Capítulo Veinticinco (25) La Sudadera De Tu Ex| Parte II
Pov Milexa.
Me quedo callada sin saber que decir mientras él me da una mirada que quema.
-Solo he hablado con él, le debía la explicación de por qué me fui, creí que así me sentiría mejor cuando me fui hacía frio y es tan intenso que no me dejo irme sin la sudadera.
Suspiró.
-¿Ahora como te sientes?-pregunta al mirarme relajando un poco su mirada.
-Como si hubiese quitado un peso de mis hombros-digo simple.
-No pareces muy feliz.
Suspiro mientras bajo la mirada a mis manos y las entrelazo entre sí, él toma una de mis manos y la acaricia.
-Digamos que aún me queda un poco de tristeza porque ciento algo de culpa de que le haya hecho tanto daño, pero ya pasara.
-Solo debes dejar...
-...La culpa atrás -lo interrumpo terminando la frase que iba a decir, para luego reír y él me sigue.
-Vale, pero ya ha pasado el frío puedes quitarte la sudadera.-dice enseriándose de nuevo.
-Quítamela tú-digo con mirada retadora.
Me da media sonrisa para luego, levantarse de la cama y acorralarme en la silla.
-No quiero quitártela quiero ver como lo haces -obvie lo que dijo y me acerque un poco a él juntando nuestros labios en un beso que demuestra necesidad, me apega al espaldar de la silla profundizando más el beso su lengua y la mía comienzan a jugar entre sí mientras una de sus manos va a mi cintura y toma los bordes de la sudadera y los sube hasta sacarla por mi cabeza lanzarla a un lado.
-Así está mejor-dice y una sonrisa arrogante sale de mí y él vuelve a juntar nuestros labios, su mano baja y desabrocha mi pantalón con facilidad, me toma de las caderas juntándome hacia él, rodeo mis piernas en su cintura y me impulsa hacía arriba separándome de la silla, para luego acostarme en la cama, separa nuestros labios y se aleja a la orilla de la cama me quita la camisa para luego dar pequeños besos en la parte baja de mi vientre, toma las tiras de mi pantalón y las comienza a bajar cuando se comienzan a escuchar gritos, Alex sube la mirada hacía mi llena de preocupación ambos nos levantamos rápidamente.
-Vístete-ordena y yo me coloco la camisa y termino de subir mi pantalón para luego abrocharlo, Alex abre la puerta de la habitación y comienza a bajar las escaleras rápidamente.
Yo le sigo y pasamos el comedor para luego pasar a la sal de estar de donde proviene la algarabía.
Al llegar Alexa tenía ambas manos en su mejilla, su nariz roja y sus ojos no paraban de llorar al frente tenía a su padre el cual tenía cara de enfurecido, sus manos estaban en sus hombros zarandeándola mientras le gritaba insultos y su madre estaba en un rincón con cara de sorprendida no parpadeaba, estaba en shock, Alex por su parte tenía sus manos echas puños y su respiración acelerada.
-¡Suéltala!-dice mientras se acerca hacía él y lo empuja lejos de su hermana.
-¡Soy tu padre y ambos me deben respeto!-dice con autoridad.
-Já, pero si tu respeto nunca te lo has ganado, no tienes el derecho de golpear a Alexandra ¡Joder! Que es tú hija no tu saco de boxeo.
-¡Alexa y tú son unos desgraciados inservibles!, preferiría no haberlos tenido nunca, son las peores decepciones que he tenido en toda mi vida.
Alex parece molestarse más que antes y de momento su puño se levanto hacia la mejilla de su padre, Alexa lanza un grito al aire para luego taparse su rostro y agacharse en el suelo mientras rompe en llanto.
Corro hacía él:
-¡Alexander, no!, no seas como él... Por favor- baja su puño y toma a su padre del cuello de su camisa
-¡No, la vuelvas a tocar! -lo suelta tirando de el al suelo-Somos unas decepciones ¿dices, no? Pues creo que no querrás saber que eres tú para nosotros, como crees que no sentimos sabiendo que le has sido infiel a nuestra madre, que llegas siempre en las madrugadas ebrio sin poder contigo mismo, cuando llegas con todos tus sentidos te excusas diciendo que tienes mucho trabajo en la oficina y que se te ha hecho tarde, siempre quise un padre que escuchara mis problemas y que me ayudara a solucionarlos, si no me dabas consejos no me importaba tan solo escucharme estaba bien, pero no, decías que era muy tarde y que no estudiaste psicología, nunca fui muy amigo de los estudios y cuando quise hacerlo con la esperanza de que tu exatamente tú no mamá, tía nella o el abuelo, me ayudarás, nunca estabas para mí, y que hay de que dije que mi computadora se había dañado,¿ que hiciste? Mandarme a que consiguiera un empleo y estaba bien querías hacerme responsable, pero la manera en que lo dijiste no fue para nada agradable, para decirme eso costearon gastar insultos, gritos, jarrones y hasta fotografía de la que hace mucho tiempo dejo de ser tu familia, lo peor que solo tenía catorce -dice Alex toma un respiro y su padre del suelo se intenta levantar.
-Yo quise ayudarlos a ser mejores personas, a que tú y tu hermana pudieran pensar mejor en sus actos, y de esta manera me pagan.
Él ignora su comentario y ríe con ironía para luego seguir hablando.
-¿Qué hay de Alexa? Desde pequeña siempre la has maltratado y aunque de los dos a ella es la que le tienes al menos un cinco por ciento de afecto la maltratas.
-Nunca le he golpeado-Alex levanta una ceja y pasa su mano por su cabello desordenándolo-eso solo ha sido un descontrol ella me ha contestado seco y sin ánimos. -trata de excusarse-
-Eso quiere decir que tu vas por allí repartiendo cachetadas a todo que te responda "seco y sin ánimos", eres increíble de verdad ¿sabes algo? Un maltrato no es solo físico, hay miles de maneras en las que puedes maltratar a alguien, y a pesar de todo el daño sentimental y mental que le has podido causar Alexa te sigue amando y esperando a que tú en algún instante cambies pero te cuento algo hay personas tan miserables en la vida que no cambian. ¿Sabes? Alexa no se ha dado ni una solo oportunidad con nadie porque teme a que sea como su padre.
-Nunca les ha faltado nada-dice Emilio mientras trata de acomodar su camisa arrugada.
-De que sirve tenerlo todo, si a la vez no tienes nada.
Alex al voltear me tropieza sin saber pero reacciona rápido tomándome de los hombros evitando mi caída, para luego susurrar un "lo siento" ve a su alrededor y luego me vuelve a ver.
-¿Y Alexandra?
Me encojo de hombros al ver que Alexa ya no está, me pasa por un lado y corre en busca de su hermana pero antes voltea a ver a su madre con preocupación y luego poza su mirada en mí y yo asiento.
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