Equipo Astrid
Si estás leyendo esto, quizás omitiste la parte dos del reporte de Heather. Te invito a leer antes de continuar uwu.
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Esto... lo cambia todo.
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Los años han pasado con mucha rapidez. Aún recuerdo cuando toda esta gran aventura empezó y esta nueva yo floreció.
No podía creer que ya era toda una señorita. Tuve que despertar desde la primera vez que llegó mi ciclo astral y mis padres iniciaron una búsqueda por las afueras de Berk pretendiendo encontrarme marido.
Estaban esperanzados a que entre Hiccup y yo se diera algo, pero al ver que con los años él y yo retomamos una grandiosa amistad, se desanimaron y emprendieron su camino. Por supuesto que no me obligarán a casarme con alguien, pero quieren "ahorrarme" un poco de trabajo llevándolos a todos hasta mi casa y "entrevistarlos".
Su cara de frustración a veces me causa gracia y me siento como toda una princesa. Y ahora, con la orilla del dragón, menos tiempo he tenido de encontrar algún prospecto para mi futuro. No quiero, alguna vez lo quise, pero solo con esa persona especial a la que estos dos años traté con normalidad como mi mejor amigo.
Creo que yo misma manejé todo de una forma en la que Hiccup y yo no llegáramos a nada romántico. Dentro de mí sigue esa Astrid que sabe que lo suyo no es el amor y abandoné todas esas ideas cuando noté que Hiccup no mostraba algún interés en mí.
No pasa nada. Igual y me traumé desde aquella vez con Heather. Pero si yo no gustaba de él, no me echaría a la cama a llorar. Solo seguiré con mi vida como la planeé antes que él apareciera en ella con esta fuerza.
—Astrid —me llamó. Aquel que me hacía tener ese torbellino de inseguridades, había acabado con los pensamientos que incumben a él —. Te veo... algo distraída.
—No es nada. —sonreí. No era nada, pero lo sentía como si lo fuese todo para mí.
—Bueno... Muy bien, patrulla Astrid. La orilla está segura.
Seguimos con el patrullaje nocturno y me percaté que los inútiles de los gemelos otra vez pasaron por alto nuestras indicaciones. Hiccup enseguida notó mi molestia. Por Thor, ¿cómo es que me conocía tanto? Basta...
—Oh, oh. Conozco esa mirada —completó, tras ver que nuestra orilla estaba desprotegida.
—Hiccup, ¿dónde están los terrores nocturnos? ¿No tenían que estar vigilando? Eran la última línea de defensa.
— ¡Tuffnut! —gritó él. Es que no teníamos que ser unos genios para saber quién podría ser tan tonto.
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— ¿Qué hacen ustedes dos? —preguntó Hiccup a los gemelos, con ironía.
— ¿Y a ti que te parece? —contestó Ruffnut —. Entrenamiento de dragones.
—Pensé que tú de entre toda la gente te darías cuenta. —continuó Tuffnut.
Tuffnut nos mostró lo que les había enseñado a los terrores nocturnos haciendo un tierno bailesito en el suelo. Sí, era adorable, pero poco congruente.
Hiccup y yo nos miramos y solo levanté los hombros.
—No sé qué tan útil sea su habilidad. —mencionó, incómodo.
—No solo hace eso, también me trae las pantuflas.
—Estos dragones no son mascotas, Tuffnut. Son parte integral de nuestro sistema de seguridad. —hablé, exhausta.
— ¡Resuelve problemas matemáticos! ¡Golpea con la pata siempre que el resultado sea tres! —Mostró sus dedos, muy entusiasmado.
—Tiene razón, Tuffnut. Además, ya tienes una mascota. —señaló a Gallina.
Él bufó, como si el regordete animal ya no fuera suficiente. Ash, así son los hombres. Ven algo más lindo y tú ya no existes.
Continué regañándolo, describiéndole los posibles ataques que por su culpa hubieran llegado a nuestra base. Snotlout intervino y con molestia lo confronté.
Era verdad que Dagur no sabía de nuestro paradero, pero, con descuidos como estos, pronto se iba a enterar donde deparaba nuestra ubicación.
En nuestra discusión, uno de nuestros amiguitos llegó y aterrizó en el rostro de Fishlegs, con una nota. Él la abrió y su cara nos desconcertó a todos.
—Es de Berk. —pronunció. Y no dudamos un segundo en trepar a nuestros dragones y ofrecer nuestra ayuda.
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A lo lejos de nuestro vuelo, rápidamente comencé a oler y sentir como las cenizas se adentraban a mis fosas nasales y ese horrible aroma de que algo se estaba quemando.
Detestaba ese aroma porque cuando me enteré de que mi hermano posiblemente estaba muerto, Berk estaba en llamas...
Cuando llegamos a tierra, las noticias no mejoraron para mí. La casa de mis padres se había quemado y sin importarme nadie, corrí hasta ella.
Me preocupé mucho porque sabía que se dieron un descanso de la exploración de un futuro prometido porque mi trabajo me tenía muy concentrada en él. Afortunadamente, ellos no estaban al momento del accidente, pero de pensar que hubiesen estado descansando en su hogar —porque cualquiera merecía estar tranquilo en su casa sin que alguien intente atentar contra ti— el mundo se me vino abajo.
Observé como mi pequeño y acogedor hogar estaba muros al piso. Mi corazón se estrujo y recordé todos los recuerdos que tenía de Oliver ahí dentro. Perdí absolutamente todo en un descuido, en este maldito descuido...
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Cuando llegué con todos mis amigos, Hiccup rápidamente me atendió y me preguntó cómo estaban mis padres. Snotlout llegó muy coqueto hasta mí, poniendo su brazo en mi hombro, recargándose. Lo tomé por él y lo mandé a volar. Ay, gracias Snot, de verdad lo necesitaba.
Las últimas instrucciones fueron encomendadas por el líder de nuestra pandilla y todos volverían a sus hogares.
— ¿Ustedes dónde se quedarán?
—Pensé que Stormfly y yo podríamos dormir aquí.
— ¡Qué coincidencia! También dormiré aquí...
— ¿Por qué? Tienes una cama cálida y una casa...
—Sí, pero papá ronca y serrucha troncos. Toothless y yo no dormiríamos nada.
—Sí, sí, sí —le siguió Fishlegs —. Meatlug y yo nos quedaremos por los viejos tiempos.
— ¡Hey! Ni se les ocurra hacer pijamada sin Hookfang y sin mí.
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Se vino en la noche y todos se despidieron. Lo que habían hecho por mí era algo tan lindo que jamás podría olvidar. Y es cuando me daba cuenta de que nuestra amistad era valiosa porque, no importaba cuanto yo los reprendiera o cuanto corrigiera sus errores, ellos están ahí cuando los necesito.
Sé que puedo parecer muy dura, que a veces podría hasta pasarme de la raya. Y ahora que todos crecimos, es mucho más difícil que acaten órdenes. Todos son más rebeldes, con más criterio propio y con ganas de realizar cosas por su cuenta propia, pero lo único que quería era protegerlos. Constantemente estábamos en situación de riesgo y yo no querría perderlos como perdí a mi hermano, no lo soportaría.
Todos ya dormían al calor de la fogata y yo no dejaba de pensar. El corazón me palpitaba de dolor y no dejaba de pensar en mis papás. Sé que no habría soportado perder a mi sangre, a la sangre de Oliver. Incluso, perder los recuerdos de él que estaban en la casa me fue muy complicado. Mi casa, a diferencia de los demás, tuvo muchos daños irreparables y casi casi tenía que ser construida desde cero.
Ya no quería que estas cosas pasaran. Sin pensarlo, me había parado de mi lugar y Stoick hacía su patrullaje nocturno.
En mi cabeza sentía una melodía con profunda tristeza. Los pasos agrandados de Stoick seguían mi presencia. Y mis pies caminaban con el bombeante y acelerado estallido proveniente de mi pecho.
— ¿No puedes dormir?
El vikingo me habló con sutileza, una dulzura en su voz que nunca conocí de él.
—No, ni un poco.
Y quizás, Stoick the Vast, hasta ese instante, era el único que conocía el sonido de mi voz quebrándose.
—No puedes dejar de pensar en qué pudiste hacer para evitar el ataque.
Y no respondí, porque él estaba en todo lo cierto. Sus palabras me dieron un poco de paz.
»Contrólalo, recuérdalo y haz todo lo que puedas para no volver a sentirlo.
Me había relajado. No era una persona tan allegada a mí, pero él y yo sabíamos que éramos muy parecidos, que éramos cien por ciento sangre de vikingo y nuestra familia y deber está por encima de nosotros.
Pensé necesitar a mi padre, a mi madre, a mi hermanito que tal vez sea la estrella más grande que ilumina la noche, pero Stoick representaba un gran héroe para mí y, después de todo, gracias a él existía la persona que más quiero.
En esta situación, en este desgaste emocional, mi mente era incapaz de seguir bloqueando todo el cariño hacia Hiccup y, pese a que no lo quisiera, a veces siento que solo él me motiva a seguir siendo fuerte y permanecer a su lado. Pero hoy, me doy cuenta de que a Hiccup le sobran brazos y que su lugar son los dragones.
Y mi lugar, es mi familia. Y el hacha que me dejó Oliver ha sido lo único que pude conservar tras el incendio. No quería abrir los ojos, pero es tiempo de ver por mí y lo que me espera.
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Cuando le di la noticia, su rostro cambió. Entró algo de conforte en mí y casi vuelvo a aventarme en sus brazos y acompañarlo hasta el fin, pero debía dejar de ser tan tonta y comenzar a preocuparme por los que siempre han estado conmigo.
Hiccup está conmigo, es un grandioso amigo y una persona excepcional. Pero sus sueños y los míos están muy desconectados y era importante que yo entendiera que por mucha química que los demás vean en nosotros, nuestros destinos cada vez están más lejanos el uno con el otro.
Me duele decirlo, me duele despedirme de él y de todos. Mi amor por los dragones es algo que nunca olvidaré y quiero que estén a salvo, pero con las personas que tiene Hiccup a su lado es más que suficiente. No podía adentrarme más al peligro y darles a mis padres otra pena, otro luto que superar si yo un día faltaba.
Disfracé todo con buenas noticias. Le dije que todo se trataba de un equipo auxiliar y en cuanto ellos estuvieran listos, yo volvería. Mi plan era rudo, poco ético, mas no encontraba la manera de decirle que me quería quedar para siempre y nunca más volveríamos a vernos con la frecuencia que nos veíamos.
Mi alma se estrujaba al pensarlo y mis ojos tan pronto lo imaginaban, me pedían a gritos que sacara a la Astrid sensible que hace mucho enterré. Otra parte de mí quería suplicarle que por favor abriera los ojos y se dé cuenta que lo necesito tanto como el oxígeno que mi cuerpo aspiraba. Pero yo no era una romántica empedernida y sentía que todo esto era una etapa propia de la adolescencia adentrada a la madurez.
Él merecía algo mejor que yo y, solo saliendo de su vida, lo encontraría.
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Mi plan salía a la perfección. Hacía que todos fracasaran o los hacía pensar esto para que mi tiempo en Berk se aplazara más.
Sabía que Hiccup no me quitaría los ojos de encima y realmente lo agradecí. Así no tendría que decirle directamente que debía quedarme en Berk porque el miedo me consumiría.
— ¿Qué te hizo? —cuestionó, al ver a Spitelout haciendo flexiones.
—Es el papá de Snotlout. —mencioné, como si fuera obvio.
—Suficiente... ¿Podemos hablar?
—Podría, pero estoy ocupada. —le di la espalda. No quería verlo a los ojos.
Hiccup se colocó enfrente de mí, pero inmediatamente desvié la mirada. ¿Qué se creía? Si me conocía tanto, ¿por qué me hacía pasar por esto?
—Sé lo que estás haciendo.
— ¿En serio? Y, ¿qué estoy haciendo?
—Bueno, eres muy dura con estos chicos. Vi lo que le hiciste a Gustav.
— ¿El elemento sorpresa? ¿Y eso es ser muy dura?
—Bueno, no es eso. Es que quieres que todos fallen. Así tendrás una excusa para quedarte en Berk. Ambos sabemos qué está pasando aquí.
Y me volteé, me ofendía. Pero no sé por qué, si cada una de sus malditas palabras tenían mucha razón.
—Te equivocas, Hiccup. Te equivocas. —me crucé de brazos. No podía mentirle mirando esos ojos, ni siquiera siendo que mi mentira estaba al aire.
—Te... entiendo. Quieres quedarte en Berk y proteger a tu familia. Pero no puedes estar aquí cada segundo de cada día del resto de sus vidas.
Un escalofrío recorrió mi espalda y supe que quería tomarme del hombro, pero me tensé y él no prosiguió. Sonaba cursi que hasta yo me asqueaba, pero necesitaba ese pequeño toque en mí.
Y él sabía que este temor vive en mí por mi hermano, al cual jamás mencionaba de sus labios porque sabía lo delicado que era el tema para mí. No me cuestiona de él, no me recuerda de él y no habla de él.
Ya no respondí, solo deseaba que desapareciera de ahí y dejara de hacer tan difícil las cosas.
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El llamado de auxilio llegó y me fui lo más veloz que pude. No dejé al equipo auxiliar combatir porque temía que su poca preparación dañara el plan y no veía por el plan, sino por sus vidas. No podría.
Ni mi cuerpo ni mi mente conectaban. Todos me hacían pedazos y me tomaron mis brazos dejándome inmóvil. No me iba a dar por vencida, pero la complexión bendecida por los mismísimos dioses a los hombres no me ayudaba en mucho.
Y hubiera sido el fin de Astrid Hofferson de no ser porque mi queridísimo equipo auxiliar desobedeció mis órdenes.
Estaba verdaderamente orgullosa, porque yo en su lugar habría hecho lo mismo. ¿Cuándo Astrid Hofferson había seguido una orden que implicara dejarla ver como una débil? ¡Nunca! y no conté con que la mejor manera de aprender es ejecutando.
Mi equipo, mi equipo Astrid...
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Después de mi felicitación disfrazada de sermón, nombré oficialmente un líder.
—Siempre viendo por los demás y nunca por ti... —agregó Hiccup tras de mí.
— ¿Eh?
—Pensaste en el bienestar de tus padres antes que lo que te hace feliz... eso es muy admirable, Astrid —y sin quererlo, sonreí —. Yo nunca me detuve a pensar en lo mucho que le rompería el corazón a mi padre cuando decidí hacerme amigo de un dragón.
—Pero ellos son maravillosos...
—Lo son; y para la desgracia de mi padre, este es mi verdadero yo. Algo egoísta con los humanos... —reí ante eso —. Pero tú... has encontrado la forma de tener a tus padres contigo y hacer el bien por las especies. La gente debería dejar de reconocerme como el primer jinete de dragones y voltear a verte a ti.
—Eso Astrid no lo necesita, tonto —Snotlout se unió a la conversación —. Muchos en Berk quieren su mano que, por cierto, Astrid, sigo esperando la carta de aprobación de tus padres firmada con tu preciado puño y letra.
Rodé los ojos. Hiccup le dio un zape y yo me sorprendí.
—Ay, perdón... tenías un mosquito.
Pero su enrojecido rostro me decía otra cosa. Para no incomodarlo, solo reí.
Entonces, ¿estaba o no conectado nuestro destino?
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Antes de que se le conociera a la menstruación como ciclo menstrual, lo llamaban ciclo astral por la posición de las estrellas y no c k vaina más. No lo confundamos con estral que es el celo de los animales xd.
Perdonen a Astrid si se contradice, es el chiste. Es humana y ni ella sabe lo que quiere, se confunde y vuelve, se va, regresa, c guelve a ir, regresa de nuez, ahre xd.
Este capítulo está bien mal escroto por más que lo corregí y perdón :'v tengo mucho sueño x'd espero corregirlo pronto.
Luego les pongo el gif de este capítulo porque ni guatpaddd se aguanta xd
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