➸❛Epilogo❜
—Y así fue como logré enamorar a su tío Michele.
—¿Enserio tío Emil?—me preguntó una niña de pelos negros con los ojos grises pero tez morena mientras seguíamos caminando en la orilla de la playa—, vaya que fue largo el camino.
—Sí, fue largo el camino.—dije mientras sonreía—, pero valió la pena. Ahora regresemos con tu madre antes de que se de cuenta de que te traje a buscar más conchas.
Cargue a la niña en mis brazos y camine de regreso a donde estaban todos los chicos, algunos se fueron a surfear mientras que otros se fueron a nadar pero sólo Georgi y Sara se quedaron platicando en donde estaban todas las sillas y sombrillas. La niña tenía por nombre Galilea y era la hija de Seung con Sara, el día de la Grand Prix que Sara se tuvo que ir no fue por una lección sino que ya no podía arriesgar la salud del bebé que crecía en su vientre, cuando todos los enteramos nos fuimos para atrás por la noticia de que ellos dos serán padres. Pero de ese amor nació tres años después una hermosa niña azabache de ojos grisáceo profundos y de piel morena como la de su madre, era una hermosura de niña pero vela a hacer enojar y lo dulce se quita.
—Sara, hola.—le salude entregándole a su hija en brazos para despues sentarme en la silla de plastico que estaba a un lado de la de Sara—, Georgi, ¿No quieres salir al sol?
—El tío Georgi es un vampiro, no le gusta el sol.—soltó Galilea mientras se acomodaba en las piernas de su madre y abría una bolsa de papitas—, ¿Verdad Tío Georgi?
—No soy un vampiro, pero no me gusta asolearme.—dijo entre risas mientras se ponía los lentes de sol y seguía leyendo notificaciones de Instagram—, Ah miren, ya se donde está JJ.
Georgi nos mostró su teléfono y Sara y yo mirarmos que Jean estaba en Canada con Yurio, los tres nos comenzamos a reír por por fin saber donde estaba en esos dos pues los buscamos por una semana entera y ahí estaban, que gracioso. Después de eso mire la hora en mi celular y me levante de la silla.
—Buenos chicos, me retiro.—tomé mi pequeña mochila y metí mi teléfono ahí mientras rebuscaba donde estaba mi cartera para pagar el taxi—, si los demás preguntan les dicen que me fui porque tenia cosas que atender.
—Uhhh~—Sara canturreo mientras le tapaba las orejas a su hija y me sonreía, conocía esa expresión y sinceramente, me daba escalofríos porque hacia que pudiera confesar todo—, ¿Vas a ir con Mickey a jugar twister?
—¡Sara!—mis mejillas se tornaron rojas mientras me cubría el rostro por la pregunta de Sara y me sonroje más cuando Georgi comenzó a reírse por lo antes dicho por la italiana—, no digas esas cosas frente a la niña, basta, me voy.
Me fui de aquel lugar antes de que siguieran con sus cosas, al final tenia a alguien esperándome en el hotel donde todos nos hospedamos y no podia hacerlo esperar, porque si no me mataría.
Cuando llegue a la habitación de hotel saque la llave del cuarto y la puse en la cerradura, la gire y abri la puerta. Entre al cuarto pero no había nadie así que con cuidado cerré la puerta a mis espaldas y dejé mi mochila en la silla que estaba por ahí, comencé a caminar hasta el cuarto donde finalmente lo encontré a él, a el amor de mi vida. Me fui hasta el balcón y lo abracé por detrás, poniendo mi cabeza en su hombro.
—¿Y Milen y Milan?—preguntó Michele mientras entrelazaba nuestras manos, rozando las argollas doradas que nos unía de por vida—, no me digas, ¿La dejaste con Sara?
—Ya tienen diez años Mickey, estarán bien y se divierten con Galilea, no puedo quitarle eso a nuestros hijos, han entrenado bien así que necesitan un descanso.—comente mientras besaba el cuello de Michele sintiendo como temblaba su cuerpo entre mis brazos—, ¿Segunda ronda?
Michele se volteó, quedando cara a cara.— Segunda ronda.
Mostré una sonrisa mientras comenzaba a devorar los labios de mi amado.
Me habia casado con Michele hace dos años, cuando nos fuimos a Praga a enterrar a mi abuela. Mentiría si dijera que me arrepiento de mi decisión porque no es así, amo a Michele con todo mi corazón e alma y se que él hace lo mismo por mi. Al tiempo decidimos adoptar un hijo asi que fuimos a un orfanato italiano donde unos gemelos de piel canela de ojos azules y pelo tan negro como la noche captaron nuestra atención así que decidimos adoptarlos a ellos para poder formar una familia completa y para que pudieran seguir nuestro legado como nosotros seguimos el de nuestros padres. Amaba a mi familia, desde las mañanas donde nos levantaban lanzándose contra nosotros hasta la noche de películas, Milen era el mayor po unos segundos y al igual que Mickey, protegía a su hermana como si fuera su más preciada joya mientras que Milan era una niña animada que se dejaba proteger por su hermano.
Estos años aprendí muchas cosas pero también estoy aprendiendo otras. Estoy aprendiendo a ser un padre o a proteger a mi familia, pero hay algo que por mas que pasen años aún voy a seguir tratando de aprender y eso era..
Como enamorar a un Crispino
Fin
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