Un sentimiento incómodo
Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.
Palabras: 1623.
05.- Un sentimiento incómodo
Adrien había estado flotando en la nube y comportándose como un adolescente durante horas. Plagg se quedó a observarle, mientras rodaba por la cama chillando emocionado contra la almohada, en vez de encerrarse en su cámara de queso. Tan feliz, idiota y cursi. Que alguien con una familia como los Agreste pudiera llegar a ser tan cándido, optimista y sentimental era algo que fascinaba al kwami.
—¿Va a durar mucho eso que haces?
Adrien despegó la cara de la almohada con una enorme sonrisa y las mejillas teñidas de un rojo tan intenso que Plagg se preguntó si sería porque se estaba asfixiando.
—¡Plagg! Me ha besado. Ella a mí. ¡Y ha sido increíble!
—¿Y qué vas a hacer?
—¿Qué?
—Os habéis besado, pero ¿y ahora qué? —murmuró el kwami plantándose frente a él—. Un beso no es nada si no hay nada tras él respaldándolo, aunque haya sido increíble.
—No me pinches la burbuja de felicidad —se quejó Adrien soltando la almohada a la que llevaba rato torturando—. Para ella ha tenido que significar algo. No besas así a alguien porque sí.
—No te digo que no, es evidente que ella siente lo mismo por ti, aunque no lo entiendo —replicó encogiéndose de hombros—. Pero tienes el mismo problema que al principio: no sabes quién es.
Adrien sonrió seguro de sí mismo.
—La verdad es que tengo un plan.
—Espero que no consista en besar a todas las chicas que se crucen en tu camino hasta encontrarla porque sería asqueroso.
—¿Por quién me tomas? Nunca haría algo así.
—Me huelo problemas... y los problemas me dan hambre.
Adrien lo vio flotar hasta su paraíso del queso, esperaba que empezara a alimentarse en condiciones ahora que había soltado lo que le ocurría.
Se metió en la ducha sabiendo que ya había perdido demasiado tiempo haciendo la croqueta por la cama fantaseando con el increíble beso de Ladybug. Nino y los demás habían quedado en Trocadero y él había prometido asistir, así que no podía darles plantón, además estaría Marinette y necesitaba encontrársela.
No había querido decírselo a Plagg, pero desde que había determinado que Marinette y Ladybug eran la misma persona, en el baño del instituto, no había podido sacárselo de la cabeza. Seguía siendo su principal sospechosa, aunque la hubiera visto como Multimouse, algo dentro de él cuando la vio supo que le estaba engañando y que era Ladybug, incluso tras verlas juntas, tuvo la sensación de que no era real. Lo había dejado pasar porque no quería renunciar al prodigio, pero ahora que sabía que estaba cerca y que ella le correspondía no podía seguir como si nada. Necesitaba encontrarla.
Marinette, por su parte, había pasado por casa a ducharse al acabar su desayuno con Chat, derrotada ante el fracaso estrepitoso de su plan de esquivarle y no besarle. Lo había hecho todo al revés, había pasado la noche con él y le había besado con tantas ansias que le rodó la cabeza y todo.
Tikki no le dijo nada, sabiendo que su portadora necesitaba ordenar sus ideas para no entrar en pánico. Marinette no podía luchar contra sus propios sentimientos y tarde o temprano se daría cuenta.
Tras ducharse y arreglarse pasó por casa de sus padres. Tom y Sabine soportaron estoicamente el interrogatorio al que les sometió su hija sobre la clientela de aquella mañana, aunque esperó oír que había estado Chat Noir comprando croissants, sus padres le dijeron que había pasado Adrien pocos minutos después de abrir. Marinette sabía que a veces, Adrien, compraba algo para comer de camino a alguna sesión de fotos, pero no tenía ninguna programada, lo sabía porque le había confirmado a Nino que acudiría a la quedada que había organizado.
Marinette soltó un bufido consciente de que estaba saltándose todas las normas para tratar de descubrir quién era ese dichoso gato que la volvía loca, cuando lo que debería hacer era huir.
Conversó con sus padres durante un buen rato, hasta que se le hizo la hora de marcharse. Paseó dando un pequeño rodeo, necesitaba ordenar sus ideas, concentrarse en otras cosas, despejarse. Olvidarse de Chat y de todos esos sentimientos incómodos que se estaba peleando en su interior.
Alya la arrolló en cuanto llegó, abrazándola con fuerza, hablando sin parar. Rose se les unió. Marinette intentó seguirles el hilo, pero se perdió a mitad. Algo no estaba bien en ella, los sentimientos, las emociones, era casi como si no le pertenecieran. Agobiada se disculpó con ellas y se sentó en las escaleras de piedra, alejaba del murmullo alegre de aquella reunión.
Adrien se bajó del coche con agilidad, las manos de sus amigos se agitaron en el aire en un ruidoso saludo masivo. Les sonrió mientras se acercaba a ellos, los saludó brevemente y participó durante un rato en la conversación. Finalmente se disculpó diciendo que iba a saludar a Marinette.
Adrien se movió hasta sentarse a su lado en la escalera de piedra, Marinette le sonrió.
—¿Va todo bien? Estás muy sola aquí.
—Sí, es que me duele un poco la cabeza —declaró ella—. Alya y Rose arman demasiado escándalo.
»Adrien, me he enterado de lo de Kagami —musitó—, lo siento mucho.
—Gracias, Marinette. Aunque es únicamente culpa mía, lo he hecho fatal.
—Oh, bueno, todos cometemos errores —susurró tratando de reconfortarle un poco—. ¿Es definitivo?
—Sí, aunque Kagami quiere volver a intentarlo, o eso creo.
Marinette le dio un par de palmaditas amistosas en el hombro.
—Da igual cuanto lo intentemos, no va a funcionar porque yo no la quiero, no de ese modo —declaró mirándola a los ojos—. Creo que nunca he llegado a quererla de verdad.
»Salir con Kagami me pareció correcto y adecuado, con tantas cosas en común, pero yo estaba enamorado de otra persona.
Ella se sorprendió, las veces que le había hablado de la chica que le gustaba siempre había dado por hecho que se refería a Kagami, jamás se había planteado a otra posible chica.
—Y claro, no ha funcionado, desde el principio. He sido un gilipollas.
—No creo que Kagami piense eso...
—Da igual si lo piensa o no, lo he sido y no tengo excusa. Aguantar una relación que sabía que no iba a ningún lado, sólo por comodidad, no dice cosas muy buenas sobre mí.
—Adrien, sé que ahora lo ves todo muy negro, pero dentro de unos meses estarás mejor.
Él se movió un poco para poder besarla en la mejilla con suavidad, a Marinette se le aceleró el pulso, no supo por qué, había superado a Adrien, ya no sentía nada especial por él sólo era un buen amigo.
—Te lo agradezco, pero dime ¿qué hay de ti?
—No quiero deprimirte con mi desastrosa vida sentimental.
—¿Problemas con Luka? —tanteó el terreno.
Marinette le miró desconcertada, ¿iba en serio?
—Luka y yo lo dejamos hace una eternidad, ¿no lo sabías?
—Lo siento, creía que... os veis a menudo, por eso...
—Somos amigos o lo intentamos. Sé que él aún siente algo por mí, pero no lo dice —susurró. No necesitaba que Luka lo dijese sólo tenía que mirarle a la cara para saberlo—, así que nos vemos, hablamos, nos reímos y seguimos con nuestras vidas.
—Debe de ser complicado.
Marinette soltó un suspiro pesado.
—Con Luka todo es fácil. Él no es el problema, lo soy yo. Soy incapaz de enamorarme de una persona tan maravillosa como él y salto de un amor imposible a otro porque me gusta torturarme a mí misma.
—Entonces ¿estás enamorada?
—Aunque no quiera estarlo, ¡oh, Dios! Qué maldito desastre.
—No se puede luchar contra los sentimientos —declaró Adrien—, aunque lo intentes, amar a alguien es bonito, pero puede doler tanto... sobre todo si no paran de rechazarte.
Marinette le dio un suave empujón y rió.
—¿Quién iba a rechazarte a ti? Tienes a París suspirando por ti.
—Tú no suspiras por mí —musitó moviendo la mano con suavidad.
Debería decirle que lo había hecho durante mucho tiempo y que le había costado horrores dejarlo atrás, pero no se atrevió.
—Yo no soy nadie, sólo una amiga.
—Creo que eres mucho más que eso.
—Adrien, deja de tomarme el pelo.
Le pareció un poco incómoda, así que optó por cambiar de tema y reconducirlo hacia a donde quería.
—Entonces ese chico del que estás enamorada...
—Es insoportable a veces, flirtea sin parar y me saca de mis casillas —farfulló con el ceño fruncido—. Pero es noble, leal e increíble. Cuanto más trato de alejarme de él más cerca está, es desesperante. No sé qué hacer, Adrien.
Eso le había sonado un poco a Ladybug, solía decirle que era insoportable y que le sacaba de sus casillas.
—No podemos estar juntos —siseó abrazándose las rodillas—. No se puede mezclar el trabajo con los sentimientos.
Adrien frunció el ceño, a lo mejor se estaba embalando un poco sacando conclusiones. Marinette había empezado a trabajar para su padre, en el estudio había bastantes hombres jóvenes, pero no podía imaginársela enamorada de ninguno de ellos.
—Creo que si los dos os queréis no importa nada más, aunque sea difícil, aunque todo parezca estar en contra vuestra.
Le arrancó una sonrisa, aquel tono y forma de hablar le habían recordado a Chat y a sus cursiladas sobre el amor.
—Es que no puedo saber quién es —escapó de entre sus labios.
—Ni que fuerais un par de superhéroes salvando París.
Marinette le miró con los ojos abiertos de par en par, pálida, se puso en pie de un salto agitando las manos nerviosa.
—¡Qué estupidez! Es que... intercambiamos e-mails, eso es. ¡Fff! Superhéroes, que absurdo...
Adrien sonrió, la había encontrado, ya no tenía ninguna duda. Marinette era Ladybug.
Continuará
Notas de la autora:
¡Hola! ¿Es jueves? No, es martes, pero hoy ha habido poco trabajo y he tenido tiempo de escribir en las horas muertas y he adelantado el capítulo.
Las dos neuronas de Adrien se han conectado, o han recordado el día en que sospechó de Marinette, me refiero al capítulo: Chasseuse de Kwamis. ¿Podrá demostrar que Marinette y Ladybug son la misma persona?
El próximo lo subiré el fin de semana. Cuidaos mucho.
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