji, sin embargo, al poco tiempo, Hinata comenzó a mostrar su rebeldía y con el transcurso de los años, su comportamiento empeoró. Ni su marido ni Ko, la culpaba de nada, aún cuando les mostraba las pruebas y la misma Hinata aceptaba su culpabilidad.

—No seas injusta Shizune, Ko y yo, amamos de igual manera a las dos, nosotros a diferencia tuya, no tenemos favoritismo, pero no podemos segarnos a la verdad... Hanabi está sufriendo porque así lo quiso, ya que desde que ese muchacho las conoció, no tuvo ojos mas que para Hina, aún cuando ella no fomentó tal interés—si bien era cierto que el carácter frágil e inseguro de Hinata había cambiado con el paso de los años, no significaba que ella fuera cruel para hacer sufrir a su propia hermana. Desde el nacimiento de Hanabi, Natsu quedó completamente embelesada con la bebé, ya que era ella quien cuidaba de la niña durante las salidas del matrimonio Hyuga, sin embargo, cuando ambas quedaron huérfanas, se conmovió al ver como la mayor intentaba hacer lo mejor posible por el bienestar de Hanabi. La fémina continuó observando en silencio y los desinteresados actos de Hinata, la hicieron admirarla.

—No mientas Natsu, todos sabemos que mi Hanabi siempre ha sido tu punto débil, así que no vengas a querer reprocharme, lo que también tú haces—la mujer de ojos perlados optó por guardar silencio, ya que de cierta forma, Shizune tenía razón y eso la hacía sentir culpable.

—¡Tíos!—la dulce voz de Hanabi se escuchó desde la mitad de las escaleras—Miren los manteles que escogí para la fiesta de Neji—el rostro de Shizune se iluminó por completo al ver a su pequeña ya mucho mejor.

—Están muy lindos mi niña—Shizune correspondió el abrazo que la chica le dio.

—Y a ustedes ¿que les parecen?—Hanabi con su inocencia, lograba derretir a todos y Hizashi, al igual que Ko, no eran la excepción.

—Sin duda alguna, Neji estará muy contento cuando llegue. Te has esforzado tanto por organizar esta fiesta—añadió Natsu luego de recibir un abrazo de la chica—pero aún falta mas de un mes para su regreso y creo que te estás apresurado mucho.

—Mi tía y Moegi también me han ayudado, especialmente mi tía y en cuanto al tiempo, yo creo que es mejor así, de ese modo no nos ganan las prisas, después de todo, Neji merece lo mejor—Hizashi sonrió con ternura al ver a su esposa tan contenta con la presencia de Hanabi. Shizune había tenido dos abortos espontáneos y tras la llegada de las hermanas, optó por dejar de intentarlo, pues tanto las niñas como Neji, la hicieron sentir como una verdadera madre, desgraciadamente, la constante desobediencia de Hinata, aunada al parecido con Hikari, impidieron que Shizune sintiera lo mismo por ella que por los otros dos. La madre de las niñas era una mujer muy bella, tanto por dentro, como por fuera y tras enviudar, Hizashi la conoció y rápidamente se enamoró de ella, sin saber que Hikari ya salía con su hermano. Ellos nunca supieron acerca de sus sentimientos, pero Shizune terminó descubriendo una fotografía olvidada y desde ese momento, no creyó que la hubiera dejado de amar, incluso dudó de su amor por ella. Tras la muerte de la pareja, la fémina dejó de lado las acusaciones, disponiéndose  a darles todo su amor a esas niñas y con Hanabi lo había logrado.

—Sabes que todo lo que haces es perfecto, tal como lo eres tú—Shizune adoraba a la castaña y todo lo que hacía era elogiado por ella.

—¿Y donde está tu hermana?—preguntó Hizashi.

—No lo se tío, ella salió desde muy temprano—respondió Hanabi con tristeza.

—Seguramente buscando algún problema en el cual formar parte—repuso Shizune—Ni siquiera por lo mucho que dice extrañar a Neji, se ofreció ayudar con los preparativos de la fiesta.

—Es raro que digas eso, dado que yo mismo la escuché cuando se acercó a ustedes ofreciendo ayudarles y tu le dijiste que no era necesario—aclaró Ko.

—De hecho Hinata está en la finca... Takuma avisó que ella llegó temprano pidiendo de favor que ensillaran a Tenseigan y desde entonces se fue a pasear—aclaró Natsu. En uno de los cumpleaños de Hinata, Hizashi le preguntó que regaló le gustaría, recibiendo como respuesta, que con el cariño de su familia le bastaba, no obstante, el Hyuga compro un potrillo pura sangre, inspirado por lo mucho que su princesa disfrutaba de la tranquilidad del campo y la libertad que esté ofrecía. La familia tenía una finca a las afueras de la cuidad, la cual contaba con bastos terrenos y desde pequeña, Hinata pasaba mucho tiempo allí. Los empleados la adoraban y pronto la enseñaron a montar los caballos de carreras pertenecientes a la familia. La sonrisa que mostró Hinata al mirar el potrillo, conmovió al patriarca y cuando lo abrazó llorando de felicidad, también él estuvo a punto de soltar las lágrimas.

—Debi imaginarlo, ella prefiere el campo abierto que permanecer en su oficina tras un escritorio—nueve meses atrás, la joven terminó su carrera y se unió a la empresa Hyuga, donde fue entrenada por Ko. Pronto la joven demostró lo capacitada que estaba y lo indispensable que se hizo en la corporación. A diferencia de Hanabi, quien pidió un costoso auto italiano cuando recibió la misma pregunta de Hizashi, Hinata ahorraba su sueldo y con el tiempo, se compró su propio coche.

—Desde que tiene a ese caballo, ella se ve mucho mas feliz, ademas es tan asombroso como el animal se adapta a los estados de ánimo de Hina—añadió Ko sin dejar de sonreír mientras hablaba de ella.

—Tía ¿nos ayudarías con las flores para los arreglos de las mesas?—interrumpió Hanabi y Natsu estuvo de acuerdo. Las tres féminas se alejaron a la sala donde continuaron con los detalles de la fiesta.

[...]

—Sabía que te iba a encontrar aquí—Hinata bajaba del caballo cuando escuchó la voz de su mejor amiga Ino Yamanaka. Ellas eran muy cercanas, incluso desde la infancia. Ino fue el soporte de la ojiperla en mas ocasiones de las que ella podía contar. El padre de Ino era un reconocido médico y ella optó por seguir sus pasos—Como no respondías mis llamadas, fui a buscarte, pero la amargada de tu tía me dijo que no sabía dónde andabas así que vine al lugar donde te refugias de ellos—incluso para la rubia no pasaba desapercibida la forma en que Shizune trataba a su amiga y si ella fuera Hinata estaba segura que ya la hubiera puesto en su lugar.

—¡Ino!—la ojiperla sonrió acariciando el blanco pelaje del caballo.

—¿Que? Sólo digo la verdad y tu mejor que nadie lo sabe... tú tía prefiere a Hanabi sin importarle quitártelo todo a ti y no comprendo porque te empeñabas tanto en buscar aprobación de su parte—Ino tenía razón, la fémina no era discreta al dejar claro a quien quería, no obstante, Hinata continuó durante años queriendo ganar un poco de su simpatía. Cuando parecía que su esfuerzo daba frutos, un nuevo conflicto surgía y todo lo ganado se perdía. Con los años, a Hinata le quedó claro que hiciera lo que hiciera, su tía nunca la iba querer y aunque dejó de esforzarse por agradarle, no pudo lograr que dejara de dolerle—pero dejando la bruja de Blanca Nieves a un lado, estoy aquí para que vayamos de compras... Naruto nos invitó a una reunión en un antro, dice que Sasuke también estará presente y quiere hablar contigo—la expresión triste de Hinata se convirtió en una llena de alegría con sólo escuchar el nombre del azabache.

—¿Sasuke esta en la cuidad?—Ino asintió sonriendo. Dos años atrás, Naruto les presentó a Sasuke y pronto se formó una bonita amistad entre la ojiperla y el Uchiha, aunque para todos, incluso para la misma Hinata, se sentía como el inicio de un bonito romance. A pesar de no pertenecer a la cuidad, Sasuke llegó en busca de experiencia para comenzar un negocio que tenía planeado. Él también pretendía especializarse en mercadeo, siendo así que terminó trabajando en las empresas Hyuga. Durante las cenas familiares, Hizashi elogió al muchacho en repetidas ocasiones y estuvo muy claro que le gustaba mucho para su princesa, ya que el joven era todo un luchador que se estaba abriendo camino con su propio esfuerzo, dejándolo impresionado con sus ideas. El Hyuga estaba seguro que ese joven iba llegar muy lejos, sobre todo con sus originales y frescas ideas, mismas que afirmaba pondría en práctica cuando regresará a su hogar.

—Veo que la noticia te pone muy feliz ¿no es cierto? Al parecer Sasuke ha logrado lo que ningún otro ha podido lograr—Hinata sonrió y despidiéndose de Tenseigan, al igual que de Takuma, siguió a Ino.

—A pesar de querer escapar de esto, no puedo dejar de estar enamorada de él, sin embargo, me sigo viendo obligada a silenciar mis sentimientos, recuerda que fue él mismo, quien me confesó estar perdidamente enamorado de la mujer mas increíble que haya podido conocer, es por ella por quien se ha estado esforzando para llegar a ser todo un triunfador. Sasuke es tan orgulloso, que se ha propuesto triunfar sin ayuda de nadie—Hinata no sabía bien que había sucedido durante su ausencia en la cuidad unos tres meses atrás. Ella se fue de vacaciones con Ino y su padre, quien trataba a la ojiperla como a otra hija y apenas regresaron luego de una semana, ella lo llamó repetidas veces, quería verlo e incitada por Inoichi, le confesaría sus sentimientos al azabache, no obstante, su corazón dolió cuando dos semanas mas tarde, él regresó a la empresa y le confesó estar muy enamorado, pero no de ella, sino de alguien mas, incluso afirmó que había sido amor a primera vista. Todo su mundo parecía derrumbarse, él siempre le decía que ella era su inspiración y de la noche a la mañana, le sale con que todo su empeño era por la misteriosa mujer a la que amaba.

—Pero quizás quiera verte para presentártela y si crees que no lo merece, puedes luchar por él—Ino también apreciaba a Sasuke y fue una verdadera sorpresa que no terminara siendo pareja de Hinata, él se veía muy enamorado de su amiga y de un día para otro, sólo la consideraba su "amiga"

—Jamás me rebajaría a pelear por el amor de un hombre—Ino sonrió complacida, su amiga era muy dulce en todos los sentidos, pero cuando se sentía herida, se protegía con barreras difíciles de traspasar—y si aún mantengo contacto con él, no es porque busque tener su amor, ahora sólo siento empatía—confesó con melancolía—¿Sabes? Él me contó que su familia no le tiene confianza, dice que prefieren a su hermano mayor, a quien consideran un genio, mientras que a él, lo encasillaron como su sombra—las lágrimas de Hinata le dejaron claro a Ino, el porqué ellos dos se habían vuelto tan cercanos. Técnicamente, ambos se sentían desplazados por su propia familia e independientemente de lo que había sucedido, seguían unidos, aunque no de la misma manera que antes.

—¡Hina!—la rubia fue a darle un abrazo y una vez más, Ino fue el apoyo que la Hyuga tanto necesitaba.

—Estoy bien—se limpió el rostro y lanzó un suspiro—es sólo que no pude evitarlo, pero no se lo digas a Kushina, ni a Naruto—la familia Namikaze eran de las pocas personas que metían las manos al fuego por Hinata y no les importaba quemarse. Kushina fue una de las mejores amigas de Hikari y desde su muerte, se propuso siempre estar presente en la vida de las hermanas, no obstante, Hinata desde niña se ganó su corazón, al igual que el de su esposo Minato y ni que decir de Naruto. La familia nunca prestó atención a las habladurías en contra de Hinata y constantemente las discrepancias entre Kushina y Shizune salían a flote en todas las reuniones.

—No lo haré—la verdad era que la ojiluna les había prometido a los Namikaze no volver a llorar y se había estado manteniendo firme, pero con la llegada de Sasuke, sus sentimientos se removieron.

...

La noche llegó rápido y la ojiperla sintió que su corazón estallaría con sólo divisar la figura de Sasuke aproximándose a ella. Tenía tres meses sin verlo y tampoco había mantenido contacto telefónico. Rápidamente saludó a Naruto y a sus otros amigos incluyendo a Ino.

—¿Podemos hablar a solas?—la seriedad que mostró Sasuke hacia ella, la dejó muy consternada, pues ni siquiera le saludó.

—Claro—respondió sin emociones. Por lo menos algo bueno había quedado de tratar con él y con Neji... aprendió a mantenerse sin mostrar sus verdaderos sentimientos, al menos por un corto tiempo.

—Hinata voy a preguntarte algo y quiero que me respondas con la verdad—ella asintió aún con la sensación de que algo no andaba bien—¿Es cierto que dijiste estar enamorada de mí?—golpe bajo, eso fue lo que sintió la ojiperla tras la pregunta de Sasuke—Responde Hinata ¿eso es verdad?

—Si y durante algún tiempo, creí que me correspondías—respondió sin tartamudear, aunque estaba mordiéndose la mejilla para no sucumbir ante la presión.

—Entonces es cierto—musitó con desaprobación, como si los sentimientos de la chica lo enfermaran—Después de todo lo que te dije de la mujer a la que amaba, tu continuaste empeñada en conseguir separarme de ella, incluso estuviste contándoles a todos mis confesiones hechas a ti... ¡Confíe en ti Hinata! Yo nunca creí lo que todos, incluyendo tu familia decían de ti y veo que estuve tan ciego. Supiste bien como manejarme a tu antojo ¿no es cierto?

—¿De que estás hablando? No entiendo nada—la morena sintió que su pecho fue atravesando por una espada. Sasuke era de las pocas personas que no se habían dejado influenciar por las habladurías a su alrededor y escucharlo hablarle así, la redujo a ser la tímida e insegura niña que siempre fue.

—Eres de lo peor Hinata y aún me duele pensar en cuanto me dañaste solo por actuar como una celosa desquiciada que no quiere perder a quien es capaz de cumplir todos y cada uno de sus caprichos—la voz del azabache estaba llena de decepción—Desde el principio supiste a que familia pertenezco y fingiste no saberlo—el chico nunca dio a conocer su apellido, él se presentó como Sasuke Izuka y no como Uchiha, quería dejar atrás su nombre para demostrar que podía ascender sin necesidad del renombrado nombre de su familia.

—No se a que te refieres , por lo menos dime que hice, ni siquiera me estas dando la oportunidad de defenderme—Sasuke estuvo a punto de flaquear al verla llorando, él nunca antes la había visto así, no obstante, ella lo había traicionado y seguramente fingía estar sufriendo para hacerlo caer en su juego, tal como lo había hecho con otros hombres.

—No sabes cuanto me alegro de haberme dado cuenta a tiempo la clase de mujer que eres—Sasuke ya no pudo soportar verla tan frágil y se dio la vuelta dispuesto a irse, pero ella lo retuvo del brazo—Basta Hinata... esta será la última vez que hablamos y si en el futuro llegamos a coincidir, no te molestes en hablarme ¿entiendes?

—No se que te pasa, pero ten por seguro que así como llegue amarte, así mismo llegaré a sacarte de mi corazón y sustituiré mi amor, por el mismo frío despreció que tu sientes por mi—con el rostro bañado en lágrimas la joven salió y en esa ocasión, fue Sasuke quien la retuvo. Ella se veía realmente mal y no quería que algo malo le pasara—¡Suéltame! A partir de hoy, somos dos desconocidos—se deshizo del agarre y salió corriendo del antro sin siquiera despedirse de sus amigos.

...

Los días siguientes, la única persona en saber sobre el incidente fue Ino y a pesar de la molestia que sintió la rubia, no pudo localizar a ese imbecil para decirle sus verdades. Las primeras dos semanas pasaron y la ojiperla no supo nada del azabache y sin darse cuenta, ya habían transcurrido dos meses. La mansión se hallaba patas arriba por la llegada de Neji y ese acontecimiento, logró aminorar el dolor que la chica sintió tras las acusaciones de Sasuke.

—¿Puedo pasar?—la morena salió de sus pensamientos y sonrió con ternura al ver a Hanabi.

—Pasa—la mayor se sentó en la cama dándole espacio a su hermana—¿donde has estado? Llevó días sin verte— cuestionó con curiosidad.

—Mmm estuve fuera de la ciudad con Moegi—respondió desinteresada—Tía Shizune compró estos lindos vestidos para nosotras—Hanabi le mostró cuatro finos vestidos de diferentes diseños y colores. Dos de ellos eran mas acorde con la fiesta de Neji, mientras los otros parecían hechos para una mujer de cincuenta años.

—¿Ella compró también para mí?—Hinata no lo podía creer e inevitablemente sonrió.

—Así es, el tío Hizashi le pidió que también comprara para ti—de nuevo la chica sonrió, pero ya no de alegría—Mira estos son para ti, espero que te gusten y puedas usar uno durante la fiesta.

—Si ¿porque no?—respondió con fingida alegría. Su tía no se cansaba de hacerla sentir menos y ahora se encargó de comprarle vestidos anticuados con la única intención de que no los usara y así ponerla en mal con su tío. Hanabi se puso de pie y se acercó al peinador de su hermana mayor y de pronto miró algo que llamó toda su atención.

—¡Hina...!—la llamó con voz infantil—¿Me prestarías tú peineta para la fiesta de Neji?—la castaña sostenía un fino artículo de cabello. Sólo había dos piezas y ambas fueron hechas exclusivamente para ambas hermanas por petición del abuelo cuando aún vivía. Las piezas consistían en una peineta de plata pura, adornada con perlas que formaban las iniciales H,H. En muy pocas ocasiones usaban esa joya y la llegada de Neji, era la ocasión perfecta para mostrarla sobre el cabello.

—¿Y porque no usas la tuya?—pregunto lo obvio, ya que ambas tenían la suya y Hinata planeaba usarla.

—Lo que pasa es que la última vez que moví mi habitación, todo quedó desorganizado y ya me conoces, no quiero tener que buscarla... anda di que si—por enésima vez, la mayor se vio obligada a aceptar, después de todo, su hermanita siempre ponía ojos de cachorro y a la mayor le era imposible resistirse.

—Está bien, pero apenas terminé la fiesta y me la regresas ¿de acuerdo?—la castaña asintió y se despidió con un beso en la mejilla de Hinata, llevándose con ella la hermosa joya. Con desgano, la ojiperla colgó los anticuados vestidos y le mandó una fotografía a Ino diciéndole todo. En segundos, la respuesta llegó mostrando emojis con muestras de asco, no obstante, le pidió ir a su casa con ellos y la Hyuga sonrió estando de acuerdo. De pronto su celular timbró repetidamente, viendo el número desconocido, lo ignoró, no obstante, tras la insistencia, decidió responder.

—¡Hinata!—el corazón de la chica latió irregularmente y cuando estaba por colgar él volvió a hablar—Por favor no cuelgues.

—¿Que quieres Sasuke? Creí que me habías dejado muy claro la clase de alimaña que soy ¿acaso te faltó decir algo mas? ¿O te incómoda que aún respire en el mismo planeta que tú?—escucho algo parecido a una risa, sin embargo, también pareció escuchar sollozos.

Te necesitó mi pequeña princesita—aunque la intención de la joven era terminar la llamada, por alguna razón, no logró hacerlo—fui tan idiota y me dejé engañar por alguien sin sentimientos... ella me dañó, me hirió de tal forma que no puedo continuar, ya nada tiene sentido—la ojiperla entró en pánico—pero no podía irme sabiendo que aún me odias.

Sasuke escúchame... no hagas nada estupido piensa en todas las personas que te aman—le dijo desesperada.

Lo perdí todo, incluso te perdí a ti por creer en las mentiras de la persona equivocada y eso es algo que no me puedo perdonar.

—No digas eso, yo siempre estaré aquí para ti ¿me escuchas? Siempre que tú me necesites estaré a tu lado y si quieres saberlo, yo nunca podría odiarte.

Aún después de haberte insultado, continúas teniendo compasión por alguien que no lo merece... que equivocado estuve y si aún tuviera tiempo, no dudaría en correr a tu lado para demostrarte lo mucho que me importas —Hinata sintió un frío atravesando su columna ¿acaso Sasuke estaba pensando en? No ella no podía permitirlo.

Sasuke ¿dime dónde estás?—la voz de Hinata se mezclaba con el llanto—Dame tu ubicación e iré ahora mismo... Si de verdad sientes algo por mi, no me dañes haciendo una tontería, sólo dame un poco de tiempo y estaré contigo—la Hyuga se levantó de la cama a toda prisa y buscó su bolso, Sasuke que la conocía bien, ya sabía lo que haría y se maldijo por dudar de ella, por no confesarle desde antes lo mucho que la amaba, no obstante, la otra lo deslumbró con su fingida admiración, con sus planes y sus falsas promesas de amor. Cuando se dio cuenta lo que estaba haciendo, ella lo volvió a engañar y ante eso, creyó que ya nunca mas podía estar con Hinata, así que decidió hacerse responsable por sus actos... Otra mentira y esa última crueldad, lo terminó destruyendo, ya nada tenía sentido, todo el esfuerzo que había hecho para cumplir los caprichos de esa traidora fueron en vano, ella hizo todo como parte de un juego y él cayó como un adolescente sin experiencia.

No te muevas de donde estás, de ninguna manera dejaré que te pongas en peligro sólo por venir hasta mi, yo me siento mucho mejor sabiendo que a pesar de mis errores, pudiste perdonarme princesa.

—No Sasuke, yo tengo que verte, estás mal, lo puedo sentir... por favor dime dónde estás.

—Está bien—el azabache sonrió mientras sellaba la última de las tres cartas que había estado escribiendo, luego la colocó junto a las otras, dentro del libro mas pesado de toda su biblioteca—¿recuerdas el hotel en donde encontramos a Naruto con aquella bailarina exótica?—la Hyuga respondió que si—Bien, entonces búscame en la habitación cinco tres ocho.

—Estaré ahí en poco tiempo... espérame, juntos solucionaremos cualquier problema que tengas, incluso buscaré a tu tío, el que dices que siempre te apoyará sin importar las circunstancias—Sasuke sonrió con melancolía, él ya había llamado a Madara y tal como se lo contó a Hinata, él ya debía estar llegando al país. La joven se negaba a colgar la llamada, temía que si lo hacía, no volvería a tener la oportunidad de escucharlo.

Por ahora debo colgar, pero nunca olvides lo mucho que te amé a pesar y a pesar del tiempo en el que creí amar a otra, tú nunca dejaste de estar arraigada en mi corazón —la llamada finalmente se cortó y la chica llamó al mismo número durante el trayecto hasta el hotel, pero el resultado fue el mismo, no había respuesta.

En cuanto estacionó su auto, llamó a Ino y le pidió ir a encontrarla en el hotel. La Yamanaka no hizo preguntas y salió a toda prisa, ya que si Hinata pedía algo en ese estado, debía tratarse de un problema grave.

Hinata estuvo alrededor de cuarenta minutos tocando la puesta de la habitación de Sasuke, pero no obtuvo respuesta, incluso llamó al gerente y esté le informó que la persona todavía no llegaba y por lo tanto, no tenía sentido que le abriera la puerta. Desanimada, bajo hasta el primer piso y pensó que quizás Sasuke ya se hallaba en el estacionamiento, corrió a buscarlo, no obstante, al no prestar atención, chocó con algo duro y terminó cayendo al piso.

—Terminaras dañando a alguien si no tienes mas cuidado niña—al parecer, no chocó con algo, sino con alguien. Sintiéndose avergonzada, no quiso mirar al dueño de esa disgustada voz—¿Te encuentras bien?—Hinata no miró la mano que el hombre le estaba ofreciendo y cuando sintió su toque, de inmediato reaccionó.

—Estoy bien, disculpe mi torpeza—levantó su rostro y en segundos, todo a su alrededor desapareció. Aunque el entorno se hubiera estado incendiando, ella no hubiera retirado sus orbes de las orbes oscuras del caballero frente a ella ¿porque ese hombre le parecía tan familiar?

—No te preocupes bonita, lo único importante es que estés bien—¿pero que fue eso? Hinata quedó sin aliento con la sonrisa que mostró ese hombre—Soy Madara, encantado de conocerte.

—Mucho gusto Madara—no sabía ni cómo podía estar actuando normal frente a un hombre tan intimidante y apuesto como él.

—¿Te hospedas en este hotel?—en ese momento, la chica regresó a la realidad y al motivo por el cual se hallaba en ese hotel.

—No, en realidad estoy aquí buscando a alguien—respondió con preocupación y tristeza—pero al parecer, él me dejó plantada—ambos miraron el celular en la gran manó del Uchiha y él se vio obligado a responder.

—¿Que pasa muchacho? Ya llegamos al hotel y no te encontramos ¿donde estás?—Hinata comprendió que en ese momento debía irse, ademas su principal preocupación era Sasuke y aún no sabía nada de él.

...

—¿Lo encontraste?—Ino la abordó frente al hotel y la ojiperla negó—¿Y porque estas tan ruboriza?—Hinata se ponía así, cuando estaba cerca de Sasuke y él no estaba en ese sitio ¿entonces a quien miró?

—Bueno, yo... quiero decir yo—Ino sonrió divertida. Su amiga encontró algo interesante ahí adentro.

—¿Había hombres en pelotas?—la rubia sonrió al apreciar el cambio en el rostro de su amiga.

—La verdad, si al verlo vestido me puse así, no quiero imaginar como me pondría si lo hubiese visto sin prendas de por medio—Ino arqueo una ceja. Esas eran las declaraciones mas atrevidas que la ojiperla había dicho.

—Vaya, debe ser todo un dios griego para que te dejara así... y ¿quien es? Me refiero a intercambiar palabras, sonrisas o algo por el estilo.

—Su nombre es Madara—ambas se hallaban en el estacionamiento y en ese momento, tres corpulentos hombres salieron a toda prisa y subieron a un taxi—¡Es él!—Ino los observó y cuando ya se habían alejado, miró a su amiga.

—Hina... ese hombre da miedo—Hinata la miró y en segundos, ambas comenzaron a reírse. Ellas estaban muy ajenas al caos que se vivía en el taxi donde subieron los tres azabaches.

—¿Pero como pudo pasar algo tan lamentable? El muchacho estaba por casarse ¿que lo orilló a tomar esa decisión?—se lamentaba Izuna.

—El gerente del hotel nos informó que minutos antes de nuestra llegada a tocar la puerta del chico, una hermosa joven de exóticos ojos también lo estuvo buscando.

—Exóticos ojos—murmuro Madara al mismo tiempo que recordó lo último dicho por la preciosa niña... ¿se trataría de la misma joven? Por ahora no podía pensar con claridad, primero necesitaban llegar a Konoha.

Continuara.

Bueno, aquí esta el primer capítulo de esta historia, en los siguientes iré aclarando mas cosas y también se unirán mas personajes. Me disculpo por los posibles errores de ortografía que seguramente se me quedaron sin que los notara, apenas los encontré y los iré corrigiendo 😊💕

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