Capítulo Veintiséis (26):Un Divorcio
Pov Milexa.
Volteo a mi derecha y veo a la madre de Alex aún en shock, me acerco a ella y tomo sus manos.
-Señora Seguer, ¿Me escucha?-ella asiente lentamente sin separar la mirada de Emilio quien arregla su camisa lleno de furia.
-El no es mi esposo de hace veinte años, lo quiero fuera, Milexa.-dice mirándome con sus ojos inundados de lágrimas.
-Creo que beben hablar todos ustedes...
-Esto no tiene arreglo, estas discusiones pasan desde años atrás y ahora me entero de que me ha sido-rompe en llanto da un respiro tratando de tranquilizarse así misma-infiel, una palabra que tanto detesto, mis hijos lo sabían incluso primero que yo.
-Ellos no la querían ver así.
-Seguro la que no me lo quería contar a sido Alexa y Alex le ha cumplido, el siempre la ha tratado como una cajita de cristal con tanto cariño, con tanta fragilidad que le da miedo de que se estille.
-Lo más probable, pero dejemos de pensar en ello, vamos-la tomo de la mano y ella niega y camina hacía su esposo el cual estaba a punto de cruzar el umbral al comedor.
-Te quiero fuera de mi casa.-dice con autoridad y voz de advertencia pero Emilio hace caso omiso a sus palabras y sigue caminando.
Ella sale detrás de él, cuando pasamos el comedor y ve que Emilio aún la sigue ignorando su furia crece.
-Quiero el divorcio.-sentencia y el frena su paso de golpe.
-Pues te quiero fuera de mí casa- dice remarcando la última frase.
-Es mi casa, y te quiero fuera ya que el que ha fallado has sido tú.
Emilio abre sus ojos como platos y luego ríe mientras juega con sus llaves en las manos.
-Eso no es lo que dice el papel, así que tú y tus hijos se pueden largar si les place pero yo no me voy.
-Ok, Alexandra y Alexander se van conmigo, pero que algo te quede claro eres el hombre más cobarde en el mundo, ya no eres el mismo de antes y lamento que no sea tan fácil el de firmar un documento y que se acabe un matrimonio a poder recuperar todos los años que perdí contigo, lo único bonito que queda entre nosotros son nuestros dos hijos, lo demás lo arrugaste como una hoja de papel que a pesar de que la trates de aplanar jamás volverá a su normalidad.
-También quiero que esta chica se valla es amiga de Alex no mía por lo tanto no la quiero ver más aquí- apreté mis labios y asentí, al dar la vuelta para buscar el bolso choco con el pecho de Alex.
-Ella sale de aquí conmigo, mi hermana y mi madre.
-Ella...
-Ella como tú le dices tiene nombre el cual es Milexa, y si te molesta puedes hacer cuenta de que no está.
-Alex creo que es mejor que...-baja su mirada hacía mi y luego la vuelve a subir para posarla en su madre.
-Nos iremos esta misma noche.
Su madre asiente y Alex me toma de la mano y los tres comenzamos a subir las escaleras y pasamos a la habitación de Alexa la cual se encontraba secando sus lágrimas mientras abrazaba sus piernas contra su pecho.
-Alexa, empaca nos iremos.-dice su madre mientras se acerca a ella.
-¿Y eso por qué?
-Tu padre nos ha echado de la casa.
Alexa frunce su ceño y empieza a negar con la cabeza repetidas veces.
-El no haría eso, no sería capaz-se levanta y camina rápidamente a la puerta pero Alex le impide el paso.
-Alex, dé-déjame pasar-tartamudea y trata de forzar para salir pero no se lo permite abrazándola contra su cuerpo- él, él no sería capaz, Alex, dime que no es cierto, Alex. Por favor.
-Lo siento.
Rompe en llanto y se aferra a su hermano.
Luego de Alex y su madre poder calmar a Alexa todos fueron a hacer maletas, acompañe y ayude un poco a los tres y a pesar de que la señora Seguer termino su matrimonio se le nota dolida pero hasta ahora no la he visto soltar ni una sola gota de lagrima, y ni hablar de Alex que parece tener sus emociones enterradas en un cajón, si está sintiendo algo lo esconde muy bien.
Al terminar los tres de empacar bajamos y yo tome mi bolso de la estantería, Alexa tenía la esperanza de que al irse su padre al menos por decencia se despediría de ella pero no fue así al mismo instante que la señora Lucrecia salió de la habitación el entro en ella.
Ya la madre de Alex y su hermana estaban en el auto y Alex me toma de la mano.
-Siento ponerte en medio de todo esto.-dice afligido.
-No pasa nada, solo espero todo mejore.
-Yo también, Mili, yo también.
Habían pasado solo cuatro días desde lo pasado de hablar con Will, y la pelea en casa de Alex, he llamado a mi mamá y Alex todos los días, mi madre estará aquí en tres días y Alex su hermana y su madre viven en una casa en esta misma residencia pero algo lejos de mi casa, hace dos días Alex me vino a buscar ya que me ofrecí a ayudarlos, hoy también ha quedado en buscarme para ir a un lugar, no me quiso dar detalles solo que me llevará cambio de ropa, y un pijama, había armado el bolso pero la curiosidad me mataba por lo que le haría creer que no lo haría hasta que me dijera a donde iríamos.
Me coloque una falda con flecos sueltos con un top verde oscuro y unos tenis negros, ate mi cabello en una coleta, y me hice un maquillaje sencillo.
Tomo mi bolso y estoy a punto de tomar mi celular para guardarlo cuando suena, al ver la pantalla leo "videollamada entrante" era mi madre por lo que conteste de inmediato.
-¡Hola! Madre como te ha ido en la inauguración de el restaurante.
-Lexa, hija, me ha ido estupendo estaré el resto del fin de semana arreglando unas cosas para que el restaurante siga marchando en orden, por lo tanto el lunes me tienes allá a primera hora.-su sonrisa se ensancho y parecía feliz, estaba feliz y eso me alegraba a mi también.
-Que bueno, mi hermano me ha llamado ayer, el matrimonio será el sábado.
-Sí, ya lo sé me ha enviado la invitación con la fecha-me miro con los ojos entrecerrados y algo curiosa-¿A dónde vas con esa pinta? No es así como viste cuando estás en casa.
Me removí algo incomoda, le diría que iba a salir con Alex pero por mensaje no era tan directo que por video llamada, algo cobarde sí, pero no sabría cómo podía reaccionar solo sé que lo tomaría como algo más que solo una amistad, y también sabia el miedo que le tenía a ello por lo ocurrido con Will.
-Alex, me ha invitado a salir.-dije con cautela mientras tanteaba el terreno.
-Milexa, creo que deberías pensar muy bien lo que haces no creo que otra relación sea lo más conveniente para ti, al menos no ahora-dice con lentitud y calma.
-No es una relación, más que de amistad, mamá Alex y yo solo somos amigos. Al menos por ahora.
-Lo acabas de decir, Milexa por ahora. Espero que si esa amistad algún día cambie espero me lo digas.-asentí mientras ella me señalaba con su dedo acusador.
-Pensé, que te caía bien Alex mamá, además que es el hijo de la señora Lucrecia-dije tratando de que el supiera que fuera hijo de una de sus amigas. Pero creo haber cometido un error.
-Me cae bien Alex, parece ser buen chico, es distante y muy reservado, pero eso no viene al caso, Lucrecia es muy buena amiga y siempre me ha apoyado, no sabía que Alex era su hijo, solo conocía a su hija pero te repito eso tampoco viene al caso, al caso viene que mi hija eres tú, que me importas tú, y que puede ser el hijo del mismísimo ministro del país me importa tu bien, tu felicidad y mientras el que este a tu lado te haga sentir bien no me interpondré pero mientras no sea así no creas que estaré muy contenta, pero eso implica verlo en tus ojos no solo que me lo digas. No quiero que vuelva a ocurrir lo mismo.
Parpadee sorprendida, decía la verdad yo tampoco pensaba volver a lo mismo, estaba segura de ello, intente que sus palabras llegaran hasta allí no quería sobre pensarlas, pero me fue imposible.
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